El pasado 27 de febrero la
Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) divulgó un informe elaborado junto
con el Ministerio de Salud de Brasil, según el cual las áreas de mayor violencia
en el país coinciden con aquellas donde existe conflicto por la tierra,
deforestación y trabajo esclavo.
El estudio (1) establece que hasta 1999 los mayores índices de violencia de
Brasil se ubicaban en las grandes metrópolis como São Paulo y Rio de Janeiro, y
que a partir de entonces los principales focos de violencia se fueron
trasladando hacia el interior del país. Esto coincide perfectamente con el
desplazamiento de grandes capitales hacia las inversiones en bienes agrícolas
como la soja y la carne, lo que generó una corrida por la tierra con los efectos
conocidos de deforestación y expulsión de comunidades y familias campesinas.
La investigación tomó como base los datos recabados por el Ministerio de
Salud a nivel nacional sobre causa de los decesos informados entre 2001 y 2004.
Aunque existe obligación de reportar las muertes y sus causas, se estima que
existe, según las regiones, hasta un 20 por ciento de fallecimientos sin
registro. Asimismo, la información recogida se agrupó por municipios y no por
estados, lo que permite una observación más detallada de la localización de la
violencia. Para obtener cifras comparables se elaboró una tasa base anual sobre
100 mil personas.
Si se relaciona este diagnóstico sobre la violencia con las cifras relativas
a casos probados de trabajo esclavo, surge un "ranking del horror" que revela
una realidad pavorosa y poco conocida: en los municipios sometidos a
deforestación intensa con fines agroindustriales y presencia de trabajo esclavo
se producen muchos más homicidios que en las ciudades de reputación
ultraviolenta como São Paulo y Rio de Janeiro, cuyos índices de homicidio se
incluyen en este cuadro a modo de comparación.
Según la ONG Reporter do Brasil (2), "entre 1995 y 2006, la Comissão Pastoral
da Terra (CPT) relevó 4.553 personas liberadas en el estado de Mato Grosso y
8.177 en el de Pará, lo que representa 56,8 por ciento de los casos registrados
en todo Brasil. Sólo en 2006 en Mato Grosso fueron liberadas 444 personas,
mientras que en Pará lo fueron 1.180 trabajadores".
Esta organización señala también que "Entre los 100 municipios más violentos
de Brasil, por lo menos en 15 de ellos se detectaron casos de trabajo esclavo.
Estas localidades se concentran en cuatro estados: Mato Grosso, Pará, Roraima e
São Paulo".
Combinando la información aportada por la CPT y la OEI, surge que la ciudad
paraense de Marabá es la que ha registrado mayor índice de trabajo esclavo con
60 casos que implicaban a 363 personas entre 1969 y 2005, al tiempo que presenta
una tasa de 71 homicidios cada 100 mil habitantes en el período medido por la
OEI. Esto la transforma, junto a otras de la misma región como Parauapebas y
Rondón do Pará, en una de las más peligrosas de Brasil.
1
http://www.oei.es/noticias_oei/mapa_da_violencia_baixa.pdf 2 http://www.reporterbrasil.org.br/
Fuente: www.lainsignia.org , 3 de marzo de
2007.