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la
guerra a todos mis amigos y a favorecer a todos mis enemigos."
Bogotá, 16 de
noviembre de 1828.
SEÑOR GENERAL PEDRO BRICEÑO MENDEZ.
Mí querido amigo:
No he recibido carta de
Vd. en este correo; pero yo lo haré para decirle algo de lo que pasa
por acá. Con
respecto a la convocatoria de la representación nacional que he
ofrecido en mi
decreto orgánico, y que parece no ha gustado a la mayor parte, por lo
aburridos
que están de los congresos, el consejo de estado se halla actualmente
tratando
sobre cuando y como deba reunirse; y aunque yo he deseado que se forme
el reglamento
de elecciones, el consejo no ha tenido a bien esta medida. Las cosas
han
llegado a un punto que me tienen en lucha conmigo mismo, con mis
opiniones y con
mi gloria.
Vd. verá en prueba de
esto el resultado final de la conspiración. La gaceta de hoy que le
incluyo, le
impondrá del resultado y condena de los conspiradores y asesinos. Mi
existencia
ha quedado en el aire con este indulto, y la de Colombia se ha perdido
para
siempre. Yo no he podido desoír el dictamen del consejo con respecto a
un
enemigo público, cuyo castigo se habría reputado por venganza cruel. Ya
estoy
arrepentido de la muerte de Piar, de Padilla y de los demás que han
perecido
por la misma causa: en adelante no habrá más justicia para castigar el
más
feroz asesino, porque la vida de Santander es el pendón de las
impunidades más
escandalosas. Lo peor es que mañana le darán un indulto y volverá a
hacer la
guerra a todos mis amigos y a favorecer a todos mis enemigos. Su crimen
se
purificará en el crisol de la anarquía, pero lo que más me atormenta
todavía es
el justo clamor con que se quejarán los de la clase de Piar y de
Padilla. Dirán,
con sobrada justicia, que yo no he sido débil sino a favor de ese
infame blanco
que no tenía los servicios de aquellos famosos servidores de la patria.
Esto me desespera, de modo que no se que
hacerme. Mañana me voy para el campo a refrescarme y
ver si me consuelo un tanto de tan mortales
cavilaciones. Sin embargo, me consuela mucho el espíritu que muestra la
nación
por todas partes, y espero que la buena conducta del gobierno y la
ausencia de
estos asesinos mejoren todavía más el espíritu público. No es creíble
el
entusiasmo con que me han felicitado todos los pueblos de Colombia.
Espero que habrá dado
todos los pasos posibles para cortar el pleito sobre las minas de Aroa
que
tanto embaraza para su venta. Si todavía no se ha conseguido le ruego
que interponga
sus respetos a fin de que se consiga.
Expresiones a toda la familia,
y Vd., mi querido amigo, cuente con que soy su amigo de corazón.
Bolívar.
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