LA
POLÍTICA DE
MÉXICO,
EL PLAN PUEBLA PANAMÁ Y LA RESISTENCIA
POPULAR.
Mónica Romegialli[1][1]
ABSTRACT
En una región geográfica privilegiada el PPP ha sido presentado
como un proyecto para desarrollar el Sur de México y los Estados del Istmo
Centroamericano, sin embargo el descontento social surge por todos lados.
La Iniciativa
Mesoamericana de Desarrollo Humano y Calidad de Vida del PPP no
es suficiente para el desarrollo de los pueblos.
En esta ponencia se intenta destacar la resistencia que ofrecen
las comunidades mesoamericanas a los megaproyectos para los cuales no han sido
consultadas y las amenazas que los mismos tienen para con sus pueblos, sobretodo
si se considera que el PPP sirve de base para las negociaciones del
ALCA.
LA
POLÍTICA DE
MÉXICO,
EL PLAN PUEBLA PANAMÁ
Y LA RESISTENCIA
POPULAR.
El 12 de marzo de 2001 el presidente de México: Vicente Fox
anunció oficialmente la ejecución del PPP, con el fin de buscar el desarrollo al
Sur del país y lograr la integración regional mesoamericana. Desde el punto de
vista del Documento Oficial, el PPP es la propuesta de 8 países mesoamericanos
para fortalecer la integración regional e impulsar los proyectos de desarrollo
social y económico en los estados del Sur y Sur- Este de México y el Istmo
Centroamericano, se llama Puebla Panamá porque en los límites de la región donde
se va a desarrollar se encuentran la ciudades de Puebla en México al Noroeste y
Panamá, capital del país con el mismo nombre al
Sudeste.
Participan Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua, Panamá y los nueve estados del Sur y Sur Este de México: Campeche,
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Cubre más de 1.000.000 de km2 y tiene 64.000.000 de
habitantes.
La región mesoamericana de Puebla a Panamá comparte valiosas
características como la afinidad cultural e histórica, los ecosistemas
integrados, la ubicación estratégica, los desafíos sociales y económicos comunes
y el potencial del desarrollo similar.
La iniciativa de la creación del PPP fue propuesta formalmente el
30 de noviembre de 2000 en la ciudad de México, por el Presidente de
la
República, Vicente Fox Quesada a los Presidentes de los países
Centroamericanos y al Primer Ministro de Belice. El Plan fue presentado
basándose en una nueva concepción de la planeación regional que busca adecuarse
a un nuevo contexto nacional e internacional de democratización, fortalecimiento
institucional y participación de la sociedad civil organizada en la formulación
de políticas públicas, para ello, se integraron la Estrategia de Modernización y
Transformación de Centroamérica en el siglo XXI y la Estrategia para el Desarrollo
Sustentable de la
Región Sur-Sureste de México.
En junio del año 2001, los mandatarios de los ocho países de la
región mesoamericana acordaron crear un mecanismo de diálogo y coordinación
entre los diversos niveles de gobierno, que incluyera a los diferentes actores
de la sociedad con el fin de impulsar proyectos de impacto regional cuyo
objetivo primordial es: mejorar la calidad de vida de los habitantes de la
región.
El PPP está destinado para los 64 millones de habitantes (28 mill.
en la región S y SE de México y 36 mill. en Centroamérica), que constituyen un
vínculo común en historia, cultura, tradiciones y valores que habitan un mismo
espacio geográfico y poseen aspiraciones e intereses
comunes.
“Los estados del S y SE de México tienen una superficie de 503.200
km2 y tienen un PIB per cápita
promedio de 2.300 dólares y exportan un total de 13.500 mill. de dólares.
La porción Centroamericana ocupa una superficie de 522.900 km2, tiene un PIB per
cápita promedio de 1900 dólares y exporta un total de 12.800 mill. de
dólares”.[2][2]
El PPP es un instrumento de cooperación para elevar la calidad de
vida de la población y lograr con ello un desarrollo equilibrado, socialmente
incluyente, territorialmente ordenado y económicamente sustentable y
sostenible.
El documento base del PPP hace énfasis en la importancia de
adecuar el “sistema de instituciones gubernamentales” y las “políticas públicas”
para “aprovechar con creatividad las oportunidades de desarrollo que brinda la
globalización de la economía mundial y minimizar sus eventuales efectos
negativos”.
El PPP es administrado por una Comisión Ejecutiva, integrada por
un delegado de cada uno de los ocho países participantes, y un grupo Técnico
Interinstitucional que provee apoyo técnico y financiero en diversas áreas del
desarrollo regional. El grupo lo forman representantes del BID (Banco
Interamericano de Desarrollo) , de la CEPAL (Comisión Económica para América
Latina y Caribe) y del BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica). El
rol del Estado es el de la regulación, la planificación y el financiamiento de
la infraestructura y el de sus servicios coordinando así, su acción con el
sector empresarial privado.
“El objetivo del PPP es potenciar la riqueza humana y ecológica de
la Región
Mesoamericana dentro de un marco de desarrollo sustentable que
respete la diversidad cultural y étnica. Por ello, se plantea una estrategia
integral para la región que ampara un conjunto de iniciativas y proyectos
mesoamericanos.
Esta estrategia no solo apuntala los esfuerzos de integración de
Centroamérica, sino que los fortalece al incluir al Sur-Sureste de México dentro
del concepto de Región Mesoamericana. Es una visión renovada de la integración
mediante la ampliación de su ámbito geográfico a una región que comparte
características y desafíos en el terreno de su desarrollo humano sustentable.
Esta estrategia reconoce también los logros alcanzados por la Región en materia de
cooperación y vinculación, por ello, se inscribe en el marco del Mecanismo de
Diálogo y Concertación de Tuxtla Gutiérrez.” [3][3]
El Plan reúne una serie de iniciativas para el control de recursos
y bienes en la región, propone llevar a cabo ocho diferentes iniciativas con sus
proyectos correspondientes. Las iniciativas son: de integración vial, de facilitación del intercambio
comercial, de interconexión energética, de integración de los servicios de
telecomunicaciones, de desarrollo sustentable, de promoción del turismo, de
desarrollo humano, y de prevención y mitigación de desastres naturales.[4][4]
Indudablemente, y por todo lo expuesto, el denominado PPP es el
resultado de una estrategia de expansión del capital que responde a la llamada
globalización neoliberal de la cual forma parte el Acuerdo de Libre Comercio
para las Américas (ALCA).
“El PPP y el libre comercio caminan de la mano”[5][5].Su objetivo principal es consolidar la visión de un
desarrollo neoliberal y para ello buscará: “privatizar tierra, agua, recursos y
servicios públicos; atraer inversión extranjera a través de la creación,
modernización y privatización de la infraestructura de transporte, zonas
industriales y mercados de energía; promover el control del área a favor de los
intereses norteamericanos; cambiar las formas de propiedad local en la agricultura, industria y
silvicultura a propiedad corporativa.
El PPP es un esfuerzo para promover de manera conjunta una serie
de proyectos, muchos de ellos ya diseñados antes del 2001 y que sirven a los
intereses de las grandes corporaciones multinacionales. Durante estos 4 años,
más del 90 % de los recursos del PPP ha sido asignado para financiar las
iniciativas de transporte y electrificación.
El PPP para su ejecución ha requerido de recursos públicos (vía
fiscal o préstamos en el caso centroamericano) para efectivamente atraer para la
región, inversiones del sector privado, principalmente
transnacional.
Es claro que para los estrategas del “libre comercio”, la región
mesoamericana, juega un papel central ya que por su ubicación geográfica es
estratégica en los circuitos del Mercado Global. No se puede pensar en grandes
flujos de mercancía sin tomar en cuenta las rutas y la energía para moverla
rápidamente y a bajo costo. En contraste, cientos de miles de trabajos se
perdieron en México y en los Estados Unidos como consecuencia directa del NAFTA.
En México millones de habitantes de las zonas rurales y también de las ciudades
han emigrado al Norte a causa de la destrucción de las economías locales. Las
mismas tendencias se ven reflejadas con el CAFTA (Tratado de Libre Comercio de
América Central).
Con el objetivo de estimular la organización del espacio
mesoamericano a partir de la proximidad geográfica, la identidad cultural y los
valores compartidos, el PPP ha otorgado prioridad al desarrollo de la
infraestructura física como un elemento clave en la integración basada en el
desarrollo sinérgico del transporte y la energía. El plan reúne una serie de
iniciativas, entre ellas el Mega Proyecto del Istmo, aparecido en realidad en
1997 que intenta aprovechar las condiciones geográficas propicias para la
construcción de un canal interoceánico seco en el Istmo de Tehuantepec; “... el Plan
Marcha hacia el Sur, que procura la explotación masiva de la fuerza laboral – mano de
obra barata- constituyendo clusters maquiladores en toda la región; el Corredor
Biológico Mesoamericano que significa la privatización de la biodiversidad; el
Plan Energético para las Américas que busca la privatización de los
hidrocarburos regionales, sobre todo petróleo y gas; y el Sistema de Integración
Eléctrica para América Central, que amenaza nuevamente con la privatización
total de la industria eléctrica.
Por otra parte, esta propuesta se desarrolla encubriendo el papel
fundamental de ingerencia política que realizan los Organismos Financieros
Internacionales (OFI), principalmente el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), y los planes de intervención militar que se implementan de manera
paralela para garantizar la protección y control de las obras que incluyen
bancos de bioprospección (robo de material bio-genético por parte de las
corporaciones), oleoductos, gasoductos y corredores viales por los que transitan
las mercancías de las compañias transnacionales.
Un ejemplo de estas políticas de control militar puede verse en el
desarrollo del Plan Maya-Jaguar (Guatemala) y en el intento por instalar en
Costa Rica la
Escuela para el Cumplimiento de Ley, que fuera derrotada por
las organizaciones socialesy algunas fuerzas partidarias en el país
centroamericano, dando un duro revés a la administración Bush. Otro ejemplo es
la Operación
Nuevos Horizontes en marcha en varios de los países
centroamericanos (Guatemala, El Salvador y Honduras), que bajo el pretexto de la
lucha contra el narcotráfico favorece la intervención militar de E.U.
Un aspecto esencial de este plan es su íntima relación con el
desarrollo del ALCA y el Tratado de
Libre Comercio con E.U. los países firmante dejaron manifiesto compromiso acerca
del acuerdo “...para avanzar en la materialización de un mayor intercambio
comercial no discriminatorio de bienes y servicios entre los países
mesoamericanos mediante la ampliación e implementación de los acuerdos de libre
comecio suscritos y por suscribir a futuro, y nuestro apoyo al proceso de
apertura comercial hemisférica que debe culminar en el Área de Libre Comercio de
las Américas (...)”[6][6].
Como se puede observar, las amenazas de este Plan a la región
mesoamericana son ampliamente inclusivas de sectores estratégicos, y las ocho
iniciativas de que se compone cubren tal espectro de intereses que no es casual
que buena parte de la resistencia empezara organizándose en el Foro
Mesoamericano de los Pueblos.
Efectivamente, las organizaciones populares han logrado frenar
algunos proyectos y poner trabas en la puesta en marcha de otros, así los países
centroamericanos han obligado al BID a delegar el financiamiento de algunos
proyectos más sensibles a nivel social y medioambiental al Banco Centroamericano
para la
Integración Económica, por tener éste último reglas mínimas de
acción.
Los ejidatarios de Atenco, en México, han logrado cancelar el
proyecto de construir un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México, y las comunidades
indígenas de Oaxaca han modificado y suspendido en algunos casos la construcción
de carreteras, pero, a pesar de la resistencia, el Plan sigue en marcha:
continúan las inversiones en infraestructura de las comunicaciones con el
objetivo de ampliar, modernizar, armonizar y privatizar, a través de
concesiones, una parte de la red de transporte mesoamericana, con un total de
9450
km. Junto a esta iniciativa se está llevando a cabo la
desregulación y privatización de 13 puertos, algunos de ellos de carácter
regional, como también la consideración de varias rutas tipo “canal seco” para
transportar carga por tierra entre las costas del Océano Pacífico y las costas
del Caribe, ya sea en camiones o por ferrocarril, complementando el proyecto con
la construcción de corredores interoceánicos de mercancías. En México se están
realizando obras de modernización en dos tramos de la carretera Transístmica y
hay inversiones aprobadas para modernizar el acceso ferroviario al Puerto de
Salina Cruz. También en Panamá se están ejecutando obras para la ampliación del
Canal y en diferentes países del área centroamericana hay estudios y obras en
ejecución como en Honduras. El corredor Atlántico, vinculando a México, Bélice,
Guatemala, Honduras y El Salvador es de 1746 km. La parte hondureña incluye
partes de la autopista CA-5 (294 km.) en Puerto Cortés y los centros
principales de producción y consumo hondureño alrededor de las ciudades de San
Pedro Sula, Comayagua y Tegucigalpa.
También está en marcha el megaproyecto eléctrico con el fin de
crear un Sistema de Integración Eléctrica para América Central (SIEPAC). Su
objetivo es el de interconectar todo el sistema eléctrico en una sola red, con
una sola ley para la región por encima de las soberanías nacionales y bajo el
financiamiento del BID y el Banco Centroamericano de Integración Económica
(BCIE); crear una sola regulación legal sobre electricidad para toda la región,
un solo administrador, una sola empresa, y una sola red integrada. Este sistema
implica entregar el sector eléctrico y el agua a las manos de las grandes
corporaciones transnacionales. En este contexto tenemos que analizar el hecho de
que en el PPP existen alrededor de 330 planes de construcción de represas que
amenazan aproximadamente 170 ríos y a una gran cantidad de ecosistemas, con sus
especies de plantas, animales y peces únicos en el mundo. También están
amenazados cientos de sitios arqueológicos, lugares sagrados y cementerios;
tierras indígenas e infraestructura y comunidades campesinas e
indígenas.
El SIEPAC integra las redes de los 8 países del PPP y está
financiando la creación de un mercado regional de energía con una nueva línea de
transmisión de 1830
km. de extensión y de 230 kilovatios de poder desde Panamá
hasta Guatemala, conectando con ello la red centroamericana con México, los
E.U. y Suramérica. “...En
septiembre de 2005 la Compañía Canadiense
Dessau-Soprin ganó el contrato para supervisar la construcción del SIEPAC,
esperando terminar el proyecto a comienzos de 2008”[7][7].
En esta ponencia se trata analizar como se estructura la
resistencia y el camino de las alternativas populares, que si bien se
manifiestan como procesos lentos y llenos de dificultades, con avances y
retrocesos, tambien están en marcha y progresan. Los Foros Mesoamericanos
constituídos desde el 2000 reafirman así la voluntad de lucha de los pueblos y
comunidades de la región. Reunidos en la Ciudad fronteriza de Tapachula,
Chiapas, el 11 y 12 de mayo de 2001 se constituyó el I Foro de Información,
Análisis y Propuestas: “El Pueblo es Primero frente a la Globalización”, allí se reunieron 250 representantes de 109
organizaciones de la sociedad civil y de productores de los países
centroamericanos de Guatemala, El Salvador y Nicaragua; y de México de los
estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo y Tabasco.
La presencia mayoritaria fue mexicana con el fin de organizar y fortalecer la
resistencia, conformando un frente amplio mesoamericano llevando a cabo una
intensa labor de información y análisis colectivo y construyendo propuestas
alternativas a la problemática actual de la región.
El II Foro Mesoamericano de los Pueblos, Xelajú, Guatemala, 24 de
noviembre de 2001. “El Pueblo es Primero”, tuvo una participación mucha más
amplia que el primero (800 participantes) sobre todo hubo mayor presencia de
Centroamérica; lográndose destacar los derechos de las poblaciones indígenas,
por ello también se le nombró “Foro Desde los Pueblos”. Se acordó crear y
profundizar las alianzas en el Movimiento Social, y se destacó la necesidad de
sistematizar las experiencias y alternativas de desarrollo comunitario
impulsadas en la región.
En el III Foro Mesoamericano, Managua, Nicaragua, julio de
2002: “Frente al Plan Puebla
Panamá: El Movimiento Mesoamericano por la Integración Popular”
participaron cerca de 1000 personas delegadas, representando a 350
organizaciones. Con este foro se inició la dinámica de los encuentros
sectoriales previos, los contenidos fueron básicamente los mismos (TLC, PPP), la
variante fue la de hacer más énfasis en discutir e informar sobre los
transgénicos y la patentización de los recursos naturales o agrícolas. Además se
dieron a conocer las experiencias de lucha de Latinoamérica, invitando para ello
a representantes de Argentina y otros países.
En el IV Foro Mesoamericano, Tegucigalpa, Honduras, julio de 2003,
“Por la
Autodeterminación y Resistencia de los Pueblos”. Participaron
alrededor de 1300 personas representando a diversos sectores y organizaciones.
Fueron 9 mesas en las que se trabajaron temas como las privatizaciones, la
militarización, la economía solidaria, las inversiones y el comercio vrs. los
derechos laborales y ambientales, los derechos de los Pueblos Indígenas, la
soberanía alimentaria, las mujeres frente al modelo neoliberal , la juventud y
la construcción de nuevos modelos socio-económicos, y se trabajó también con una
mesa sobre la
OMC.
En el V Foro Mesoamericano, San Salvador, El Salvador, julio de
2004, “Construyendo Poder Popular para la Autodeterminación de los
Pueblos”, concurrieron más de 1000 representantes de unas 800 organizaciones que
trabajaron diversas temáticas, entre ellas: la del campesino, la sindical, la de
las mujeres, la de jóvenes, la de la biodiversidad y la temática contra las
represas hidroeléctricas, las mismas se agruparon por mesas de trabajo tal como:
Mesas de Construcción Regional de Agenda, Estrategias, Acciones y Alternativas.
Mesas de Profundización y Debate y Mesas para el Fortalecimiento de Actores
políticos regionales.
El Foro se convirtió así, en una de las experiencias sobre la
resistencia al Plan más importante de la región en los últimos años y en el
mayor esfuerzo por la construcción de alternativas
populares.
El VI Foro Mesoamericano de los Pueblos se llevó a cabo en San
José de Costa Rica, en diciembre de 2005. El Eje Central fue el fortalecimiento
de la articulación y la coordinación de los movimientos sociales contra el TLC
para la integración de los pueblos mesoamericanos.
“...ratifica su carácter anticapitalista, antipatriarcal y
multicultural, desde este posicionamiento se compromete a democratizar la
participación para incluir a más organizaciones y personas que compartiendo
estos ideales no están aún presentes en este proceso, así como potenciar y
fortalecer la participación de sectores que se han ido incorporando a los Foros,
tales como migrantes, pueblos indígenas, jóvenes, mujeres...”[8][8]
Como Reflexión Final:
De lo investigado sobre los Foros se desprende que ellos
constituyen un esfuerzo de lucha, resistencia, articulación y fortalecimiento de
los movimientos sociales en la región críticos y contrarios al Libre Comercio y
a sus instrumentos. Los Foros son acompañados por una red de pueblos,
organizaciones y movimientos que los representan tanto en el plano local,
nacional como regional y que lo resolutivo de los mismos para discutir el PPP
convergen hacia un punto común: el rechazo total al PPP, lo significativo es la
creciente organización y la fuerte resistencia de los pueblos que vislumbran
espacios de esperanza para la región, su reto inmediato es avanzar en la
conformación de un proyecto alternativo de integración de carácter
anticapitalista y antipatriarcal. No obstante “el Plan Puebla Panamá sigue
existiendo, sigue despojando tierras a comunidades rurales e indígenas para la
construcción de grandes obras de infraestructura y sigue su marcha sin que las
autoridades de los ocho países que participan en el PPP realicen consultas
legítimas para que opinen los afectados.
El Plan Puebla Panamá existe y Mesoamérica resiste”... [9][9]
BIBLIOGRAFÍA:
Aguilar S. Carlos G. (2004). “Mesoamérica en la hora de la
resistencia popular”. En Revista del Observatorio Social de América Latina. Año
V Nro. 13. enero-abril 2004. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
CLACSO. Bs As. Argentina.
Almeyra, Guillermo -
Alfonso Romero, Rebeca (2004). “El Plan Puebla Panamá en el Istmo de
Tehuantepec” Colección Pensamiento Propio. Universidad Autónoma de
la Ciudad de
México. México, D. F.
Barreix,
Alberto – Strong, John – Taccone, Juan José (2002). “Infraestructura
regional”en “Más allá de las fronteras: el nuevo regionalismo en América
Latina”. Serie : Progreso Económico y Social . Ed.
BID.
Castro Soto, Gustavo (2005). “El movimiento social en Mesoamérica
por la defensa de los recursos naturales”. En Revista del Observatorio Social de
América Latina. Año VI, Nro.17. mayo-agosto 2005. Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales. CLACSO. Bs. As. Argentina.
Ceceña, Ana Esther (2004). Compiladora. “Hegemonías y
emancipaciones en el siglo XXI”.
Colección Grupos de Trabajo de CLACSO. Bs As.
Argentina.
CIEPAC (2001). “Plan Puebla Panamá” .Chiapas al Día, Nro.243.
Chiapas, México.
Davis Celia, Call Wendy y Beas Carlos. (2006). Data Center,
UCIZONI, Grupo de Tabajo Colectivo del Istmo y Alianza Mexicana por
la
Autodeterminación de los Pueblos (AMAP). Istmo de Tehuantepec.
OAXACA.
Gasca Zamora, José (2000). “Qué le falta y qué le sobra al
proyecto Puebla –Panamá”.Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM. México.
D.F.
Moro, Braulio (2002), en Le Monde diplomatique/el Dipló/ Diciembre
2002. El “Plan Puebla Panamá”. “Una
recolonización disfrazada” Bs.As. Argentina.
Salazar Pérez, Robinson (2002). “Los avatares del Plan Colombia,
Plan Dignidad y el Plan Puebla Panamá”. Relexión Política Año 4 Nro. 8, UNAB,
Colombia/Convergencia Nro. 30. 2002, UAEM. México.
Las
iniciativas propuestas y sus respectivos objetivos son los
siguientes:
i.
Iniciativa
Mesoamericana de Desarrollo Sustentable.
Objetivo: promover la conservación y el manejo
sustentable de los recursos naturales y los mecanismos participativos,
especialmente de las comunidades locales, en la gestión
ambiental.
ii.
Iniciativa Mesoamericana de Desarrollo
Humano
Objetivo: reducir la pobreza, facilitar el acceso a
los servicios sociales básicos de la población vulnerable y contribuir al pleno
desarrollo de los pueblos mesoamericanos.
iii.
Iniciativa
Mesoamericana de Prevención y Mitigación de Desastres
Naturales
Objetivo: promover la prevención y mitigación de
desastres naturales e incorporar la consideración de la gestión del riesgo en
los proyectos de todos los sectores.
iv.
Iniciativa
Mesoamericana de Promoción del Turismo
Objetivo: promover el desarrollo del
turismo ecológico, cultural e histórico mediante acciones regionales que
destaquen la complementariedad, las economías de escala y los encadenamientos
productivos del turismo.
v.
Iniciativa
Mesoamericana de Facilitación del Intercambio
Comercial
Objetivo: fomentar el intercambio comercial en la
región mediante una reducción de los costos de transacción en el comercio entre
los países y promover la participación de pequeñas y medianas empresas en las
exportaciones regionales.
vi.
Iniciativa
Mesoamericana de Integración Vial
Objetivo: promover la integración física de la región
para facilitar el tránsito de personas y mercancías y, de esta manera, reducir
los costos de transporte.
vii. Iniciativa
Mesoamericana de Interconexión
Energética
Objetivo:
unificar e interconectar los mercados eléctricos con miras a
promover un aumento de las
inversiones en el sector y una reducción del precio de la
electricidad.
viii.
Iniciativa Mesoamericana de Integración de los Servicios de
Telecomunicaciones
Objetivo:
desarrollar la infraestructura de interconexión informática de la región.