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Lista Ecologia y Ambiente - VZLA |
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Asunto: | [LEA-Venezuela] Monsanto y los suicidios agrarios | Fecha: | Jueves, 21 de Diciembre, 2006 11:34:54 (-0400) | Autor: | amigransa_orinoco oilwatch <amigrans @........ve>
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Monsanto y los suicidios agrarios
----- Original
Message ----- From: No Transgenicos To: OGM ; OGM2 Sent: Thursday,
December 21, 2006 10:52 AM Subject: Monsanto y los suicidios
agrarios
La jornada 20 de Diciembre de
2006
Monsanto y los suicidios agrarios
en India
Alejandro Nadal
La revolución verde
ha muerto. Sus híbridos y variedades de alto rendimiento
permitieron aumentos significativos en la producción de cultivos como el
trigo. Pero su secuela de efectos negativos no sólo no se extingue todavía,
sino que se hace más intensa.
El paquete tecnológico de la revolución
verde provocó una fuerte salinización de suelos, el agotamiento y
sobrexplotación de acuíferos y una intensa contaminación con plaguicidas de
todo tipo. Lo más grave es que sembró la semilla de una crisis económica,
social y ambiental en la vida de campesinos pobres que cobra más
vidas cada año. Un ejemplo es el de Anil Khondwa Shinde, pequeño
agricultor del distrito de Vidarba, estado de Maharashtra (en la
parte centro occidental de India). Hace dos meses se suicidó ingiriendo un
potente insecticida. Tenía 31 años y murió en pocos minutos.
La desproporción entre costos de producción y precio de venta no le
permitieron pagar el crédito extendido por los proveedores de
insumos.
¿Un caso aislado? Para nada. El Ministerio de Agricultura de
India reconoce las siguientes cifras: entre 1993 y 2003 ocurrieron 100
mil suicidios de campesinos. Y entre 2003 y 2006 (octubre) se han
presentado unos 16 mil suicidios de campesinos cada año. En total, entre 1993
y 2006 hubo alrededor de 150 mil suicidios de campesinos, ¡30 diarios
durante 13 años!
El propio gobierno de Maharashtra acepta la cifra de
mil 920 campesinos suicidados en Vidarba entre enero 2001 y agosto 2006. Las
organizaciones campesinas de ese distrito afirman que entre junio 2005 y
agosto 2006 ocurrieron 782 suicidios de productores agrícolas. Para los
últimos tres meses, los datos indican que en promedio hubo un suicidio cada
ocho horas.
¿Bajo qué condiciones se presenta una tasa de suicidios de
unos 30 campesinos diarios? Se dice que la causa radica en el endeudamiento,
pero la razón última está en la imposición de una tecnología agrícola
completamente inadecuada, tanto desde el punto de vista económico, como
ambiental.
Anil Shinde había decidido sembrar algodón Bt,
un transgénico producido por Monsanto, que supuestamente reduce la
necesidad de plaguicidas y aumenta la rentabilidad del productor.
Shinde no es una excepción. Cientos de campesinos que han sembrado algodón
transgénico en los estados de Maharashtra, Andra Pradesh y Karnataka
han buscado la salida del suicidio frente a una situación económica
desesperada que empeora año con año.
Un elemento importante en esta
historia es que el algodón Bt de Monsanto ofrece algo de protección frente
al llamado gusano del fruto (Helicoverpa zea), pero no frente a otras plagas
(por ejemplo, Spodoptera) que afectan este cultivo comercial en India. Así
que los productores que, como Shinde, recurrieron al algodón de Monsanto
buscando reducir el costo en plaguicidas, se llevaron una sorpresa, pues
han tenido que seguir aplicando estos insumos de todas maneras. Peor aún:
la trampa del endeudamiento se les vino encima más rápidamente porque las
semillas del algodón de Monsanto son más caras.
En muchos distritos los
prestamistas locales de antaño han sido remplazados por la red
de concesionarios y vendedores de insumos de las grandes compañías, y sus
métodos de cobranza han sido denunciados con frecuencia. Cuando
los suicidios se agudizaron, el gobierno lanzó un programa de "ayuda" que
aseguraba el pago de unos 2 mil dólares para los familiares
sobrevivientes, pero ese dinero va directo a los bolsillos de
los acreedores y, de hecho, se ha convertido en un incentivo perverso para
que muchos productores se quiten la vida.
Pero los políticos son iguales
en todos lados. El ministro de Agricultura Sharad Pawar se
regodea viviendo en el pasado, hablando todos los días sobre los triunfos
de la revolución verde. El mensaje al final de sus alocuciones es siempre
el mismo: India necesita los cultivos genéticamente modificados para
ayudar a los campesinos pobres a salir de la pobreza y resolver el "problema
del hambre". Gracias a la política de apertura neoliberal promovida por el
gobierno, la superficie dedicada al algodón transgénico en Vidarba pasó de
0.4 por ciento a 15 por ciento en tan sólo tres años. En ese lapso también
aumentó la tasa de suicidios agrarios, lo que convierte a Monsanto en el
peor asesino serial de la historia. O si queremos jugar con las
palabras, tal como esta compañía juega con las vidas de millones de
campesinos, podemos describir a Monsanto como el peor asesino cereal del
planeta.
Miles de campesinos cuya forma de vida ha sido destruida al
caer en las garras de sus acreedores han recurrido al suicidio como única
escapatoria. En el proceso han puesto al descubierto el fracaso de un
proyecto agrícola basado en "soluciones" tecnológicas con múltiples
efectos negativos y relaciones sociales disfuncionales. ¿Por qué no
corregir los daños de la revolución verde en lugar de saltar a abrazar la
tecnología de los OGM?
Las semillas de la destrucción quieren
decirnos algo. Pero este invierno, Nueva Delhi parece más preocupada por
la contaminación atmosférica que por la tragedia que se desenvuelve
diariamente en el campo.
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