Asunto: | El Otro Oro / Koldo // Nueva Gacela Celeste / Financiamiento colectivo de la Red | Fecha: | Domingo, 17 de Septiembre, 2000 14:03:53 (-0600) | Autor: | Ricardo Ocampo <anahuak @.............mx>
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Amig@s:
Recibimos esta nueva entrega del querido hermano Koldo Aldai, desde Navarra,
Espana. El coordina, como muchos de ustedes saben, la Red Iberica de Luz.
Estamos todos juntos en campana por hacer de estos juegos olimpicos una
nueva oportunidad para anclar luz y enviar a todo el planeta, desde nuestro
corazon, en paz profunda, energias de fraternidad y sanacion. La ocasion es
inmejorable por la cantidad de expectacion y mentes sintonizadas en el
acontecimiento. Los invitamos en gozo a sumarse cotidianamente al mediodia
en una meditacion global sincronizada durante las jornadas que dura la gesta
deportiva.
Asimismo, empezaremos otra campana para fortalecer financieramente a la
Gacela Celeste, que es una de las publicaciones que con tanto amor y
esfuerzo hace Koldo periodicamente. La idea es convertirla en el organo
impreso de divulgacion principal de la Red Iberoamericana de Luz, y que
continue llevando una sintesis de los principales materiales canalizados que
circulan hoy en nuestra red a todas las alianzas que aun no cuentan con
acceso a la Internet. Se trata de hacer un esfuerzo colectivo por trascender
la virtualidad y llevar esta informacion estrategica a sectores hasta hoy
aislados de las bendiciones del ciberespacio.
Les ruego que se comuniquen con Koldo <planetagaia@...> ditamentente para
que les ofrezca los mecanismos disponibles para hacer los depositos
bancarios que en donativo generoso ustedes dispongan. La Gacela la pueden
encontrar virtualmente en la pagina web respectiva
<http://www.geocities.com/gacelaceleste> y exhortamos a los interesados a
que la publiquen en papel en su ciudad, o que en su defecto la ordenen a
Espana para que se las envien ya impresa por correo. Podran colocarle
publicidad local para financiar su manufactura, en su defecto y si fuera
necesario, y obtendran descuentos especiales si ordenan directamente por
correo un numero superior a los 50 ejemplares. Koldo tambien estara en
disponibilidad de hacerselas llegar ya formateada en un zip si se lo
solicitan.
Tambien hemos abierto, por fin, una cuenta especial para recibir sus
donativos en apoyo a los costos basicos de operacion de RedLuz. Despues de
dos anos y medio de servicio gratuito ininterrumpido, y a instancias de
muchas alianzas que amorosamente nos han ofrecido su colaboracion solidaria
--especialmente para demostrar cooperacion y conservar en la gratuidad estos
servicios comunitarios de seleccion de Nueva Informacion--, aceptaremos sus
obolos en la cuenta numero 7655236 de la sucursal 566 del Banco Banamex de
la Ciudad de Mexico, a nombre de Aurora Ocampo. Por favor envien por fax,
despues, sus fichas de deposito al telefono (525)661 4212, o por email a
<chicanos@...>. Por ahora solo podemos recibir sus monedas
nacionales previamente convertidas a pesos mexicanos.
Les recordamos que pueden encontrar gratuitamente los archivos completos de
RedLuz en estas dos direcciones electronicas, con todos los materiales que
hemos redistribuidos en estos dos anos y medio que estamos cumpliendo esta
semana:
http://www.elistas.net/foro/redluz/archivo
http://www.egroups.com/community/redluz/archives
Saludos fraternales y sean en jubilo!
Ricardo Ocampo
Editor/RedLuz
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From: "Planeta Gaia" <planetagaia@...>
Date: Sat, 16 Sep 2000 16:49:37 +0200
Subject: "El otro oro"
Zubielki 16 de Septiembre de 2000
Queridas alianzas:
Flamea ya la llama olímpica en el Estadio de Sidney . Los deportistas
corren ya tras los galardones, pero hay un oro que brilla más que el
metal de las medallas y que estos días se puede recolectar en abundancia
gracias a estos Juegos Universales.
Los servidores de la Luz siempre estamos dispuestos a aprovechar y
multiplicar todos los "conatos" de auténtica fraternidad humana.
En otro orden de cosas, tenéis el nuevo número de Gacela Celeste recién
instalado en su rincón virtual. Contiene como dossier especial un sabroso
extracto de los libros "Conversaciones con Dios"
Feliz fin de semana y fraterno abrazote a todos: Koldo
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El otro oro
Tras un recorrido lleno de vicisitudes, Danda, el aborigen australiano de la
reconciliación, encontró entre la arena del inmenso foso a la niña Nikki
Webster, encarnación de la esperanza humana, con la que inició su periplo
hacia el futuro. La mayor fiesta deportiva no pudo comenzar con más
esplendor. Tierra, agua, fuego fueron fondo de un bella historia, de un
grandioso ritual con más de 100.000 espectadores presenciales y 3.500
millones virtuales. 12.000 artistas, decenas de caballos y un perro
recreaban en el Estadio Olímpico de Sidney el viaje de un pueblo,
escenificaban de alguna forma el itinerario jadeante pero alentador de toda
la humanidad.
Flamea la llama olímpica de unos Juegos cargados de positivos mensajes y que
han congregado a ciento noventa y nueve países. La atleta aborigen Cathy
Freeman, símbolo también de una nación por fin reconciliada con su propio
pasado, prendió el sofisticado pebetero. Los Juegos del milenio están
marcando muchos esperanzadores precedentes en lo que respecta a ecología,
mujer, presencia indígena, atención a los minusválidosŠ La ceremonia
inaugural fue un alarde de creatividad, belleza y buen gusto. Color, alegría
y luminosos contenidos se sucedieron en una original puesta en escena que
saltó a las pantallas de todo el mundo.
Atrás quedan las coreografías homogéneas, rígidas e insípidas del pasado.
Círculos y más círculos llenaron el gran Estadio de los Juegos en su acto
inaugural. Composiciones redondas, círculos ceremoniales indígenas, aros
olímpicosŠ, simbolizaban de alguna forma un creciente y generalizado deseo
de unidad. El espectáculo de apertura bien podía entenderse como la metáfora
de un ser humano anhelante de círculos, que suspira reunirse, reencontrarse,
rehallarse en medio de todos su congéneres. Quizá por ello organiza una y
otra vez Juegos, OlimpiadasŠ
Los resultados son, por todo ello, lo de menos. Lo importante es el alto
porcentaje de participación femenina (38%), la preocupación ecológica que ha
acompañado a la organización, la presencia aborigen en todas las
manifestaciones culturalesŠ Las medallas son solo la excusa. El verdadero
oro, el que no se aja, ni caduca, el que vale más que su cotización
económica en el mercado, es el clima de global cordialidad que pueden
suscitar unas Olimpiadas como las de Sidney. El mayor galardón que se pueden
llevar las delegaciones a sus patrias es haber contribuido a hacer realidad
ese sueño de armonía humana durante diecisiete días. Que gane éste o aquél,
que tal país consiga tantos triunfosŠ, no deja de ser, a la postre,
anecdótico. Las medallas descansan en las vitrinas, pero el espíritu de
cooperación gestado, el oro de la unidad humana alcanzada es la garantía de
un futuro global próspero y en paz.
Cualquier excusa es, por lo tanto, buena para promocionar esa conciencia de
solidaridad entre las naciones. Hoy por hoy el deporte es el mayor de los
pretextos y es preciso exprimirlo al máximo. El que las dos Coreas se paseen
de la mano en la ceremonia inaugural, el que una gigante paloma blanca con
su rama de olivo llene la gran tela que sostuvieron todos los deportistas,
el que los más altos ideales de compañerismo y universalidad sean promovidos
en los actos, retrasmisiones, propagandaŠ, son los verdaderos triunfos de
esta edición del milenio. Quienes han vivido el sueño de concordia humana
durante quince días cobrarán la fuerza para perpetuarlo en el resto de su
vida.
Los Juegos no son sólo lucha contra el tiempo, un reto por superar los
límites físicos humanos, un empeño por aplastar los records anterioresŠ, son
por encima de todo ello el desafío por ampliar los aún limitados márgenes
del elevado ideal de hermandad. La mayor plusmarca no es aquella que se bate
en la arena de los estadios, sino en la pista cada vez más ancha de los
corazones unidos.
Huelga extenderse en las amenazas que atenazan a la esencia original del
olimpismo: exceso de comercialización, corrupción, dopaje, intromisión
políticaŠ El mayor espectáculo del deporte no está exento de unas lacras a
las que los australianos y el COI parecen dispuestos a hacer frente con
firmeza. Es preciso quitarle hierro y millones a la competición, recobrar el
valor auténtico de la participación. Cuanto más dinero acompañe a las
medallas, más se alejará el genuino espíritu deportivo de las canchas y
estadios.
Por encima de todos esos desafíos, Australia manifiesta en los Juegos su
impronta prometedora, su identidad de tierra de oportunidad. Gentes de todo
el mundo llegaron a partir del siglo XVII a ese acogedor país, ejemplo de
tolerancia y de convivencia pacífica entre los pueblos. Los cinco
continentes se metieron en este continente-isla y el tiempo agitó la
mezcolanza de 160 etnias que dio por resultado un crisol de razas que hoy
encarna una prospera nación. Esa Australia mestiza es por ello buen símbolo
del espíritu universal que caracteriza el olimpismo. No en vano, sus
diecinueve millones de habitantes se han volcado en el evento.
"Atrévete a soñar" ("Get a dream") era la invitación de los cantantes Olivia
Newton John y John Farnham en la ceremonia inaugural. La historia de la
humanidad es una sucesión de esa suerte de sueños colectivos cada vez más
ambiciosos, como aquel que hizo realidad el visionario Pierre de Coubertin
al pie de la Acrópolis de Atenas, el 6 de abril de 1896. Un siglo largo
después toca concretar otros sueños. El principio multicultural, de amistad
y camaradería de la mayor fiesta deportiva puede universalizarse y estirarse
más allá de dos largas e intensas semanas. Las olimpiadas son trampolín
hacia más caras quimeras, dan constancia de que si los humanos somos capaces
de reunirnos en torno al deporte, lo somos también de hacerlo en otros
aspectos de la vida.
Sidney 2000 ha sabido integrar tradición y modernidad, progreso y ecología,
unidad y diversidad. Los primeros Juegos del tercer milenio con su fuerte
voluntad integradora, con su carga liberadora, son un buen precedente para
posteriores ediciones. La mayor apuesta mediática y tecnológica en la
historia olímpica es también la más emancipadora.
A los agoreros que se empeñan en contagiar el falso bulo de una humanidad a
la deriva, habrá que recordarles que a finales del siglo XVIII Australia era
una isla penal, donde eran recluidos los más "peligrosos" convictos de la
metrópoli inglesa. Hoy la isla continente es una celebración, una fiesta
bien ganada de las naciones de la Tierra, que mediante el deporte
manifiestan su triunfo colectivo, reafirman su envite de un futuro
diferente, un mañana de paz y unidad como verdadero oro en alza.
Koldo
Planeta Gaia.
Comunicación al servicio de la fraternidad planetaria
31241 Zubielki - Navarra (Spain)
Telf. & Fax :948-54 00 20 / 606695452
planetagaia@...
http://web.jet.es/planetagaia
http://www.geocities.com/gacelaceleste
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