Pronunciamiento por el respeto a la
soberanía de Venezuela
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz
1980
José Saramago, Premio Nobel en Literatura
1998 Nadine Gordimer, Premio Nobel en Literatura
1991
Noam Chomsky, Profesor de Filosofía de
MIT Salim Lamrani, Académico Universidad de
Paris
Desde la elección del señor Hugo Chávez a la
presidencia de la República se han multiplicado los ataques contra la democracia
venezolana, con flagrantes pruebas de ingerencia por parte de Estados
Unidos.
El 11 de abril de 2002, el presidente
Chávez fue víctima de un golpe de Estado promovido por la administración Bush
con la complicidad de los sectores más antidemocráticos de la sociedad
venezolana. Menos de 48 horas después, la junta golpista se vio rechazada por la
movilización popular, que exigió sin descanso y con éxito el regreso del
representante legítimo de la nación.
Pero la oposición, no contenta con el fracaso
de su putsch, intentó en diciembre de 2002 sabotear la industria petrolera,
vital para el buen funcionamiento del país, y causó daños colosales a la
economía venezolana.
En agosto de 2005, durante un programa de
televisión de gran audiencia en EE.UU., el reverendo ultraconservador Pat
Robertson, muy cercano a los ideólogos de la Casa Blanca, hizo un llamamiento al
asesinato del señor Hugo Chávez, líder de Venezuela, sin tener por ello ningún
problema ulterior con la justicia estadounidense. Su asesinato “nos costaría
mucho menos caro que iniciar una guerra”, afirmó.
En septiembre de 2005, el presidente Hugo
Chávez denunció públicamente la existencia de varios planes de invasión de
Venezuela por parte de las fuerzas militares estadounidenses. Washington no deja
de estigmatizar al líder venezolano como si fuese“una fuerza negativa” para la
seguridad del continente americano.
En noviembre de 2005, el gobierno del señor
José Luis Rodríguez Zapatero se vio sometido a intensas presiones por parte de
Estados Unidos con el fin de que España no procediera a la venta de armas a
Venezuela. Washington dio prueba con ello de un patente desprecio de las reglas
diplomáticas internacionales.
Durante los últimos seis años la oposición
venezolana ha sufrido once derrotas electorales consecutivas, y ello a pesar de
todas las campañas mediáticas que organizó contra el gobierno legítimo del señor
Hugo Chávez.
Frente a esta desbandada ininterrumpida, la
oposición, que ha perdido toda base popular, decidió boicotear las últimas
elecciones parlamentarias con el objetivo de socavar el proceso democrático.
Serias sospechas pesan sobre Estados Unidos, considerado como el promotor de
esta nueva tentativa de desestabilización.
La oposición venezolana, en parte financiada
por Washington, que se niega a plegarse a las reglas electorales, toma así como
rehén a la democracia. Eso es inaceptable.
¡Las decisiones soberanas del pueblo
venezolano deben respetarse, pues el porvenir de la nación no se decide en las
oficinas de la Casa Blanca, sino en las urnas bolivarianas!
|