El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) o los Tratados de
Libre Comercio (TLCs) no son otra cosa que todos los acuerdos
económico/jurídicos, fronterizos, administrativos y aduanales tendientes a
establecer un libre comercio desde los intereses de los Estados Unidos y
de sus corporaciones, mermando así la soberanía de los países de las
Américas para complacer lo que las leyes y el Congreso estadounidense les
permiten a sus representantes acordar en las mesas de negociaciones con
todos o con algunos de los países de la región.
Pero los resultados obtenidos de estos acuerdos firmados para poderse
concretar necesitan de una compleja infraestructura energética, vial
multimodal, de fibra óptica, tendidos eléctricos, represas, agua, bosques,
suelos, entre otras, denominado Integración de la Infraestructura Regional
Suramericana (IIRSA) donde en verdad se puede beneficiar los países del
Mercado Común del Sur (MERCOSUR) o de la Comunidad Andina de Naciones
(CAN), pero principalmente los grandes beneficiados son las mismas
corporaciones estadounidenses asentadas en estos países y sus socios, el
capital exportador regional, verdaderos impulsores en estos momentos al
interior de los países y de los gobiernos de Centro América y de la CAN,
con excepción de Venezuela, de los TLCs o del ALCA.
Venezuela debe promover cualquier TLC o de integración
cuando en verdad esté preparada económicamente y tenga en vender algo más
que vender distinto al hierro o petróleo y de sus derivados o algún otro
recurso natural, que según la Corporación Andina de Fomento (CAF)
representa el 91% de sus exportaciones. Pero además de lo económico, el
pueblo venezolano, sus instituciones y el Gobierno deben tener la
fortaleza necesaria para no doblegarse ante las exigencias
político-económicas imperiales de los Estados Unidos y sus
multinacionales, o ante el impulso feroz económico al interior de nuestra
economía de Brasil o Colombia. Debemos crear, diversificar y fortalecer
nuestra industria interna ante de permitir el libre comercio, pues de esta
manera será muy difícil fortalecernos competir con sus
productos.
Al abrir nuestras fronteras y nuestro territorio a la IIRSA nuestra
soberanía será afectada mortalmente cuando su territorio sea cruzado por
los cuatro puntos cardinales de distintas maneras para extraer más energía
fósil y trasladarla a través de oleoducto por el Pacífico colombiano, o de
un gasoducto desde la Plataforma Deltana al sureste de los Estados Unidos
bajo la óptica del Plan Puebla Panamá (PPP) o de carbón barato de
Santander del Norte, Táchira, Perijá, La Guajira y del noreste colombiano
al mismo sureste norteamericano por el Mar Caribe/Océano Atlántico a
través de la Vía Alterna sobre el Puente sobre el Lago y el Terminal
Carbonífero de la Isla de San Bernardo, primer y quizás único modulo a
construir en Puerto América en aguas del Golfo de Venezuela.
La estructura antes mencionada es denominada desde tiempo del segundo
Gobierno de Carlos Andrés Pérez Eje de Desarrollo Occidental, que no es
otra cosa que el ramal final hacia el Mar Caribe del Eje de Integración
Andino que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la CAF y el Banco
Mundial (BM) creó y financia cada uno de sus ramales.
Pero este Eje Occidental esta conectado con los ejes de desarrollo
Oriental y Orinoco-Apure obedeciendo los diseños de los entes financieros
antes mencionados a través de los Ejes de Integración Venezuela, Brasil,
Surinam y Guyana, así como el eje fluvial conformado de los Ríos La Plata,
Amazona y Orinoco, respectivamente. Es decir el famoso modelo endógeno de
“Concentración Desconcentrada” de que nos habla hoy el Ministerio de
Planificación y Desarrollo (MPD), y que sirvió para entrampar el discurso
antiimperialista de Chávez, obedece a intereses de las corporaciones y del
Gobierno Norteamericano, pues estos tres Ejes así como los otros seis
restantes que cruzarán todo América del Sur para saquear sus recursos
naturales son los diseñados dentro de la estrategia de la IIRSA y del
PPP.
El Eje de Desarrollo Oriental y su posible puerto pivote de segundo
nivel de alcance continental denominado Puerto Sucre en la Península de
Araya del Golfo de Cariaco del estado Sucre en verdad servirá para
agilizar la salida de los productos mineros de Guayana y Bolívar, y
estimular un mayor desarrollo de los estados Sucre, Anzoátegui y Monagas,
pero este mega puerto multimodal , así como las carreteras, la fibra
óptica, las vías ferroviarias, los puentes sobre el río Orinoco, los
dragados de los ríos Orinoco, Apure y Portuguesa para conformar un “Eje
Geoeconómico Alternativo”, la construcción de el proyecto hidroeléctrico
de Tocota, sobre el río Caroní, que conjuntamente con las plantas Gurí y
Macagua generarán 17 mil 670 MW, servirán principalmente no a la economía
venezolana sino al desarrollo del noroeste brasileño, es decir a las
multinacionales asentadas en Brasil y a sus capitales exportadores
brasileños aliados; más que al hermano Lula y al pueblo del Brasil,
servirá esta infraestructura a los capitales estadounidenses que
estructuraron con alianza con los empresarios brasileños exportadores
desde 1960 la quiebra del desarrollo socioeconómico endógeno de Brasil, es
decir, según palabra de Theotonio dos Santos, “quebró el impulso de
desarrollo del capital industrial naciente y de una clase media que
apostara a la expansión de la economía y al desarrollo de nuevas
actividades económicas. Se consolidaba así el cuadro de "reacción" en
contra de las formas más avanzadas de desarrollo socioeconómico, iniciado
con el régimen militar en Brasil, en 1964, a través del cual se selló un
compromiso de sangre entre el capital industrial naciente y los intereses
del capital internacional en toda la región” (Neodesarrollismo: ¿Hacia
dónde vamos? ALAI, 28/09/2004, Río de Janeiro).
Por ello estamos obligados a decir que la oligarquía colombiana a
través del Plan Colombia y los capitales exportadores brasileños buscan en
nuestro territorio, siguiendo los lineamientos de la IIRSA, energía barata
y una salida al Mar Caribe/Océano Atlántico, es decir al sureste de Estado
Unido y Europa.
Este antecedente y estos acuerdos regionales obligan al movimiento
social popular venezolano mirar con recelo lo que desde el Ejecutivo
Nacional se viene estableciendo en nuestros espacios sociales y físicos de
vida comunal como es el caso de los proyectos minero carbonífero portuario
viales para el Zulia que estructura y dinamiza el Eje de Desarrollo
Occidental según lo encontrado en diversos documentos ministeriales, tales
como el Plan Nacional de Desarrollo Regional 2001-2007 del MPD, las Áreas
con Potencial Carbonífero en Venezuela, mayo 2002 del ViceMinisterio de
Energía y Minas (MEM), el Plan Ferroviario Nacional del Instituto Autónomo
de Ferrocarriles del Estado (iafe), la Estrategia Nacional sobre
Diversidad Biológica y su Plan de Acción del MARN de junio de 2001 y el
documento Hacia la Minería del Futuro de Corpozulia de
2002.
El carbón en el Zulia es el típico modelo de desarrollo de enclave
minero exportador que acordaron con el Estado venezolano los capitales
trasnacionales del carbón en nuestros espacios de vida, en este caso: la
Anglo American Coal (surafricana/inglesa), RAG Coal del Grupo Trapo
(alemana) (Carbones del Guasare/Carbozulia/Corpozulia), Inter-American
Coal Holding, N.V. (arubano/holandesa) (Carbones de La
Guajira/Carbozulia/Corpozulia), Tomen (japonesa), TrasMar Coal
(estadounidense), Excel (australiana), Carbonífera Caño Seco (irlandesa),
entre otras. Modelo este que en nada parece ser un modelo de desarrollo
endógeno pese a los esfuerzos publicitarios millonarios que emprende
Corpozulia/MPD en el Zulia conjuntamente con el Ministerio para las Zonas
Especiales de Desarrollo Sustentable.
Este modelo de desarrollo condena al Zulia a ser Zona de Sacrificio ya
que este cabalga desde 1987 sobre una economía agropecuaria, turística,
pesquera propia dadora de trabajo y bienestar social, pero principalmente
de soberanía alimentaria. Estos planes de carbón de pretenden elevar su
exportación de 8 millones de toneladas métricas anuales a 36 millones
dejará al Zulia sin agua, sin bosques, sin biodiversidad, sin agricultura
y ganadería, y sin tierras para los indígenas donde vivir y cultivar.
Esto es lo que explica el abandono a los indígenas wayúu a que ha
sometido el Estado venezolanos y los Gobiernos, inclusive el Presidente
Chávez, a no desarrollar las cuencas de los ríos Guasare, Socuy, Maché y
Cachirí, por esta razón las falta de carreteras, agua potable,
electricidad, educación, puestos de salud para las comunidades wayúu
asentadas zonas fronterizas del noroeste del Zulia.
Esto es lo viene movilizando a los indígenas a la toma de conciencia y
a movilizarse por la defensa de sus derechos económicos, sociales y
culturales, a rechazar y no permitir la explotación de carbón en sus
tierras por parte de las empresas multinacionales del
carbón.