El presidente francés, Jacques Chirac, hizo ayer un llamamiento a todos los
países para poner en marcha urgentemente el Protocolo de Kioto de reducción de
gases de efecto invernadero.
La decisión del presidente estadounidense, George Bush, de rechazar la
ratificación del protocolo ha provocado una avalancha internacional de críticas.
Greenpeace pidió ayer un mayor liderazgo de la UE para ratificar el acuerdo,
pese a que la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallström, señaló que
estaría incompleto sin Estados Unidos.
'En una época de calentamiento global y de un perturbador e inaceptable reto
al Protocolo de Kioto, de desertificación que avanza y crisis de agua potable de
grandes proporciones, ¿cómo podemos afirmar el derecho a un medio ambiente
protegido y preservado para las generaciones futuras?', declaró ayer Chirac en
Ginebra ante la comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. 'Con este
espíritu, hago un llamamiento urgente a todos los estados y en primer lugar a
los países industrializados para poner en vigor plenamente el Protocolo de Kioto
sin demora'. El protocolo data de 1997.
Para la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallström, la
ratificación sin Estados Unidos llevaría a un acuerdo incompleto ya que,
recordó, Estados Unidos genera el mayor porcentaje de gases de efecto
invernadero en todo el mundo. Bruselas, además, asegura tener esperanzas de
poder reconducir la situación y sentar de nuevo a Washington en la mesa de
negociaciones.
Las consecuencias económicas de ratificar y poner en vigor el protocolo sin
Estados Unidos, según señalaron ayer observadores europeos, son insostenibles
para la Unión Europea, que tendría que reducir sus emisiones y aumentar los
precios energéticos frente a una potencia, Estados Unidos, libre de compromisos
medioambientales y por tanto más competitiva.
Bill Hare, responsable de cambio climático en Greenpeace, instó a los
ministros europeos de medio ambiente que se reúnen este fin de semana en Suecia,
a que rescaten el protocolo, y comentó que los intentos de cambiar la posición
de Bush se han demostrado inútiles, por lo que hay que lograr la ratificación
del acuerdo en 2002, plazo internacionalmente previsto.
La presidenta del Parlamento Europeo, Nicole Fontaine, se sumó ayer a las
críticas y denunció 'la irresponsabilidad del presidente Bush sobre el efecto
invernadero'. Fontaine añadió: 'Argumentar que el coste de esta lucha es muy
elevado me consterna, pues significa que la primera potencia económica renuncia
a la solidaridad internacional y pone en grave peligro el ecosistema mundial y,
por tanto, el futuro de las jóvenes generaciones'.
Además de la visita de la troika comunitaria a Estados Unidos la
semana que viene para pedir explicaciones de la postura anunciada por Bush, la
Unión Europea envía una delegación a Rusia, China, Irán y Japón para ganar apoyo
para el acuerdo.
También China -país en vías de desarrollo y por tanto no obligado a reducir
sus emisiones en el plazo 2008-2012- se ha sumado a las críticas a Bush. 'El
anuncio de Estados Unidos de que no cumplirá sus obligaciones sobre reducción de
emisiones, amparándose en la ausencia de obligaciones de los países en
desarrollo, viola las reglas fundamentales del Protocolo de Kioto y es una
irresponsabilidad', declaró el Ministerio de Exteriores chino.