Venezuela: Se duplicó represión en el 2006 contra manifestaciones populares
(El “nosotros” en su laberinto).
Rafael Uzcategui (*)
uzcategui.rafael@...
En los últimos cinco meses, período comprendido entre el 1 de julio hasta el
30 de noviembre, se registraron 26 manifestaciones reprimidas, impedidas u
obstaculizadas por los organismos de seguridad del Estado; una cantidad mucho
mayor que los 18 casos, contabilizados por el informe anual realizado por la
Organización No Gubernamental Provea, para todo el 2005. El ciclo en estudio
mostró, de igual manera, un aumento en las violaciones al derecho a la integridad
física al denunciarse por lo menos 71 lesionados por heridas de bala, perdigones,
golpes, asfixias y otros maltratos; contra los 49 casos del 2005. En el mismo
sentido, los casos de violación
al derecho a la libertad personal acusaron un incremento del 60%, registrándose
130 detenciones arbitrarias, contra 81 para los 12 meses del 2005. En un 55% de
los casos, la represión estuvo a cargo de las policías regionales mientras que el
45% restante fue realizado por la Guardia Nacional (GN). Sólo 6 casos, un 23%
del total, ocurrieron en la ciudad de Caracas.
Por su parte, el último Informe Anual sobre la situación de los Derechos
Humanos en Venezuela, realizado también por Provea, estima que entre octubre 2005
y septiembre 2006 fueron reprimidas 58 manifestaciones en el país. Si le sumamos
16 protestas disueltas de manera violenta, ocurridas entre octubre y noviembre,
la cifra se remonta a los 74 casos. Dos estudiantes, José González (Cumaná) y
Dave Parker (Trujillo), fallecieron este año producto de la acción represiva de
las fuerzas policiales. Las cifras, contrastan con las declaraciones de los
voceros del oficialismo, quienes afirman que la represión a la protesta es cosa
del pasado. “Este no es un gobierno que atropella –afirmó el Vicepresidente José
Vicente Rangel el pasado 11 de diciembre refiriéndose a las cifras difundidas por
las ONG´s-, que
asesina, ni tortura, ni reprime a nadie. Eso ocurrió en la cuarta República, el
gobierno del Presidente Chávez no tiene manchadas las manos con sangre de
venezolanos”.
La tendencia muestra una lenta, progresiva y sui generis radicalización de las
protestas populares, especialmente en las relativas al derecho a la vivienda y servicios públicos, y en menor medida, en la reivindicación de
derechos laborales. Estas expresiones son delineadas por un contexto y una serie
de características que las diferencian de otras similares ocurridas en el
continente: cualquier acercamiento a nuestra realidad, no propagandístico ni
mistificador, debe tomar en cuenta tanto la historia como la subjetividad
cultural cimentada en el país durante todo el siglo XX.
“Nosotros” y “ellos”: la lógica de la polarización
Ante las altas expectativas creadas por el ejecutivo nacional y por su escasa
materialización, salvo los programas asistenciales de las Misiones, la dominación
carismática representada por Hugo Chávez comienza lánguidamente a mostrar
signos de erosión, dentro y a pesar de la cifra de siete millones de votos que
hicieron posible su reelección. Su primer período presidencial se caracterizó,
entre varias dimensiones, por una fuerte polarización política que creó las
condiciones favorables para una subordinación de las dinámicas de base a las
consecuentes citas electorales. Esta lealtad incontestable se ha cimentado por
la reiteración constante de la lógica binaria: un “nosotros”: revolucionario,
patriota y bolivariano percibido como los buenos; versus una alteridad, los
“otros”: imperialistas, contrarrevolucionarios y vende-patrias, imaginado como
los malos. Cualquier disenso se interpreta como una manipulación del enemigo
exterior (el imperialismo), cuyo hipotético enfrentamiento exige permanentemente
la reiteración de unidad y fidelidad. Este razonamiento impide y subordina no
sólo el diálogo con los “otros”, sino que también mediatiza el propio intercambio
entre el “nosotros”, supeditándolo a la iniciativa del caudillo. Un claro ejemplo
de esto lo constituye el debate acerca de la construcción del llamado “partido
único”.
La retórica del ejecutivo ha capitalizado el resentimiento contra el reparto
de la riqueza y el poder realizado en los primeros cuarenta años de la vida
democrática del país. El protagonizar la intensa voluntad de cambio generada en
la década de los 80´s y 90´s, cuenta con el aval de los altos precios petroleros
y una agresiva política fiscal, quienes han permitido al gobierno contar con un
período sostenido de ingentes ingresos, uno de los más altos en la historia
contemporánea venezolana. Por ello, los tímidos avances en materia social no se
corresponden ni con la bonanza económica –la cual permea a los sectores populares
a pesar de continuar enriqueciendo élites, ahora globalizadas-. Con el paso del
tiempo el amor, aunque sea bolivariano, con hambre de satisfacciones no dura.
Las protestas populares, hasta el momento, desarrollaron una serie de
características. Han sido realizadas, en una gruesa proporción, por actores
formados bajo la influencia del “Proceso” y sin experiencia política previa -esto
en parte por la sustitución y cooptación del tejido social previo a 1998-. Tal
como lo estableció Max Weber para la dominación carismática, la figura
presidencial encarna atributos mágico-religiosos, así como el sino de la
predestinación histórica. Las contradicciones y carencias gubernamentales, por
tanto, son atribuidas a las limitaciones mundanas de sus funcionarios. Los
manifestantes se movilizan contra ministros, alcaldes, gobernadores y agentes
policiales y militares, pero, por los momentos, no contra la figura presidencial.
Por otra parte, y para diferenciarse de las
protestas de los “otros”, reiteran de distintas maneras su identidad del
“nosotros”. En consonancia con la centralización del país, la gran mayoría de las
protestas suceden en localidades distintas a Caracas, ciudad en dónde el goteo
presupuestario es mayor y con diferentes vías de acceso. El ejecutivo sabe que
una protesta en la capital, de la envergadura que sea, es exponencialmente mas
visible que una ocurrida en la provincia, lo que también explica los esfuerzos
para su disminución.
Los muros de la contención
La contención y neutralización de las protestas, durante el primer período
gubernamental, fue posible por varias razones. En primer lugar, por las altas
expectativas creadas desde Miraflores. Segundo, por la imposición de la
polarización y la electoralización de los conflictos sociales, lo que
autolimitaba la expresión del descontento para “no darle armas a los
imperialistas”. Tres, por la inducción de la lógica del enemigo exterior y su
hipotética e inminente agresión armada. Cuarto, por la neutralización y
burocratización de los dirigentes de base. Quinto, por la creación de una amplia
gama de canales institucionales para canalizar la participación y sus demandas. Y
Sexto, por la progresiva cesión de funciones policiales, vigilancia y delación a
los ciudadanos bajo el eufemismo de la “inteligencia social” y la “alianza
cívico-militar”.
La interacción de estos elementos ocasiona que la protesta para manifestarse
deba cruzar una serie de alcabalas y que, sólo como último recurso, sea necesaria
la neutralización por parte de los organismos de seguridad del Estado. Sobre
estos, hay que recordar que la “revolución bolivariana” no modificó
sustancialmente ninguno de sus brazos armados, su estructura o los paradigmas
tradicionales de control de la protesta ciudadana. Si el gobierno podía mostrar
ínfimos números de detenidos y lesionados en protestas de carácter popular,
durante sus primeros años de gestión, era porque estas sencillamente no existían,
y no porque los organismos policiales hubieran asumido estrategias de resolución
de conflictos diferentes al pasado. Es, tras ocho años de gobierno, que se
instauró una Comisión Nacional de Reforma
Policial (Conarepol) para realizar un diagnóstico y recomendaciones, el cual
según lo manifiestan sus propios promotores, dudan de su efectiva implementación.
Como lo ejemplifican algunos de los conflictos desarrollados -Protestas contra
la explotación carbonífera en el Zulia, movilización de buhoneros en Caracas de
octubre pasado y la reciente toma del Puerto Internacional de Guiria-, el trabajo
más activo para su neutralización ha sido realizado no por los funcionarios
policiales, sino por sectores del “nosotros”. El 18.10.06 el sector informal
de la capital convocó a una manifestación para exigir no los 10 millones, sino
una agenda de reivindicaciones decidida por ellas y ellos: la construcción de
los centros comerciales prometidos para los buhoneros, su inclusión en el Seguro
Social y en los Consejos Comunales, así como la pensión para la tercera edad. Los
manifestantes
declararon en todo momento que la marcha era por derechos laborales, y para no
incluir el tema electoral –aunque en muchos momentos del recorrido corearon
consignas a favor del presidente-, utilizaron una camisa de color gris en cuya
espalda estamparon el área de la ciudad donde trabajaban. El recorrido pasó
tranquilamente por el centro de la ciudad, y terminó, bajo la lluvia, en un acto
en la Avenida Urdaneta. 24 horas antes, el centro de la ciudad amanecía
repleto de volantes, ricos en adjetivos, dónde se acusaba a la manifestación de
ser una protesta camuflada de la oposición. El día de la marcha, el vespertino
oficialista VEA sugería turbios intereses tras los buhoneros: “Grupos de
desestabilizadores tendrían presuntamente en la mira a los
trabajadores informales que laboran en calles y avenidas de Caracas”. Según la
nota del rotativo, “supuestos paramilitares estarían financiando la buhonería en
puntos estratégicos de la capital de la República para desarrollar un plan
desestabilizador de las instituciones democráticas”. Al final del recorrido, los
trabajadores informales enfrentaron a personas identificadas como miembros del
partido Unión Popular Venezolana (UPV) quienes los acusaban de “infiltrados de la
derecha”. Durante la jornada, la Guardia Nacional y la Policía
Metropolitana se limitaron a bloquear el acceso al Palacio de Gobierno.
En otras ocasiones, las protestas son explícitamente postergadas por “voceros”
de los actores sociales de acuerdo a la agenda política impuesta desde arriba. En
la asamblea mensual de las Organizaciones Comunitarias de Vivienda y grupos “Sin
techo” realizada en el Foro Libertador de Caracas, correspondiente al mes de
noviembre, desde la tarima se pedía reiteradamente que cualquier protesta fuera
aplazada para después de las elecciones.
Solidaridad hacia arriba
Otra de las características, tanto para las propias movilizaciones como para
los actores sociales que las protagonizan, es que la existencia de la solidaridad
vertical, hacia el líder carismático, suplanta los lazos de camaradería
horizontales y la solidaridad intraclase. Esto complejiza la comprensión de estas
iniciativas como tradicionalmente se consideran los movimientos sociales:
iniciativas colectivas con una identidad, discurso y objetivos compartidos, con
la capacidad de reaccionar ante la agresión contra una de sus partes. 36 personas
sin vivienda fueron procesadas durante el 2006 por delitos tipificados en el
Código Penal como invasión y resistencia a la autoridad. Algunas de ellas
continúan, al momento de escribir esta nota, privadas de libertad. Ningún e-mail,
ninguna manifestación y ninguna
petición de libertad los han tenido como protagonistas: ni de otros grupos de
“Sin techo” ni de otras organizaciones sociales.
La solidaridad intraclase tampoco se manifiesta en iniciativas explícitamente
más “revolucionarias”. El 23 de octubre pasado fue apresado José Miguel Rojas
Espinosa, presuntamente, tras haber colocado cajas sonoras en las adyacencias de
la Embajada de los Estados Unidos en Caracas. Tres semanas después es detenido
en Maracaibo Teodoro Rafael Darnott, alias “Comandante Teodoro”, acusado de la
autoría intelectual. Ambos, como lo afirma una página de msn groups, pertenecen a
la organización “Autonomía Islámica Wayuu”, autodenominada como fundadora de
Hezbollah América Latina. La acción era parte de una Yihad convocada contra
Estados Unidos por su beligerancia frente a Irán e Irak. Ningún graffiti los
recuerda, no hay volantes que los
reivindiquen o pidan su liberación. En el país campeón de la repulsa a
Estados Unidos, los antiimperialistas presos no tienen quien les escriba.
Pobres contra pobres
Diversos analistas coinciden en el aumento de la conflictividad social para el
2007. Disminuido el reparto electoral, mantenidas las expectativas y redobladas
las promesas, es relativamente previsible el incremento de las movilizaciones por
casa, servicios, y empleo. Si también consideramos el predecible aumento de los
conflictos internos entre el chavismo partidizado, de cara a la hegemonización
del “partido único” y la acumulación de indulgencias frente al líder carismático,
el segundo período presidencial del presidente Chávez enfrentaría convulsiones
sociales diferentes a las de su primer período, debido a la deuda social
mantenida y profundizada por el gobierno anterior –el mismo- y su incapacidad de
reformar –ni siquiera revolucionar- la experiencia cotidiana de la gente. Oscar
Schemel, sociólogo de
la empresa Hinterlaces –cuyos diagnósticos sobre las elecciones se cumplieron a
cabalidad- resumió este posible escenario con la frase: “pobres contra pobres”.
Pero la turbulencia puede ser tan larga como la habilidad del presidente para
mantener su reinado fuera de este mundo, y mantener la inconformidad en liza del
terrenal e imperfecto mundo de los subalternos.
// LOS DATOS //
Noviembre
El 21.11.06 habitantes del sector de La Yaguara, ubicada en el municipio
Libertador trancaron la Autopista Valencia-Campo Carabobo en ambos sentidos, en
protesta por la falta de servicios públicos. La Unidad Táctica de Apoyo
Operacional de la Policía de Valencia dispersó la manifestación utilizando
bombas lacrimógenas y perdigones plásticos, deteniendo a una persona. Ese mismo
día, en Caracas, la Guardia Nacional agredió a las personas que se encontraban
frente al Banco Nacional de Vivienda y Hábitat con saldo de varios detenidos.
El jueves 09.11.06 la Policía del Estado Bolívar disolvió con bombas
lacrimógenas, perdigones y armas de fuego una protesta protagonizada en Ciudad
Guayana por trabajadores de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), con un
saldo de seis de ellos detenidos y otros seis heridos.
El 08.11.06 entre 10 y 25 personas, pertenecientes a la OCV La Guzmanera,
fueron lesionadas cuando la Policía de Aragua impidió el paso de una
manifestación que pretendía llegar a Caracas a solicitar recursos para la
construcción de viviendas.
El 01.11.06 28 adolescentes y 11 adultos fueron detenidos en San Félix, estado
Bolívar, cuando protestaban en las afueras del Banco del Libro exigiendo
servicios básicos y la incorporación en la Misión Sucre.
Octubre
El 30.10.06 20 personas fueron detenidas cuando un grupo de personas sin
empleo intentó entrar en la refinería de Puerto La Cruz como medida de presión
para recibir los cupos de trabajo prometidos. En la acción, la GN utilizó
lacrimógenas y peinillas.
El 24.10.06 aproximadamente 40 personas fueron detenidas en Coloncito, estado
Táchira, en el cuarto día de protestas por falta de servicios públicos.
El 23.10.06 cuatro manifestantes fueron detenidos y otros resultaron
asfixiados cuando la GN disolvió una manifestación con lacrimógenas y
perdigones en la autopista Caracas-Guarenas. 100 personas habían cerrado la vía
para solicitar reparaciones a sus viviendas tras las recientes lluvias. Ese mismo
día, 12 personas fueron heridas y 30 detenidas en Coloncito, estado Táchira,
cuando la GN reprimió una protesta por falta de agua y servicios públicos.
El 20.10.06 una toma de la carretera nacional Barinas-San Cristóbal dejó un
saldo de cuatro manifestantes heridos por la Policía de Barinas. Los habitantes
protestaban por la falta de servicio eléctrico y agua potable.
El 19.10.06 dos personas fueron heridas de bala y seis más por perdigones
cuando un grupo de pescadores artesanales protestaban en el Puerto
Internacional de Guiria solicitando que el mismo fuera convertido en un núcleo endógeno.
El 14.10.06 la Policía de Carabobo dispersó una manifestación con
lacrimógenas cuando empleados de la salud de Carabobo manifestaban por sus
derechos laborales.
El 13.10.06 dos vecinos recibieron perdigonazos en el pie cuando los vecinos
de barrio Jacinto Lara, en Barquisimeto, solicitaban la construcción de una
pasarela. La Policía de Lara y la GN utilizaron lacrimógenas y perdigones
para dispersar al centenar de manifestantes.
El 12.10.06 Patrulleros del Caroní realizaron disparos al aire para dispersar
a vendedores informales que protestaban el desalojo de una feria artesanal en
Puerto Ordaz.
El 10.10.06 efectivos militares tomaron la población de Coloncito, estado
Táchira, tras el incendio de una patrulla y daños a edificios públicos por una
poblada que protestaba abusos policiales por parte de la Policía del Táchira.
El 04.10.06 el Grupo de Reacciones Inmediatas de Polianzoategui dispersó con
perdigones y lacrimógenas una manifestación de vecinos de la comunidad de Punto
Lindo, municipio San Juan de Capistrano, Boca de Uchire.
Septiembre
El 16.09.06 la Policía Estadal de Barinas detuvo a tres personas,
pertenecientes a un grupo de 600 familias, que protestaban por la falta de agua
potable en la urbanización Agustín Codazzi en Barinas. Varias personas más
resultaron heridas por perdigones y golpes.
El 11.09.06 una persona fue detenida por la Policía de Aragua cuando un
grupo de familias del sector El Campito, La Cabrera, en Maracay protestaban por
el incumplimiento de promesas de entrega de viviendas.
Agosto
El 17.08.06 un centenar de familias campesinas fueron desalojadas por la
Policía Estatal de Guanare tras ocupar un terreno en el barrio “Paraíso
bolivariano”. El desalojo forzado dejó como saldo varias personas lesionadas,
entre ellas, una mujer embarazada.
El 16.08.06 una protesta en el estacionamiento del Ayuntamiento de Valencia
terminó con dos concejales y tres policías heridos, cuando dos grupos
protagonizaban una protesta por falta de recolección de basura y ausencia de
cupos en el estacionamiento.
El 14.08.06 Damnificados del sector Las Casitas de Guatire protestaban frente
a la sede del Banco Nacional de Vivienda y Habitat fueron dispersados con
lacrimógenas por la GN, deteniendo a la presunta líder de la protesta, Vilma
Macías.
El 10.08.06 dos trabajadores afiliados a la UNT resultaron heridos en una
protesta frente a los tribunales laborales en Maracay. Ese día, un grupo de 500
vecinos de Catia La Mar trancaron la calle pidiendo reparación de tuberías.
Tras la actuación de la Policía de Vargas dos salieron heridos con
perdigonazos.
El 09.08.06 cinco personas fueron detenidas por la GN cuando se realizó un
desalojo en el sector Ojo de Agua en Baruta. Se informó que 20 infantes habían
sido afectados por los gases lacrimógenos. Tres días después, 11 personas
recibirían una medida privativa de libertad por “invasión y resistencia a la
autoridad”. Ese día dos personas fueron detenidas cuando un grupo de 200
manifestantes por viviendas intentaron movilizarse desde Miraflores a los
medios de comunicación.
Julio
El 28.07.06 un grupo de mineros de El Callao intentó realizar una
manifestación contra la empresa de origen chino Jin Yan cuando uno de los
directivos del sindicato fue detenido por la GN. Los trabajadores denunciaron
uso de peinillas y lacrimógenas por parte de los uniformados.
(*) Rafael Uzcategui es coordinador de medios de la ONG en Derechos Humanos
Provea y miembro de la redacción de El Libertario (www.nodo50.org/ellibertario).