Asunto: | [LEA-Venezuela] Agricultura orgánica crece en los últimos diez año s en Brasil | Fecha: | Sabado, 27 de Septiembre, 2003 09:01:20 (-0400) | Autor: | Jorge Hinestroza <vitae3 @..........ve>
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Ecología
Agricultura
orgánica crece en los últimos diez años en Brasil
26.septiembre/2003 -
Brasil – Adital/Ambiente Brasil – A partir de la década de 60, en Brasil, las
técnicas tradicionales de la agricultura fueron abandonadas en detrimento del
uso masivo de insumos químicos en el momento de la siembra, para convertir a las
plantas en resistentes a las plagas y a los frutos en más vistosos, aunque a
costo de altas dosis de elementos artificiales. Hoy se sabe que el uso de
insumos en la siembra - como abonos químicos, insecticidas, fungicidas y
herbicidas - puede causar problemas a la salud de quien los aplica, al medio
ambiente y a la salud de los consumidores.
Con el volumen de
descubrimientos en este sentido, el camino ahora, es inverso. Los productos
orgánicos, en los últimos 10 años, ganaron espacio en las estanterías de los
supermercados de las grandes ciudades, principalmente a partir de la preferencia
de los consumidores de clase alta. Eso es porque el precio para quien exige esta
calidad todavía es más alto.
En muchos estados brasileros, productores,
principalmente los de base familiar, adoptaron la agroecología como opción y
"filosofía de vida", como la clasifica el investigador del área de transferencia
de tecnología de la Embrapa Soja, el agrónomo Lineu Domit. "Esos productores
simplemente no quieren usar más productos químicos, porque constataron que hay
más perjuicios que ganancias, inclusive económicas. Como son pequeños
agricultores no consiguen pagar herbicidas e insecticidas, muy caros dentro del
costo de producción", comenta el investigador. Según Domit, sólo los herbicidas
pueden representar del 17% al 20% del costo de la labranza familiar que en
general no contabiliza costos de mano de obra – los trabajadores son contratados
sólo en épocas específicas, como segar y la cosecha.
Soja orgánica
promete vencer versión transgénica
El precio de mercado de la soja
orgánica es un gran ejemplo que comprueba el valor de adquirir un producto libre
de químicos, considerado más saludable por el consumidor. Tanto que la bolsa es
cotizada en dólar. Se pagan U$S 15 por la soja para consumo humano y U$S 12,5
por la soja destinada a raciones animales.
La Cooperativa Agropecuaria
Alto Uruguay (Cotrimaio), cuya sede está ubicada en Três de Maio (RS),
desarrolla el programa Producción Orgánica desde el 99, que cuenta hoy, con 150
productores de la región noroeste del estado. La cooperativa compra otros granos
orgánicos, como maíz y trigo, los cuales, valen respectivamente un 40% y 30% más
que los convencionales. Según Nelson Hammes, coordinador de las unidades
productivas de la cooperativa, la mayoría de los productores orgánicos planta en
unidades de 30 hectáreas como máximo. "Dos de ellos apenas tienen propiedades de
60 hectáreas", afirma el técnico agrícola. Hammes hace una previsión optimista,
en términos de mercado, para el caso en que los cultivos genéticamente
modificados sean liberados.
Él está convencido que el precio de los
cultivos convencionales, también comercializados por la cooperativa, suba con
relación a los transgénicos. "En el caso de la soja, como la siembra es ilegal,
el productor termina no pagando los royalties para la empresa que posea la
tecnología a la hora de comercializar el producto. En la medida en que estuviere
legalizado, el producto saldrá automáticamente más caro", prevé. La cooperativa,
garantiza él, es favorable a la liberación, pero pide que se rotulen los
productos, para informar al consumidor cuándo un producto es genéticamente
modificado. "La decisión tiene que quedar en las manos de quien consume",
completa.
La soja orgánica es exportada por la Cotrimaio principalmente
hacia Francia, Alemania y Dinamarca. El valor medio, según Hammes, es de U$S 300
a U$S 400 la tonelada. "Eso incluye costos de embarque, contenedores usados en
el puerto y el transporte por barco", explica el técnico. La cooperativa trabaja
con otros productos orgánicos vendidos en el mercado, como el azúcar moreno,
melaza, leche de soja, harina de trigo integral, harina de trigo especial,
harina de maíz, harina de centeno, germen de trigo, leche y harina de
mandioca.
El director técnico de la empresa compradora de granos y
cereales orgánicos Terra Preservada, Luiz Cláudio Bona, también cree que la
liberación de los transgénicos, específicamente de la soja, que está con
estudios y siembra avanzados, se reflejará positivamente en el mercado. Para él,
los productos orgánicos tendrán aún el precio más elevado, porque el consumidor
acabará prefiriendo el producto ecológico. "Pero él terminará pagando menos,
porque a pesar de que lo orgánico es un producto de elites, hay una tendencia de
aumento de oferta y eso hace bajar el costo de cualquier producto",
avisa.
A pesar del optimismo con relación al comportamiento del mercado,
Bona prevé una imposición aún mayor a los orgánicos en la presentación de la
contraprueba. "Con la liberación, habrá más cultivos de transgénicos y entonces
hay más posibilidad de contaminación de los cultivos orgánicos. Eso tal vez se
refleje un poco negativamente en el mercado para el producto orgánico", evalúa.
Hoy, para comprobar el origen del producto, todo lo orgánico es certificado, una
exigencia de las empresas compradoras, internamente y también en el exterior.
Los productos, comprados por el sistema de asociación, directamente desde el
productor, por Terra Preservada, son certificados por el Instituto para el
Mercado Orgánico (IMO).
La empresa certificadora es de origen suizo,
tiene sede en São Paulo y fiscaliza las propiedades desde la época de la
siembra. "Es una incoherencia. Un producto que es bueno para la salud de todos,
como lo orgánico, es penalizado con la necesidad de comprobarse como tal. Pero,
en fin, es la lógica del mercado", se resigna Bona. Terra Preservada actúa en
los estados de Mato Grosso, Santa Catarina, Paraná y Rio Grande do Sul,
comprando soja para consumo humano y animal, poroto negro, poroto carioca,
poroto aduki, arroz, maíz, trigo, centeno, yerba mate y hasta azúcar moreno.
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