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Opinión y análisis
Lluvias sin Planes Lucas Riestra
Jueves,
26 de octubre de 2006
De nuevo las lluvias sorprenden a los venezolanos en un buen número
de estados del país, enlutando a numerosos hogares por las vidas perdidas
como consecuencia de las inundaciones y los deslizamientos de tierra, que
arrastran consigo bienes y personas, sin ningún control. Los desastres
naturales que muchas penurias han causado a una inmensa mayoría de
compatriotas y, que al momento de escribir estas notas todavía están
azotando algunos estados, dan pie a un sin numero de reflexiones sobre las
acciones que han podido y debido tomarse por las autoridades nacionales y
locales, las que no se han ejecutado a pesar de las advertencias que muchos
expertos señalado. Lo ocurrido estos días en El Limón, en El Castaño o en
los Tacarigua, tenia que haber sido previsto y enfrentado, si hubiera una
planificación real, En nuestra opinión, aun cuando la seguridad ciudadana
en general, es responsabilidad de las autoridades del poder nacional,
descansa sobre los municipios, la gestión de los riesgos urbanos y la
seguridad ambiental, que debe hacerse efectiva frente a desastres naturales
como inundaciones o deslizamientos de tierra, en tanto que los municipios
son la “unidad política primaria de la organización nacional” y que “gozan
de personalidad jurídica y autonomía dentro de los límites de la
Constitución y de la ley”. El ejercicio de esta competencia se sustenta en
las normas constitucionales que señalan que “la autonomía municipal
comprende “la gestión de las materias de su competencia”, (Artículo 168 de
la Constitución) y que la Carta Magna a su vez les atribuye “la ordenación
territorial y urbanística, la protección del ambiente y cooperación con el
saneamiento ambiental y la protección civil”, así como “la prevención y
protección vecinal” (Artículo 178).
La gestión de los riesgos urbanos va más allá de mantener limpias las
quebradas para impedir que el exceso de lluvia cause los estragos vividos
en el pasado. Implica que el municipio esté preparado para prevenir los
daños antes del desastre, lo que implica conocer las zonas de la
municipalidad que son mas propensas a inundaciones y deslizamientos;
implica también estar listos para atender el desastre al momento de este
ocurrir y minimizar los daños e implica además tener planes de atención a
las víctimas luego de ocurrido el desastre.
Todo ello implica un “Plan de Seguridad Ambiental Urbana”, o un “Plan de
Gestión de Riesgos”, del que hemos visto carecen la mayoría de nuestros
municipios. A ello hay que añadir la necesidad de una Educación Ambiental
programada, como parte integrante de este plan, que persiga modificar la
conducta de los ciudadanos en su relación con el entorno. Los desastres de
este año, al igual que los de 1999, ha puesto de manifiesto que cuando la
naturaleza es agredida y cuando se perturban sus condiciones, esta
reacciona para volver a su cauce natural, las alteraciones indebidas
causadas por el hombre.
Por último, resulta fundamental la Participación Ciudadana en la
elaboración y ejecución de estos planes; son en definitiva los ciudadanos
los beneficiarios y los responsables de que los planes se hagan y se
cumplan, para lo cual tenemos a mano los Consejos Locales de Planificación
que deben impulsar los alcaldes. Si una mínima parte de esto se cumpliera,
con seguridad hoy serían mucho menores nuestros angustias.
mcasri:lucasriestra@...
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