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Lista Ecologia y Ambiente - VZLA |
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Asunto: | [LEA-Venezuela] ¿Moratoria petrolera? | Fecha: | Miercoles, 25 de Abril, 2007 13:36:18 (-0400) | Autor: | Amigransa_Orinoco Oilwatch <amigrans @........ve>
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FW: ¿Moratoria petrolera?, por Javier Ponce
¿Moratoria petrolera?
Por Javier Ponce Diario El Universo, MIÉRCOLES |
25 de abril del 2007 | Guayaquil, Ecuador Alberto
Acosta ha propuesto intentar un giro sin precedentes en la política
petrolera: dejar sepultados en tierra los cientos de miles de barriles de
petróleo de los yacimientos existentes en el parque nacional Yasuní.
Aquello sería posible, si gobiernos del Norte y organizaciones ecologistas
internacionales entregan como compensación al Ecuador el cincuenta por
ciento de lo que producirían los campos ITT en los próximos diez años, en
caso de ser explotados.
No conozco de propuestas de este tenor en otra
región.
¿Es un sueño? No necesariamente, si se tiene en
cuenta el enorme valor simbólico que podría tener en el mundo un paso de
esta naturaleza, en pleno clímax de la amenaza del calentamiento global. El
mecanismo consistiría en la emisión de bonos puestos a la venta y en los
que el Ecuador se compromete a respetar la zona del ITT en el futuro. Sería
una primera medida concreta, en la que las sociedades del Norte reconozcan
a un país amazónico en su esfuerzo por conservar un espacio de
biodiversidad.
De cumplirse, no solo cambiaría el rostro de la
lucha contra la depredación de la Amazonía a nivel regional, sino que
sembraría el primer ejemplo de lo que puede ser una concepción distinta del
desarrollo que no esté sustentada en la simple y voraz acumulación
de capital.
Si se trata de un sueño, es uno alimentado desde
hace más de una década por nacionalidades amazónicas que han hablado de
luchar por una moratoria petrolera, por salvar de la extinción lo que resta
del bosque amazónico ecuatoriano; particularmente de una zona que es
territorio de tres pueblos “ocultos”, tres grupos humanos que viven
voluntariamente aislados: tagaeri, taromenane y oñamenane; y que reúne la
mayor biodiversidad del planeta.
Por otra parte, la propuesta de
Acosta nos obliga a una reflexión que subyace en la conciencia del
país: es necesario salir de la dependencia petrolera. Nos obliga a mirar
al Ecuador por más allá del espejismo petrolero, a revisar las cifras que
hablan de un dramático deterioro de todas las actividades productivas
maquillado por los dólares provenientes del petróleo, y a poner en la balanza
lo que ha significado en provecho nuestro una actividad que deja las
mayores ganancias en manos de las transnacionales y cuyo impacto negativo
sobre el medio ambiente es tal vez superior al beneficio.
Se trata de
una propuesta que nos permite pensar en la posibilidad de construir una
relación menos agresiva con la región y su biodiversidad, una relación que
se contagie de la armonía de la región.
La Amazonía ecuatoriana
reúne dos catástrofes: la catástrofe humana que viven sus poblaciones,
con nacionalidades en vías de desaparición y una pobreza que afectaba a
inicios de la década al setenta por ciento de la población; y la catástrofe
ambiental, con un treinta por ciento del bosque original
totalmente devastado.
La ambición por controlar la riqueza amazónica
no ha tenido límites a través de la historia, desde los años sangrientos
del caucho hasta las intenciones por hacerse con sus fuentes de agua dulce.
Por eso, una decisión que representa la voluntad política de definir el
futuro de la Amazonía, es un hecho inédito y valiente.
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