Simón Rodríguez nació
en Caracas el 28 de octubre de 1769. Pedagogo, pensador filosófico,
escritor de densas obras de contenido histórico y sociológico, y conocedor
a fondo de la sociedad hispanoamericana. Fue maestro y mentor del
Libertador Simón Bolívar.
Era Simón Rodríguez hijo expósito, su vida
activa de maestro la comenzó en mayo de 1791, cuando el Cabildo de Caracas
lo admite para ejercer el cargo en la escuela de primeras letras para
niños. Impartió clases al niño Simón Bolívar. Llegó a tener bajo su
pupilaje a un grupo de niños que para finales del año 1793 ascendía a
114.
Simón Rodríguez influye en Bolívar, ya sea
con la instrucción en diversas materias y en el carácter. En 1826, los dos
amigos se pierden el rastro para no volver a toparse.
Su obra llamada 'sociedades americanas'
(1828), trabaja e insiste en la necesidad de buscar soluciones propias
para los problemas de Hispanoamérica, concepto que sintetiza en una frase:
'La América Española es Orijinal. Orijinales han de ser sus instituciones
i su gobierno i Orijinales sus medios de fundar uno i otro. O inventamos o
erramos'.
En 1853, Rodríguez emprende un viaje al
Perú, acompañado por su hijo José y su amigo Camilo Gómez, quien lo
asistirá en el momento de su muerte, ocurrida en el pueblo de Amotape el
17 de julio de 1853. Setenta años después, sus restos fueron trasladados
al panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al siglo justo de su
fallecimiento, fueron devueltos a Caracas, ciudad natal, donde reposan en
el Panteón Nacional.
Este estudioso de Rousseau decía: 'no quiero
-escribió- parecerme a los árboles que echan raíces en un lugar y no se
mueven, sino al viento, al agua, al sol, a todo lo que marchaba sin
cesar'. Labora sin término, descubre, innova, intuye, crea, percibe a
distancia de cien años hacia el porvenir. Pero no lo comprenden; y en ello
su drama gigante: 'Hay ideas -expresa analizando su propia problemática-
que no son del tiempo presente aunque sean modernas, ni de moda aunque
sean nuevas. Por querer enseñar más de lo que todos aprenden, pocos me han
entendido, muchos me han despreciado y algunos se han tomado el trabajo de
perseguirme'.
Las ideas de Simón
Rodríguez
Se ha de educar a todo el mundo sin
distinción de razas ni colores. No nos alucinemos: sin educación popular,
no habrá verdadera sociedad.
Instruir no es educar. Enseñen, y tendrán
quien sepa; eduquen, tendrán quien haga.
Mandar recitar de memoria lo que no se
entiende, es hacer papagayos. No se mande, en ningún caso, hacer a un niño
nada que no tenga su «porque» al pie. Acostumbrado el niño a ver siempre
la razón respaldando las órdenes que recibe, la echa de menos cuando no la
ve, y pregunta por ella diciendo: '¿Por qué?'. Enseñen a los niños a ser
preguntones, para que, pidiendo el por qué de lo que se les mando hacer,
se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad, como los
limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
En las escuelas deben estudiar juntos los
niños y las niñas. Primero, porque así desde niños los hombres aprenden a
respetar a las mujeres; segundo, porque las mujeres aprenden a no tener
miedo a los hombres. Los varones deben aprender los tres oficios
principales: albañilería, carpintería, herrería, porque con tierras,
maderas y metales se hacen las cosas más necesarias. Se ha de dar
instrucción y oficio a las mujeres, para que no se prostituyan por
necesidad, ni hagan del matrimonio una especulación para asegurar su
subsistencia.
Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que
no tiene, cualquiera lo compra.
En lugar de pensar en medos, en persas, en
egipcios, pensemos en los indios. Más cuenta nos tiene entender a un indio
que a Ovidio. Emprenda su escuela con indios, señor rector.
A los ochenta años, escribe:
' Yo quise hacer de la tierra un paraíso
para todos. La hice un infierno para mí.
Las ideas de Simón Rodríguez: 'O inventamos
o estamos perdidos'.
¡Vea la Europa cómo inventa, y vea la
América cómo imita!
Unos toman por prosperidad el ver sus
puertos llenos de barcos... ajenos, y sus casa convertidas en almacenes de
efectos... ajenos. Cada día llega una remesa de ropa hecha, y hasta gorras
para los indios. En breve se verán paquetitos dorados, con las armas de la
corona, conteniendo greda preparada 'por un nuevo proceder' para los
muchachos acostumbrados a comer tierra.
¡Las mujeres confesándose en francés! ¡Los
misioneros absolviendo pecados en castellano!
La América no debe imitar servilmente, sino
ser original.
La sabiduría de la Europa y la prosperidad
de los Estados Unidos son, en América, dos enemigos de la libertad de
pensar. Nada quieren las nuevas repúblicas admitir, que no traiga el
pase... Los estadistas de esa naciones, no consultaron para sus
instituciones sino la razón; y ésta la hallaron en su suelo. ¡imiten la
originalidad, ya que tratan de imitar todo!.
¿Dónde iremos a buscar modelos?. Somos
independientes, pero no libres; dueños del suelo, pero no de nosotros
mismos.
Abramos la historia: y por lo que aún no
está escrito, lea cada uno en su
memoria. |