México
''Nuevo pacto social'', piden miles en
el Zócalo
Exigen defender salario y
empleo, así como asegurar la alimentación
PATRICIA
MUÑOZ , MATILDE PEREZ , FABIOLA MARTINEZ
La tarde de ayer, por primera vez en la
historia reciente del país, llegaron al Zócalo organizaciones sindicales,
campesinas, sociales, así como diversas corrientes de PRD, PT y Convergencia, e
inclusive del PRI, para demandar al gobierno de manera conjunta un ''nuevo pacto
social'', que modifique la política económica, asegure alimentación, el empleo,
la soberanía sobre los bienes nacionales y frene la exclusión y
represión.
A 62 días de haber iniciado el sexenio,
esa pluralidad de organizaciones acudió a la Marcha por la soberanía
alimentaria, la defensa del salario y el empleo, donde confluyeron más de 150
agrupaciones y decenas de miles de militantes que llenaron la Plaza de la
Constitución dos veces, sitio donde se hizo manifiesta la Declaración del
Zócalo.
En ese documento, acordado tras varios
días de discusión, las organizaciones advierten que este es el inicio de ''una
nueva etapa de lucha'' por las demandas de la mayoría de la sociedad, ante la
crisis del modelo económico; delimitan que ya no están dispuestas a tolerar que
este gobierno siga sacrificando más generaciones de mexicanos y señalan que no
admitirán que la única respuesta a los movimientos sociales ''sea la
represión'', y sostienen que no cederán en la demanda por un aumento salarial de
emergencia.
''Ni los que afirman haber ganado las
elecciones tienen derecho al monopolio de las decisiones públicas'', plantean en
esta declaración, leída, por un acuerdo común y para ''evitar protagonismos'',
por la comunicóloga Verónica Velasco, quien al darla a conocer trataba de alzar
la voz, mientras miles pedían la presencia de Andrés Manuel López
Obrador.
La jornada de ayer en realidad fue de dos
marchas casi conjuntas. La primera, integrada por contingentes del Frente
Sindical Mexicano (FSM), encabezado por el Sindicato Mexicano de Electricistas
(SME), que salieron del Monumento a la Revolución, mientras la Unión Nacional de
Trabajadores (UNT), con los gremios del Seguro Social, telefonistas, pilotos,
tranviarios y otros llegaron directamente al Zócalo; por su parte, el Congreso
Agrario Permanente (CAP), que aglutina a 12 organizaciones, y la Confederación
Nacional Campesina (CNC), salieron del Angel de la Independencia, en tanto que
de la Glorieta de Colón partieron organizaciones como la Alianza Ciudadana por
la Democracia. Ya en la plancha, el mitin se inició pasadas las 5 de la tarde y
terminó antes de las 6, para dar paso al contingente que acompañaba a López
Obrador.
La segunda marcha, de organizaciones que
simpatizan con el ex candidato presidencial, como Asamblea de Barrios,
comerciantes, taxistas y colonos, además del PRD capitalino, avanzó junto con él
desde el Angel hasta el Zócalo, donde cientos de simpatizantes lo esperaron
desde las 2 de la tarde hasta las 7 de la noche, cuando hizo su arribo, y se
encontró con Leonel Cota, dirigente nacional perredista; Jesús Ortega,
coordinador del Frente Amplio Progresista (FAP), y Dante Delgado, líder de
Convergencia, quienes habían participado en el mitin central de sindicatos y
campesinos.
Las dos movilizaciones, con el mismo
propósito y con una demanda unificada, recurrieron a todos los medios de
protesta; en una y otra sobraron las mantas de reclamo al gobierno por las
alzas, golpearon cacerolas y estrenaron consignas, una vez que empacaron las que
tenían armadas contra Fox y Martita, revivieron los silbatos y no dejaron de
gritar contra los monopolios, a los cuales identificaron como los amigos del
gobierno; cada mención del presidente Felipe Calderón fue acompañada de
rechiflas.
La Declaración del Zócalo,
suscrita por las centrales sindicales independientes y campesinas, destaca su
determinación a demandar cambios en la política social para pasar de la caridad
pública al reconocimiento pleno de los derechos de toda la ciudadanía. Además,
advierte que esta movilización es el inicio de una respuesta social al deterioro
de la vida pública y puntualiza que seguirán vinculando la protesta con la
propuesta y el diálogo con la movilización.
En ella hacen un llamado a todas las
organizaciones del país a ''construir la amplia unidad social'' y establecen que
en el ''nuevo pacto social'' se tiene que hacer del campo la prioridad; revertir
la destrucción de los pequeños y medianos productores; actualizar el Acuerdo
Nacional para el Campo; renegociar el capítulo agropecuario del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte; crear un programa emergente de fomento a la
producción; frenar el aumento en los precios; castigar a los acaparadores;
pactar un aumento salarial de emergencia; impulsar la generación inmediata de
empleos formales, y detener la respuesta represiva a los movimientos
sociales.
En un ambiente festivo por confluir y
lograr la primera gran manifestación a dos meses de que Felipe Calderón hiciera
su rápida toma de protesta, los dirigentes del FAP se mostraron satisfechos por
avanzar en la unidad con las organizaciones sindicales y campesinas. ''Vamos a
continuar juntos en muchas otras acciones; este es el inicio de un plan común
contra la carestía y la política económica del gobierno. Es difícil dormir
juntos, pero este es un paso muy significativo'', aseguró Jesús Ortega
Martínez.
Tal postura fue reforzada por Leonel
Cota, quien consideró que el éxito de la movilización es la coincidencia en una
lucha común, y dijo que ''si Calderón decretó un aumento de 2.5 pesos a la
tortilla, hoy no tiene por qué negar un incremento salarial de emergencia''.
Ambos desmintieron que López Obrador quisiera ''montarse'' en la movilización y
festejaron que quienes quisieron reventar la marcha no lo hayan
logrado.
Por los sindicatos, fuera de reflectores,
hablaron los dirigentes. Valdemar Gutiérrez, líder de los trabajadores del
Seguro Social, planteó que si el gobierno no atiende las demandas sociales y
económicas de las mayorías podría haber el riesgo de ''estallidos sociales'';
Martín Esparza, dirigente del SME, informó que la jornada de lucha continuará
con un diálogo nacional sobre el modelo político-económico que requiere el país,
del cual saldrán propuestas, pero también más acciones de
movilización.
Para el secretario general del STUNAM,
Agustín Rodríguez, Calderón ya no va a poder seguir cerrando los ojos, como hizo
su antecesor, a las demandas sociales. En tanto, Francisco Hernández Juárez, de
la UNT, dijo que el mandatario tendrá que ''ser sensible'' a los planteamientos
y exigencias de todos los sectores, ya que de lo contrario se podría generar un
descontento nacional.
Federico Ovalle, de la Central
Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, y Cruz López Aguilar, de la
CNC, propusieron que el gobierno establezca una agenda rural que considere a
pequeños y medianos productores, ya que los ''pactos'' que se han firmado en Los
Pinos sólo han incluido a parte de los actores. Advirtieron que si no se
considera al agro como elemento de seguridad nacional en 2008 habrá una "crisis
social".
Fuente: diario La Jornada, de México D.F.,
México; 1 de febrero de 2007.