Asunto: | [LEA-Venezuela] La Paragua y el Interés Supremo | Fecha: | Sabado, 7 de Octubre, 2006 12:18:39 (-0400) | Autor: | leonmoraria <leonmoraria @.....net>
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LA PARAGUA Y EL
INTERES SUPREMO León
Moraria
El problema de este gobierno como de gobiernos
anteriores, es la falta de una política conservacionista coherente con el
destino del país y con las realidades creadas por el mal manejo de los
Recursos Naturales Difícilmente Renovables. En el caso de la defensa y
conservación de la cuenca del Caroní y sus afluentes, el gobierno elaboró
un proyecto para acabar con la minería. Proyecto que se conoce como
“reconversión minera.” Proyecto según el cual el minero deja la minería y
se dedica a otra actividad productiva, para ello cuenta con el respaldo de
créditos y asistencia del gobierno. Durante dos años, según dicen los
funcionarios, el gobierno preparó el plan. Lo puso en conocimiento de los
mineros. Lo discutió con ellos. Se mostraron de acuerdo. Aceptaron dejar la
actividad minera que destruye la riqueza forestal e hídrica, fundamental
para el país, por cuanto genera millones de kilovatios.
Desde el momento que el gobierno prohíbe la minería en la cuenca del
Caroní y La Paragua y fija los plazos para el desalojo de la zona, la
reincidencia es un delito y a partir de ese momento, lo que constituía un
acto cívico, pacífico y humanista, entra al terreno del enfrentamiento y
según enseña el señor Clausewitz, “...esa nueva política hay que conducirla
por otros medios”. ¿Por qué? Porque está en juego el “interés supremo de la
Nación y del Estado”: salvaguardar la riqueza hídrica y energética que
sirve a 26 millones de venezolanos. Ese interés está por encima de
cualquiera otro. Es la defensa del bien común sobre el interés egoísta de
una minoría.
Ante esta realidad, el gobierno no puede tener titubeos. Debe actuar
con absoluta decisión para servir el interés supremo de la nación. Y la
Fuerza Armada, como garante de ese “interés supremo”, debe recibir total
respaldo
Establecemos un paralelo con la cuenca del Uribante, para decirle al
país que así como la minería daña la cuenca del Caroní, la agricultura
inapropiada que se practica en Los Andes, daña las zonas protectoras de
bosques, suelos y aguas y debe ser sometida a un plan similar de
reconversión.
El Parque Nacional Juan Pablo Peñalosa se creó con ese fin (1989),.
proteger las cuencas de los ríos Uribante, Queniquea, La Grita y Mocotíes,
entre otros; y para ello es necesario determinar las zonas protectoras y
las zonas aptas para diferentes actividades: agricultura, ganadería,
urbanismo, turismo. Pero, han transcurrido 17 años, desde que se dictó el
Decreto de creación de dicho Parque, y todavía no ha sido implementado.
Los hechos
fatales de La Paragua son lamentables, pero no son el problema de fondo,
tan sólo es una secuela entre muchas otras, cuyo origen es la minería. El
gobierno debe continuar con el plan de salvaguarda de la cuenca del Caroní
y sus afluentes, hasta liquidar la minería, sin hacer distinciones odiosas,
entre minería legal o ilegal. ¿Es que acaso la minería ilegal daña el
ambiente y la minería legal no lo daña? Es algo parecido al porte legal o
ilegal de armas, por parte de civiles. ¡Ingenuidad o astucia! .Tovar, octubre
2006
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