EL DIAMANTE
El monje había llegado a Las afueras de la aldea y
acampó bajo un árbol para pasar la noche. De pronto llegó corriendo
hasta él un habitante de la aldea y Le dijo:
“¡La piedra! ¡La piedra!
¡Dame la piedra preciosa!”
“¿Qué piedra?, preguntó el
monje.
“La otra noche se me apareció en sueños el Señor
Shiva”, dijo el aldeano, “y me aseguró que si venía al anochecer a
Las afueras de
la aldea, encontraría un monje que me daría una piedra preciosa que
me haría Rico para siempre”
El monje rebuscó en su bolsa
y extrajo una piedra.
“Probablemente se refería a ésta”,
dijo el
monje, mientras entregaba la piedra al aldeano. “La encontré en un
sendero del bosque have unos días. Por supuesto que puedes quedarte
con Ella”.
El hombre se quedó mirando la piedra con
asombro. ¡Era un diamante! Tal vez el mayor diamante del mundo, pues era tan Grande como la mano de un
hombre.
Tomó el diamante y se marchó. Pasó la noche
dando vueltas en la cama, totalmente incapaz de dormir. Al día
siguiente, al amanecer, fue a despertar al monje y, devolviéndole el
diamante, Le dijo:
“Dame la riqueza que te permite desprenderte con tanta
felicidad de este diamante”.
Anthony de
Mello