Red Alerta Petrolera-Orinoco
Oilwatch
VENEZUELA
EL PROYECTO DEL
GIGANTE
GASODUCTO
TRANS-AMAZÓNICO:
Se
acrecienta el Salto al Abismo!
En el anterior comunicado de
la Red Alerta Petrolera titulado “El Plan Estratégico de la nueva PDVSA: Un
nuevo Salto al Abismo” (www.amigransa.blogia.com,) de agosto
pasado se analizaron los mega-proyectos en materia de hidrocarburos que, bajo un
Plan con el confundidor nombre publicitario “siembra petrolera’, vigente
hasta el 2012, el gobierno de Hugo Chávez ha emprendido, con el concurso de un
diverso y nutrido conjunto de ávidas empresas petroleras transnacionales e
internacionales que incluyen desde la Chevron-Texaco hasta Petrochina
y Petrobras. Los referidos proyectos pretenden ejecutar una masiva
extracción petrolera y gasifera prácticamente en todo el territorio nacional, en
tierra y mar, y también de construcción de nuevas refinerías e instalaciones
petroquímicas, oleoductos y gasoductos a lo largo y ancho del país, con el sueño
de convertir a Venezuela en “la primera potencia de petróleo y gas del
mundo”. El comunicado alertaba sobre las graves implicaciones
ecológicas que tales proyectos podrían tener para Venezuela y el planeta
–impacto olímpicamente desdeñado por los formuladotes del Plan. Se exigía así
mismo la paralización del Plan, hasta tanto no hubiese un debate y consulta
nacional sobre sus serias implicaciones.
A la luz de lo anterior,
observamos ahora con estupor como el gobierno de Venezuela, con un autismo y
prepotencia que esta dejando ya muy atrás a la apertura petrolera del gobierno
de Caldera, que en su oportunidad adveráramos también por considerarla lesiva a
los mas altos intereses nacionales, vuelve otra vez en la actualidad
a comprometer al futuro del país con otro nuevo faraónico proyecto que ni
siquiera fue nombrado en el “plan de siembra petrolera” –en una
“creatividad” incesante para mantener a cualquiera en vilo: el de un
gigantesco gasoducto de 8.000 kms que empezaría en Caracas y terminaría en
Buenos Aires, atravesando áreas tan ecológicamente delicadas e importantes
como los humedales orientales y la declarada por la Unesco patrimonio de la
humanidad Gran Sabana en Venezuela así como el corazón del Amazonas en
Brasil; con el fin de abastecer de gas venezolano a países como
este ultimo, Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. El costo de proyecto ha
sido cifrado en unos 20.000 millones de dólares, lo que permitiría erigir
una obra “a la par” del hoy también controvertido gasoducto Rusia-Europa
hasta ahora el mas grande del mundo.
De lo que no se habla
suficientemente en la frenética carrera de consultas y pre-acuerdos que se ha
lanzado para “amarrar la Obra”, atizada por toda clase de claras y menos
claras pretensiones geopolíticas, es de los otros costos –además del monetario-
que tendría la faraónica infraestructura para el futuro de la vida en el
continente y el planeta, en vista de todo lo que la gigantesca tubería
implicaría.
El Plan de atravesar el
Amazonas ya debería encender todas las alarmas de la gente preocupada por el
medio ambiente y ese vital simiente-pulmón de la vida en el planeta que es la
selva tropical amazónica, hogar además de ancestrales e invalorables culturas
aborígenes. La zona ya ha tenido una trágica experiencia con la industria
gasífera y un tristemente célebre gasoducto: el gasoducto de Camisea, que se ha propuesto llevar gas amazónico hasta
el pacífico peruano. La mencionada tubería, obra también de considerables
proporciones, en su relativa corta vida ya ha tenido cuatro grandes derrames de
gas liquido, los cuales han causado tantos perjuicios al ambiente y a los
pobladores aborígenes que la experiencia ya ha sido catalogada como uno de
los peores desastres ambientales que ha habido en todo el Amazonas y uno de los
mayores del mundo. Los indígenas afectados han actuado enérgicamente para
bloquear el acceso a la zona de los “invasores gasiferos”. Además, una
amplia coalición de importantes grupos ambientalistas entre las cuales han
estado Amazon Watch, Oxfam America, Defensa Ambiental, SEEN, el Fondo Mundial
para la Vida Salvaje, Amigos de la Tierra y la Alianza Amazónica, asi como
varias organizaciones internacionales responsables han denunciado la situación.
Incluso figuras del mundo del espectáculo como Ruben Blades y Bianca
Jagger (esta ultima recientemente galardonada con el Premio Nobel
Alternativo) se han sumado a la protesta.
Y es que tanto el gas natural
como las tuberías que lo transportan comportan serios riesgos para el
ambiente y los seres humanos. Noción que parece estar totalmente ausente de los
gigantes planes de abastecimiento del gobierno de Chavez que se centran
mas bien en consignas como …“200 años de gas venezolano para toda
Suramérica” ( a los Estados Unidos se le ha ofrecido un poco menos: …“150
años’’ ) ó la atractiva oferta …“Brasil traga mucho pero nosotros podemos
darle todo el gas que necesita” (esta última, lanzada recientemente por el
Jefe de Estado venezolano en la antesala de la supuestamente rubrica del
gasoducto, reciente cumbre Chávez-Lula-Kirchner en Brasilia, frase esta
llena de un desarrollismo económico tan incontenible que bien podría competir
con el mas rancio y primitivo desarrollismo neoliberal !). La pregunta obligada
es: ¿En nombre de quién o a cuenta de qué, se inmola literalmente en venas
abiertas a Venezuela por siglos, con todo el daño al ambiente y todo el
compromiso de soberanía-integridad del país que ello
entrañaría?...
No se le dice a las
poblaciones y al mundo que el gas natural, que se presenta como un conveniente
sustituto del petróleo, por su mayor abundancia
en el subsuelo y por la mayor demanda que hay de él por “ser supuestamente un
combustible mas limpio en su quema que el petróleo” es, por el otro lado, una
fuente de energía que, como hidrocarburo al igual que el petróleo, también causa
contaminación y destrucción y
contribuye al calentamiento del planeta y la generación de desastres climáticos
que éste ocasiona –ello inducidor a la vez, entre otras cosas, de los grandes destructores huracanes y devastadores
fenómenos lluviosos.
No se dice en la actual
propaganda del gasoducto que en la perforación para la extracción del gas,
según un folleto de la misma petrolera venezolana PDVSA, se presentan
“mayores riesgos operacionales” que en caso del petróleo. Tampoco se dice
que el procesamiento del gas en instalaciones tan complejas como en las plantas
petroquímicas; su transporte a través de tuberías o buques; y su quema como
combustible; son igualmente riesgosos para el ambiente y la salud de lo seres
vivos; ya que el gas natural por si mismo es un peligroso contaminante
químico. La exposición de los seres humanos a la inhalación del gas o los
subproductos de su combustión puede ocasionar alergias, asmas y enfermedades
respiratorias y dañar el sistema inmunológico. Además, su combustión es fuente
de compuestos químicos volátiles como el benceno y el tolueno, capaces de
producir cáncer; así como de dióxido de nitrógeno, causante de enfermedades
respiratorias; y monóxido de carbono, que disminuye la oxigenación en las
células, y puede ser causante de severos problemas
cardiovasculares-circulatorios.
No se dice todo lo que la
construcción de una gigantesca y larga tubería como la planteada y su
complementaria hilera de plantas de compresión entrañaría para la integridad de
todos los ecosistemas naturales y prístinos que atravesaría; al requerir de gran
deforestación y remoción de tierra para hacer posible su paso, así como caminos nuevos en sitios antes
vírgenes a fin de asegurar el permanente mantenimiento y vigilancia que la obra
demandaría que serían “cajas de Pandora” al facilitar el acceso
incontenible de olas de depredadores como cazadores y madereros así como
invasores actuando sobre áreas antes protegidas.
No se dice que las tuberías
de hidrocarburos son inexorablemente proclives al desgaste y la corrosión (esta
ultima particularmente relevante en el caso de los ambientes húmedos tropicales
como el Guayanés-Amazónico). Todo lo cual convierte a las tuberías en mas
propensas a las filtraciones contaminantes o rupturas con
derrames.
No se dice, aun mas, que son vulnerables al pillaje, saboteo y
terrorismo, (los casos de amplio historial huelgan: Colombia, Nigeria, Irak;
para citar solo algunos ejemplos); capaces de desquiciar su funcionamiento o
flujo; con además adversas consecuencias sobre el medio ambiente, incluyendo la
posibilidad de ocasionar devastadores incendios en un bosque como el
amazónico.
No se dice, incluso que los
grandes gasoductos son susceptibles para el chantaje o intimidación por
los proveedores del gas si estos decidieran cortar el suministro a los
destinatarios por algún conflicto político ( caso de la reciente “guerra
del gas’’ entre Rusia y Ucrania, que igualmente “le paro los pelos” a
Europa pues ésta resultó también indirectamente afectada ya que se trato del
mismo gasoducto Rusia –Europa; y … acaso no deberíamos poner en la misma
categoría el incidente de presión Chávez-Uribe sobre el proyecto de gasoducto
trans-guajiro, que se dio a raíz de la crisis del caso del secuestro del
guerrillero de la FARC Rodrigo Granda? .
Aun mas, no se dice nada de
los hasta hoy tan irresponsablemente soslayados riesgos de “desastres naturales”
(como terremotos, huracanes, e incluso la amenaza de erupciones volcánicas y
tsunamis); capaces de afectar la integridad de las tuberías de gas y
cualesquiera otras instalaciones de la industria de los hidrocarburos -así como
la propia explotación de hidrocarburos al afectar la integridad del equilibrio
geológico-climático también puede contribuir, en reverso, a la generación de
tales “desastres naturales”. Esta problemática de posibles desastres naturales
es de particular importancia para el caso de regiones como el nororiente y
noroccidente del pais de las cuales se originaria eventualmente el
abastecimiento del gran gasoducto; regiones
particularmente proclives a tal tipo de contingencias naturales tal como
lo ha reconocido públicamente la agencia del Gobierno Venezolano Funvisis a
cargo del monitoreo de tal tipo de eventos. Contingencias a su vez capaces de
alterar no solo las instalaciones gasiferas que pretenden surtir al gasoducto
suramericano, sino también a toda la infraestructura petroquímica y petrolera
del país. Todo lo anterior capaz no solo de causar un gran daño al ambiente
venezolano y sus poblaciones, sino también de de dar al traste con la
confiabilidad del gasoducto al sur.
No se dice que podría haber
otras opciones para el transporte del gas menos comprometedoras y onerosas como
el trasporte por buques.
Y no se dice, en definitiva,
que el modelo de los hidrocarburos (petróleo y gas incluidos) esta acabando con
la vida en el mundo y que es irresponsable, por tanto, seguir hablando de
faraónicos planes “a 200 años”; así como es necesario ponerse mas bien a fomentar el
desarrollo de las fuentes renovables de energía
con base ecológica, las únicas que pueden asegurar un suministro de
combustible seguro, duradero y ambiental-social-económica-políticamente
responsable. Que entre dichas fuentes renovables se encuentran la energía solar,
del viento, de las mareas, el bio- combustible, las mini represas, y el venidero
uso del hidrógeno fuentes todas que deben ser desarrolladas ecológicamente. En
el desarrollo de dichas fuentes debería centrase
una nueva y responsable integración latinoamericana. No en el petro y gas
desarrollismo contaminante e in sustentable cuyo efectos ya el mundo ha
conocido y sufrido bastante, el mismo desarrollismo de los “nuevos planes” de
integración regional tipo IIRSA en los cuales se encuadra el anterior
modelo de integración energética.
Nunca se enfatizará
demasiado, además, que las fuentes renovables de energía, a diferencia del
modelo de los hidrocarburos que tiende a concentrar el poder en alto grado y
generar dependencia, clientelismo, compra de conciencias, corrupción y minar la
democracia, tienden a ser inherentemente descentralizadas y por tanto a
desinhibir la concentración de poder y a favorecer modelos políticos mas
democráticos. Por lo demás, ninguna bonanza basada en el depredador modelo de
los hidrocarburos, aun cuando pretenda pagar una deuda social, puede ser
confiable, mas aun cuando genera nuevas deudas sociales y ambientales. Por todo
ello el superar la alienante hegemonía del modelo de los hidrocarburos y de
quienes detenten su poder es una tarea vital para garantizar democracias,
economías y sociedades sanas.
Por todo lo anterior
exigimos
- Que los acelerados planes
del mega-gasoducto que se pretende imponer al contiene suramericano se
suspendan hasta que no haya un auténticamente informado y democrático
debate en la región acerca del hegemónico modelo de los hidrocarburos, y
la “cara oscura” en el cual se sustenta el
Proyecto que irresponsablemente se ha ignorado o no se ha querido
admitir. (No se puede pedir un debate continental sobre el ALCA e ignorar la
importancia de un debate sobre un tema tan vital como este!)