NCeHu 776/07
MIGRACIONES BOLIVIANAS EN EL
PARTIDO DE GENERAL PUEYRREDÓN.
Estrategias de trabajo de vida
y de supervivencia
Ana Laura
Berardi
Grupo de Estudios
Regionales /UNMDP – Centro Humboldt
anaberardi@yahoo.com.ar
ABSTRACT
El proceso migratorio en Mar del Plata es de larga data. La
inserción dinámica de la ciudad en
particular y del partido en general, dentro de la economía nacional impulsó,
entre otros aspectos, el arribo de inmigrantes.
Si bien el proceso fue
paulatino, la etapa que comienza luego de la crisis de 1930, va a marcar un
punto de inflexión no sólo en el desarrollo económico, sino también desde el punto de vista
demográfico.
Es en este marco donde
comienzan a aparecer de forma considerable las migraciones bolivianas. De ahí en
más, la presencia de la comunidad del país vecino ha sido permanente en la
ciudad, evidentemente con los altibajos propios de los ciclos económicos y
políticos tanto en el área receptora como emisora.
Es por ello que resulta
interesante discutir no solamente como han impactado las políticas migratorias,
sino también cómo el Estado en sus diferentes estamentos (nacional, provincial y
municipal), ha influenciado en las estrategias que llevan adelante las familias
migrantes en el área de recepción. Esto es relevante ya que este trabajo parte
de la premisa de que esta comunidad ha desarrollado y desarrolla estrategias
laborales, de supervivencia, entre otras, aprovechando los “retazos” del ya
desaparecido estado de bienestar.
De esta forma se intentará
analizar cómo las políticas públicas, así como el trabajo de las diversas
instituciones estatales, como el sistema educativo o de salud, influyen en el
ámbito privado de la comunidad
boliviana.
1.
INTRODUCCIÓN
Los movimientos migratorios han cumplido
un rol de especial importancia en la conformación del Estado nacional. Por esta
razón, el análisis de los procesos migratorios en la historia argentina resulta
de vital importancia, no sólo desde el punto de vista demográfico sino también
desde una óptica cultural.
Si bien dichos procesos han
sido una constante en la historia del país, han ido acompañando los vaivenes de
la política y del desarrollo económico nacional.
El Partido de General
Pueyrredón y especialmente su ciudad cabecera, Mar del Plata, no han sido ajenos
a dicho fenómeno.
Es en este marco donde las
migraciones de origen boliviano adquieren relevancia, especialmente desde la
década del 60, de manera predominante, aunque ya existen registros anteriores de
la presencia de dicha comunidad en el Partido, aunque en menor
magnitud.
Por la presencia de larga
data, en un contexto de una ciudad relativamente joven con respecto a otras,
resulta interesante analizar cómo ha sido el devenir de la población boliviana,
especialmente en las últimas décadas, sobre todo sí se tiene en cuenta que ha
sido una ciudad golpeada profundamente por las políticas aperturistas de la
década de los ’90 y que ha visto partir a una cantidad importante de sus conciudadanos.
Entonces cabe preguntarse ¿por qué sigue siendo la migración boliviana un
proceso tan dinámico? Una de las
respuestas puede encontrarse en la inestabilidad política que tiene el país de
origen de esta población. La crisis estructural que atraviesa Bolivia ha
permitido a estos migrantes obtener ciertas ventajas comparativas en Argentina.
Las oportunidades laborales, producto de una sobreexplotación de la mano de
obra, de salarios bajos, como así también los restos de un ya desaparecido
Estado de Bienestar resultan un atractivo importante para esta comunidad. Por su parte, otro factor importante de
destacar es el papel que ha cumplido el Estado en cuanto a la normativa legal,
teniendo en cuenta los cambios registrados en cuanto a la política
migratoria.
Es por esta razón que a lo
largo de este trabajo se intentará analizar cuáles son las estrategias que
llevan a cabo los migrantes en el país. Para ello se ha hecho un trabajo de
campo en algunos de los parajes que componen el área rururbana de la ciudad de
Mar del Plata.
G01
G02
2.
MIGRACIONES EN MAR DEL
PLATA
Antecedentes históricos
“Mar del Plata, [también] es un
producto de las migraciones”[1] que han acompañado el derrotero del
devenir histórico en la ciudad y que han dejado su huella.
La ciudad nace en un contexto de
expansión de la Argentina bajo el modelo agro
exportador a partir de actividades que generaron un gran dinamismo para la
época, como es el caso del aprovechamiento de su litoral marítimo, como así
también con la explotación de los saladeros. Si bien son importantes dichas
actividades, la estructuración del espacio giraba en torno de una ciudad
balnearia para la aristocracia porteña.
De esta forma, se puede visualizar como la
ciudad se anexaba al incipiente desarrollo de la economía argentina,
consecuencia de la inserción en el SEM.
La bonanza económica que se había
apoderado de Argentina (entre otros espacios geográficos) y la situación crítica
de Europa, conllevan a que grandes contingentes migratorios lleguen al país y
nuevamente Mar del Plata no es ajena a este proceso. Es así que “...
la Población
de General Pueyrredón, en sólo 19 años (1895 – 1914) creció cuatro veces (...).
Ya en las estadísticas de 1914 Mar del Plata aparece entre las 10 ciudades más
grandes de Argentina...”[2]
La crisis
económica de los años ’30 modifica radicalmente la economía mundial. El
desarrollo fronteras adentro, también conocido como etapa de sustitución de
importaciones, tiene como eje articulador la consolidación del proyecto
industrial, que ya tenía sus antecedentes desde el comienzo del siglo. Esto va a generar un cambio sustancial
no sólo de las actividades económicas, sino también desde el punto de vista migratorio.
A partir de
allí, comienza el decrecimiento relativo de los flujos europeos, teniendo en
cuenta el gran impacto que había significado para la ciudad el arribo de estos
importantes contingentes de extranjeros.
Ahora bien, de igual forma la ciudad
sigue siendo un foco importante de atracción de migrantes[3]
pero los orígenes de los mismos se han modificado. Comienzan a ser masivos los
desplazamientos internos.
Este incremento de población en la
ciudad requirió una nueva gama de servicios para estos nuevos habitantes, lo que
implicó no sólo la generación de empleo industrial sino también el crecimiento
del sector terciario. Juntamente con esta migración interna, existe la presencia
de desplazamientos internacionales, pero no ya de ultramar sino que son
reemplazados por mano de obra limítrofe.
El crecimiento del área urbana, también
va a provocar transformaciones en el área rururbana, ya que es a partir de la
década del ’40 donde se incrementa la actividad hortícola, que tenía
antecedentes previos. Pero es en esta etapa y con la participación activa tanto
de españoles como de italianos, que va a adquirir relevancia y se va gestar lo
que se conoce como cinturón hortícola, aunque todavía con la única función de
abastecer al mercado local.
Por estos años, no sólo se visualizan
grandes cambios desde los sectores económicos dinámicos y la consecuente
revalorización espacial, sino que las condiciones de los trabajadores también se
van a ver modificadas. El surgimiento del Estado Keynesiano como “garante” de
ciertas seguridades y propiciador
del consumo va a marcar un antes y un después en la historia de la ciudad. Ya no
se puede hablar de Mar del Plata como el balneario “aristocrático”, que muchos
soñaron a principio de siglo. En esta nueva etapa ya no tiene razón de ser.
Con los beneficios que el Estado aportó a
las clases trabajadoras se consolida el “turismo sindical” y el polo de
atracción de estos nuevos veraneantes es Mar del Plata. La nunca mejor apodada
“La Feliz” se
convirtió en la playa más popular de la Argentina.
Este proceso
de expansión de la economía va a
marcar un imponente crecimiento de la ciudad desde el punto de vista
demográfico. Como afirma Patricia Lucero: “A partir de 1947, los cambios
generados en el crecimiento de la población total mostraron un primer periodo
intercensal de alta magnitud en el ritmo de incremento (…) El crecimiento
migratorio fue el principal responsable de los cambios observados (…)[4]
Es dentro de estas corrientes donde se
observa la presencia importante de la migración boliviana. Si bien, no puede
descartarse existencia de esta colectividad dentro del sector urbano, es en el
área rural donde predominantemente va a establecer su residencia.
Este proceso migratorio va a ser
funcional al modelo económico que se estaba gestando. Dos son las actividades
principales que van a desarrollar. La primera es el trabajo en las canteras
donde se producen ladrillos, asociados a la expansión del sector de la
construcción. La segunda, que es tema de estudio en este trabajo, es la
inclusión dentro de la producción hortícola.
La presencia de bolivianos
en la actividad de la horticultura,
se produce en un momento de importantes transformaciones dentro del sector. Mientras
que hasta el momento se había desarrollado una producción prácticamente
artesanal y para el consumo local, en la década de 1960 se da una gran
transformación en la ciudad de Mar del Plata y su zona de influencia como
consecuencia de los avances tecnológicos que se incorporan: el riego por
aspersión, el uso de herbicidas, las siembras en hilera, los abonos químicos y
otros recursos, por medio de los cuales el mercado local no era suficiente para
la colocación de los productos, expandiéndose hacia otros mercados. Este proceso
de capitalización permitió cierta movilidad social a los dueños de las quintas,
que aún continuaban siendo los italianos y españoles de décadas anteriores.
Dicho ascenso implicó un desplazamiento hacia las zonas urbanas, en función de
obtener una mayor diversidad de servicios y una mejor calidad de
vida.
De esta forma, se
incorpora la mano de obra boliviana al sector. Dos elementos posiblemente han
influido en dicha decisión, por un lado el conocimiento del trabajo que tienen
estas comunidades, ya que es una actividad que desarrollan en su país de origen,
incluso desde muy pequeños, ya sea como economía de subsistencia como así
también, aunque en menor medida, como producción destinada al mercado. Pero por
sobre todo, el factor que va a determinar dicha presencia es que se trata de una
mano de obra “calificada” para la actividad, y además muy barata. Sobre todo sí se
tienen presentes las condiciones de pauperización de su país. Esto implica que,
a pesar de los bajos salarios, durante esta etapa y prácticamente hasta la
actualidad, estos trabajadores puedan obtener un salario que incluso les permita
enviar remesas a su lugar de origen.
Pero los años fructíferos llegaron a su
fin....
Desarrollo
económico y tendencias migratorias
en la actualidad
El derrotero
político que toma la
Argentina a partir de 1975, modifica la estructura económica
que hasta entonces se había estado desarrollando.El proceso de apertura y el astronómico
endeudamiento externo que comienza a vislumbrarse
a
partir
de
este
año
van a corroer, en algunos
casos más lentamente que en otros, las débiles estructuras económicas. Es en
este momento cuando se asiste al cambio del mapa político y socioeconómico del
país.
Pese a ello,
la ciudad siguió siendo el foco de atracción de mucha mano de obra deseosa de
obtener mejores condiciones de vida, pero las reglas de juego habían cambiado.
El mencionado proceso de apertura, las políticas monetarias, el crecimiento
acelerado de la deuda externa, juntamente con el proceso de desregulación y
privatización de las empresas del sector público coadyuvaron al deterioro
constante de la economía argentina. Como no podía ser de otra manera, los íconos
económicos distintivos de la ciudad comenzaban a caer vertiginosamente
En
contrapartida al deterioro de las actividades predominantemente urbanas, el
sector hortícola no ha sufrido en demasía los embates de la crisis, muy por el
contrario, es un sector que ha tenido una notable expansión, incluso
diversificando la
producción incorporando
la producción de frutas, especialmente frutillas. Ahora bien, no todos los
productores han corrido la misma suerte, en concordancia con el sector
agropecuario de la
Argentina, se ha asistido a una gran concentración de la
tierra, en manos de quien puede capitalizarse.
De esta
manera, la presencia de los migrantes bolivianos continúa siendo de especial
relevancia en el sector, fundamentalmente como mano de obra asalariada, debido a
la baja remuneración que perciben en relación con la mano de obra local.
Pese al
deterioro y tomando el concepto de Reboratti[5]
la ciudad siguió y sigue teniendo un mercado imaginario enorme. ¿A qué hace
referencia este concepto? La población sigue creyendo que en Mar del Plata va a
encontrar empleo, como en los viejos tiempos. La situación demuestra que no hay
falacia mayor.
La
implementación de políticas aperturistas y de ajuste en el país, que tuvieron un
gran impacto en la ciudad, como ya fue explicado anteriormente, va a influir
directamente sobre las condiciones de empleo. Algunos de los datos así lo
demuestran. Según la Encuesta Permanente de
Hogares que elabora el INDEC desde 1995, solo en cuatro oportunidades de las 17
mediciones realizadas, los índices del aglomerado Mar del Plata – Batán fueron
menores al promedio nacional. Pero
a ello además se debe agregar las
cifras no menos alarmantes de subocupación.
Este
incremento en el deterioro de los
ingresos se puede ver reflejado, por ejemplo, en la atención de la salud, ya que
un importante porcentaje de la población se ha volcado a la atención en las
instituciones públicas. Y si se tiene en cuenta que estas instituciones han
sufrido un importante deterioro, con falta de insumos básicos, recursos humanos
y decadencia de la infraestructura, la situación se agravaba aún más.
Es así que el comienzo del
milenio encuentra a la ciudad
enmarcada en una profunda crisis socioeconómica, en donde la brecha se ha
profundizado a niveles que serán muy difíciles de
revertir.
Pero si algo
faltaba para demostrar el impacto que ha tenido Mar del Plata como receptora de
migrantes a lo largo de su joven historia, queda plasmado a través de una
encuesta realizada por el grupo Calidad de Vida de la UNMDP. En dicha encuesta sobre un total de 100 personas, el 52,1%
indicó ser migrante. (Lecarotz y Larrosa: 1997: 32)
Ahora bien,
otro dato de especial relevancia desprendido de dicha encuesta y que coadyuva a
intensificar la teoría de Mar del Plata como mercado imaginario es que para el
año 1993[6]
del total de la población económicamente
activa, un 7.9% estaba desocupada. Dentro de los desempleados, el 60%
correspondía a población migrante. (Lecarotz y Larrosa: 1997: 35).
Lamentablemente no se
cuenta con datos actuales que permitan sostener un seguimiento de esta
situación. Pero, si se tiene en cuenta que si bien los flujos han disminuido,
pero no han cesado por completo el panorama para esta población que busca un
horizonte mejor es para nada alentador.
3. FORMAS FAMILIARES Y
ESTRATEGIAS DE TRABAJO, DE VIDA Y DE SUPERVIVENCIA
A lo largo de la historia, las familias
han adoptado diversas acciones, tomado decisiones, “concientes o inconscientes”.
Prácticas, estrategias, son conceptos que se han utilizado para analizar los
comportamientos de los individuos y concretamente de las familias.
Como se ha
expuesto anteriormente, en un contexto de crisis generalizada, la comunidad
boliviana ha encontrado un “nicho favorable” para llevar adelante su
vida.
De esta manera se analizará en este apartado cómo es el
cambio familiar que atraviesan las familias que migran. Tomando como punto de
partida que la decisión de migrar es una estrategia de las familias para mejorar
su nivel de vida[7],
se indagará sobre los cambios en los que incurren al modificar su espacio de
vida. Es así que se intentará analizar los cambios en la razón doméstica.
¿Qué es la razón
doméstica?
Como se ha manifestado, la intención de
este apartado es analizar los comportamientos y sobre todo los cambios en la
razón doméstica. Ahora bien, resulta pertinente definir primero ¿cuál es el
origen de dicho concepto? Y ¿cuáles son los alcances del
mismo?
La familia convive con diversas lógicas
sociales que la modifican, pero ello no implica que la familia no pueda ser
motor de estas lógicas y de los cambios que con ello devienen. Es decir, los
sujetos en general y la familia en particular, son agentes de esos cambios que
transforman la realidad y retroalimentan la unidad familiar.
Es por esto que el concepto de razón
doméstica, el cual es definido como “el conjunto de lógicas concurrentes que
hacen al funcionamiento de la familia en una sociedad particular”[8]
Pero a su vez, es indispensable dejar
sentado que las prácticas familiares se transforman y se diversifican, por lo
tanto existen múltiples razones domésticas según el lugar y el
espacio.
Ahora bien, pero para intentar visualizar esos
cambios en la razón doméstica en estas familias, es necesario analizar cuáles
son las prácticas o estrategias que adoptan.
Pero cuando se habla de prácticas,
estrategias, inevitablemente existen confrontaciones a la hora de definir cuál
es el alcance de las mismas. Mucho se ha discutido al respecto[9]
y el dilema parece ser: ¿pueden ser consideradas como estrategias las prácticas
de las familias “populares” o de clase baja?
Para este trabajo se cree pertinente
tomar como marco el concepto de estrategias de supervivencia propuesto por
Forni, Benencia y Neiman, a la cual definen como:
“La conducta cotidiana de los grupos domésticos se organiza en un
balance de obtención y consumo de recursos (bienes y servicios) que pueden ser
resumidos en el presupuesto familiar (del hogar). Para obtener esos recursos los
miembros del grupo deben realizar una serie de tareas en la esfera pública
(mercado) o en la esfera privada”[10]
Esta conducta cotidiana, debe
estar regida por acuerdos básicos de naturaleza cultural, definidos
socialmente y aplicados en relación con los contextos cambiantes (Forni, y
otros, 1991: 77).
Al migrar ¿cambia la razón
doméstica?
Hasta aquí se han desarrollado el marco conceptual para indagar sobre
los cambios de estas familias migrantes. De ahora en más se intentará mostrar y
analizar los resultados obtenidos en el campo.
Como una forma de organizar el desarrollo
y tratar de aportar claridad a la explicación se han seleccionado variables,
algunas de éstas relacionadas con la estructura de la familia (tipología),
mientras que otras están asociadas a comportamientos.
a)
Tipos de
familia
Bien podría pensarse a simple vista que
los hogares rurales difieren en general de los urbanos. Habitualmente se asocia
a las primeras como familias extendidas, donde no sólo conviven los padres con
sus hijos, si no que también comparten el hogar otros parientes, producto de una
forma de trabajo donde, de una u otra manera, todos los integrantes son
incorporados al proceso productivo. Por su parte, el proceso de modernización de
la sociedad occidental construyó un modelo de familia que se iba “amoldando” con
el devenir de los cambios sociales que se suscitaban. Es así que claramente se
diferencia a la familia tradicional rural de la familia urbana por su
disminución de los miembros que forman parte de ella.
Ahora bien, pero si se quisiera analizar
sólo desde el punto de vista estructural, el modelo de familia rural queda
descartado en la muestra analizada. Claro está que el proceso de nuclearización
es absolutamente determinante, es decir que encontramos un 100% de los hogares
encuestados bajo esta forma de convivencia. De ese 100%, un abrumador 86.66%
pertenece a lo que siguiendo a Susana Torrado[11]
indicaría como núcleo conyugal socio completo con hijos, es decir que
conviven ambos cónyuges con sus hijos, el resto de los hogares pertenece a lo
que se denomina núcleo conyugal socio completo sin hijos, este último
además coincidente con las parejas de menor edad.
b)
Fecundidad
En el apartado anterior sólo se había
hecho referencia a la estructura de las familias bolivianas y, si bien los
resultados arrojaron una indiscutible preponderancia del modelo nuclear, no se
profundizó sobre ciertos aspectos que son necesarios para analizar los cambios
familiares. Precisamente uno de ellos es el número de hijos que estas parejas
tienen.
Previo a la realización del trabajo de
campo, una de las hipótesis de trabajo estaba relacionada con la disminución del
número de hijos que estas familias tienen. Esta presunción radicaba básicamente
en las difíciles condiciones de vida y de trabajo, además del cambio de un modo
de producción de subsistencia a uno destinado al mercado.A pesar de ello no se puede demostrar
claramente que ello ocurriera, ya que, entre las familias encuestadas, no existe
un patrón generalizado que vuelque la situación para uno u otro lado, lo que sí
queda claro es que existe una notable disminución de la natalidad si la
comparamos con la de sus progenitores. Es así que se encuentran familias con uno
o dos hijos y familias con más de 5.
Sin embargo, aproximadamente el 50% de las familias entrevistadas
manifestaron la decisión de no tener más hijos. Lo que sí resulta relevante es
que la mayoría de ellas sólo tienen uno o dos hijos, las respuestas fueron
variadas, pero la situación laboral y económica fue predominante a la hora de
tomar esa decisión. Como lo manifiesta Casilda:
“No, no tengo pensado tener más hijos.
Este año no se guarda nada y no se puede ganar para tener más chicos...No puedo
tener 7 hijos como mi mamá...”
(Casilda, 35 años, 2 hijos)
A su vez, María concuerda con
Casilda:
“No se puede tener hijos, en Bolivia si,
mi mamá tuvo 10 hijos (creo)... Acá es muy sacrificada la quinta, es muy
complicado tener hijos...” (María, 27 años, 1 hijo).
Pero si a su vez profundizamos más, F.
Forni, R. Benencia y G. Neiman dicen:
“Una hipótesis posible es que para los
colonos tener muchos hijos les resultaría incompatible con su estrategia
(racionalidad productiva) y transmisión intergeneracional de una propiedad
equivalente. Mientras que para los trabajadores – que están en el primer ciclo
de proletarización- tener una mayor cantidad de hijos formaría parte de una
estrategia de subsistencia que permitiría una maximización del ingreso o
recursos”. [12]
Esta hipótesis planteada es contraria a lo
que se ha observado en el campo, sobre todo si tenemos en cuenta la
diferenciación que estos autores realizan entre colonos y trabajadores, ya que
la muestra obtenida correspondería
al segundo caso y por lo expuesto anteriormente, la situación en cuanto al
número de hijos es diametralmente opuesta por dos razones:
Por un lado, la diferenciación que existe
entre colono y trabajador, en el área de análisis,
radica en el grado de capitalización y la consecuente diferenciación en la
calidad de vida y,
-
por otro, no
existe una clara diferencia en cuanto a la cantidad de hijos entre ambos grupos
sociales.
c)
Entre lo
público y lo privado
El cambio familiar de la sociedad
occidental ha suscitado grandes debates a lo largo del tiempo, pero sin lugar a
dudas las grandes transformaciones que ha sufrido la familia como institución en
los últimos tiempos han acrecentado cada vez más estas
discusiones.
El “vínculo” Estado – Familia, que llevó a
la nuclearización como el modelo de predominante de prácticamente gran parte del
siglo XX parece diluirse en las postrimerías de la centuria.
Es aquí cuando se comienza a separar el
mundo privado, del de los afectos y la reproducción del mundo público, el de la
producción (este último de predominio masculino, aunque no
excluyente).
La crisis de la sociedad salarial y la retirada del Estado, en las
coberturas básicas, han hecho que
la familia se haya transformado. Ese vínculo entre Estado y Familia parece
haberse roto.
Cuando se hicieron las primeras salidas al
campo una de las hipótesis que se manejaba era precisamente que la división
entre lo público y lo privado aún existía de forma estanca, es decir que el
espacio doméstico era el ámbito femenino y el espacio público, de producción
para el mercado era de dominio masculino. Sin embargo, al realizar las
entrevistas y encuestas se puede ver que la situación se ha modificado
sustancialmente. De la muestra realizada, un 74% de las mujeres trabaja. Esto
significa una transformación muy importante, ya que esta situación no es nueva
pero si que las mujeres manifiesten abiertamente que realizan actividades o que
tienen intención de efectuarlas, es decir que anteriormente también trabajaban
produciendo para el mercado pero culturalmente no era aceptado como un trabajo
para ellas sino que manifestaban “ayudar” a su marido. Es decir, claramente se
colocaban, en este aspecto, en condición de inferioridad al sexo masculino. Es
relevante esta modificación en su percepción sobre todo si tenemos en cuenta que
la mayoría de ellas trabajan los 7 días de la semana, aunque la cantidad de
horas puede variar según la época del año en que se encuentren (puede oscilar
entre 3 y más de 10 horas por día). A pesar de ello, cabe aclarar que la
desmejora de las condiciones económicas han hecho que algunas mujeres hayan
tenido que salir a trabajar al mercado por primera vez, como lo manifiesta
Verónica:
Yo no sabía lo que era trabajar. Como no
nos alcanzaba tuve que empezar a trabajar en la quinta...” (Verónica, 35 años)
A pesar de la tarea que las mujeres
realizan en el espacio productivo, las que ya realizan dentro del espacio
privado no se han modificado. Cuando se indagó acerca de las tareas domésticas,
sólo en unos casos minoritarios estas actividades eran compartidas por sus
cónyuges, sobre todo cuando se trata de realizar las compras; en el resto de las
actividades sólo son ayudadas por sus hijas mujeres. Cabe aclarar que
precisamente en las uniones de personas de menor edad es donde se puede ver una
mayor cooperación de los hombres.
Un párrafo aparte es la actividad que los
hijos realizan dentro del hogar. Una de las estrategias de supervivencia que
realizan estas familias es utilizar la “ayuda” que los hijos pueden brindar, tanto en el ámbito
doméstico como en el de producción. De igual manera las duras condiciones
laborales por las que deben atravesar estas familias han modificado la
percepción sobre todo de las mujeres, como lo manifiesta
Verónica:
“No quiero que mis hijos trabajen en la
quinta, quiero que estudien y tengan una profesión, que puedan acomodar sus
horarios...” ( Verónica,
35 años)
Contrariamente a esto Oscar y Julia
dicen:
“Hay gente que dice que los chicos no
tienen que trabajar, que tienen que jugar. Hay tiempo para jugar y para
trabajar. Ellos me ayudan, porque si no trabajan (en general) andan en la calle
haciendo cosas que no deben, además todos me tienen que ayudar porque es mejor
tener gente de confianza”
(Oscar, 47 años).
Como se puede ver en este testimonio el
que los hijos trabajen no sólo puede ser visto como una estrategia de
supervivencia si no también como una forma de control.
Ahora bien, el introducir a los hijos
pequeños en las tareas productivas muchas veces va en contradicción con lo que
los mismos padres manifiestan con respecto al futuro de sus hijos, ya que muchas
veces las excesivas jornadas de trabajo condicionan el desempeño educativo de
sus hijos. Si bien todos los encuestados manifiestan que sus hijos van a la
escuela, los docentes manifiestan que muchas veces por las labores que
desempeñan, los alumnos no se encuentran en condiciones de desarrollar
plenamente sus actividades o incluso no asisten. Esto acompañado a la migración
que muchas de estas familias realizan a su país de origen durante la temporada
baja (invierno) no permite un normal desempaño educativo.
d) Estado en crisis ¿es conveniente vivir en
Argentina?
El agotamiento del modelo fordista,
asociado a la crisis económica que está atravesado Argentina en los últimos años
hace pensar que ya no es conveniente venir a trabajar aquí. Pero contrariamente
a lo que se podría pensar a priori, muchas familias bolivianas siguen viviendo
en este país.
Una de las razones que se puede encontrar
es que a pesar de la retirada del Estado, las familias bolivianas aún aprovechan
los “restos” de lo que otrora fue un estado “protector”.
Claro ejemplo de ello es la asistencia de
los hijos (en mayor o menor medida) a las instituciones educativas y sobre todo
la concurrencia a los comedores escolares. Si bien no es un grupo mayoritario,
para estas familias significa una gran ayuda, sobre todo si se tiene en cuenta
que gran parte de los concurrente (casi el 70%) asiste hace 2 años, coincidente con el
agravamiento de las condiciones económicas del país. Simultáneamente a esto se
ha observado un hecho de bastante relevancia, sobre todo teniendo en cuenta que
se trata de extranjeros, y es el caso de la inclusión de estas familias en los
planes de asistencia del Estado (Plan Vida).
Un claro ejemplo del aprovechamiento de
las instituciones estatales, en este caso educativa, es el que se ha observado
en el caso de Julia y Oscar cuando cuentan sobre sus hijos que están cursando
estudios universitarios:
“Dos de mis hijos están en la Universidad, Manuel
estudia arquitectura y Luisa diseño... Mi mayor esperanza es que mis hijos se
reciban, eso es lo que yo hago por ellos, ellos después verán lo que hacen..yo
intento darles un ejemplo para que después ellos lo hagan con sus hijos.”
(Oscar, 47 años, 6
hijos)
Sin embargo que sus hijos cursen estudios
universitarios implica restricciones para el resto de la familia hasta en lo más
básico:
“La doctora me dice que les dé a los
chicos yogurt y leche. Ellos no saben lo que es eso... Tengo que juntar la plata
para mandar a los chicos a la universidad... imagínese que gastan $5 pesos por
día en micro cada uno y muchas veces como no hay plata pasan todo el día sin
comer en la facultad...” (Julia,
42 años)
Pero si la escuela ha sido de gran
importancia en las estrategias familiares, la asistencia a los centros de salud
lo es mucho más. Todas las familias entrevistadas manifiestan su concurrencia a los
centros de salud, aunque sí se nota una cierta reticencia de los hombres, muchas
veces asociado a las condiciones laborales y la imposibilidad de dejar su puesto
de trabajo. A simple vista no queda establecida la importancia de esta
situación, pero si comparamos con que un grupo muy importante no asistía en
Bolivia, por vivir lejos de los centros asistenciales o simplemente porque no
existían.[13]
Es indudable que la asistencia al centro
de salud ha transformado en gran medida muchos de sus comportamientos, como la
reducción de la natalidad, el cuidado durante el embarazo, así como de los
bebés, hasta la “modificación” de su dieta. De igual manera, es indudable que
continúan adoptando comportamientos previos como es la combinación de
medicamentos convencionales con remedios caseros propios de su
cultura.
e) Redes y vínculos
familiares
Cuando hablamos de familias campesinas, la
migración es una estrategia que se encuentra constantemente presente. Debido a
las condiciones de pauperización que atraviesan estas familias utilizan la
migración desde dos aspectos: por un lado significa una reducción del número de
consumidores del grupo familiar en una parte del año (sobre todo en estación
baja) y por otro, la entrada de remesas de los que se van significa una ganancia
económica, en muchos casos la única. Esto último es importante de destacar, ya
que a pesar de que alguno de los integrantes del hogar decida marcharse no
significa, en la mayoría de los casos, que abandone a su familia. (Preston, D,
1999: 3).
Esta
situación descripta se desarrolla en el lugar de origen pero, ¿qué sucede
en el lugar de destino?
Una de las particularidades que tienen
estos migrantes a diferencia de otros es que se desplaza todo el grupo familiar
nuclear. Si bien se debe hacer la salvedad de que en algunos casos primero se
trasladan algunos de los miembros de la familia y una vez establecidos traen a
su familia. A pesar de ello en la muestra analizada, el 54% de las familias ha
migrado de manera completa, mientras que un 40% se divide en una mitad en la que
se han desplazado sólo los hombres y la otra mitad en la cual se incorporan las
mujeres adultas al grupo masculino.
Ahora bien, uno de los aspectos más
relevantes dentro de la migración son precisamente las redes, es decir las
conexiones o vínculos que pueden establecer en el lugar de destino.
Estas conexiones permiten no sólo tener
algún conocimiento del lugar al cual se dirigen, sino también que para estas
clases significa tener un lugar de residencia durante los primeros días así como
también contactos para poder insertarse en el mercado laboral. (Jelin, 1999:
39). Esta situación puede verse claramente en el caso analizado ya que más del
50% (54) había venido a Mar del Plata y tenía conocimiento del lugar a través de
familiares[14]
que habían migrado previamente. Si bien se debe aclarar que existen casos donde
a pesar de la existencia de familiares viviendo en zonas aledañas, los
entrevistados no conocían sobre la ciudad, lo que probablemente signifique que
estos últimos hayan sido los primeros en migrar siendo el nexo para la venida
del resto de los familiares[15].
Ahora bien, hasta aquí se ha planteado
sólo una de las posibles causas por las cuales las familias migran, pero también
hay variables relacionadas con el ámbito privado, puntualmente las causas de la
migración están vinculadas a conflictos familiares. Así lo manifiesta
Cristina:
“Mi vida en Argentina cambió mucho. Yo me
vine sola porque me llevaba mal con mis hermanos, mi papá me pegaba mucho. Yo ya
estaba cansada”. (Cristina, 21 años)
En consonancia con el testimonio anterior
Verónica manifiesta:
“Mi marido vino solo pero tomaba mucho,
hay mucha bebida...entonces me vine con él. Es muy duro, estoy mejor pero
extraño a mi familia”.
(Verónica, 35 años)
Estos testimonios refutan el corte
netamente economicista cuando se analiza la decisión de migrar, aunque no se
debe desconocer que en la mayoría de los casos al menos afecta
indirectamente.
De esta forma, establecer el grado de
densidad que tienen estas redes no sólo va a permitir analizar las relaciones
del grupo familiar con el resto de sus parientes o no parientes, sino que
también brinda la posibilidad de ver cuales son las relaciones al interior del
hogar.
Por lo observado hasta aquí se puede
inducir que, en general, las redes funcionan en la mayoría de los casos como un
soporte a la llegada de estas familias al lugar, pero una vez instaladas la
situación tiende a diluirse y los grupos familiares tienden a recluirse hacia el
interior, y los vínculos que aparecen son precisamente con ciertos actores
sociales pertenecientes a instituciones estatales como es el caso de maestros o
doctores.
Ahora bien, retomando los lazos que estas
familias mantienen con su lugar de origen, dos son los aspectos a desarrollar:
el retorno y el ahorro. Estas dos variables pueden ser vistas de manera autónoma
como así también de manera conjunta.
El retorno a su lugar puede significar
solamente el encontrarse con sus familiares, como así también que la migración
sea una estrategia solo de una parte del año, que precisamente coincide con la
temporada de escasez y de exceso de mano de obra y sobre todo de consumidores.
Por otra parte, el envío de remesas puede verse de dos formas, como ayuda a los
familiares y como forma de ahorro del propio grupo
familiar.
Pero también puede que los grupos
familiares ahorren durante la temporada alta de producción y de esta manera les
permite trasladarse en la temporada baja a su país y sobrevivir con lo
ahorrado.
¿Por qué es importante desarrollar estas
situaciones que se presentan? Por un lado establecer sí efectivamente siguen
manteniendo vínculos con sus parientes, y por otro, porque dadas las condiciones
económicas desfavorables y las condiciones de pauperización en las cuales viven
estas familias, el ahorrar dinero implica desarrollar estrategias de
sobrevivencia cuasi extremas incluso hasta restringir el
consumo.
Resulta interesante analizar los datos
obtenidos, ya que de alguna manera contradicen las apreciaciones que
generalmente se han realizado en cuanto a los vínculos con su lugar de origen.
Es así que un 45% de los encuestados ha manifestado no ir a Bolivia hace más de
5 años, un 28% no se trasladó en un periodo que supera los 3 años,
mientras que sólo un 17% lo ha hecho hace menos de un año.
Por otro lado, cuando se habla de ahorro
también es mayoritaria la cantidad de familias que no envían dinero (47%), pero
de igual manera un 27% sí envían dinero, especialmente para ayudar a sus
familiares, mientras que un 7% lo hace para ahorrar y otro porcentaje similar a
este último lo hace de manera ocasional. Por otra parte no menor importancia
tiene el 20% que antes enviaba dinero, ya que esto se explica en parte por la
crisis económica que atraviesa Argentina y más concretamente la devaluación
monetaria, que no permite generar el excedente de años anteriores. Pero de igual
manera hay otros motivos como es el caso del fallecimiento de los padres de
alguno de los cónyuges, que son precisamente a las personas que más se ayuda y
con quien se siguen manteniendo los lazos más fuertes
Hasta el momento se ha intentado analizar cómo las
familias, toman decisiones y adoptan ciertas prácticas a fin de llevar a cabo su
vida cotidiana de la mejor manera, en esto que se ha denominado razón
doméstica. Sin embargo, es pertinente destacar una vez más que estas lógicas
sólo pueden ser analizadas en un determinado momento y contexto histórico. Pero
no solamente esto sino que también se debe tener presente la multiplicidad de formas familiares y
que cada una de éstas adopta una cierta forma de vivir en
familia.
Ahora bien, la migración, la búsqueda de
una mejor condición de vida debe ser considerado como el primer aspecto a
destacar, no sólo como una estrategia de supervivencia sino también porque
indudablemente al encontrarse en otro contexto, las prácticas se tienden a
modificarse.
Pero ¿qué ha sucedido con estas familias?
Es indudable, como se manifestó en el párrafo anterior, que la razón doméstica
se ha modificado.
En primer término, la reducción de la
natalidad y las formas familiares no se condicen ya no sólo con los modelos
teóricos de familias rurales, sino que tampoco reproducen los modelos de sus
progenitores. Si bien a priori puede decirse que el contexto de exigencia
constante al que son sometidas estas familias puede conllevar a que esta
situación ocurra, también es indudable que existe una elección de las parejas
para que su familia tenga una mejor calidad de vida.
En segundo término, el nuevo contexto
geográfico les ha brindado ciertos beneficios que no tenían en el país de
origen. A pesar de ello, no se puede negar que la profundización de la crisis
que atraviesa Argentina, también ha recaído en estas familias, que nuevamente
han transformado algunas de sus prácticas. Claro ejemplo de ello es la salida al
mercado laboral por parte de la mujer, así como también el debilitamiento de los
vínculos con sus familiares en su lugar de origen y sobre todo el envío de
remesas.
Es indudable, que las familias han modificado ciertas prácticas en
función de una mejor adaptación a su nuevo espacio de vida, pero también se debe
destacar que existen ciertas lógicas que se mantienen a pesar de los cambios. La
existencia de una red lo suficientemente laxa provoca que los roles al interior
del hogar sigan siendo bien delimitados. De esta manera, a pesar de que la mujer
tenga participación en la esfera pública, no quiere decir que haya perdido presencia en el ámbito
doméstico, sino que al contrario esta espacio sigue siendo preponderantemente
femenino. A ello hay que agregar que no hay participación masculina dentro del
él en la mayoría de los casos, y cuando esto sucede no es de manera
significativa.
¿Qué papel cumple el
Estado?
Es indudable que el Estado concebido como generador
de bienestar se rompió a partir de las políticas implementadas en el último
cuarto del siglo XX. Ahora bien, si se tienen en cuenta las condiciones de
pobreza estructural y los alarmantes indicadores socioeconómicos y de bienestar
en Bolivia, la situación en Argentina resulta mucho más benigna, al menos para
esta comunidad.
A través de lo que han expresado los diferentes
profesionales que están relacionados con la comunidad, se puede observar la
mejora en las condiciones de vida.
El trabajo conjunto de los docentes de la escuela 46
del paraje San Carlos, con los médicos y los agentes sanitarios, al incluirlos
dentro del sistema educativo o dentro de los planes de salud ha inducido a
modificar ciertas pautas en el comportamiento. El fragmento de la entrevista a
Mirta Sotelo, da una muestra de los cambios que se pueden
producir
“Lo que sucede acá es muy particular, por la
comunidad que tenemos. Las necesidades son extremas, de venir acá y no tener
para comer, acá nosotros le entregamos leche fortificada, que nos da
la Municipalidad.
Se les da hierro, cuando tenemos, y también se ha incrementado
la cantidad de pacientes porque tenemos el Plan REMEDIAR, que nos dan los
medicamentos para enfermos crónicos (sic) (...)”
Ahora
bien, el deterioro en las políticas públicas se manifiesta claramente en estas
instituciones y repercute directamente en la población. Claros son los ejemplos
que manifiestan los entrevistados:
“Estamos trabajando muy
bien en tuberculosis. Cuando se detecta Tuberculosis o Mal de Chagas, se pide un
móvil a la
Municipalidad y se los lleva al INE [Instituto Nacional de
Epidemiología, de ahí si son chicos van al Materno [Hospital Materno Infantil],
para la profilaxis, después cuando están los resultados, vamos otra vez y ahí
comienzan, si tienen, un tratamiento que nosotros supervisamos acá o en las
quintas, sobre todo por la medicación. Encargamos al encargado de la quinta o a
alguien que tenga constancia porque los tratamientos por ahí duran 6 meses hasta
que se curan.(sic) (...) (Mirta Sotelo – Agente
Sanitaria)
A simple vista esto manifestaría una buena articulación entre las
diferentes instituciones del estado. Pero al poco tiempo de realizada esta
entrevista, en la salita figuraba el siguiente
cartel:
“Sr. Vecino = Usuario de
la salita:
Por pérdida de personal
administrativo (desde hace 1 año) la atención de ventanilla será ÚNICAMENTE de
7.30 a
8.30 y de 13
a 14 Hs.
Quedan suspendidas las
solicitudes de turnos a los hospitales y otros centros por falta de personal y
falta de teléfono.
Está disposición el libro
de QUEJAS
Queda claro que las intenciones que puedan existir por parte del
personal están absolutamente coartadas por las decisiones por parte del
Estado.
Por último, las apreciaciones que se puedan realizar sobrepasan las
opiniones de las personas que cotidianamente trabajan y están en contacto con la
población:
“En cuanto a la atención primaria
somos 2, como te contaba, y eso es muy poco y ahora me quieren trasladar, algo
que nos parece increíble, dado que dejaría un espacio que una sola persona no
puede cubrir.
La gente de la zona o de
la
Municipalidad muchas veces no conoce como trabajamos. Date
cuenta que los agentes sanitarios si fuéramos más, en estas zonas y en otras la
situación mejoraría, algunos profesionales de otras salas, como por ejemplo la
generalista del Boquerón nos dice: “vos no sabés la necesidad que tenemos,
cuando se cierra la puerta y el paciente se va yo sé que no va a hacer lo que le
dije, sé que se va a venir abajo en unos días”. (Mirta Sotelo)
3. CONSIDERACIONES FINALES
Las migraciones, a lo largo de la
historia moderna, han sido un instrumento de la economía capitalista para
salvaguardar el proceso de acumulación. Este fenómeno va a actuar tanto en las
áreas de expulsión como en las de atracción.
En las áreas de expulsión, en contextos
de crisis, no solamente va a descomprimir la situación sino que además el envío
de remesas para muchos países significa una importante entrada de
dinero.
En las áreas de atracción, en épocas de
expansión de la economía, permiten la disminución de los salarios ante la
sobreoferta de trabajo y en épocas de crisis, los migrantes son utilizados como
“chivo expiatorio” para justificar los problemas económicos y la falta de
empleo.
A lo largo de la historia de Argentina y
Bolivia se han suscitado procesos que han sido comunes a ambas naciones. Esta
similitud deviene de la propia dinámica de la economía capitalista y de la
inserción periférica de estos países, dentro del SEM.
Ahora bien, es evidente que existen
contrastes propios del desarrollo interno de cada país devenido de procesos de
construcción histórico y que le dan una impronta
particular.
Los flujos migratorios con orientación
hacia este país evidentemente se han producido por las diferencias en el grado
de desarrollo alcanzado por Argentina en comparación con Bolivia. Entendido éste
por las diferencias en que se insertaron en la economía mundial y que fueron
sentando las bases para la conformación de un proceso económico posterior disímil.
De esta forma, la migración boliviana se
inserta en un mercado laboral en expansión, en muchos casos como mano de obra
“marginal”, pero funcional para el desarrollo de la economía Argentina.
Si bien resulta, a primera vista
redundante, la presencia de la comunidad boliviana en el partido de General
Pueyrredón responde a la lógica general del país. Los antecedentes masivos se
van a dar en un contexto de
crecimiento del partido y fundamentalmente de la ciudad cabecera, Mar del
Plata. Inclusive profundizando aún más y continuando con los paralelismos con
los procesos nacionales, esta migración se va a insertar en un momento en donde
se estaba produciendo cierta movilidad social de la población migrante de
principios de siglo XX, que dejó las áreas rurales y se trasladó a la
ciudad.
El desarrollo de las actividades de
horticultura, no resulta una causa fortuita, sino que en la mayoría de los casos
tiene ventajas comparativas con respecto a otras comunidades migrantes, incluso
con la población local, que es predominantemente urbana, ya que la gran parte de
los trabajadores bolivianos presentes en la zona, realizan la actividad desde temprana
edad.
Por lo desarrollado hasta el momento,
resulta prácticamente irrelevante explicar que con la presencia en territorio
argentino han mejorado relativamente su condición de vida. El desarrollo del
estado de Bienestar durante la etapa de sustitución de importaciones, incluso
con la caída del mismo durante el proceso de apertura, les permitió usufructuar
de los beneficios que de éste devenían, hasta el punto de modificar ciertas
estrategias de vida.
Ahora bien, la profunda crisis recesiva
de finales del siglo XX ¿ha modificado los patrones migratorios y las pautas de
conducta?
Es evidente que a nivel nacional ya no
se registran los componentes de décadas anteriores. Pero en el caso del Partido
de General Pueyrredón la presencia ha continuado siendo de destacada relevancia.
Si bien en el momento más álgido de la crisis (años 2001 - 2002) disminuyeron
considerablemente los flujos, la inestabilidad política y económica que sufre
Bolivia ha generado que dichos
movimientos se reanuden, más allá de que las ventajas económicas no sean
las mismas.
Para la población nacional, ya no quedan
ni siquiera las ruinas de las funciones que cumpliera el Estado en etapas
anteriores. La nueva función que ha adquirido éste es la de asistencialista, a
fin de frenar los posibles estallidos de una cantidad cada vez mayor de
población excluida y pauperizada. Pero para una población que proviene de uno de
los países más pobres de América Latina, los beneficios del asistencialismo funcionan
prácticamente como un salario indirecto propio de otra etapa de la historia
argentina.
Del trabajo realizado en el campo, se
desprenden una variedad de ejemplos que abonan esta teoría. El hecho de tener
asistencia médica y escolar gratuita ya de por sí significa un gran paso en la
mejora de la calidad de vida. Por otra parte, que exista la asistencia asidua a
estas instituciones, definitivamente forma parte de un cambio en sus estrategias
de vida.
Ahora bien, como contrapartida,
mantienen ciertos comportamientos, en algunos casos incomprensibles para la
población que convive diariamente con ellos, especialmente en cuanto a la
división interna del trabajo y a las relaciones intrafamiliares. Estas son
estrategias de vida producto de pautas culturales diferentes a las de la
población local, y mientras se encuentren dentro de los parámetros normales de
respeto a la condición humana deben ser respetadas. En definitiva al interior de
la unidad familiar aportan al buen funcionamiento de la
misma.
Asimismo, se debe destacar que existen
otro tipo de comportamientos que han sido asimilados desde la cuna, como es el
referido a la reproducción, que en ciertos casos se ha empezado a modificar; y
en general las madres han tomado un rol activo en esas decisiones, lo que en
definitiva permitiría una mejor calidad de vida para la
familia.
Por último, se debe hacer especial
referencia a la legislación, especialmente vinculada a las condiciones
laborales. La migración limítrofe en general y la boliviana puntualmente no ha
sido aceptada por los organismos gubernamentales y por un sector de la población
nacional. Éstos últimos, en algunos
casos, por la “propaganda” que desde los medios de comunicación y desde los
centros de poder se realizan, generando desconfianza y estigmatizando al que es
diferente.
A lo largo de la historia de Argentina
como estado independiente, las leyes migratorias han sido especialmente
privativas para los derechos de la población limítrofe.
Ahora bien, sí esta población, en
tiempos de crisis, es la causante de la falta de empleo, fundamentalmente por
las bajas remuneraciones que perciben ¿por qué no se realiza una normativa que
regule esta situación? Es evidente que lo que se plantea desde el discurso
difiere mucho en la práctica. La condición de indocumentados provoca una presión
sobre la misma población migrante que acepta cualquier acuerdo, en muchos casos
bajo amenaza de denuncia, lo que significa no solamente percibir bajos salarios
sino también trabajar en condiciones infrahumanas de cuasi esclavitud. Es
evidente que ciertos sectores sacan partido de esta situación y no son
precisamente ni los inmigrantes ni la clase trabajadora
local.
Si bien la legislación en vigencia ha
significado un paso adelante en los derechos de los inmigrantes, resta mucho por
hacer, sobre todo si como se plantea desde el discurso, se aboga por la
integración latinoamericana.
Tan
conflictivas como siempre, tanto en las áreas centrales como en las periféricas,
las migraciones seguirán existiendo mientras el capitalismo, en su afán de perdurar
genere exclusión y pobreza en ciertas zonas del planeta y por sobre todo
mientras sigan siendo funcionales al proceso de
acumulación.
4.
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Roberto y Neiman, Guillermo. Op. Cit. Pág 113
Ponencia presentada en las VII Jornadas de Sociología de
la Universidad de Buenos
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y futuro de la
Sociología”, Buenos Aires - Argentina, 5 al 9 de noviembre de 2007.
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