ANTE EL ODIO, LA OSCURIDAD, Y EL MIEDO,
INVOQUEMOS EL AMOR, LA LUZ Y EL CORAJE.
Hoy, en esta hora aciaga, luego de la tragedia de
anoche en la Plaza de Altamira, y ante las nuevas marchas programadas por
Gobierno y Oposición, una vez mas clamamos porque genuinamente invoquemos y
ejerzamos al poder exorcista de la fuerza mas poderosa: la fuerza del Amor; que
puede mas que el mas desatado demonio de la violencia. El Amor es capaz de
vencer hasta al odio mas visceral, disipar la oscuridad mas confundidora,
restañar la herida o pérdida mas profunda. Y el Amor es capaz también de actuar
con fuerza contundente para expulsar a " profanadores del templo" como lo
hizo nuestro señor Jesucristo cuando no tuvo mas remedio; o
para defender a personas inermes de un agresor letal.
El "Amor a
Dios y al prójimo como a uno a mismo" es el primer mandamiento en el
Cristianismo, y de todas las tradiciones espirituales. Y es el que lo
resume todo: amor a la Vida, amor a la Verdad, amor a la Justicia -la justicia
de las leyes de Dios. No la del "ojo por ojo" que lleva a terminar todos
tuertos o ciegos.
Por el Amor a la Vida y a la Verdad hay que
esclarecer lo ocurrido anoche, como hay que terminar de esclarecer, para todos,
lo que ocurrió en abril pasado. Pero no con ánimo revanchista, sino para la
justa expiación de la culpa de los responsables, llegar a las causas de raíz y,
sobre todo, para evitar que algo como ello vuelva a ocurrir. ¿ No nos dió acaso
en ese sentido El Papa Juan Pablo II la mejor lección al ir a visitar en la
cárcel al agresor que tan vilmente tratara de asesinarlo ?
Hay que entender que la No-violencia
debe ser no sólo de acción sino también de palabra y pensamiento; porque un
pensamiento o una palabra de odio pueden ser mas incendiarios incluso que una
acción.
Triste, muy triste, ciertamente es lo anoche
acontecido en la Plaza Altamira. Pero el mejor honor que le podemos hacer a los
caídos es que su sacrificio no de pie para mas violencia sino, para que, por el
contrario, para atajar a la violencia. Que tal sacrificio doloroso se
convierta en una ofrenda comovedora para seguir trabajando por la Paz. Que
lo de Altamira nos estremezca para re-dedicarnos con mas acierto y coraje
a, precisamente, la Alta Mira de la Paz y del Amor. Ningun poder podrá contra
eso. El Amor, al final, vence al odio.
En estos tiempos, por mas vendas o distorsiones
que pretendan imponer poderes políticos, económicos o
mediáticos, "Todo lo que es mentira se
conoce pronto, y todo lo que es Verdad, también". No se puede alimentar a lo que
tiene que morir, ni sembrar lo que no puede crecer. Nada insustentable
puede sostenerse. El mundo actual, con tanto materialismo, insensibilidad y
ceguera esta condenado. Un nuevo mundo es reclamado por los imperativos del
Cambio, para que pueda ser sustentable.
Todo lo que ha estado pasando en Venezuela no ha
sido accidental. No es producto de la labor de ningun sólo villano o causa. Hay
un "karma colectivo" como nación que hemos estado pagando; por una forma de
vida, por una forma de hacer política, por una forma de riqueza, por un sistema
de valores. Nada de lo que ocurre en el Cosmos ocurre por accidente. El
epicentro de la crisis se ha depositado al final en el petróleo. Por el petróleo
ha habido muchas guerras en el mundo. Sin el petróleo, el gobierno chavista
no hubiera tenido tanto poder; asi como la Oposición tampoco, para
acorralarlo con el paro petrolero. Este último ha sido una batalla que ha
erizado los pelos de todo el país, por incluir la pugna por
gigantescos buque petroleros cargados de combustible en medio de vías
acuáticas y refinerías al lado de grandes centros urbanos, verdaderas
"bombas de tiempo" capaces de causar una enorme devastación en vidas y
contaminación letal en el entorno si explotasen en las manos de los que se
las disputan. Por el petróleo nos estamos peleando como perros rabiosos
por un hueso; o como se pelearon los aborígenes de la película "Los dioses deben
estar locos" por aquella botella extraña que les cayó del cielo. No sólo
Venezuela, el mundo todo depende de un recurso manejado por pocos, y producido a
causa de un gran daño a la Naturaleza, daño que hoy amenaza al futuro del
planeta. ¿ Es tanto poder, tanta vulnerabilidad, tanta dependencia de tan pocos
algo sano para la invocada democracia ? El poder petrolero, como todo poder
concentrado, es, por definición, antidemocrático. ¿ Es sano para la Vida,
para las aguas, bosques y ríos, todos ellos nuestro sustento vital,
lesionados por la civilización del petróleo en sus distintas expresiones ?
¿ Por qué nuestro país y el mundo no pueden , de una vez por todas, abocarse a
la producción de tantas otras formas posibles de energía descentralizadas y, por
tanto, mas democráticas; renovables, y por tanto, menos vulnerables; ecológicas,
y por tanto, menos dañinas. Existen ya la tecnología y recursos para hacerlo,
pero aun no existe la voluntad, debido los intereses creados del poder
económico ciego o la inercia. ¿ Donde quedó
la consigna de "sembrar el petróleo" (petro-dependencia sólo por un tiempo a fin
de crear otra economía diversificada) ? La oposición que pretende hacerse con el
poder se propone cuadriplicar la producción petrolera como la nueva gran
panacea para "salvar al país". ¿ Cien años de petrodependencia y petro-adicción,
con el balance a la vista de todos, no han sido ya suficientes ? El petróleo
cumplió un papel, pero ya es hora de pasar esa página y comenzar la
transición decidida y sincera hacia un Venezuela post-petrolera. Si no, la
historia y las nuevas energías que inexorablemente vienen a imponerse en el
mundo, nos arrollarán. Un país de tantas riquezas naturales como Venezuela puede
vivir de mucha otras cosas distintas del petróleo; salvaguardando la
vida y el medio natural que es nuestro vital sustento.
Nuestra crisis no se va a solucionar sólo
con un nuevo tipo de gobierno, nuestra crisis, como la del mundo -porque se
trata de una crisis mundial donde estamos todos en un "Titanic", se solucionará
sólo con un cambio de Civilización, donde Dios y la Vida vuelvan a
reinar.
Como colofón a todo lo anterior, anexamos el
poema "Sueño con un país", que escribiéramos meses atrás para una acto por la
Paz, y que, ante lo expuesto y los sucesos de esta hora, seguimos considerando
de plena vigencia.
Que El Gran Espirítu nos ilumine a todos los que
moramos en esta venturosa tierra, para vencer las dificultades y ser testimonio
de Luz.
Un servidor, Frank Bracho
Caracas, Sábado 7 de diciembre del 2002.