DINÁMICA DE LAS
REGIONES
Enrique Santos
Molano
Columnista de EL TIEMPO
Colombia
Los representantes de las regiones han
expresado, por boca del gobernador del Valle, Angelino Garzón, sus temores por
el recorte de transferencias que debe hacerles el Gobierno
Central. El recorte significaría frenar el
desarrollo que han tenido las regiones desde que entró en
vigencia la Constitución de 1991. Carolina Rentería,
directora de Planeación Nacional, ha despejado temores. Declaró que el
Plan no contempla recorte de transferencias.
Alberto Mendoza Morales, presidente de
la Sociedad Geográfica de Colombia, publicó en el 2000 un libro de sumo interés,
en el cual explica con detalle los pormenores geográficos, jurídicos, sociales,
políticos, históricos y económicos que hacen de Colombia un Estado regional. Las
disposiciones sobre ordenamiento territorial, a veces por ignorancia del
legislador, han creado mucha confusión sobre la definición de las regiones. Como
quiera que sea, las regiones existen per se y están ahí. Los geógrafos y
ordenadores territoriales del siglo XIX, que eran sabios y conocedores del
asunto, trazaron una división geográfica tan acertada, que funcionó con igual
eficacia en la república federal de los radicales liberales (1863-1884) como en
la república centralista de La Regeneración (1885-1905). La Constitución del 86
conservó intacta la distribución regional del país establecida por la Comisión
Corográfica desde 1845, que solo tuvo una pequeña modificación en 1863, la de
agregar un estado a los ocho que ya figuraban. Esos nueve estados (en la
federación) y departamentos (en la Regeneración) representaban las nueve
regiones del país que reunían, cada una de ellas, sus propias características
geográficas, sociales, climáticas, étnicas y culturales, incluso de lenguaje.
Las nueve regiones, estados o departamentos, estaban a su vez subdivididas en
provincias, cada una de ellas con su capital, de modo que el desarrollo social y
económico las cobijaba por parejo. Gracias a esa división geográfica y
administrativa, Colombia no solo no se disolvió por causa de las continuas
guerras civiles y la permanente inestabilidad política característica del siglo
XIX, sino que mantuvo una férrea unidad nacional. La desmembración de Panamá en
1903 obedeció a factores externos poderosos, y sin estos jamás se hubiera
producido. La reforma constitucional de 1905, efectuada por el gobierno del
presidente Reyes, fue infortunada en el sentido de que rompió aquella excelente
distribución y de un solo golpe duplicó el número de departamentos. La de 1910
acabó con las provincias y acentuó la centralización administrativa a un grado
asfixiante para las regiones. De hecho, las regiones desaparecieron del orden
jurídico de la Nación. Las distintas reformas constitucionales efectuadas en el
país en el siglo XX enfatizaron lo que algún crítico agudo bautizó como
"departamentalitis", consistente en que cada cacique político quería tener su
propio departamento. Así es que hoy, en lugar de nueve regiones poderosas,
tenemos treinta y dos departamenticos.
La Constitución del 91 proporcionó los
mecanismos para adelantar una correcta descentralización administrativa. El más
importante de esos instrumentos ha sido, hasta el momento, el de las
transferencias.