Cuando
empieza el auge industrial de Córdoba, también empieza el desmantelamiento
nacional. Porque en la fábrica militar de Córdoba, -yo soy de Córdoba-, no
únicamente se hacían aviones, que eran nacionales; se hacía el tractor Pampa, se
hacía la moto Puma, se hacían coches, se hacía el Rastrojero.
Todo
eso despareció. ¿Por qué? Porque el tractor Pampa deja de producirse porque vino
la FIAT a
producir su tractor. Se termina con las camionetas porque viene Kaiser y después
se llamó Renault; y para motonetas viene Zanella, viene la Gilera, y se empiezan a
instalar, y todo eso nuestro se va anulando. Las reparaciones de las locomotoras
Diesel, pasa a una empresa que se llama Grandes Motores Diesel, que era de FIAT.
La reparación de nuestros coches de pasajeros, que se hacía en nuestros
talleres, pasa a Masterfer; es decir, hay toda una transferencia impresionante
de mano de obra a la empresa privada.
Eso
ocurre en el auge, pero no empieza con el golpe de estado del 55; empieza antes,
con la modernización de Córdoba, con el auspicio del Brigadier San Martín, que
era el gobernador de Córdoba. Dicen que es el gran industrializador, ¡no!, fue
el gran desnacionalizador. Es el tipo que llevó las cosas y se las le dio a
la FIAT, se las
dio a la
Kaiser, se las dio a la Renault, se las dio a todas las matricerías,
desmanteló la industria nacional en Córdoba.
En
Talleres de Córdoba, que era un taller de tres mil quinientos obreros, quedamos
mil. Se llevó todo el equipo completo, ¡pero completo! Del contramaestre general
hasta el último peón de la
Diesel se los llevaron a Grandes Motores Diesel. Y…, si… Los
compañeros se querían ir. Les daban mejor ropa, mejor sueldo, comían en el
comedor. Venían al barrio y te desalentaban. Tenemos ropa, tenemos pilcha,
cambiamos la moto, no llevamos más en alpargatas, vamos en zapatillas, y las
mujeres no se ponían más los ruleros, iban a la peluquería… Todo eso tiene que
ver. Todo eso tenía que ver en el chusmerío del barrio. Porque era un barrio de
ferroviarios.
Y
te desalentaban… Iba un tapicero a Masterfer y le decían: -“¿Vos qué querés
hacer acá? Acá no hay ni un tapiz. Iba uno de cobrería, y le decían: -“Vos no
tenés nada que ver, los caños los hacemos de otra manera.” Venía un sopletero
para cortar…, tenían máquinas digitales para cortar. Entonces volver a
recomponer dentro del ámbito ferroviario y volver a pelear… Eso fue triturando
la cabeza de los compañeros y le hicieron creer a todos los ferroviarios que
nosotros teníamos la culpa de todas las cosas que estaban ocurriendo. Nosotros
sentíamos culpa de ser ferroviarios. Yo me acuerdo que en el barrio, aquí en
Buenos Aires, los obreros me decían: -“Por tu culpa a mi no me aumentan el
sueldo. “