NCeHu 61/08
El renacer del idiota
social
Marcos Roitman Rosenmann
México D.F., 31/5/08
Hay voces en la academia, la política, y los medios de comunicación que
tergiversan los hechos del continente. Son parte de una propuesta de la derecha
por imponer relatos maniqueos tendentes a despojar al sujeto de su memoria
histórica republicana. Manipulan la realidad según convenga a sus intereses. En
este horizonte dirigentes, estadistas, sindicalistas o representantes de
movimientos sociales caerán en el saco de lobos con piel de corderos. El mundo
se presenta dualmente. El orden y el caos. La luz y la oscuridad. La economía de
mercado y el estatismo comunista. La globalización y la autarquía. Paz y
seguridad versus terrorismo e inseguridad. Se construye un lenguaje para atacar
a las “hordas” antisistémicas y un itinerario cuya hoja de ruta es el
aniquilamiento y la destrucción del diferente. Las armas utilizadas son el
liberalismo doctrinal, el pensamiento conservador, la sociobiología, la
desarticulación de la teoría, la pérdida de la centralidad política y el
desánimo de la razón. Se presentan como un frente único para conquistar un nuevo
edén. Sus imágenes son las buenaventuras del capitalismo y sus megaproyectos.
Obras faraónicas de adoración y procesión transformadas en tótems para la
satisfacción de los nuevos dueños del planeta. Urbanizaciones de lujo, campos de
golf, torres de cientos de metros, etcétera. La felicidad completa, cuya máxima
expresión se dibuja en levantar centros comerciales donde las personas puedan
vivir en ellos. Son los auténticos nichos de la virtud del mercado. Extensiones
donde encontramos hoteles, restaurantes, cines, entidades financieras,
gimnasios, joyerías, agencias de viaje, supermercados... La imagen perfecta para
la actual era del consumidor que vive en su interior adaptándose a sus códigos.
Su personalidad se flexibiliza para adorar marcas comerciales de comida basura,
prendas de vestir, coches, etcétera. En su interior se consolida la mutación del
ciudadano al idiota social. Es el proceso de atomización y pérdida de identidad
colectiva. La sustitución de la memoria social por el deseo de compra y autismo
individualista. El retorno del Idión aristotélico.
En tal lógica, los políticos adscritos a este orden tratan de producir el
mayor número de idiotas sociales posibles. Buscan dar continuidad al proceso.
Los consumidores deben sentirse en un paraíso terrenal. En dicho mundo, las
expectativas, los deseos, las esperanzas, los objetivos de cambio, y las
depresiones se superan individualmente. El remedio es satisfacer la angustia por
medio de la compra y venta de objetos disponibles en tiendas y en la
imaginación. Si le acosan en el trabajo, si le despiden, si violencia de genero,
si explotación de clase, si alienación social, no actúe colectivamente. No se
proponga un proyecto alternativo de liberación, no critique el sistema. No aluda
a los mecanismos de dominación. Solucione el problema por la vía individual.
Presente una queja en la oficina del consumidor o vaya al centro comercial más
próximo, cómprese una camisa, una corbata, tíñase el pelo y cambie de peinado.
Dese algún gusto culinario y machaque el cuerpo. Chocolate, helados, una
hamburguesa. Si está muy agobiado y necesita desfogarse termine haciendo yoga en
el mismo centro comercial. Y en el medio plazo contrate allí unas vacaciones en
playas exclusivas, con todo incluido, la fuente de la juventud. Tratamientos de
última generación a precio de oro, en cómodas cuotas mensuales. Si tiene
necesidades erótico-festivas piense en turismo sexual. África, Asia, Europa del
este, América Latina, Oceanía. Los cinco continentes. No existe como ciudadano.
No posee dignidad, ni memoria histórica, ni voluntad, es un consumidor. En
definitiva su cuerpo es todo un amasijo para el mercado. Lo posee de manera
integral, de los pies a la cabeza. Lo dicho también incluye a los pobres,
recuerden a Hernando de Soto, el autor de Otro sendero y El
Misterio del capital, el individuo más preocupado por ellos. Según su
propuesta, pueden participar de la bacanal a su manera. Deben capitalizar su
miseria. Su buenaventura consiste en pasear por los centros comerciales y
proyectar su frustración deseando cambiar de estatus. Deben transformar su
ahorro en bienes de capital. Sus céntimos conseguidos en los semáforos vendiendo
baratijas Los vendedores de baratijas los convertirán en empresarios del mañana
y los niños tragafuegos serán los dueños del Circo de Moscú. Deben proyectar su
optimismo bajo el discurso de la igualdad de oportunidades y la movilidad social
ascendente. Es el discurso ideológico de la perseverancia, acompañado de
iniciativa y preparación, factores suficientes para romper el círculo de la
pobreza. El gran mito del capitalismo que tan buenos resultados brinda a sus
ideólogos y acólitos.
En esta situación se deben soltar lastres. No piense, déjese llevar por la
ola del consumo y transfórmese en un consumidor responsable, obtendrá dividendos
y vivirá relajado. Acepte con gusto los mensajes del mercado de las ideas.
Créase a pies juntillas que un gobernante corrupto y mentiroso como el actual
presidente de Colombia, Álvaro Uribe, es un demócrata ejemplar a pesar de las
pruebas que lo vinculan con los narcotraficantes, los paramilitares y lo
reconocen como responsable de la muerte de decenas de compatriotas. Piense en la
inmaculada acción de gobierno de Salinas de Gortari y Zedillo en México y no en
sus vínculos con la mafia y su participación en la represión en Chiapas o
Acteal. Tampoco crea la verdad del origen espurio del poder del actual
presidente Felipe Calderón. Acepte que hubo irregularidades, no fraude,
eufemismo para no caer en la degradación mas absoluta. Sólo superada por la
designación del secretario de Gobernación, que usó pasaporte español, urdió la
trama para manipular la partida de nacimiento de sus padres, pero continúa en el
cargo. Sin embargo, se definen portadores de la moral del mercado, que no es
otra que la del idiota social, por ello han perdido la dignidad y la condición
de ciudadanos. Han decidido borrar su conciencia. Proyectan el paraíso del
consumo como la nueva solución final. La actual política consiste en fundar un
orden con gobernantes mediocres de pensamiento sistémico. Plutócratas
manipulables por quienes manejan los hilos del poder real se muestran sumisos
ante el fuerte y acaban humillados y sodomizados en el mercado. El imperialismo
lo sabe, transformados en idiotas sociales son presidentes o líderes de la
oposición de la política de arriba.