Cada 48 horas es asesinado un activista que
lucha contra el extractivismo minero, petrolero, foresta
l y el agronegocios. Durante 2015 fueron acribillados 185
militantes socioambientales en el mundo, el 66 por
cie
nto de ellos en América latina. Así lo revela un inform
e de la ONG europea Global Witness, que precisó que cuat
ro de cada diez asesinados pertenece a pueblos indígenas
. En lo que va de 2016 ya hubo al menos cuatro asesinatos
en Honduras y Brasil.
“En terreno peligroso” es el n
ombre del informe que acaba de publicar la Global Witness
(Testigo Global), donde recopila el asesinato de activis
tas durante 2015. Contabilizaron 185 casos (69 m¡s que e
n 2014). El 66 por ciento
se produce en Latinoamérica.
Los países con m¡s víctimas son Brasil (50), Filipina
s (33), Colombia (26), Perú (12), Nicaragua (12), Congo
(11), Guatemala (10), Honduras (8), India (6) y México (
4), entre otros.
Los pueblos indígenas son unos de los p
rincipales defensores de la biodiversidad y los territori
os en todo el mundo, con derechos reconocidos por normati
vas nacionales e internacionales (Naciones Unidas, Comisi
ón Interamericana
de Derechos Humanos, entre otros). A
pesar de todas las leyes en su favor, est¡n entre los p
rincipales afectados por el extractivismo y la violencia.
El informe da cuenta que el 40 por ciento de los asesina
tos se produce sobre pueblos originarios.
La ONG también
puntualiza los sectores corporativos que m¡s vinculaci
n tienen con los crímenes: megaminería (42 asesinatos)
, agronegocios (20), tala de bosques (15), represas (15)
y caza furtiva (13). Sobre quiénes son los
victimarios
, advierte que en muchos casos no han sido identificados
los autores. En los que sí: los paramilitares asesinaron
a 16 activistas, el ejército a 13 y la policía a 11.
El ambiente es un escenario donde se defienden los dere
chos humanos. Y los activistas
son tratados como enemig
os por el Estado, cuando deberían ser tratados como hér
oes”, afirmó Billy Kyte, de la ONG Global Witness. El
informe destaca la complicidad entre gobiernos y empresas
extractivas, tanto para el extractivismo como para la vi
olencia.
Entre 2010 y 2015 se produjeron 753 asesinatos.
Ocho de cada diez casos sucedieron en América Latina. Lo
s países con m¡s víctimas son Brasil (207), Honduras (
109) y Colombia (105). Si se calcula en porcentaje a la p
oblación,
Honduras es el país con m¡s asesinatos.
La
ONG remarca que se trata de un piso de asesinatos, ya qu
e su base de información son los medios de información
y afirma que existen asesinatos que son invisibilizados y
no aparecen en las noticias.
<
span style="font-size:14.0pt">Uno de los casos señalados
de 2015 es el de María Ch¡vez Lima y su esposo Raimund
o Dos Santos Rodríguez, defensores de la selva en el nor
deste de Brasil. Fueron emboscados y acribillados. Rodrí
guez sufrió doce disparos y falleció.
Lima, que fue h
erida pero sobrevivió, colabora con el Instituto Chico M
endez (emblema mundial del activismo socioambiental, defe
nsor de la Amazonía, asesinado en 1988).
El trabajo de l
a ONG también señala las responsabilidades de los país
es donde no ocurren los asesinatos, pero que impulsan las
actividades extractivas en otras regiones. Ejemplifica c
on el caso de Brasil, donde el 80 por ciento
de la made
ra que se extrae es ilegal y sus principales destinos son
Estados Unidos, Gran Bretaña y China.
En lo que va de 2
016 ya ocurrieron al menos cuatro asesinatos m¡s en Amé
rica Latina. Berta C¡ceres, líder indígena hondureña
y activista contra las represas que avasallan territorios
comunitarios, fue asesinada en marzo pasado.
El 14 de
junio fue asesinado el indígena Cloudione Souza en el oe
ste de Brasil. La violencia fue ejercida por terratenient
es que hirieron a otros diez indígenas. El Consejo Indig
enista Misionero denunció que los pueblos originarios de
ese país est¡n sufriendo
una “matanza”.
El 21 de
junio pasado fue encontrado el cuerpo sin vida de Nilce
de Souza, del Movimiento de Afectados por Represas, en Pu
erto Velho (norte de Brasil). Había desaparecido el 7 de
enero, luego de múltiples amenazas por su lucha
contr
a las hidroeléctricas. Su cuerpo fue encontrado atado de
pies y manos a una gran piedra, en el mismo lago de la U
sina Hidroléctrica de Jirau, de la denunciada “Empresa
de Energía Sustentable de Brasil”.<
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En Honduras, el 5
de julio, fue asesinada Lesbia Janeth Urquía, también a
ctivista en contra de las represas que se apropian de los
ríos.
“El medio ambiente empieza a convertirse en un
nuevo campo de batalla para los derechos humanos. Con la
continua demanda de productos como minerales, madera y ac
eite de palma, gobiernos, empresas y bandas de delincuent
es est¡n
apropi¡ndose de tierra haciendo caso omiso d
e la gente que en ella vive”, señala la investigación
y destaca que en la mayoría de los casos “claramente
el Estado o las empresas est¡n relacionados con los ases
inatos”.
En los últimos años en Argentina hubo decena
s de represiones sobre campesinos, indígenas y asambleas
socioambientales. Los casos m¡s tr¡gicos los sufrieron
, entre otros, el diaguita Javier Chocobar (asesinado el
12 de octubre
de 2009 en Tucum¡n), la campesina Sandra
“Eli” Ju¡rez (marzo de 2010 en Santiago del Estero)
, el qom Roberto López (noviembre de 2010 en Formosa), C
ristian Ferreyra y Miguel Galv¡n (2011 y 2012, respectiv
amente, ambos del Movimiento Campesino de Santiago del
Estero-Vía Campesina).