Apreciables
amigos y amigas,
El Instituto
de Estudios para la Transición Democrática (IETD) ha elaborado el documento “MÉXICO:
LAS RUINAS DEL FUTURO” que contiene un análisis y apreciaciones sumamente
valiosas para tomar en cuenta en estos momentos de inquietud y tribulación que vive
nuestro país. El documento, publicado el 18 de noviembre de 2014 es, a mi
parecer, sintetiza magistralmente –sin simplificar- el estado que guardan
hoy las cosas en el ámbito social, económico, político y demográfico y propone
líneas de acción con las que podría realizarse la tan necesaria transición hacia
la vida democrática con seguridad ciudadana, progreso socioeconómico y
libertades civiles que tanto tiempo se ha postergado.
Les invito a
leer el documento que puede ser descargado a través de este enlace: http://www.aahora.org/doctos/Mexico-en-las-ruinas-del-futuro.pdf
Para invitar
a su lectura les invito a leer el resumen que aparece más abajo, que espero sea
de su interés.
Saludos
Mtro. José Luis
Gutiérrez Lozano
Presidente

Fundación Ahora, A.C.
La Sociedad se enriquece cuando sus miembros mejoran
Tel. (449)912 7390, www.aahora.org
FaceBook: Fundación Ahora, A. C. (www.facebook.com/fundacionahora?fref=ts)
Aguascalientes,
México.
MÉXICO: LAS RUINAS DEL FUTURO
(RESUMEN EJECUTIVO)*
LOS HECHOS
La matanza de
Iguala nos mostró cuán poco entendemos al México contemporáneo y el abismo que
hay entre la realidad cotidiana de millones y el discurso jaculatorio de
modernidad.
No hay tal
“sobre-diagnóstico” de México. Hay un discurso repetitivo y
dominante que cree saber cuáles son las fórmulas y las reformas necesarias para
encaminarnos a la prosperidad. Pero la hipótesis de los cambios estructurales,
en un plazo extremadamente breve, se ha demostrado demasiado frágil, demasiado
endeble frente a los acomodos de la realidad.
Contra el
simplismo de corte autoritario que sueña aquí y ahora con una purísima sociedad
sin Estado, es preciso reivindicar la necesidad de una reforma genuina, capaz
de reencauzar la vida social por el cauce maltrecho de la democracia. Es una
realidad que los mayores grados de libertad alcanzados en décadas anteriores,
se diluyen ante la desigualdad que divide y enfrenta entre sí a la ciudadanía,
al punto de que sin un cambio de rumbo, el panorama se muestra inseguro para
todos, hostil y amenazador.
No hay atajos
ni alternativas, sean neoliberales o anarquistas: es desde el Estado, es desde
la autoridad pública elegida por los mexicanos, desde las instituciones, donde
se habrá de sostener una batalla crucial en dos frentes: contra las cruentas
catervas criminales y simultáneamente, para reformar y poner al día las
instituciones que deben perseguirlas.
Por la
gravedad de la situación y porque la enorme indignación y movilización nacional
debe encontrar un cauce institucional y una agenda de cambios propios, el
Instituto de Estudios para la Transición Democrática quiere proponer siete
temas para el abordaje y el acuerdo político y social urgente.
1) Los
derechos humanos deben colocarse en el centro de los debates y de todas las
políticas, en adelante.
2) La
atención a las víctimas –ahora, a los padres de los normalistas- son el
centro del dolor y de la indignación de nuestro país.
3) La
discusión y rehabilitación del poder municipal. Es el ámbito privilegiado por
el crimen (no el único) para reproducir su control. Es posible que haya llegado
la hora de replantear el mapa municipal de México: su fusión, ampliación,
fortalecimiento, régimen de facultades, responsabilidades y derechos.
4) La
impartición de justicia. Es preciso decir, con todas sus letras, que hay una
crisis en el corazón mismo del Estado de Derecho. El poder judicial en su
conjunto -especialmente el órgano rector, la Suprema Corte- tiene una gran responsabilidad
en la tarea (compartida por el Legislativo) de asumir en lo inmediato los
cambios que la gravedad de la situación les plantea
5) La
pobreza y la desigualdad son el abono de la violencia endémica y del tránsito
cada vez más expedito de la juventud hacia los mercados delincuenciales. Sin
embargo esta condición se erige como una oportunidad para que el Estado, los
empresarios y los sindicatos construyan una demostración inequívoca de su
compromiso con el país y la cohesión social.
6) El
combate a la corrupción es la forma concreta que adquiere hoy, esa enorme
exigencia contra la impunidad y por el Estado de Derecho.
7) Crisis de
representatividad, crisis administrativa y crisis en la capacidad de respuesta
del Gobierno, un cuadro perturbador que debería convocar a una discusión
política amplia, acerca del régimen y la forma en que se organiza el poder
público en el país.
EN RESUMEN
Estamos
obligados a reformar todo lo que exige una situación inédita y ominosa, como la
que atravesamos hoy. Desde el IETD no apostamos por el colapso, ni compartimos
la peregrina idea de que “entre peor, mejor”. La movilización
social debe ser un acicate para que cada uno de los eslabones que tienen que
ver con la impartición de justicia sea revisado y eventualmente reformado.
Ante el pasmo
de amplias zonas del poder político, la sucesión de reproches sin fin en que se
involucran los partidos y la estupefacción que a menudo se convierte en
desorientación de la sociedad activa, es urgente precisar un rumbo, hacer de
las reformas –acicateadas por la pertinente movilización social-- un
método virtuoso y no recurso vergonzante y tener como mira central la reforma
de las instituciones estatales.
Necesitamos renovar
la conversación pública y darle un formato nuevo. Imaginamos un acuerdo, como
la concurrencia de los poderes legítimos, las formaciones políticas y las
organizaciones y los movimientos sociales que hoy han hecho patente su
existencia, la vigencia de la denuncia y su voluntad de participación.
Iguala es la
última estación de un problema de dimensiones inmensas, trasnacional y de un
enorme poder corruptor (el narcotráfico) cuyas consecuencias seguiremos
viviendo dolorosamente en los días y años próximos. Es una estación trágica y
excepcional que exige respuestas también excepcionales, elaboradas
democráticamente, dentro de las instituciones y tomando en cuenta ese México
airado y participativo súbitamente iluminado desde la pequeña urge del estado
de Guerrero.
Abruptamente,
se ha terminado la leyenda dorada según la cual la corrupción endémica es
manejable y sus excesos son administrables. Nuestro ya viejo modelo económico
(y mental) y sus reformas estelares, deberían despertar y atreverse a mirar los
fundamentos de su propia subsistencia: menos Estado, bajos salarios, burla a
las regulaciones, desigualdad, posponiendo el bienestar de millones a las
hipótesis y la buena suerte siempre ubicada en el futuro de las “reformas
estructurales”.
Hace unos
meses, se suponía, estábamos dando pasos de gigante hacia nuestra definitiva
modernización. Pero los más viejos problemas no resueltos, los problemas
pospuestos siempre -violencia, pobreza y desigualdad- nos precipitaron a las
ruinas de un futuro que no llegó.
* NOTA: Este resumen no pretende
sustituir ni alterar el contenido el trabajo realizado por el IETD. Es un
ejercicio destinado a difundir el contenido e invitar al estudio del documento
original. Cualquier imperfección en este resumen es responsabilidad nuestra.
Atentamente, Fundación Ahora, A.C. Descarga documento AQUÍ