NCeHu 171/08
Argentina
Por 30 millones de toneladas de
soja
Jorge
Altamira
PRENSA OBRERA 1045
Buenos Aires, 10/07/2008
En un país donde el medio pelo de la gran prensa abusa del
adjetivo ‘histórico', el debate sobre las retenciones en el Congreso fue
colocado de inmediato en ese rango. Los mismos que una semana después iban a
proyectar su odio de clase con toda una batería de desinformación contra la
movilización piquetera que fue salvajemente reprimida por las órdenes de uno de
los arquitectos de la represión en Puente Pueyrredón en junio de 2002; esos
mismos no tuvieron reparo en calificar a la trasnochada de los diputados del
pasado fin de semana como 'una gran jornada de la democracia'. Para variar, por
una vez tuvieron razón, porque desde hace doscientos años lo único que atrae el
interés parlamentario en el Río de la Plata es la pelea de intereses que tiene
por eje la explotación y el comercio agropecuarios. Los derechos de exportación
motivaron incluso una convocatoria constituyente, en 1867, que fue frustrada por
la guerra con Paraguay. De cualquier manera, para retomar un tema de moda, entre
los reclamos de la Comisión de Enlace y la izquierda sojera, de un lado, y la
Representación de los Hacendados de Mariano Moreno, del otro, media una
distancia igual a la que separa a la tragedia de la farsa. Lo mismo se puede
decir de las carpas de De Angeli y de los piquetruchos K, por un lado, y la
Jabonería de Vieytes, por el otro.
Pulseada por un
botín
Cuando se pasa en limpio la discusión en el
Congreso se percibe, sin embargo, que todo giró en torno a un tema excluyente:
las 30 millones de toneladas que la patronal sojera tiene retenidas en sus
silos-bolsa para forzar al gobierno a redituar por ellas un mejor precio (bajar
las retenciones). Para quebrar este acaparamiento, que provocó desabastecimiento
y perjuicios comerciales de todo tipo, el gobierno no recurrió a la Justicia ni
a ningún otro medio coercitivo del Estado: prefirió el más modesto de proponer
que la Resolución 125 se convierta en ley, aunque el procedimiento implicara
otro mes de dilaciones. El proyecto busca ‘seducir' a los chacareros que
explotan menos de 300 hectáreas con compensaciones equivalentes a retenciones
iguales o inferiores a las que regían el 11 de marzo pasado, pero amenazándolos
al mismo tiempo con un plazo de vencimiento, hasta el 31 de octubre
próximo.
Por último, aunque no menos importante, el gobierno comenzó a
operar para bajar la cotización del dólar con el propósito de perjudicar, por
una parte, a quienes no envíen el grano para exportación, ya que recibirían
menos pesos por dólar por la demora; y, por el otro, ofrecer a los que exporten
la oportunidad de una ‘bicicleta financiera' que consiste en invertir ese dinero
a elevadas tasas de interés en el mercado interno mientras aseguran un dólar
para más adelante al mismo precio que el actual. Al lado de la crisis con el
agro se ha construido al mismo tiempo una crisis financiera, pues ha obligado al
Banco Central a endeudarse con el exterior.
Los restos destrozados de la
bancada oficialista festejaron su victoria por un voto en el Congreso como lo
hace la hinchada de un equipo que se salva del descenso. La diferencia por un
pelo en Diputados se consiguió ‘adornando' a dos representantes de las
patronales rionegrinas y persuadiendo a dos pequeños burgueses de Tierra del
Fuego. Pero la ‘apretada' parlamentaria no parece dar resultados tangibles: el
acaparamiento sigue. Los capitalistas chicos probablemente ya han vendido sus
cosechas apremiados por necesidades financieras, aunque de todos modos no
producen un volumen capaz de torcer el balance exportador. El chacarero Buzzi
pidió extender las compensaciones para producciones de hasta 3.000 toneladas
(entre 1.000 y 1.500 hectáreas), lo cual representa cerca de un 30 por ciento
del producto sojero, la ‘clase media' capitalista del campo. En definitiva, lo
único que está en discusión es el precio al cual podría desbloquearse o romperse
el acaparamiento, y de ningún modo quién fija los impuestos (si el Ejecutivo o
el Congreso), ni menos el federalismo. El chacarero de los Buzzi y los De Angeli
explota, en forma directa o por alquiler, extensiones de un valor inmobiliario
de 10-15 millones de dólares, hasta 50 millones; no es para nada un campesino
pobre o familiar. Tampoco parece que los fondos financieros agrícolas se estén
desprendiendo del grano (por eso sube el precio internacional), ni tampoco lo
harían hasta que termine el trámite en el Senado. Nadie se va apresurar a vender
la cosecha, porque podría provocar un derrumbe de los precios. Si ése llegara a
ser el caso, Argentina volvería a su historial de detonadora de crisis
internacionales: los especuladores están apostando todavía a la suba de los
precios, no a la baja.
Crece la crisis
política
Una diferencia de 70 dólares por tonelada
(esta es la distancia entre el 35% de retenciones que quiere el agro y el 47%
del gobierno) para 30 millones de toneladas (2100 millones de dólares) alcanza y
sobra para romper las tripas del Congreso más pintado. Por eso, la pelea en el
Senado se puso tensa a pesar de la holgada mayoría con que debería contar el
oficialismo. Si la hacienda de la Colonia pudo justificar un movimiento de
independencia de España, la ‘chacra' del capital financiero bien puede buscar un
cataclismo gubernamental. Es que progresivamente se han sumado al ‘campo' los
monopolios petroleros y los de la electricidad, que reclaman descongelar tarifas
y reducir retenciones a la exportación. El chubutense Das Neves se ha convertido
en el mascarón de proa de las petroleras. Se acaba, de esta manera, el verso de
la izquierda campestre que ponía en campos diferentes y hasta enfrentados a los
intereses sojeros y petroleros. La noticia de una intervención estatal en
Aerolíneas, que prácticamente está operando sin capital, pondría fin al crítico
idilio del gobierno con el capital financiero español.
El acaparamiento
no se manifiesta solamente en los silos-bolsas: los especialistas señalan una
liquidación de divisas menor de la que correspondería por 6.000 millones de
dólares. Entre esto y la compra interna, la fuga de capitales ya estaría
llegando a los 10.000 millones de dólares.
El matrimonio presidencial se
comportó como un régimen parlamentario cuando mandó la resolución de las
retenciones al Congreso, de modo que un voto desfavorable lo habría privado del
mandato político y obligado a renunciar o a llamar a un plebiscito. La votación
estrecha en Diputados no ha dejado ningún margen para nuevos compromisos en el
Senado. Pero aun si pasa la prueba del Senado, el gobierno tampoco las tendría
todas con él porque aún le quedaría como tarea normalizar la situación
económica. Una de dos: o rompe con el acaparamiento del grano, incrementa las
exportaciones y ‘tranquiliza' el mercado de cambios; o el acaparamiento sigue y
la batalla se va a dar en el terreno preferido para voltear gobiernos: la compra
y venta de dólares. La crisis política no se ha atenuado luego del voto
‘histórico' en Diputados, todo lo contrario.
Las entidades patronales del
campo han llamado a una marcha para el martes que viene y a un acampe hasta que
se vote en el Senado, pero no está claro si lo hacen para acatar lo que se vote
o para seguir a como sea. En cualquier caso se trata de una acción golpista a la
cual se presta el propio gobierno, pues una derrota parlamentaria del gobierno,
repetimos, plantearía su renuncia o un plebiscito. Pero mientras el capital
sojero sigue en erupción, el gobierno, por su lado, demora el anuncio de las
medidas que le atribuye la prensa para remontar la cuesta de la impopularidad:
subir el mínimo no imponible al salario, aumentar el salario mínimo y establecer
la movilidad de las jubilaciones. El kirchnerismo parece que estuviera actuando
y al ex presidente se lo describe como un hiper-activo, pero en realidad lo
domina el inmovilismo. Barrionuevo no se fue de la CGT para montar una central
paralela, no le da para tanto: es una apuesta al golpe agrario y a ganar a la
mayor parte de los ‘gordos' que han preferido, llegado el momento, dar el golpe
desde adentro.
Ruralistas sí; obreros y
piqueteros no
La crisis política se encuentra en
pleno desarrollo. Cuando el lunes pasado un conjunto de organizaciones
piqueteras se movilizaron con un planteo independiente de los bandos
capitalistas en pugna, el Ministerio de Seguridad de la señora Kirchner lo hizo
reprimir sin miramientos. Fue lo más importante de la semana, porque mostró que
el ‘matrimonio' mantiene expectativas de compromiso con los sojeros, pero no
quiere ninguno con los trabajadores que le cuestionan a sus burócratas en el
movimiento obrero. Algún mequetrefe del oficialismo dijo que la movilización del
lunes había sido ‘funcional' a la oposición agraria, sin darse cuenta que hace
tres meses que esa patronal acapara mercadería con la complicidad criminal del
gobierno, o que el gobierno está premiando con tasas usurarias y un dólar futuro
bajo una colosal especulación financiera en beneficio de los exportadores que
necesitan liquidar sus dólares en el mercado interno.
Llamamos a los
trabajadores a reunirse en sus lugares de trabajo y en sus barrios para fijar
una posición sobre la crisis que les permita movilizarse con objetivos propios.
Todas las clases sociales están condicionadas por esta crisis, también la clase
obrera; la necesidad de nuevas luchas se encuentra bloqueada por la confusión
que reina en las filas de los trabajadores. Es necesaria una resuelta oposición
a la movilización sojera, porque es una movilización patronal, una movilización
de explotadores, una movilización que defiende una estructura social agraria de
superexplotación del obrero rural y al servicio del capital financiero
internacional; ningún campesino familiar puede verse reflejado en estos
intereses y, efectivamente, ninguno de ellos lo hace. Es necesaria, asimismo,
una resuelta oposición al gobierno, que también representa los intereses del
capital financiero-minero-industrial nacional e internacional; ningún sector
nacional puede coincidir con un régimen que gobierna para Techint, el Banco
Macro, Aluar o hasta la Aceitera General Deheza, Bunge y Born o Dreyfuss. El
choque actual se desarrolla al interior de esta estructura social capitalista
como consecuencia de una crisis de conjunto del capital internacional, que se
manifiesta en quiebras bancarias e industriales, desalojos y despidos masivos,
inflación creciente, carestía alimentaria y crisis en las finanzas públicas. No
es una consecuencia de que no saben qué hacer con 'la abundancia' o porque sean
incapaces de ver 'las nuevas oportunidades': el conjunto del mundo capitalista
se mueve en la dirección de la recesión y del colapso económico. En oposición a
esta crisis capitalista planteamos la nacionalización de la banca, del comercio
exterior y de los grandes capitales agrarios y terratenientes, y el no pago de
la deuda externa para reorganizar al país y al campo sobre nuevas bases
sociales.
Un método
No
es posible y, peor, es muy negativo escamotear una posición frente a la crisis
política con planteos reivindicativos aunque sean justos, por la simple razón de
que no hay espacio para luchar por estos planteos sin una posición determinada
frente a la crisis política: contra la patronal ruralista y el gobierno
capitalista. Frente a la disgregación de la clase capitalista; frente a la
tendencia de esta clase a reagrupar fuerzas con el bloque patronal rural debido
a los fracasos y al inmovilismo del gobierno, frente a la tendencia marcada a la
desestabilización política y a la conspiración, planteamos una movilización
independiente de los bandos patronales:
Basta de desgobiernos patronales;
abajo los golpes y autogolpes de Estado; promovamos la deliberación obrera y
popular; por una alternativa obrera y socialista.