Médicos de la COL han reportado, este año, un caso de anencefalia en
Ojeda y dos en Cabimas.
Ésta es una anomalía congénita y afectan el tejido que crece en el
cerebro y la médula espinal. Entre las causas, el perinatólogo Luis Duque
expone: “Se pensó antes que era el vanadio. Se hicieron estudios en Carabobo y
oriente, donde hay zonas petroleras también, y no se observa nada. Aquí está una
condición multifactorial. O es el ambiente o es algún aspecto muy especial de la
población que no hemos detectado”.
Registros del año 1982 revelan altos índices de afectados en las localidades
de Bachaquero y Mene Grande.
Bien se sabe que la anencefalia se traduce en niños nacidos sin cerebro y
cavidad craneal. Que la malformación corta su vida. Pero pese a los múltiples
estudios efectuados en el mundo, su causa es todavía un acertijo para la
ciencia.
En la COL, una de las subregiones con registros históricos de la enfermedad,
contabilizan tres casos en los dos principales centros asistenciales público, en
lo que va de año.
Hace dos décadas y media aproximadamente la lupa de los investigadores pasó
su vista en los constantes casos registrados en el Hospital Pedro García Clara
de Ciudad Ojeda (Hpgc), en Lagunillas.
Aunque las estadísticas de ese entonces asombraron, para este año un caso
—hasta la fecha— registra ese centro asistencial, y dos en el Hospital General
de Cabimas.
Algunos señalaron la industrialización de la zona como el detonante de la
malformación, a la presencia del coque (producto que se deriva de la refinación
del crudo), como también se dijo que el vanadio podía influir y hasta la
alimentación de la zona, pero nada fue preponderante.
Movida por querer encontrar un indicio, la genetista Lennie Pineda junto con
otros especialistas de la Unidad de Genética de LUZ, estudió la situación en el
Hpgc y sumó en sus análisis condiciones de nacimiento, qué tipo de defecto del
tubo neural presentaban, la alimentación y el tiempo de habitabilidad de las
madres en la zona.
“Traté de hacer un estudio lo más controlado posible. Me interesaba
identificar algo en la zona que fundamentalmente pudiera sugerir la alta
frecuencia de ese problema. Me dio una tasa de 2,28 por 1.000 nacimientos
totales y revisando el artículo, dijimos: esta tasa es una de las más altas
reportadas en el país, incluso en el año 1986 la tasa fue de 5,5 por mil”,
detalló Pineda sobre su investigación.
Pese a que la investigadora reconoce que no establecieron un causal sí
notaron, basados en la dirección al momento del parto y la permanencia de la
madre en una zona, que los defectos del tubo neural (entre ellos la anencefalia)
“se concentran mayoritariamente en Bachaquero y Mene Grande (...) No se pudo
establecer la causa, por lo que la única conclusión que pudo sacarse es que algo
estaba pasando alrededor de esas dos zonas. Algo puede condicionar que las
madres tuvieran ese tipo de defecto”, aseguró Pineda.
El acertijo supone hasta ahora un reto, donde lo único claro según el
perinatólogo y feticultor Luis Duque, es que en la COL intervienen múltiples
factores y en ocasiones la incidencia sube por ciclos (años o
meses).
“Se pensó en una época que era el vanadio. Se hicieron estudios comparativos
en Carabobo y oriente, donde hay zonas petroleras también, y no se observa nada.
Aquí está una condición multifactorial. No es genética, no es cromosómica. O es
el ambiente o es algún aspecto muy especial de la población que no hemos
detectado”, reflexiona el especialista.
La única similitud entre los casos que ha visto Duque, dos casos este año y
cinco en el pasado en su consulta privada, es que “sí hay un lugar común: la
condición socioeconómica (baja) y no sabemos por qué en ciertos estratos hay
demasiados (casos)”.
Cuando los reportes de niños nacidos anencefálicos sacudían la subregión, en
Maracaibo también hubo indagaciones e incluso en otros estados.
“A principio de los años 90 publicamos en Investigación Clínica (centro de
LUZ), la incidencia en el Hospital Chiquinquirá (Maracaibo), y era de uno por
mil”, comentó Humberto Moreno, genetista.
Reconoce que no existen registros bien exactos y actualizados para la COL
aunque refiere que hacia Ciudad Bolívar, el doctor Otto Sánchez mantiene
reportes de malformaciones congénitas “y ellos tienen 0,75 casos por mil”.
Un vistazo actual en el Hospital Chiquinquirá, en Maracaibo, indica igual
situación. “No tenemos reporte de casos de anencefalia y las cifras que hemos
tenido realmente son muy bajas”, aseguró José Oberto, jefe de ginecobsetricia de
ese centro asistencial.
El año pasado, Adriana Perozo contó a PANORAMA la situación que vivieron ella
y su esposo Marcelino Maza, con el tercer embarazo, el único diagnosticado con
la malformación.
Expulsó el feto a los cuatro meses en el Hospital General de Cabimas.
Contó Perozo: “Le sentí un leve llanto y murió. No entiendo por qué ocurrió
ésto. Soy ama de casa y no estoy expuesta a trabajos
riesgosos”.