LA
AMENAZA DE LOS TRANSGÉNICOS
AHORA ESTA EN VENEZUELA.
ALERTA ROJA.
Otro
lucha pendiente.....
Posiblemente una de los
actos mas irresponsables cometidos contra la vida de este país se realizó con la
sanción de la “ley de semillas, material de reproducción animal e insumos
biológicos” el 3 de octubre del año pasado, por parte de la Asamblea Nacional de
este país.
Esta es la ley que prácticamente le da
entrada a nuestra Nación de las peligrosas semillas manipuladas
genéticamente.
Comenzando en el capitulo 1,
donde presenta objetivos dirigidos
a “la modernización del sistema de producción de semillas” . Todos saben que estas terribles técnicas son
precisamente la mas actuales y
modernas de la biotecnología
“de punta” que altera la configuración genética de las semillas de los
vegetales, al introducir nuevos
genes que pueden venir incluso hasta de otro reino como el animal.
Estas manipulaciones genéticas dan como
producto nuevos y extraños
organismos al Orden Natural del planeta, que ha logrado mantener seguras barreras
de todo tipo desde anatómicas, biológicas hasta geográficas y climáticas, entre
los diversos seres que conforman la vida y que además fueron desarrolladas por
complejos procesos evolutivos que han llevado millones de
años.
Con fines de aumentar grandemente la
producción, hacerlas resistentes a enfermedades, cambiarles drásticamente las
apariencias para motivar comercialmente su consumo o hasta cultivarlas en
lugares donde jamás podrían desarrollarse, estas semillas transgénicas,
totalmente alejadas del orden natural, son la nueva generación de semillas con
su reciente paquete tecnológico del mismo modelo que se impuso por todo el
mundo, desde los años 60, luego del imperio comercial que tuvieron las semillas híbridas, producto de las
investigaciones del genetista Ernest Borlaugh .
Fue
precisamente este importado modelo mecanizado y químico, el gran negocio que
destruyó las mayores extensiones de suelos en el mundo, a un ritmo de 900000
hectáreas anuales, contaminó con venenos incluso no biodegradables casi todos
los ríos, junto con todas las fuentes de agua y exterminó las variedades naturales de semillas que
poseían ancestralmente desde el
pasado nuestras antiguas comunidades,
para proveerse del alimento y vivir en forma independiente y
libre.
Esta ley con el articulo 5,
consolida la creación de un Instituto Nacional de Semilla y Material para la
Reproducción Animal que coloca en las manos de apenas 13 personas la decisión de
autorizar la producción de estos nuevos y extraños organismos para la Naturaleza en nuestro
territorio, pasando por encima de 25 millones de personas. Es interesante que
sepan que esta Junta Directiva tiene tres representantes que vienen de los
sectores que comercializan y producen semillas.
LOS
TRANSGÉNICOS SON MAS TERRIBLES EN EL TRÓPICO.
El
peligro es peor sobre nuestro
complejos e interactivos
ecosistemas tropicales y su alta biodiversidad, pues al sembrarse en
nuestro territorio, el polen de estas plantas puede ser llevado por insectos hasta
combinarse con otras plantas, pudiendo originarse innumerables e inimaginables
interacciones dentro de estos
sistemas biológicos con sus posibles y terribles consecuencias. Ya se ha
determinado por ejemplo la desaparición de ciertas especies del ecosistema como
la “Mariposa Monarca” ante un maíz transgénico cultivado en México con genes de
una Bacteria llamada Bacilus Turigiensis (BT).
El
articulo 11, hace que “cualquier persona natural y jurídica” , pueda
irresponsablemente “investigar y desarrollar en mejoramiento genético” y en
“transferencia tecnológica”. Como si se pudiese controlar fácilmente esta
interacción ecológica.
Así tenemos el primer ejemplo en
Venezuela, de la investigación con
una lechoza transgénica llamada “Scandal” por unos inescrupulosos investigadores
de Universidad de los Andes en Mérida; luego de un intenso proceso de
manifestaciones de rechazo colectivo por habitantes de la zona, ecologistas y de
otros serios investigadores respetuosos de la vida se introdujo una
denuncia ante fiscalía, tomándose
finalmente la decisión legal de
destruir la plantación afortunadamente antes de que florease. Al año y medio, nos enteramos que una
publicación sobre una estricta investigación posterior en Estados Unidos,
demostró que esta misma lechoza tendría propiedades alergénicas que
afectan la salud.
Este mismo articulo 11,
expone los conceptos de semilla genética o de fitomejorador y las de “fundación”
que serían este tipo de semillas
pero ya certificadas para su uso masivo.
Es precisamente el capitulo II el
que toca específicamente los organismos transgénicos
u
organismos manipulados genéticamente.
El articulo 14 plantea que es el
Instituto de semilla y material de reproducción animal, quien evaluará en el
país cuales son las semillas
transgénicas.
El
articulo 15 plantea una responsabilidad compartida con el MARN (Ministerios del
Ambiente y de los Recursos Naturales) pues
autorizará esos organismos transgénicos con una documento que salga de este ministerio
de “inocuidad biológica” y “ambiental” , como si existiese suficiente
investigación científica en Venezuela para determinar tal nivel de conceptos de BIOSEGURIDAD y si es
posible clasificar en “inocuos” estos organismos de naturaleza genética
totalmente separada del orden biológico y en ecosistemas tan interactivos como
los tropicales. Todavía hoy en día, después de largos años de investigación se
desconoce el complejo sistema de interacciones entre las especies que viv! en en el dosel de
nuestros Bosques Tropicales Húmedos.
Hay
que tomar en cuenta como incluso en Europa el temor a descubrir los daños
ecológicos y la alteración biológica que pueden causar las semillas transgénicas, ha originado
una restricción legal casi general para la mayoría de los países, para no
permitir su entrada. Esta ha sido una de las causas de una declarada guerra
comercial con los EEUU, donde ya la soya es casi en un 60 % transgénica y
también un tercio de la producción de maíz.
Pero el mismo articulo
señala que dichas pruebas de
bioseguridad dependen de una normativa establecida por el propio Instituto
Nacional de Semillas y Material de Reproducción Animal.
El articulo16 reafirma nuevamente la antibiológica
posibilidad de desarrollar investigación sobre manipulación genética y que
“Se preverá, en
todo caso, los parámetros y medios para evaluar y calificar los riesgos
implicados”, como si realmente el nivel de eficiencia de estos entes
gubernamentales pueda darnos genuinas garantías ante esta amenaza
biológica.
Y lo
peor es que afirma claramente que cualquier material de origen o constitución
transgénicos, importado u obtenido en el país, pode ser liberado con el
correspondiente certificado de “inocuidad biológica” expedido por el órgano
nacional competente.
Tiene
el Ministerio del Ambiente un personal calificado para asumir esta
responsabilidad que viene endosada con esta ley ó todos los venezolanos podemos
descansar toda nuestra confianza sobre este enorme riesgo ecológico en un ente
gubernamental.
¿Sabe
el gobierno y la mayoría de la población de que estamos hablando y el nivel de
riesgo de permitir la entrada y cultivo en nuestro territorio con semillas
transgénicas?
Ya se
conoce el efecto de muchos alimentos transgénicos de tendencias cancerígenas, ,
teratogénicas y alergénicas, pero ellos vienen envasados, dando al menos una
oportunidad de escoger su consumo, si al menos se etiquetan como “transgénicos”,
pero ¿que podemos hacer en el caso
de cultivos a campo abierto con estos extraños organismos alterados
genéticamente?
¿Qué podría
ocurrir?
¿Vale
la pena correr ese riesgo?
para que unos pocos se llenen de dinero, haciendo que ciertas compañías
trasnacionales se hagan cada vas mas y mas indispensables, pues la especie
humana debe comer.
Sugiero que
este tema sea profundamente discutido por nuestro movimiento ecológico, pues hay
herramientas constitucionales como el Referéndum Abrogatorio, para intentar
abrogar parcial o totalmente esta absurda ley que amenaza nuestra
Vida.
La
vida es producto de un Orden Natural que posee milagrosamente nuestro planeta,
Ya el hombre empezó a trasgredirlo y las consecuencias sobre si mismo las vivirá
muy pronto como para darse cuenta de ello.
Nuestra
responsabilidad es Venezuela, para IMPEDIR
RADICALMENTE la entrada de esta AMENAZA A NUESTRA NACIÓN.
“La
Campaña debe comenzar”
Tenemos dos
enemigos y el principal es el enorme desconocimiento del tema para la mayoría de
nuestro Pueblo, pero estoy casi seguro que al conocerlo nos
apoyarán.
Saludos
Ecologista
Leobardo Acurero