El Tiempo, abril 23 / 05, pagina 1 –16
(Internacional)
Lío por trasteo de
glaciares para extraer oro y plata

CHILE / CRECEN PROTESTAS CONTRA
MINERA CANADIENSE
En una
operación digna de Julio Verne, un millón de metros cúbicos de hielo de más de
10.000 años, que están a 6.000 metros sobre los Andes, serán cambiados de lugar.
Cuenta García
Márquez que cuando Aureliano Buendía tocó por primera vez una barra de hielo
(“el diamante más grande del mundo”, según su padre, José Arcadio) retiró su
mano en el acto. “Está hirviendo”, exclamó.
En la cordillera de los
Andes, sobre 6 mil metros de altura, hay hielos que cubren desde hace 10 o 15
mil años las inmensas riquezas naturales de nuestro continente. Una de ellas es
la mina de oro, plata y cobre Pascua Lama, situada a 800 kilómetros al norte de
Santiago, en la comuna Alto del Carmen, exactamente sobre el límite entre Chile
y Argentina.
Allí, los especialistas de la transnacional minera
canadiense Barrick Gold, la segunda empresa del rubro más grande del mundo,
ubicaron uno de los más ricos yacimientos del orbe, capaz de producir casi 800
mil onzas de oro al año y 30 millones de onzas de plata, además de cobre. Pero
sobre la montaña hay tres gigantescos glaciares que podrían quemar las manos de
la transnacional. Y Ahora, un polémico proyecto contempla “trasladar” en los
próximos seis meses un millón de metros cúbicos de hielo de los glaciares
Esperanza, Toro-1 y Toro-2.
Tras ser removidos por inmensas máquinas
excavadoras, los glaciares serán trasladados en camiones tolva con capacidad
entre 90 y 200 toneladas, que viajarán a dos kilómetros de distancia, al glaciar
Guanaco, donde los expertos aseguran que hay idénticas condiciones ambientales
para su conservación. Se construirán barreras de contención para asegurar la
acumulación de hielo y nieve.
Es una empresa pocas veces imaginada en el
mundo que implicará una inversión de 1.500 millones de dólares, a partir de
enero del 2006.
Las minas estarían en condiciones de producir oro desde
el 2009 y durante 20 años, siempre y cuando el gobierno chileno autorice la
gigantesca operación. El proyecto implica extraer un promedio anual de 15
millones de toneladas de mineral y alrededor de 95 millones de toneladas de roca
estéril.
Impacto
ambiental
El
proyecto se llama Pascua-Lama, porque la mina chilena es Pascua y la argentina
(provincia de San Juan) es Lama.
El estudio de impacto ambiental
elaborado por la empresa fue presentado a las autoridades el año 2000, y
autorizado en primera instancia por la Corporación Nacional del Medio Ambiente,
Conama; pero ahora está sometido a un nuevo estudio, mientras crecen las
protestas a medida que se conocen los detalles de las obras.
Hace un par
de semanas un grupo de campesinos del valle Alto del Carmen realizaron una
protesta ante las oficinas de la Barrick Gold, en el elegante barrio de
Providencia, en Santiago, depositando en la puerta de su edificio una barra de
hielo.
La mina se encuentra en la cabecera de los ríos del Estrecho y el
Toro, que proveen de regadío a un riquísimo valle agrícola donde se produce,
entre otras cosas, el prestigioso pisco Alto del Carmen.
El diputado
chileno Antonio Leal destacó que sería “una señal totalmente equívoca” que se
autorizara el proyecto, teniendo en cuenta que recientemente el gobierno de
Chile subscribió el Protocolo de Kioto, que protege los hielos eternos, reserva
mundial del agua, recurso vital por el cual se anticipan los conflictos bélicos
del futuro.
Los agricultores del valle, donde habitan 70 mil personas,
aseguran que el traslado de 24 hectáreas de glaciares provocará un desastre
ecológico de gigantescas proporciones y con efectos irreparables. El agua de
los tres ríos se contaminará por el uso de cianuro y otros metales pesados que
se utilizan en las explotaciones mineras.
Daño
irreversible
En la
actualidad los lugareños denuncian la instalación de portones y cercas en plena
cordillera, además del paso de 80 camiones diarios y el cierre de varios lugares
de atractivo turístico en plena cordillera.
En la parte argentina el
gobierno regional de San Juan habría autorizado las faenas, aclarando que no hay
glaciares en peligro, lo que ha sido desmentido por el biólogo y Premio Nobel
alternativo 2004, Raúl Montenegro. Este denunció a Unesco la desafección de una
gran parte del parque San Guillermo, reserva de la Biósfera, y el daño
irreversible del glaciar argentino Conconta por las obras de construcción del
túnel Fénix, que conecta las obras del proyecto argentino (Lamas) con el chileno
(Pascua).
El millonario conflicto se resolverá en los próximos meses.
Ojalá que los glaciares no se conviertan solo en algo del pasado, como el del
coronel Aureliano Buendía, que frente al pelotón de fusilamiento sólo recordó
aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el
hielo.
LEONARDO
CÁCERES Para EL TIEMPO Desde SANTIAGO
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