Contrato con Río Tinto,
peor que Tratado de Itaipú
.
El tratado de Itaipú
firmado el 26 de abril de 1973 restringió la soberanía
hidroeléctrica del Paraguay. Nadie duda de su car¡cter
leonino, el
que justamente hemos contribuido a cambiar
radicalmente gracias al
Acuerdo del 25 de julio del 2009
, mediante el cual se triplicó la
compensación paragua
ya, Brasil aceptó que le vendamos nuestra
energía de I
taipú a precio de mercado del Brasil “a la brevedad
p
osible” y que podamos venderla a terceros países desde
el 2023,
adem¡s de conseguir una línea de 500 kV sin
costo para el Estado
Paraguayo, auditoría de la deuda d
e Itaipú y cogestión plena.
Aquel tratado original de
Itaipú es indudablemente le
onino, pues nos impedía un precio justo
y vender nuestr
a energía a terceros países, pero aún así es menos
l
eonino que el contrato que se prepara para Río Tinto Alc
an, en dos
cuestiones fundamentales: (1) los beneficios
resultantes y (2) la
posibilidad soberana de recuperar l
a energía hidroeléctrica que se
le cede al Brasil, en
el caso del tratado de Itaipú, y a Río Tinto
Alcan, en
el caso del contrato que se firme con ésta.
En cuanto a los
beneficios que se derivan
del tratado original de Itaipú y del
previsible contra
to con Río Tinto Alcan, la diferencia es abismal.
En el
caso de Itaipú nos dan migajas. Antes de la triplicaci
n de
la compensación por la cesión de energía, eran
por ésta 120
millones US$/año, m¡s 200 millones US$ p
or royalties, utilidades y
resarcimiento, aproximadament
e; o bien 320 millones US$/año
globalmente. Luego de la
triplicación de la compensación, son (360
+ 200 =) 56
0 millones US$/año. En comparación al valor real de
nu
estra energía, son verdaderas migajas, m¡s aún en el c
aso de los
valores originales. Lo que nadie puede negar
es que se trata de un
pequeño beneficio neto –benefic
io al fin-- que ingresa en el
presupuesto público y que
bien utilizado puede dar provecho a toda
la Nación.
En el caso de Río Tinto
Alcan,
sus defensores, que son funcionarios públicos pagados co
n
recursos del Estado, dicen que la transnacional no rec
ibir¡
subsidios, pero en la pr¡ctica ocurrir¡ todo lo
contrario y ser¡
un verdadero regalo o subsidio, y ell
o es f¡cil de entender apenas
si uno tiene conocimiento
s elementales de energía. La tarifa fija
que pretende R
ío Tinto por al menos 20 años, extensible a 40 ó 50
a
ños, implica un subsidio real de por lo menos 14.000 mil
lones US$
en el plazo de 20 años y de mucho m¡s para l
os 40 ó 50 años, que
es el plazo mínimo del contrato
que se suscribiría. Vale decir, en
lugar de recibir mig
ajas, el Estado Paraguayo deber¡ entregar un
promedio d
e (14.000 : 20 =) 700 millones US$/año –m¡s de todo l
o
que recibimos gracias a Itaipú. Se trata, indudableme
nte, de una
enorme diferencia: mientras Itaipú nos da u
n beneficio pequeño, Río
Tinto Alcan nos traer¡ un pe
rjuicio enorme, de 700 millones US$/año,
sin generar pr
¡cticamente ningún empleo (menos del 0,1% del empleo
q
ue genera una industria tradicional).
La peor diferencia entre
el tratado de Itaipú
y el contrato que suscribiría Federico Franco
con Río
Tinto, sin embargo, es en relación a la soberanía
hid
roeléctrica.
En el caso de
Itaipú, el
Paraguay comenzó utilizando una cantidad m
nima de energía, en el
orden de 200 MW, hacia el año
1985, en sus inicios. Cada vez fue
demandando m¡s –ho
y el retiro de energía paraguaya de Itaipú
est¡ ya en
el orden de 1.600 MW en horario de punta-- y SIEMPRE el
Paraguay pudo recuperar la soberanía sobre su energía
de Itaipú
cedida al Brasil cuando necesitó m¡s, porqu
e el mismo tratado de
Itaipú, aún con sus serias imper
fecciones, garantiza que el
Paraguay puede utilizar su p
ropia energía toda vez que la necesite.
Nunca se impidi
ó que el Paraguay recupere m¡s y m¡s energía que
ant
eriormente cedía al Brasil.
En el caso de Río Tinto
Alcan, en cambio, NUNCA JAMÁS
el Paraguay podr¡ recuperar los 1.600
MW que entregar
¡ a Río Tinto Alcan para su funcionamiento continuo,
pu
es rigen los tratados de protección a las inversiones ex
tranjeras
y, si se llegara a firmar un contrato con la e
mpresa productora de
lingotes de aluminio, ésta exigir
¡ que el Paraguay, sea cual sea el
gobierno, le entregue
sí o sí tal energía, a la subsidiada
(regalada) tari
fa que se comprometa a entregarle Federico Franco.
Ésta
es una condición mucho peor que la del tratado de Itaip
ú,
pues mientras éste nos permite recuperar toda la en
ergía que se le
cede hoy al Brasil y así se ha cumplid
o sin ningún inconveniente en
los últimos 27 años, en
el caso del contrato con Río Tinto, el
Paraguay JAMÁS
podr¡ recuperar las m¡s de 2 (dos) unidades
generador
as de Itaipú (1.600 MW), en caso se firme el m¡s que
l
eonino contrato con tal multinacional.
Como pueblo paraguayo
–donde radica la sobe
ranía nacional-- debemos crear conciencia y
movilizarno
s para impedir que se perpetre el contrato con Río Tinto
Alcan, mucho peor que lo que fue el Tratado de Itaipú
firmado en
1973 por el dictador Alfredo Stroessner.
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*: Ex coordinador de la
Comisión de Entes Binaci
onales Hidroeléctricos.
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