Asunto: | La expansión del poder del corazón / Elizabeth Clare Prophet | Fecha: | Viernes, 15 de Septiembre, 2000 08:17:40 (-0600) | Autor: | Ricardo Ocampo <anahuak @.............mx>
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---------- From: "Balo Ortega-Urueta" <unificacion@...> Date:
Thu, 14 Sep 2000 18:05:45 -0600
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Subject: [circulo-virtuoso] La expansión del poder del corazón por
Elizabeth Clare Prophet
LA EXPANSION DEL PODER DEL CORAZON
Por Elizabeth Clare Prophet, presentación dada el 29 de noviembre de 1998.
No hay nada más importante que aumentar nuestra capacidad de amar.
El apóstol Juan escribió: «Este es el mensaje que habéis oído desde el
principio: que debemos amarnos los unos a los otros. Aquel que no ama, no
conoce a Dios, pues Dios es amor". Gautama Buda enseñó en esencia lo mismo.
Dijo: «La totalidad de nuestro entrenamiento tiene como meta el amor y la
compasión». La amabilidad te llevará muy lejos en el sendero espiritual.
Podemos expandir el poder del corazón si aprendemos cómo dar y recibir más
amor.
Diez Pasos para ampliar nuestra capacidad de amar:
1) el perdón 2) transmutación de las cargas del corazón, 3) alegría y la
gratitud 4) perspectiva desde el corazón devoción 5) ver más allá de las
apariencias 6) estirar el músculo del corazón 7) establecer relaciones
verticales en lugar de horizontales 8) protegernos de las fuerzas del
antiamor 9) amarnos y nutrirnos a nosotros mismos 10) cultivar la suavidad
El primer paso para expandir el poder del corazón es el perdón.
En primer lugar, en último lugar y siempre, perdonar. No puedes expandir el
poder del corazón si te aferras a la ira. Es increíble darse cuenta de
cuánta ira hay en el mundo y cuán resueltas están algunas personas a
aferrarse a esa ira. La gente se va a la tumba sin haber hecho las paces con
sus enemigos. Se llevan a la siguiente vida sus resentimientos y su deseo de
venganza. Cuando nos negamos a perdonar a un amigo o enemigo que nos ha
hecho daño, aún cuando nos daña una y otra vez, creamos un lazo no sólo con
la persona, sino también con la ira. Hacemos karma con ellos y no somos
realmente libres. Jesús nos enseñó a perdonar setenta veces siete y a amar a
nuestros enemigos. El Morya dijo que la resolución es un proceso que consta
de dos pasos: perdonar al alma a través de la ley de la misericordia divina
e invocar la ley de la justicia divina para el juicio del ser que no es
real, nuestro lado obscuro que impulsa al alma a desobedecer las leyes de
Dios. También debemos perdonarnos a nosotros mismos. Algunas veces creemos
que no somos lo suficientemente buenos porque vemos nuestra parte humana y
nos desilusionamos. Recuerda: no estamos perfeccionando lo humano, sino
reconociendo y acelerando lo espiritual.
La segunda clave es el uso de la llama violeta para transmutar las cargas
del corazón.
Algunas veces te sientes cargado y no sabes por qué. Puede ser debido a que
tus cargas tienen su raíz en eventos que sucedieron en vidas anteriores.
Dios está abriendo la puerta a una parte de tu pasado para que así puedas
resolverlo y trascender ese karma pasado. Una lección de amor: Gracias a
Dios que Saint Germain nos ha dado la llama violeta para vencer cualquier
dolor o carga. La llama violeta crea una gran espiral de energía que nos
lleva a las octavas de luz. Saint Germain nunca dejará de responder tus
oraciones, y su llama violeta tampoco dejará de hacerlo si la usas sabia y
diligentemente.
La tercera clave es agrandar el imán del corazón mediante la activación de
la alegría y la gratitud.
La alegría va de la mano con el amor. Es contagiosa y magnética. La Madre
Teresa dijo una vez: «Cuando la gente ve una felicidad habitual en tus ojos,
eso hará que ellos se den cuenta de que son los amados hijos de Dios... La
alegría es sumamente contagiosa; por tanto, mantente siempre lleno de
alegría». Una manera de activar tu alegría es simplemente estar agradecido
todos los días de tu vida. La gratitud es el mejor antídoto para el enojo,
la ansiedad y la depresión. Cuando te sientas deprimido, trata de pensar en
ese momento en algo por lo que estés agradecido y después dile a Dios cuán
agradecido estás.
La cuarta clave es establecer una perspectiva del corazón:
Pensar, actuar y sentir a través del corazón. El corazón es la puerta
abierta a Dios. Abre tu corazón y conocerás y sentirás a Dios caminando
contigo todos los días de tu vida. Practica pensar, ver y actuar a través
del corazón. Cualquier cosa que hagas (incluso si es servirle a alguien una
taza de café) puede ser una extensión de tu corazón. Luego, dirígete al Dios
que habita en los corazones de los demás. De manera consciente haz un
esfuerzo por relacionarte con la belleza del alma en vez de con la
personalidad. Desarrolla la verdadera compasión y trata de no juzgar a
otros, pues uno nunca sabe qué cargas lleva nuestro prójimo. Trata de
aprender de todas las personas con las que te encuentres. Por ejemplo, si
tienes un instante de disgusto hacia alguien, lo mejor que puedes hacer es
darle la bienvenida a esa persona en tu vida. Probablemente ya te has topado
con tu karma y mientras más rápidamente lo equilibres, más rápidamente serás
liberado de ese karma y de esa situación. Recuerda, no todo el mundo piensa,
siente y actúa como tú, y está bien. Acepta a los demás como son y disfruta
las diferencias de las personas. Vamos a encontrarnos con todo tipo de
personas en el mundo que probablemente no encajan en nuestro molde. Sin
embargo, ellos pueden tener algo muy precioso en su interior: un don, una
idea, un valioso punto de vista. Está alerta a esto. Obsérvalo. Invita a
otras personas a que compartan contigo lo que hay en su interior. Tal vez
puedas aprender algo de ellos. Una forma de desarrollar una perspectiva del
corazón es a través de la devoción, tomando un poco de tiempo cada día para
sentir la presencia de Dios en el corazón. Encuentra una oración o un mantra
sencillo que te ayude a conectarte con tu corazón y con el corazón de Dios,
y hazlo una parte de tu ritual espiritual diario. A mí me gusta decir la
oración «¡Oh, Dios, eres tan magnífico!»
La quinta clave es ver más allá de las apariencias externas y ver la esencia
interna.
¿Tendemos a prestar atención a las apariencias externas en vez de a las
características internas de una persona? Cuando nos encontramos con alguien,
¿hacemos una lectura basada en cómo se ve o lo que lleva puesto, o tomamos
un momento para sintonizarnos con las cualidades internas que expresa?
Podemos y debemos amar, respetar y honrar a Dios que está dentro de los
demás. Si no vemos más allá de las apariencias externas y no vemos la
esencia interna, podemos quedar atrapados en la idolatría. La idolatría es
una semilla para el fracaso en cualquier relación.
La sexta clave es estirar los músculos del corazón.
Dar amor es una experiencia sumamente profunda. Saint Germain dijo que para
expandir el amor en nuestro corazón debemos salir al encuentro de aquellos
que necesitan nuestro amor y darles copa sobre copa del elixir del amor a
todos aquellos que puedan recibirla. En otras palabras, ¡estírate! Haz algo
que no quieras hacer. Eso cambiará tu vida.
La séptima clave es establecer relaciones verticales en vez de relaciones
horizontales.
Muchas veces tratamos de relacionarnos con la gente de manera horizontal: al
nivel de la personalidad en vez de hacerlo de manera vertical, al nivel del
Yo Superior. Cuando permites que alguien se recargue en ti en una relación
horizontal, no les estás haciendo ningún favor. Le estás permitiendo que
acepte un substituto de lo real: una relación fuerte y amorosa con su propio
Yo Superior y con Dios. Ciertamente podemos estar presentes para otras
personas pero no podemos reemplazar su propio esfuerzo por llegar a Dios.
Las relaciones verticales energetizan y las horizontales tienden a
desenergetizar. Una relación vertical siempre deja un poco de espacio para
el crecimiento y ambas personas tienen espacio para ser quienes son.
Respetan las necesidades de su compañero(a) y se ayudan a florecer
mutuamente. En una relación horizontal, la gente no puede ser quien es en
realidad porque buscan dirección afuera en vez de buscarla adentro, en su Yo
Superior.
La octava clave es proteger el corazón en contra de las fuerzas del
antiamor.
Las fuerzas del antiamor que hay por todo el planeta y los universos se
mueven constantemente en contra de la llama viva del amor. Por eso, tenemos
que invocar la ciencia de la Palabra hablada, ponernos nuestro tubo de luz y
el poder de los Elohim, y trabajar con la llama del rayo rubí a través de
Chamuel y Caridad para protegernos a nosotros mismos, a nuestros hijos y a
nuestros seres queridos.
La novena clave es amarnos y nutrirnos a nosotros mismos.
Gautama Buda dijo una vez: «Podéis examinar el mundo entero y no encontrar
nunca a nadie que merezca más amor que vosotros mismos». Sé realista con
respecto a ti mismo, acerca de tus virtudes y defectos. Trabaja duro en
vencer tus defectos y no te olvides de disfrutar la vida. Tenemos que ser
capaces, primero que nada, de nutrirnos a nosotros mismos para que
verdaderamente podamos ayudar a los demás. Algunas veces esto significa
decir no cuando otras personas ponen sus demandas en nosotros y no
permitirnos ser vaciados. Si constantemente estamos pendiente de los
caprichos de los demás y no nos tomamos el suficiente tiempo o espacio para
nutrirnos a nosotros mismos, seremos menos efectivos en servir a Dios.
La décima clave es cultivar la suavidad.
Hay mucha dureza en el mundo. El cultivo de la suavidad puede llevar de
regreso a Dios a las almas de luz y a los niños pequeños. La suavidad es una
actitud que nutre, que da, que no se ofende con nada. La rigidez y la
resistencia te harán frágil, y las cosas frágiles pueden romperse; pero la
suavidad es la fortaleza final. Como un sabio comentarista dijo una vez:
«Bienaventurados los flexibles, pues ellos no serán deformados». Lao Tsé
enseñó: «No hay nada más suave o más débil que el agua, y sin embargo no hay
nada mejor para atacar las cosas duras y fuertes. La cosa más suave y más
flexible del mundo se mueve sin dificultad sobre la cosa más firme del
mundo». En vez de reaccionar frente a los demás con enojo y con emociones,
permanece centrado en el corazón. Hay un pequeño pueblo en Pennsylvania
Roseto- cuyos pobladores han sido más sanos que en cualquier otro lugar del
país. El investigador que estudió a esta extraordinaria comunidad dijo que
lo que los hacía diferentes era un importante sentido de apoyo incondicional
dentro de la comunidad. La gente siente la conexión y el amor. Los ancianos
son respetados por quienes son y por lo que todavía tienen que ofrecer. Así
debería ser en nuestras comunidades. Al expandir el poder del corazón y al
tratarnos unos a otros con apoyo incondicional.
Una perla del Maestro La compasión
Yo Soy Morya. ¡Os vigilo! ¡Me muevo con vosotros! ¡Dejadme entrar y dejad
ir lo que sea que os está perturbando en lo que se refiere a este sendero, a
esta Mensajera, a esta comunidad, a esta organización! ¿qué os importa eso?
Todas estas condiciones humanas deben irse a la llama.
Lo que os debe preocupar es si los servidores de Dios están resueltos a
intentar, intentar e intentar una y otra vez, si están resueltos a corregir
los errores y levantarse... si tienen un corazón de oro y de fuego y pueden
manifestar ese corazón en la presencia misma de la condición humana, que
todos vosotros tenéis. Y la condición humana es la condición de
imperfección. Esto es algo ya dado.
No juzguéis por la condición humana de alguien. Ved más allá en las
profundidades del alma y sed tolerantes en los momentos cuando alguien se
sienta cansado, o quizá diga las cosas sin pensar o se le olvide algo que es
importante.
Nosotros entendemos estas cosas. Nos hemos movido en este mundo. Los que
esperan ver seres humanos perfectos y no se unen a ninguna organización ni
participan en ningún trabajo grupal hasta que encuentren personas perfectas
están en peligro de perder sus almas, porque son idólatras.
Por lo tanto dejamos que veáis el fondo de la Mensajera para demostrar que
nadie es perfecto en la condición humana y para que podías percibir más allá
del fondo la perfección de la Presencia de Dios y conozcáis la diferencia.
Tengamos equilibrio, amados, y que vuestras mentes no se inunden con el velo
de energía del juicio... esta es la verdad, amados, pues el juicio es un
asunto que pesa mucho. Así pues tenéis la enseñanza de Jesucristo, «no
juzguéis para que no seáis juzgados.
Pues con la medida con que medís seréis medidos»... Literalmente, caminad en
los zapatos del otro, amados. Si sois críticos con alguien, poneos la
siguiente penitencia: pedidle al Santo Ser Crístico de la otra persona y a
los Señores del Karma que os pongáis en la situación de esa persona durante
24 horas.
Ved cómo os sentís llevando el karma y la pena de esa persona. Ved cómo
podéis llegar a conocer qué lucha tiene vuestro hermano o hermana en su
corazón que vosotros no veis por medio de la cual logran las tareas diarias
y cómo pelean en contra de algo que es superior a sus fuerzas y vosotros no
conocéis y contra condiciones en su cuerpo que los ponen a prueba.
El Morya, 22 de septiembre de 1991
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