NUEVO MAPA
MUNDIAL
Alberto Mendoza Morales
Recientes sucesos globales
muestran sustancial redistribución planetaria del
poder. Dan materia para elaborar un nuevo mapa mundial.
Estados Unidos debilita su posición de potencia única “que no
tiene que darle cuentas a nadie” (Condoleeza Rice). Nuevos
protagonistas actúan en el teatro planetario. China crece.
Anuncia cambios interiores. Hace sentir su poder. India y
Japón se fortalecen. La Unión Europea
muestra su vocación de potencia. El mundo árabe agita en su entraña la
fuerza de su etnia, su historia, su personalidad, sobretodo su religión. “Rusia
está de vuelta. Putin heredó un Estado
débil, cercado por la fuerza norteamericana y por Estados
clientes, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, apenas ayer satélites de Moscú.
Reclama estatus de potencia” (Carlos Fuentes).
El nuevo mapa mundial mostrará naciones
y grupos
invitados a homogenizarse. Estarán desafiados, por tanto, a
defender la identidad propia, fortalecer
lo lugareño, acentuar sus
características territoriales, buscar la
individualización, destacar diferencias,
profundizar las culturas locales. Será una
acción conducente a
valorar la variedad de los
pueblos, la riqueza de la especie y las particularidades que
deben ser armonizadas.
La situación mundial plantea una
pregunta. ¿Qué tipo de organización
mundial necesitamos? No se ha clarificado totalmente. Pero supone una
organización cosmopolita acorde con la variedad de grupos humanos y su
interdependencia. Una organización con valores humanistas y actualizados
criterios sobre las soberanías nacionales. Será un mundo en
el cual se reconozca el valor de la gente
y la variedad de grupos, por encima de valores homogenizantes dictados desde
gobiernos centrales.
El desafío es gigantesco. Se trata de crear una nueva civilización. Una
realidad de vida, convivencia y libertad. “Las armas
para lograrlo son intelectuales, morales y políticas. Y las acciones múltiples.
Comenzando por fortalecer la paz social y la democracia, corregir
la inequidad y la exclusión que padecen amplias partes
de la población mundial; apoyar las fuerzas que luchan por el
pluralismo y preservar el derecho de los pueblos a participar en las decisiones
que los afectan” (Pablo González Casanova).
El desafío es grande y no lo
podemos subestimar. Tenemos que enfrentarlo. El apoyo en la
geografía, la geopolítica y la historia
será cada vez más necesario. El nuevo mapa mundial
convocará a ilustrados geopolíticos, historiadores, geógrafos
y cartógrafos unidos en la comprensión común del mundo actual, volcados a
mostrar la cara y el perfil de un mundo nuevo animado por una ética
mundial.