QUINTO DIA
DESDE GUAYANA- Cheo García
PROFORCA, LA EMPRESA DUEÑA DE CASI MEDIO MILLÓN DE
HECTÁREAS de pinos Caribe en el sur de Monagas y Anzoátegui, está
analizando la posibilidad de un cierre técnico por varios meses, como una vía
para superar sus problemas de caja.
Me dicen que en pocas semanas se pueden presentar
problemas incluso para pagar la nómina, aunque la actual presidenta, Sobeida
Sánchez, es hermana del director general de la CVG y es de esperarse que de ese
organismo le lleguen los recursos por lo menos para pagar los sueldos de su
subsidiaria. Nadie espera que la haya nombrado en ese cargo para luego
abandonarla a su suerte en medio de esta crisis.
Entre 1989 y 1998 Proforca fue una empresa aparentemente
floreciente, gracias a los 250 millones de dólares que recibió, por un crédito
blando del BID y del obligado aporte de la nación.
Esto de Proforca parece una radiografía de lo que fue y es
hoy el país. Una empresa de seguros, protegida por los sindicalistas de
Proforca, cobraba anualmente 1.600 millones de bolívares por la póliza de HCM y
esa misma póliza fue negociada luego por otro presidente, con la misma
cobertura, por menos de la mitad.
Con sólo 300 trabajadores, esa empresa tuvo varios años
plantando más de 30 mil hectáreas de pinos anuales, para subir su nómina de un
solo plumazo a 800 trabajadores que sembraban menos del 30%, durante la gestión
de Elías Inaty al frente de la CVG, con José Olivieri como presidente de
Proforca y, por supuesto, Alfaro Ucero, paisanos al fin, como protector.
Pero aparte de multiplicar la nómina casi por tres, fueron
comprados costosos e innecesarios equipos de explotación y vehículos y se gastó
a manos llenas hasta dejarla en la precaria situación actual, en la que también
tiene responsabilidad un sindicato al que poco le importa cómo esté la empresa,
con tal de que le tiren su vainita.
De manera que ahora Proforca tiene anualmente una cosecha
potencial de dos millones de metros cúbicos de madera de pino que no tiene quien
explote, tampoco tiene recursos para afrontar sus compromisos y aparte de todo,
cada hectárea de pinos sembrada por Proforca cuesta el triple de lo que le
cuesta a la empresa privada.
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