“El
gasoducto destruirá la Amazonia y la Guayana
venezolana”
La organización ambientalista Amigos de la Gran Sabana,
Amigransa, y la Red Alerta Petrolera-Orinoco Oilwatch, recolectaron
más de mil firmas de representantes de la sociedad civil de más de
23 naciones diferentes, que expresaron su rotundo rechazo al
proyecto de construcción de un gasoducto que irá de Venezuela hasta
la Argentina atravesando la Amazonia.
La
Gran Sabana es uno de los parajes venezolanos que sería atravesado
por la tubería de este mega proyecto
energético
Ciudadanos de Venezuela, Estados Unidos,
Australia, Colombia, Inglaterra, Brasil, Argentina, Canadá,
Alemania, Irlanda, Chile, Costa Rica, Suiza, México, Italia, España.
Israel, Francia, Guatemala y Honduras unieron sus voces para
rechazar el proyecto de construcción del Gran Gasoducto del Sur,
plan que promueve el gobierno del Presidente Chávez para llevar gas
desde Venezuela hasta Argentina, atravesando la Gran Sabana y la
Amazonia.
La organización ambientalista Amigransa y la Red Alerta
Petrolera-Orinoco Oilwatch, recolectaron más de 1.056 firmas que
suscriben una carta que se enviará a los presidentes y jefes de
Estado que participarán en la I Cumbre Energética Suramericana que
se realiza en la isla de Margarita, y en la que se espera
participarán diez de los doce gobernantes de la región.
Esta sería la segunda carta que envía la sociedad civil a
los presidentes de Venezuela, Argentina y Brasil. La primera fue
remitida en abril del 2006 y para esa fecha otras 300 personas de
todas partes del mundo solicitaron un “freno” a este proyecto de
desarrollo que no tiene que ver con el modelo sustentable de que
tanto habla el gobierno bolivariano.
Desde que el presidente de la República, Hugo Chávez
anunció por primera vez el proyecto de construcción del Gran
Gasoducto del Sur, hace más de un año, representantes de diferentes
organizaciones ambientalistas venezolanas y de otras naciones,
levantaron sus voces para rechazar ese plan de desarrollo por
considerar que atenta contra una de las reservas de agua y vida más
importantes de Latinoamérica, que es la Amazonia.
Por ello, aprovechando que los presidentes de la región
estarán participando en la I Cumbre Energética Suramericana que se
realiza en la isla de Margarita, y que uno de los temas será el
proyecto del Gasoducto del Sur, la organización ambientalista
Amigransa, Amigos de la Gran Sabana, estará haciendo llegar a los
mandatarios una carta en la que se exponen los motivos por los
cuales este proyecto de desarrollo es totalmente inviable.
Lo que dice La misiva está remitida a
Néstor Kirchner, presidente de la República de Argentina; Luiz
Inacio “Lula” Da Silva, presidente de la República Federativa de
Brasil y Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana de
Venezuela.
A continuación reproducimos el texto que suscriben más de
1.056 personas de distintos puntos del globo:
“Nos dirigimos a ustedes, como jefes de Estado responsables
de la paz y del bienestar colectivo de nuestros pueblos, con el
único propósito de hacerles un urgente llamado de atención y de
responsabilidad por las acciones que adelantan sus gobiernos para la
ejecución del proyecto gasífero denominado “Gasoducto del Sur”.
Ante la peligrosa situación generada en torno a la Amazonía
por las aceleradas decisiones tomadas para la construcción de este
mega gasoducto que partiría desde la desembocadura del río
Orinoco-Venezuela, atravesando el corazón del Amazonas en Brasil
hasta llegar a Buenos Aires-Argentina, nosotros, los abajo
firmantes, ciudadanos(as), organización, y movimientos sociales de
Suramérica y el mundo, preocupados por la defensa del Planeta, y
comprometidos con sus habitantes y con el destino de las
generaciones presentes y futuras, les manifestamos nuestra
categórica oposición a este proyecto de interconexión energética que
en su recorrido de 8.000 km., pasaría e intervendría áreas de alta
vulnerabilidad ecológica, social, cultural y de extrema importancia
para la vida.
Continúa el documento señalando que “bajo nuestra óptica,
sería el paso definitivo para la destrucción de la Amazonía, la
Guayana venezolana y diversos ecosistemas de la costa caribeña y
atlántica, poniendo en riesgo inminente a la región con devastadoras
consecuencias para el planeta”.
“El sólo planteamiento de este faraónico proyecto,
inconsulto por demás, viola convenios y acuerdos sobre Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (DESC) y otros tratados
internacionales suscritos por nuestros países; y ha sido dado a
conocer por medios oficiales sin contar con los estudios previos
necesarios en cuanto a factibilidad e impacto ambiental,
sociocultural y económico”.
Aunque los firmantes están convencidos de que “la
integración de nuestros pueblos es pertinente y necesaria pero
basada en un enriquecedor intercambio social y cultural; en el
diálogo de saberes; en el intercambio de experiencias
agro-ecológicas, sin transgénicos ni monocultivos; en la
satisfacción del déficit energético basada en el uso consciente de
la energía y en la producción de energías alternativas mediante
procesos ecológicos”.
Añade la carta: “No compartimos la integración que
visualiza el desarrollo del Proyecto ‘Gasoducto del Sur’ sin
considerar el grave impacto que se le estaría causando a la
Amazonia, que es garantía de vida, reservorio de agua dulce, de
biodiversidad y hábitat natural de muchos pueblos indígenas. Esta
mal llamada integración, no traería ni unidad ni bienestar a los
pueblos del Sur ya que está fundamentada en la sobre-explotación de
los recursos naturales y en la destrucción del patrimonio biodiverso
que existe en esta excepcional región. Sin lugar a dudas, ese
proyecto acrecentará la deuda ecológica y social y por ende, la
pobreza”.
Advierten los firmantes que “la Integración de nuestros
Pueblos requiere: un cambio de paradigma que se aparte del modelo de
desarrollo dependiente de los hidrocarburos impuesto a nuestra
civilización; una visión de protección ambiental integral en aras de
detener el aumento de la deuda ecológica y social; la defensa de
nuestros derechos como acreedores y no deudores de una deuda
externa; una relación directa Estado-ciudadano para el diseño de
políticas públicas; y el fortalecimiento de valores de libertad,
igualdad, equidad, justicia, paz, de no discriminación, respeto a la
vida y a los Derechos Humanos”.
“En consecuencia, por lo antes expuesto, solicitamos de
Ustedes descartar definitivamente la construcción del ‘Gasoducto del
Sur’ como medio para cubrir las necesidades energéticas de
Suramérica y buscar una opción cónsona con la realidad ecológica,
social y económica de la región”, finaliza el documento.
Más razones Desde enero del 2006,
diferentes organizaciones ambientalistas vienen alertando las
secuelas que podría tener desde el punto de vista ambiental el
proyecto de Gasoducto del Sur.
La Red Alerta Petrolera-Orinoco Oilwatch advirtió el año
pasado que “el Plan de atravesar el Amazonas debería encender todas
las alarmas de la gente preocupada por el medio ambiente” y acotaron
que ya hay antecedentes de proyectos gasíferos que han dejado un
saldo lamentable desde el punto de vista ambiental.
“La zona ha tenido una trágica experiencia con la industria
gasífera y un tristemente célebre gasoducto: el gasoducto de
Camisea, que se ha propuesto llevar gas amazónico hasta el pacífico
peruano. La mencionada tubería, obra también de considerables
proporciones, en su relativa corta vida ya ha tenido cuatro grandes
derrames de gas líquido, los cuales han causado tantos perjuicios al
ambiente y a los pobladores aborígenes que la experiencia ha sido
catalogada como uno de los peores desastres ambientales que ha
habido en todo el Amazonas y uno de los mayores del mundo”,
alertaron en su momento.
Especialistas también han insistido al señalar que no se
está diciendo todo sobre “la construcción de una gigantesca y larga
tubería como la planteada y su complementaria hilera de plantas de
compresión que atravesaría la integridad de todos los ecosistemas
naturales y prístinos; al requerir de gran deforestación y remoción
de tierra para hacer posible su paso, así como caminos nuevos en
sitios antes vírgenes para asegurar el permanente mantenimiento
y vigilancia que la obra”.
Especialistas también han advertido que las tuberías de
hidrocarburos son inexorablemente proclives al desgaste y la
corrosión, esta última particularmente relevante en el caso de los
ambientes húmedos tropicales como el Guayanés-Amazónico. Lo que hace
que estas tuberías sean más propensas a las filtraciones
contaminantes o rupturas con derrames”.
Gasoducto en cifras
- El Gobierno estima que 150 millones de metros cúbicos de gas
venezolano serán distribuidos a Argentina, Brasil y Uruguay con
posibles interconexiones con el Paraguay y Bolivia.
- El proyecto contempla la construcción de un gasoducto a lo
largo de más de 8.000 kilómetros y la instalación de decenas de
plantas de compresión y de cientos de estaciones de válvulas que
tendrían “desastrosas” consecuencias ambientales.
- El costo del proyecto oscilará entre los 20 y los 25 mil
millones de dólares, cruzaría casi 522 mil kilómetros de áreas
prístinas de la región amazónica que son asiento de más de 22
pueblos indígenas y una diversidad de riqueza biológica aún
desconocida.