El relator de Naciones Unidas para el derecho a
la alimentación, Jean Ziegler, cuestionó la ayuda estadounidense con
alimentos genéticamente modificados para afrontar el hambre que padecen unos
14 millones de habitantes de África austral.
Ziegler, sociólogo suizo dice en un comunicado
que nunca dudó de la gravedad de la situación de hambruna que pesa sobre
esos millones de personas, ni de la generosidad del gobierno de Estados
Unidos con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
Sin embargo, el relator de la ONU "expresa
sus reservas sobre la utilización masiva de alimentos genéticamente
modificados" porque considera que "pueden comportar peligros a
medio y largo plazo para el organismo humano y la salud pública".
El relator de la ONU subrayó que, según la
Organización para la Alimentación y la Agricultura, hay 815 millones
de personas en el mundo con problemas graves de malnutrición, pero
precisa que el director general de ese organismo, Jacques Diouf, opina que
hay suficientes alimentos que no están genéticamente modificados como para
alimentar a todos los hambrientos.
El funcionario de la ONU destaca que con la
utilización de alimentos transgénicos, los agricultores en lugar de poder
recoger las semillas y poder utilizarlas en posteriores cultivos, como es
tradicional, "deberán comprarlas a las empresas multinacionales a los
precios que estas establezcan".
El presidente de Zambia, Levy Mwanawasa, que
considera que el "maíz de diseño es veneno", ha rechazado un
cargamento de ese cereal transgénico ofrecido por Estados Unidos para paliar
el hambre de una parte de su población, que sufre de la fuerte sequía
registrada en los últimos meses en el África austral.
Mas de 14 millones de personas
están amenazadas por la fuerte hambruna en seis países de la región: Zambia,
Zimbabue, Mozambique, Malaui, Lesoto y
Suazilandia.