NCeHu
118/07
Afganistán
Los factores que subyacen al resurgimiento
talibán
La insurgencia talibán anunció recientemente la puesta en
marcha de una ofensiva contra las tropas extranjeras y el Gobierno afgano en la
próxima primavera, para lo que tiene preparados a 2.000 atacantes suicidas
dispuestos a convertir este año en el más sangriento para los soldados
extranjeros.
Asimismo, debido a la creciente insurgencia talibán,
Afganistán fue escenario en 2006 del mayor derramamiento de sangre desde el
derrocamiento del régimen talibán a finales de 2001, con la muerte de 4.000
personas, cifra casi tres veces superior a la de 2005.
Claramente,
estamos asistiendo al resurgir de la insurgencia talibán, hecho al que, según
los analistas, han contribuido diferentes factores como elementos geográficos,
una financiación suficiente y respaldo local.
El primer factor geográfico
que beneficia a los talibán radica en las numerosas montañas en el sur y el este
de Afganistán, bastión de los militantes.
Los talibán se esconden y
actúan en las montañas y atacan con frecuencia a las tropas extranjeras y al
Gobierno. Esta estrategia de guerrilla hace difícil para las tropas extranjeras,
pese a su superioridad armamentística, atacar y erradicar a la
insurgencia.
El segundo factor geográfico es la porosa frontera entre
Afganistán y Pakistán, de 2.400 kilómetros de largo, que los insurgentes cruzan
en una y otra dirección, lo que hace difícil para las tropas afganas y para los
48.000 efectivos extranjeros abatirlos, ya que los soldados no pueden invadir la
frontera.
Incluso el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, reconoció a
principios de este mes que los militantes talibán entran en Pakistán para lograr
respaldo y reclutar combatientes, ante lo que muchos soldados paquistaníes
encargados del control fronterizo hacen la vista gorda.
El resurgir
talibán está también estrechamente relacionado con el crecimiento de la
industria de opio en el país, que ofrece suficientes fondos para los militantes.
Afganistán produjo 6.100 toneladas de opio en 2006, lo que supone el 92 por
ciento del abastecimiento de opio de todo el mundo.
Las autoridades
afganas señalaron que gran parte de los beneficios del narcotráfico pasan a
manos talibanes, que proporcionan protección a los agricultores que cultivan
amapola y a los que trafican con opio.
De esta forma, los talibán pueden
cobrar a los agricultores grandes sumas de dinero, empleado para comprar armas y
municiones, así como para remunerar a sus combatientes. El salario mensual para
un militante talibán es 300 dólares, mientras que el de un soldado afgano es de
100 dólares. Este supone un importante atractivo para los reclutas,
especialmente para aquellos procedentes de los sectores más
desfavorecidos.
'La pobreza es una amenaza verdadera y extrema para el
país: existen pruebas claras de que la pobreza está impulsando el respaldo a los
talibán', escribió Musa Khan Jalalzai, reconocido estudioso, en un artículo
recientemente publicado por el diario local Outlook.
Además, puesto que
muchos rebeldes talibán provienen de las comunidades locales del sur y del este
de Afganistán, cuentan además con el apoyo de la población local.
Los
militantes pueden esconderse en complejos civiles, conseguir información de los
locales e incluso obtener alimentos y agua de ellos. Por eso, es bastante
difícil para las tropas afganas y extranjeras controlar, perseguir, capturar y
combatir a los militantes.
Al final de la guerra de Afganistán encabezada
por Estados Unidos para derrocar al régimen talibán a finales de 2001, muchos
militantes talibán escaparon a las montañas o hacia Pakistán, donde se dedicaron
a preparar recursos, materiales y combatientes para la lucha futura.
Los
observadores han indicado que los talibán se han dedicado a fortalecerse durante
los últimos años, sin atraer la atención de las tropas extranjeras.
Es
difícil decir exactamente el número de combatientes talibán que existen en la
actualidad, pero las fuerzas de seguridad afganas aún son bastante débiles ante
la creciente insurgencia y la violencia. Es una tarea dura para el Ejército
nacional afgano, integrado por 40.000 soldados, y para los 60.000 policías
proteger la frontera y derrocar a los militantes.
Al parecer, la Policía
afgana se enfrenta a otros problemas. 'Además de la falta de entrenamiento y
lealtad, la Policía afgana padece la insuficiencia de uniformes, equipamiento y
transporte inadecuados y unas instalaciones ruinosas', indicó Jalalzai en otro
artículo.
Los talibán han anunciado una ofensiva para la primavera,
cuando la nieve de las montañas se derrita y el tiempo sea más cálido, lo que
facilita la capacidad de movimiento de los insurgentes.
No obstante, las
tropas extranjeras y afganas han prometido llevar a cabo una ofensiva preventiva
en primavera, con la que confían en asestar un duro golpe a la
insurgencia.
Los analistas han indicado que independientemente de quién
sea el autor de 'la ofensiva de primavera', todo parece indicar que Afganistán
vivirá una primavera sangrienta y volátil.
Están
registrados 2,1 millones de refugiados afganos en Pakistán
El
ministro de Estados y Regiones Fronterizas de Pakistán, Sardar Yar Muhammad
Rind, informó que alrededor de 2,1 millones de refugiados afganos están
registrados en el país.
Rind dijo a la televisión oficial PTV que el
actual proceso de registro de refugiados afganos en el país estará terminado el
15 de febrero.
Después de eso, dijo, se dará un período de gracia de seis
semanas a los refugiados para que se registren. A quienes se registran se les da
una Prueba de Registro (PR), y quienes no hagan el trámite serán declarados
inmigrantes ilegales y tratados de acuerdo con la ley.
Los poseedores de
PR que deseen repatriarse deben anular su registro antes de salir de Pakistán
para recibir un paquete de reintegración cuando lleguen a Afganistán, señaló el
ministro.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR) proporcionará 60 dólares a cada persona que regrese a Afganistán,
indicó.
Tanto el gobierno de Pakistán como el de Afganistán movilizarán
recursos para incrementar el paquete a 100 dólares para los que
regresen.
Cuatro campos de refugiados con un total de 240.000 afganos,
dos de ellos en la provincia suroeste paquistaní de Balochistan y otros dos en
la provincia Frontera Noroeste, serán cerrados con el consentimiento de las
autoridades afganas en el futuro cercado, mencionó.
En conferencias de
donadores, se han hecho promesas por más de 5 millones de dólares,
añadió.
Fuente: www.argenpress.info , 11 de febrero de
2007. |