En el 150 aniversario, hoy más que
nunca, el ferrocarril una cuestión nacional
1º DE MARZO del
2007
DIA DEL FERROVIARIO
¿Quién construyó
Tebas, las de las siete puertas?
En los libros solo figuran nombres de
reyes
¿Acaso arrastraron ellos los bloques de piedra?
Y
Babilonia,
¿Quién la volvió a levantar otras tantas?
¿Quiénes edificaron
la dorada Lima?
¿En que casas vivían?
¿Adonde fueron la noche en que se
terminó
la gran muralla China sus albañiles?
(…)
A tantas historias,
tantas preguntas
Bertold Brecht
El nombre del foguista es: Telesforo Rioja, depósito Güemes

Por Juan
Carlos Cena* especial para Villa Crespo
Digital
28 de febrero del 2007
Hace 150 años comenzó a circular el primer tren en nuestro país. Entonces
nos interrogamos ¿Quiénes tendieron los rieles, quienes acostaron los
durmientes, quienes enclavaron las señales, quienes construyeron las estaciones,
quienes le echaron leña al hogar de la caldera, quienes hicieron sonar las
campanas de partida, quienes condujeron los trenes aguateros haciendo retroceder
la sed por toda la geografía nacional, quienes oradaron la montaña, cruzaron
vados y ríos, quienes? ¿Quienes comunicaron el país, lo integraron? ¿Quiénes
construyeron locomotoras, vagones para transportar nuestras riquezas? ¿Quiénes
diseñaron y montaron coches de pasajeros, dormitorios confortables para llevar
con comodidad a nuestros ciudadanos? ¿Quiénes acudieron a llevar solidaridad en
tiempos de sequías, en tiempos de inundaciones, en tiempos de plagas, como la
lucha contra la langosta, quienes?
¿Quiénes llevaron la salud a través de los
trenes sanitarios por toda la geografía nacional? ¿Quiénes construyeron los
policlínicos ferroviarios que atendieron además de los ferroviarios y sus
familias a todos los pobladores del país,
quienes?
Simplemente contesto: Los ferroviarios. A tantas historias.
Tantas
preguntas. Tantas respuestas
El 1º
de marzo es el día del ferroviario. Día olvidado, han tratado de borrarlo de
todas las maneras, porque según dicen: No hay nada que recordar. El olvido, aún
mantiene un cierto campo conquistado sobre la memoria en este simbólico 1º de
marzo. Dura lucha es la que han protagonizado, tercamente, los memoriosos
ferroviarios en el intento por hacer recular ese vacío, llamado olvido. Primero
en la cabeza de los nuevos ferroviarios y luego en la sociedad. Hoy es un día de
nostálgica recordación para los ferroviarios veteranos, que engrosan el ejército
de desocupados y jubilados 85.000 ferroviarios a la calle y el ferrocarril
saqueado, desintegrado, anulado, pasto de comerciantes y corruptos, políticos y
gremialistas cipayos.
Es un día
triste en esta larga diáspora, a pesar de ello, los ferroviarios, recuerdan lo
que fueron y lo que fue el ferrocarril aquel, el deficitario. El recuerdo
regresa en ese ¿té acordás? Momento del primer paso dado en busca de la memoria,
el primer tranco dado para ganarle al olvido. Una de las características de los
ferroviarios fue siempre su terquedad.
Pero es
dable aclarar que trabajar en el ferrocarril no es lo mismo que ser ferroviario.
El ferroviario incorporó a su Ser ese inmenso objeto metálico en movimiento,
como su Sujeto: él es el ferrocarril, era de su pertenencia, no como una
propiedad privada, sino porque él era parte constitutiva del ferrocarril, no
estaba añadido, adosado, sino incluido; el ferrocarril y él constituían un
conjunto integrado, armónico. Caminar por las playas de maniobras o recorrer sus
rincones era como recorrer el patio y las comisuras de tu
casa.
Somos como
nuestros hermanos aborígenes, donde el árbol (objeto) es el sujeto que los
penetra, porque ellos son la naturaleza y no están sobre ella. Nosotros los
ferroviarios somos el ferrocarril, no estamos sobre él.
La
historia de los ferroviarios es un testimonio de lucha, de abnegaciones,
sacrificios, rebeldías, muertes y desapariciones. Desde sus inicios el
movimiento obrero ferroviario fue duramente reprimido. Nunca lo doblegaron.
Todos los gobiernos de todos los signos trataron de sujetar y domesticar a los
trabajadores ferrucas.
Desde
1888 a
1896 la primera huelga masiva contra los ingleses, o la del 6 de enero de 1912
con 52 días de huelgas. 7000 ferroviarios enfrentaron a las 18 empresas
británicas, y así, hasta el advenimiento del gobierno peronista, donde son
movilizados militarmente en 1950, momento en que Eva Perón concurre a los
talleres Remedios de Escalada para disuadirlos, no logrando tal cometido.
Muchos de esos compañeros que le dijeron no a Eva Perón, más tarde, en 1955,
integraron la
Resistencia Peronista. Eran jóvenes peronistas en esa huelga,
pero tenían metido dentro de su ser la pertenencia: la de corresponder a la
clase obrera. Luego, después de 1955, represión, movilización, Plan Conintes en
tiempos de Frondizi. Dura huelga resistente fue la de 1961, fueron 42 días de
paro férreo contra el primer intento de desguace ferroviario de la mano del
general Larkín.
La
dictadura de Onganía militarizó a los ferroviarios mediante el decreto 5324,
todos teníamos grado militar. La repuesta obrera fue la formación de las
Comisiones Clandestinas Ferroviarias, y así, resistiendo todos los intentos
represivos.
La
dictadura militar de 1976,
a través del genocidio, crea un vacío generacional entre
los ferroviarios. Son 89 compañeros ferroviarios desaparecidos por todo el
territorio, se instala el terror, a pesar de ello los ferroviarios nunca dejaron
de luchar.
El regreso
de las democracias relativas encuentra a la sociedad en su conjunto, en palabras
de John William Cooke, blanda. Los factores de poder adueñados y consolidados
dentro del aparato del Estado ejecutan el desguace del ferrocarril. Primero son
los intentos de Alfonsín de la mano del eficiente Terragno y luego Menem, con
toda la iconografía peronista y el embuste cierra los ferrocarriles y expulsa a
85.000 ferroviarios a la calle.
Con el
ferrocarril desintegrado, más los ferroviarios expulsados, el sistema comete en
un mismo acto un gigantesco Ferrocidio.
Así las
cosas, hoy 1º de marzo del 2007, podemos decir que nuevamente los ferroviarios
se van erectando. Nuevas luchas, mismos patrones, traidores de todo los pelajes,
cipayos globalizados, intelectuales progress recontraconvertidos, otros
reciclados, algunos sancionado judicialmente por un premio mal habido,
profesionales almaceneros, y así: la mediocridad se instaló y nos cubre. Como
dijera el poeta Roque Daltón: No hay héroes posibles cuando la tempestad ocurre
en un oscuro mar de mierda.
1º de
marzo del 2007, tiempo surcado por las luchas que comenzaron en el siglo XIX.
Más de cien años, tiempo que les costó a los explotadores pretender domesticar
la rebeldía ferroviaria, no pudieron. Hoy la realidad lo confirma, y nos permite
afirmar que todo germina de nuevo, la clase obrera y los ferroviarios en forma
particular, que en su dimensión dialéctica, ésta siempre renace de sus cenizas
demostrando que no hay un fin, sino un recomienzo más dinámico. La clase obrera,
la clase más antigua de la humanidad, nunca fue vencida a pesar de las
persecuciones, genocidios, represiones, y las derrotas temporales.
Se han
cumplido más de 30 años del aniversario del golpe de estado de marzo de 1976.
Los ferroviarios fueron brutamente reprimidos. Hoy, los ferroviarios están de
nuevo en el riel, como la clase obrera remontado la lucha en las
calles.
Es que después de la derrota ferroviaria se intentaría la
extinción de toda cultura obrera, empezando por la palabra. Los ferroviarios
vivieron a través de la palabra por todo este tiempo; recorrieron el país
montados en trenes de palabras. Ella fue y es la transmisora de ideas,
historias, triunfos, derrotas, pero nunca acarreó historias de vencidos, porque
siempre se resistió, siempre. Los ferroviarios nunca se dieron por derrotados ni
aún derrotados, porque no estaban vencidos, conservaron la palabra, y mientras
haya guardapalabras que las cobijen, la vida continúa.
Ellos, los
que cercaron la
Ciudadela Ferroviaria sabían, y se propusieron: ¡hay que
arrebatarle la palabra a los ferroviarios! para vaciarles el lenguaje aquel.
Nunca lo lograron.
Existen fenómenos que ocurren en el seno del pueblo, y hay
que divulgarlos, porque son almacenamientos de vida. Durante la dictadura y los
gobiernos democráticos serviles, los trabajadores ferroviarios escondieron el
fuego sagrado de sus luchas. Cobijaron y clandestinizaron la palabra entre los
rescoldos de las cenizas de la devastación ferroviaria. Los nuevos compañeros
volvieron a soplar la brasa -es lo real maravilloso de la clase obrera-, dando
nacimiento a nuevos retoños tibios, que encarnan la certeza de que la lucha
continúa.
"El olvido
es una herramienta de la clase dominante. Se ha dicho que hay un momento inicial
de la memoria en que el río incontenible de lo vivido es
tumultuoso.
Arrastra
todo a su paso, espumante, y más allá, el río armoniza su cauce.
La memoria
es un proceso social. No hay un solo memorioso, y si lo hay, es de algún modo
arbitrario, porque quien narra elige un orden que jamás será espejo del pasado."
El Guardapalabras (memorias de un ferroviario)
A modo de homenaje a los
ferroviarios, en este 1º de marzo, del Libro de Cesar Vallejo España aparta de
mí este cáliz", el poema: Solía escribir con un dedo grande en el aire
Solía
escribir con un dedo grande en el aire:
"¡Viban los compañeros! Pedro
Rojas",
de Miranda de Ebro, padre y hombre,
marido y hombre, ferroviario y
hombre,
padre y más hombre, Pedro y sus dos muertes.
¡Viban los
compañeros
a la cabecera de su aire escrito!
¡Viban con b del buitre en
las enseñanzas
de Pedro
y de Rojas, del héroe y del mártir
*Miembro
fundador del Mo.Na.Re.FA (Movimiento Nacional por la Recuperación de los
Ferrocarriles Argentinos.
más transporte