Asunto: | [LEA-Venezuela] Daños a indígenas en la construcción del gasoducto Binacional/Ricardo Londoño González | Fecha: | Domingo, 11 de Febrero, 2007 21:35:31 (-0400) | Autor: | Jorge Hinestroza <jlhinestroza @.....com>
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República chavista de Venezuela
Por: Gloria Gaitán
Fecha de publicación en www.aporrea.org: 01/02/07
Ser bolivariano exige pensar y amar la patria concibiéndola como un
continente integral, unido y abstenerse de manejar una visión nacionalista
endógena, situando los límites de nuestros intereses "patrios" (leer
"económicos") en el marco de las fronteras que los colonialistas españoles y
los oligarcas criollos de todo el continente nos trazaron para dividirnos.
¿Cómo entender entonces que una nación como Venezuela, que se bautiza a sí
misma bolivariana, pone sus intereses y ambiciones particulares por encima
del interés de las comunidades indígenas wayú de Colombia?
Ser bolivariano no puede ser solamente un aviso luminoso de neón para atraer
clientes y prestigio, crear una marca que venda y obtener regalías por ella.
¡No! Ser bolivariano es actuar con coherencia para poder decir que nuestra
patria es América. Por ello lo que está sucediendo en La Guajira colombiana
es una voz de alerta que debe solucionarse al estilo bolivariano y no al
estilo globalizador capitalista. El artículo que a continuación transcribo,
que señala que "con migajas y chichiguas, pagó Petróleos de Venezuela S.A.
(Pdvsa) los daños ocasionados a indígenas en la construcción del gasoducto
Binacional. Las 64 rancherías recibieron chivos, ovejas y carneros". habla
por sí sólo.
Urgimos a que la Venezuela chavista corrija semejante atrocidad, que nos
recuerda cuando a nuestros antepasados los españoles les robaron el oro
cambiándoselo por espejitos.
El reclamo Wayúu no es cuestión de plata, es cuestión de dignidad
Por: Ricardo Londoño González
"Los guajiros no conocemos los pormenores de la negociación y no quiero que
se repita lo del Cerrejón; donde Luis Carlos Galán en una conferencia ante
los profesionales guajiros mostró el documento sobre la comercialización del
Cerrejón que mis paisanos no conocían, esto sucedió hace 30 años y hoy
estamos igual, manifestó Mario Hernández Mejía, diputado del departamento de
la Guajira el 12 de julio de 2006 cuando ya se veía venir el despropósito de
PDVsa en contra de los indígenas de la región.
El gasoducto tiene una extensión de 224,4 kilómetros, se extenderá hasta
Paraguaná en Venezuela con un costo de 335 millones de dólares.
Durante sus primeros cuatro años de operatividad exportará gas a Venezuela y
durante 16 años lo importará, El gasoducto, que tendrá una capacidad de 500
mega pies cúbicos día, deberá contar con tubos de 26 pulgadas para operar
normalmente.
A comienzos del año pasado los concejales y los dirigentes comunales de la
Guajira comenzaban a reclamar por la escasa participación de los nativos en
el proyecto que se limitaba a ofrecer empleos de menor nivel,ya finalizando
el 2006 las voces de protesta eran fuertes, en palabras del representante
Vladimiro Cuello Daza :
"Con migajas y chichiguas, pagó Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) los
daños ocasionados a indígenas en la construcción del gasoducto Binacional.
Las 64 rancherías recibieron chivos, ovejas y carneros".
Eso justamente es lo que mas debe ofendernos a todos los colombianos, que
vengan los petroleros venezolanos a pagarnos con chivos mientras construyen
una obra de hidrocarburos que les producirá cientos de millones de dólares
anuales.
Cuando nos conquistaron los españoles se aprovecharon de nuestra ingenuidad
y buena fe y nos intercambiaron baratijas y objetos inútiles por el oro y
las riquezas de nuestro suelo y hoy, en pleno siglo 21 viene PDVsa a
llevarse nuestro petróleo y a cambio nos da chivos y ovejas.
Hiere el sentido de patria esa acción tan baja por parte de la petrolera.
Lo cierto es que la empresa venezolana aprovechó el ancestral concepto Wayúu
de que los chivos y carneros son el fundamento de la economía familiar y
pactó acuerdos individuales con los 64 jefes de rancherías como compensación
por el uso del territorio Wayúu, evadiendo escaradamente la obligación de
presentar el proyecto ante la dirigencia indígena.
Es cierto que el gasoducto hace parte del plan de integración energética
binacional que los respectivos presidentes de Colombia y Venezuela impulsan
y que firmaron el 24 de noviembre de 2005, pero la caballerosidad y el
respeto son virtudes que parecen no estar entre las de PDVsa ni de algunos
de los representantes del gobierno colombiano.
En diferentes debates han participado entre otros Jorge Ballesteros, el
ministro de Minas y Energía Hernán Martínez Torres, el ministro del Interior
y de Justicia Carlos Holguín Sardi y el de Medio Ambiente Juan Lozano
Ramírez quienes conocen a profundidad el tema y saben de las millonarias
cifras que se manejan para la ejecución del proyecto. ¿Cómo es que el
gobierno no hace respetar al pueblo guajiro?
Ante la acertada reacción de algunos dirigentes guajiros como Jorge
Ballesteros y del Magdalena como Luis Vives Lacoture, PDVsa decidió ofrecer
en su momento 13 millones de dólares para la ejecución de obras sociales,
una cantidad en todo caso irrisoria comparada con los beneficios económicos
para la petrolera venezolana.
Sin embargo PDVsa pretende compensar a los indígenas construyendo "varias"
aulas escolares y 14 pozos profundos para recoger agua y construir "varios"
jagüeyes y la entrega de "gran cantidad de hilos", para que las mujeres
puedan tejer.
El emisario de PDVsa, Edi Rincón, Gerente del gasoducto se ha caracterizado
por sus frases célebres: "Nosotros no somos una empresa mercantilista" dice
sin el menor rubor, y continúa, "Me siento como en la época de la
inquisición, como si PDVsa estuviera haciendo mal, algo de lo que nosotros
ya por rutina estamos haciendo en Venezuela".
Señor Rincón, si en Venezuela "por rutina" hacen las cosas así, quiero
aclarar que en Colombia no. Aquí respetamos a nuestra gente, aquí
preservamos nuestras tradiciones raizales, aquí defendemos a nuestros
indígenas, aquí, en Colombia, no vamos a dejar que PDVsa pase por encima de
nuestras tierras como ustedes "hacen por rutina".
Dice Rincón: "Nosotros estamos convencidos que después de vender una
molécula de gas, o un barril de crudo, debemos mejorar la calidad de vida de
nuestra gente, porque de lo contrario no tendría sentido, estamos sembrando
el petróleo en Venezuela y así queremos hacerlo en este país". Aquí le
respondemos que usted hasta ahora solo ha sembrado desconfianza, manejos que
dejan mucho que desear y que rayan con el insulto y ofertas paupérrimas que
seguramente hacen parte de su "rutina" pero no de la nuestra. La riqueza
colombiana de esa forma no va a enriquecer la causa chavista.
Tan amañado manejo financiero y político ha resultado en que la líder
indígena Rosario Aguilar manifestara como consecuencia del trato
irrespetuoso recibido por los venezolanos: "Cuando los operarios de la
empresa PDVsa quieran trabajar no lo vamos a dejar, porque ésta es nuestra
tierra, aquí queda nuestro terruño y está el gas, ellos lo necesitan",
además añade la líder, "No importa que esté el Ejército, nadie podrá
quitarnos nuestro tesoro, nuestras tierras, donde tenemos a nuestros
ancestros, nosotros autoridades indígenas como si fuéramos otro país, así es
que ellos pueden largarse cuando les de su gana"
Los indígenas siempre han estado dispuestos al diálogo pero los
representantes de la petrolera venezolana forzaron la ruptura de las
relaciones cuando se negaron a firmar el acta de compromiso con los
representantes de la etnia Wayúu bajo el argumento de que "estaban muy
ocupados".
Viene a la memoria aquella histórica y lamentable noche en que las tropas
colombianas masacraron a su propio pueblo en el vergonzoso episodio
denunciado por Gaitán y conocido como " La Masacre de las Bananeras", uno se
pregunta, ¿Será que el gobierno de Uribe le ordenará al ejército colombiano
reprimir a los indígenas guajiros que exigen el respeto por su tierra y sus
tradiciones ancestrales?
Una lección para PDVsa: los indígenas wayuus no están interesados en su
dinero venezolano, prueba de ello es que sin la intervención acertada de los
dirigentes de la región ellos hubiesen negociado por chivos y ovejas.
A diferencia de los ejecutivos de PDVsa, lo que más interesa a nuestros
indígenas es el respeto por su tierra, por sus ancestros, por su cultura. No
es cuestión de plata, es cuestión de dignidad.
gloriagaitan@...
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