
En los bosques, jardines y al borde de los caminos, crecen plantas totalmente comestibles que nada tienen que envidiar a las lechúgas, los tomátes o cualquier otra verdura de las que acostumbramos a llevar a nuestro plato. Hay quién les llama malas hierbas, pero esto depende del punto de vista con el que se mire. Leer más de esta entrada