La fumigación de las plantaciones de
coca mediante el uso del herbicida glifosato por parte de las Fuerzas
Armadas de Colombia está afectando a las provincias ecuatorianas
limítrofes.
Habitantes de diversos pueblos de la provincia
amazónica ecuatoriana aseguran que tras escuchar el vuelo de varias
avionetas, decenas de árboles comenzaron a secarse. Pero también los seres
humanos se ven afectados por estas fumigaciones: Bolivar Botina, alcalde
de la localidad de Puerto Guzmán, aseguró que siete personas han muerto
por intoxicación.
El glifosato es uno de los productos químicos más
importantes de la multinacional estadounidense Monsanto, y está
clasificado como un herbicida de categoría tóxica III, que exige cautela
en su utilización puesto que puede provocar problemas gastrointestinales,
vómitos, ensanchamiento de los pulmones, neumonía y destrucción de los
glóbulos rojos del tejido de la membrana mucosa, entre otros efectos
permiciosos para la salud humana.
En la zona se teme que se aplique
el hongo transgénico Fusarium oxisporun, una alternativa propuesta por el
Gobierno estadounidense al colombiano, que fue rechazado por ecologistas y
científicos por el riesgo que conlleva.
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