HAMBRE, GUSTO Y
OBESIDAD.
“Once
upon a time, there was…”, una madre que le pregunto a su hijo, “Daniel,
el travieso”: “Daniel tienes hambre”, a lo que este respondió: “¿Dime
que me
vas a dar y te diré si tengo?”.
¿Qué es hambre y gusto
por los alimentos?
Cuando
era niño y comía helado con mi hermano, le preguntaba: “¿tu no
crees que el sabor que tu sientes a chocolate es el que yo siento a
vainilla?”.
Siempre
me pareció esta pregunta infantil, “altamente filosófica” y
difícil de responder. Pero ahora, después de 35 años de estudiar
neurofisiología,
creo tener la respuesta: “lo que yo siento es igual a lo que tu sientes
!!!”.
¿En
qué me baso para hacer semejante afirmación?
Partiendo
del concepto de Kant del “conocimiento a priori” y la poca
variabilidad del patrón del ADN humano, podría afirmar que lo que
sienten los
seres humanos entre si, es, en general, muy similar y probablemente
extensible
a nuestros primos, los demás animales.
¿Qué
es un sabor o un alimento para el cerebro?
Si
asumimos que los organismos vivos se destruyen y auto-construyen
permanentemente, fenómeno que se conoce con el término en ingles de:
Steady
State (Estado Estacionario) http://en.wikipedia.org/wiki/Steady_state,
estos deben “introducir” o comer los materiales necesarios para
auto-construirse
y crecer, pero ello gasta mucha energía.
¿Cómo puede el cerebro
discriminar que materiales debe
“auto-introducirse” como alimentos y cuales no?
Allí,
es donde entra a funcionar “el gusto” o sensación gustativa que debe
producir ciertos “materiales” o alimentos al introducirlos en la boca:
1.- Los altamente energéticos, producen una sensación gustativa que
entendemos mentalmente como “dulces” y son altamente adictivos o
“apetecibles”.
2.-
Los que aportan protones (H+)
y sustancias que van a funcionar en el ciclo del ácido cítrico de
Krebs: http://es.wikipedia.org/wiki/Ciclo_de_Krebs
producen una sensación gustativa “ácida”.
3.-
Los que aportan los electrolitos básicos (Na+,
K+
y Cl- y Ca++) para generar los
impulsos nerviosos o potenciales de acción y mantener la osmolaridad
“saben
salado”.
4.-
Los que producen una
sensación “amarga”, son por lo general tóxicos.
5.-
Existe un material muy importante que constituye la sustancia más
abundante en la excitación nerviosa que es el glutamato. Este material
produce
una sensación gustativa muy conocida en la cocina japonés como “Umami”.
6.-
Pero también los hay los que producen la sensación a “agua”, que
constituye el medio soluble en que se van a disolver todos lo
materiales necesarios
para la auto-sobrevivencia.
¿Pero
qué
es el hambre? Es una sensación muy desagradable
y asociada a un pensamiento fijo: “buscar y consumir objetos con los
sabores antes
mencionados”.
Después
de
ser consumida cierta cantidad de estos
materiales, la sensación desagradable de “hambre” cambia por otra
agradable
llamada “saciedad”.
Pero la
“saciedad” no es una sensación general para
todos estos materiales o alimentos, sino para algunos de ellos. Después
de una
buena espaguetada quien quiere comer sopa, “habría espacio para un
postrecito”,
ja, ja, ja.
Rolls
ET, Murzi E, Yaxley S, Thorpe SJ, Simpson SJ.
Sensory-specific satiety: food-specific reduction in responsiveness of
ventral
forebrain neurons after feeding in the monkey.
Brain Res. 1986 Mar 12;368
(1):79-86.
Abrir: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/entrez
y escribir en
"for" y en mayúsculas: MURZI E
Generalmente,
existe poca saciedad o
refractariedad para los materiales “dulces”
y para otros más complejos, como los que contienen alcohol etílico.
<>Las
sensaciones de hambre y saciedad parecen muy
similares a la observada durante “el consumo sexual”. A medida que
aumenta el
tiempo de deprivación sexual mayor es el “hambre sexual”, una vez
consumado el
acto sexual se produce saciedad. Pero, esta saciedad es relativa, al
igual que
los alimentos, pues se presenta para la misma “pareja sexual” pero no
para
nuevas “parejas sexuales”; este fenómeno se conoce con el nombre de
“efecto
Coolidge” http://en.wikipedia.org/wiki/Coolidge_effect
(lea el "origen del término"; es un buen chiste !!!)
Algunos
investigadores han sugerido la similitud entre
“hambre” a los alimentos, al agua, al sexo, etc. y la adicción a las
drogas.
Pareciera lógico que tuvieran el mismo substrato neurofisiológico.>
Ahora volviendo
atrás, ¿cómo puede
decidir
“Daniel,
el travieso” cuando siente ganas de comer y cuando no?
En nuestro
laboratorio de la
Universidad de Los
Andes en Mérida, Venezuela, observamos como la estimulación eléctrica
del
hipotálamo lateral que “induce” a ratas saciadas a consumir alimento,
provocaba
cambios en la actividad eléctrica proveniente de los receptores
gustativos de
la boca y lengua.
Murzi
E, Hernandez L, Baptista T.
Lateral hypothalamic sites eliciting eating
affect medullary taste neurons in rats.
Physiol
Behav. 1986;36
(5):829-34.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/entrez
En otras palabras, la
actividad hipotalámica modifica la sensibilidad gustativa. Por lo
tanto, es
posible que tan solo con nombrarle el alimento a “Daniel, el travieso”,
la
corteza cerebral a través del hipotálamo le modifica la sensibilidad
gustativa
por el alimento que le mencionara su madre.
Ahora si esto le sucede a
Daniel, el travieso ¿porque no pensar que se pueda condicionar
mediáticamente a
la población para consumir ciertos tipos de alimentos que le sabrán
mejor?
Mas aún, mediáticamente condicionan a los niños a ir a McDonald a comer
hambuguesas mediante el obsequio de "la cajita feliz".
Siempre he recordado una
frase que me dijo mi madre cuando era chico: “no coma con la boca, coma
con el
cerebro” !!!
Obviamente hay dos maneras
de
comer, una para alimentarse y otra para sentir placer (Hedonismo). Lo
inteligente es mezclar las dos alternativas y no separarlas.
http://www.google.com/search?q=Hedonismo&as_sitesearch=es.wikipedia.org&hl=es
Experimentos con
ratas
demuestran la misma conjetura: cuando se les suministra “alimentos de
cafetería
o chatarra” se vuelven obesas, pero no cuando se les suministra
“ratarina”, un
alimento balanceado.
http://www.google.co.ve/search?hl=es&q=Alimento+chatarra&btnG=Buscar+con+Google&meta
Es preocupante
en
Venezuela
el excesivo consumo de “alimento chatarra”: empanadas, perros
calientes,
hamburguesas, margarina (“trans fat”), etc., etc. y la observación de
personas
de las clases medias y bajas obesas.
http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81cido_graso_trans
Una vez se me
ocurrió medir la cantidad de
aceite que se “chupaba” una empanada al freírla y quede sorprendido:
100 ml !!!
Esta cantidad de aceite la
puede “gastar” un trabajador de la construcción, pero ….. un profesor,
un estudiante, un oficinista
o una peluquera, imposible !!!
Conclusión: Como
siempre, …..
“mi madre, algunas veces, tenia la razón” !!!
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