La Unión Europea emitió hoy duras críticas contra el
Gobierno del presidente estadounidense, George W. Bush, quien ha decidido dejar
a su país al margen del Protocolo de Kioto para la reducción de los gases
contaminantes que causan el efecto invernadero.
"La UE ha enviado hoy un mensaje muy claro al Gobierno de Estados Unidos: la
Unión Europea va a seguir los esfuerzos internacionales para combatir el cambio
climático sobre la base del Protocolo de Kioto", dijo hoy en Washington el
ministro sueco de Medio Ambiente, Kjell Larsson, cuyo país ostenta la
Presidencia de turno de la UE.
Larsson, acompañado por la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot
Wallstrom, y el secretario de Estado belga de Energía y Medio Ambiente, Olivier
Deleuze, se reunió hoy con la responsable de la Agencia del Medio Ambiente (EPA)
de EEUU, Christie Todd-Whitman, y el subsecretario de Estado, Richard Armitage.
El objetivo era hacer reflexionar al Gobierno de EEUU sobre su reciente
decisión de no ratificar los acuerdos de Kioto, pero los negociadores europeos
encontraron que las posiciones de Washington no han cambiado.
"No hay ningún signo de que haya diferencias (de posición) en la
Administración" de EEUU, dijo Larsson, quien subrayó que, pese a la ausencia de
este país, "el proceso de Kioto sigue vivo. Todos los países tienen la
responsabilidad de participar en los esfuerzos por mitigar el cambio climático".
La comisaria europea de Medio Ambiente consideró que "la posición de Estados
Unidos es frustrante para la Unión Europea. Es un proceso en el que llevamos más
de diez años y en el que todos hemos puesto mucha energía, además de haber hecho
esfuerzos para acomodar la posición estadounidense".
Bush anunció de improviso hace una semana que no someterá a la ratificación
del Senado estadounidense el Protocolo de Kioto para reducir las emisiones de
dióxido de carbono (CO2), considerado el principal responsable del cambio
climático.
Pese a las advertencias de la EPA de que esa posición pondría en entredicho
"la credibilidad internacional" de EEUU, Bush justificó su decisión en los
elevados costes internos que implicaría la aplicación del convenio y en el hecho
de que países como China o la India están exentos de aplicarlo.
"Estados Unidos ha cometido un error al utilizar el argumento de los elevados
costes siendo un país rico porque, ¿entonces qué argumentos van a utilizar los
países en desarrollo?", cuestionó Wallstrom.
Las emisiones de CO2 en EEUU alcanzan una cifra de 20 toneladas por habitante
y año, mientras en los países de la UE ese porcentaje es de 14 toneladas por año
y la media mundial es de 2 toneladas por habitante y año.
El objetivo de los acuerdos de Kioto es que los países industrializados
reduzcan en el 2012 los niveles de emisiones de gases contaminantes en una media
del 5,2 ciento teniendo como base los valores de 1990.
La UE subrayó que "EEUU es responsable del 25 por ciento de las emisiones
contaminantes causantes del cambio climático".
Pese a la dificultad que representa para el proceso la ausencia de EEUU,
después de haber participado en él durante los últimos 10 años, la Unión Europea
admitió que "asume el liderazgo de la lucha contra el efecto invernadero".
La UE espera que todos sus países miembros hayan terminado en el 2002 sus
procesos de ratificación del Protocolo de Kioto, que entrará en vigor una vez
que ese proceso haya sido completado por 110 de las naciones que lo firmaron.
Wallstrom afirmó que la posición de Bush "es extremadamente preocupante" y
que Washington "tiene que entender que este no es un asunto marginal para la UE
y que tiene implicaciones para las relaciones internacionales, incluidas la
economía y el comercio".
Para la comisaria europea, la postura de Bush "simplemente refleja una falta
de entendimiento de la realidad política".
Los responsables europeos subrayaron la base científica que relaciona las
emisiones de CO2 con el efecto invernadero.
Poco antes de decidir que EEUU no ratificará el Protocolo, Bush escribió una
carta al senador republicano Chuck Hagel en la que decía que el CO2 -según la
ley "Aire Limpio" (Clean Air Act)- no era una emisión contaminante.
El grupo de defensa ambiental Consejo de la Defensa de los Recursos
Nacionales respondió a la misiva presidencial enviando los pasajes específicos
de esa ley en que se califica al dióxido de carbono de gas contaminante.
La "troika" comunitaria viajara a Ottawa (Canadá) para entrevistarse con el
ministro canadiense de Medio Ambiente, David Anderson, y otros miembros del
Gobierno.