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Asunto: | NoticiasdelCeHu 338/06 - Bolivia - La nacionalización de los hidrocarb uros vista Bolpress | Fecha: | Miercoles, 3 de Mayo, 2006 00:34:26 (-0300) | Autor: | Centro Humboldt <humboldt @...........ar>
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NCeHu
338/06
Bolivia
Tiempo de reafirmación
nacional
Ramón Rocha Monroy
Los decretos de nacionalización de nuestros
recursos naturales marcaron invariablemente el inicio de procesos de
reafirmación nacional, de construcción de grandes obras de infraestructura y de
medidas sociales para mejorar la calidad de vida de las mayorías.
Cuando el Presidente Toro nacionalizó el petróleo
en 1937, los Excombatientes del Chaco y la población en general debieron sentir
como si alguien restañara las heridas de la contienda e insuflara fuerzas para
radicalizar ese proceso de autoafirmación que culminó con la Revolución del
52.
Cuando se nacionalizaron las minas, la euforia
nacional sobrepasó todo límite, y el excedente producido por COMIBOL a partir de
entonces fue destinado al desarrollo del Oriente y al fortalecimiento de
YPFB.
La nacionalización de la Gulf Oil, seguida meses
después por la reversión de las concesiones de Mina Matilde, apuntalaron un
ascenso de masas que hubiera sido duradero si tenía, como ocurre hoy, una
estructura orgánica; por eso sucumbió con el cruento golpe militar de
1971.
Estos hechos históricos demuestran que no hay
argumentos para temer y menos propiciar temores artificiales entre los
bolivianos a raíz de la nacionalización de los hidrocarburos de este histórico
1º de mayo.
Por supuesto que no faltarán, como no faltaron en
el pasado, las voces agoreras, el rasgarse de vestiduras y las jeremiadas de los
profetas a sueldo de las trasnacionales. Lo de a sueldo no es pura retórica,
pues los autores y cómplices de la Capitalización se convirtieron en ejecutivos,
abogados y técnicos de esas trasnacionales, o en Superintendentes a su servicio.
En particular estos Superintendentes jamás tuvieron argumentos a favor del
Estado boliviano, en tanto se esforzaban, más bien, por pintar cada vez más
negro el futuro del país si nos atrevíamos a atentar contra la sacrosanta Ley de
Capitalización. Pero la voluntad de un pueblo es más fuerte que los miedos a
sueldo de los economistas cipayos, y por eso, con la misma sencillez que ayer,
basta una decisión patriótica para revertir a la Nación lo que es de ella y
generar un movimiento ascendente de reafirmación nacional.
Este servidor fue uno de los primeros columnistas
que advirtieron sobre las consecuencias de la Capitalización, cuando muchos
izquierdistas, estrenando guiños y gestos de inteligencia (ah, pendejos),
elogiaban abierta o veladamente medida "tan ingeniosa". En esos primeros
artículos advertí que no sólo los trabajadores sino la empresa privada nacional
sería víctima de ese proceso concentrador del ingreso que tendría un impacto
negativo en los emprendimientos que generan empleo masivo. Ahora, con la
nacionalización de los hidrocarburos, los empresarios nacionales podrán
entenderse en otro plano con YPFB y el conjunto de la economía se revitalizará
con un aumento vertical de los ingresos nacionales. En términos de liquidez de
fondos públicos, peor no podíamos estar como consecuencia de la Capitalización.
En cambio, con la nacionalización, percibiremos más ingresos aun en los
escenarios menos propicios.
Por último, no se trata de una medida
confiscatoria. Nuestras reservas de gas garantizan el interés del inversionista
extranjero que quiera cumplir nuestras reglas del juego. Si se van unos, vendrán
otros, estemos seguros de ello.
Demos, entonces, rienda suelta al regocijo legítimo
que ha provocado esta medida en el conjunto del pueblo boliviano.
Ramón Rocha
Monroy nació en Cochabamba, el año 1950, Ramón Rocha Monroy
ha ejercido cargos diplomáticos , fue viceministro de cultura, se ha dedicado
por más de dos décadas al periodismo escrito, en el que mantiene una columna
llamada "ojo de vidrio". Publicó cuatro novelas: "El run run de la calavera"
(premio Guttentag 1983), "El padrino" (1978), "Ando volando bajo" (premio
Guttentag 1996) y "La casilla vacía" (Alfaguara 1997). Además ha escrito un
libro de cuentos: "Alla lejos" y un ensayo "Por la liberación de la pedagogía
nacional" (1975).
Evo, un torpedo contra
Petrobras
F. Xavier Iturralde
Y también contra Repsol, parafraseando un libro de los 50
"Roboré, un torpedo contra a Petrobras", relacionado con el Tratado de Roboré.
La Nacionalización se vino aunque muchos no la consideren tal. No importa. Lo
principal: se terminó la mamada de San Alberto y de las refinerías, gracias a
los movimientos sociales de la guerra del gas. Además que por primera vez
Bolivia no es antagónica a empresas petroleras estadounidenses de la envergadura
de una Standard Oil y Gulf. Ahora nos hemos chocado contra la Petrobras y la
Repsol, herencia del Menenismo que destruyó a la Argentina, terminando el
trabajo iniciado con el peronismo.
Al ingresar el edificio donde está YPFB en La Paz, existe un
mural de Pantoja en el que se encuentra Abel Iturralde, el Centinela del
Petróleo, y otros forjadores del futuro hidrocarburifero de Bolivia, entre ellos
los defensores del Chaco: Bilbao Rioja, Marzana, Ustarez y Busch. Debo recordar
a mi fallecido padre que se vino de Paris directo al Chaco para
combatir tres años y nunca quiso recibir jubilación por benemérito, porque
había combatido por su amor a Bolivia y no por recompensas monetarias. En
el mural de los traidores, que seguramente no tendrá autor, deberían
figurar Sánchez de Lozada, Castaños, Peredo y los variados presidentes y
gerentes de YPFB que se enriquecieron creando sus propias empresas de servicios
petroleros, atendiendo, ¡coincidentemente!, su demanda. Empresa convertida
en feudo de cuantos por ella pasaron, como José Paz Estensoro, luego de los
Hinojosa, no faltando González y tantos otros que hoy disfrutan de patrimonios
obtenidos en o a través de YPFB.
Muchos dirán que gracias a los traidores, hoy Bolivia es
significativa en gas y petróleo, porque hasta antes de la capitalización,
sus reservas no eran impactantes. Definitivamente corresponde un agradecimiento
a los que nos permitieron este salto cuantitativo tan importante, aunque no
falten los que afirmen que igual YPFB lo hubiera hecho, si no la capitalizaban
¿con qué dinero? Salto cuantitativo que dejó a las empresas de servicios
petroleros de los ex ejecutivos de YPFB muy secundarias ante las
petroleras internacionales, quedando incluso algunas sin trabajo. Ahora,
¿volverán las oscuras golondrinas? a YPFB para nuevamente convertirla en
patrocinadora de urbanizaciones exclusivas, clubs deportivos, equipos de fútbol,
sindicalistas prósperos, en fin, de toda esa banda de funcionarios públicos que
comienzan en mensajeros y terminan en profesionales parapetados en las empresas
estatales, ordeñándolas hasta por donde no sale leche y de padre a
hijo.
Lo que si está claro, es que Evo torpedeo las petroleras
internacionales que invirtieron en Bolivia, planteando una gran interrogante a
la Argentina y haciendo viable el gasoducto que conectará Venezuela con
Brasil, para que ésta potencia no dependa del gas boliviano. Nuestro gas ya no
será el más barato. Tendremos más ingresos por gas, ¿podremos encarar mejor su
industrialización?, ver La Bolivia del Gas de Christian Inchauste, perspectivas
hacía el 20010. Pero...deberemos hacer lo imposible para que los ejecutivos de
YPFB no sean nuevos ricos, sus profesionales no la transformen en trampolín para
mejorar sus "currículum vitae", sus sindicalistas no continúen tan
ineficientes por salvaguardar sus privilegios y la PDVSA no sea el
oráculo. De todas maneras, es seguro que los más torpedeados han sido nuestros
grandes hermanos y vecinos.
F. Xavier
Iturralde es economista diplomado por la Faculté de
Droit et des Sciences Economiques de l'Université de Paris, con pos grado de l'
University of Washington y bachillerato técnico del Colegio Alemán de Sao Paulo,
Visconde de Porto Seguro. Trabajó en el sector privado financiero (Bancos, FFP's
Coop. de Ahorro y Crédito), de seguros de vida y salud, construcción de caminos.
Trabajó en "O Estado de Sao Paulo" y "Jornal da Tarde".
Bolivia, Día
1
Christian Inchauste Sandoval
Irving Alcaraz creó la expresión
"Bolivia hora cero". En medio del entusiasmo de la "Capitalización", el
ensayista ligaba el destino económico boliviano al gas natural. Eran aquellos
días de una pequeña época de "plata dulce", en la que dos gobiernos (Sánchez de
Lozada y Bánzer) desbarataron la industria petrolera, algo que pocas naciones
del mundo han hecho (Argentina con Menem). Treinta años antes, otro ensayista,
Sergio Almaraz, concluía su magnífico "El Poder y la Caída" con una frase
premonitoria: "ahora se trata de salvar el gas".
Este primero de mayo, el Presidente Evo Morales,
firmó el decreto de nacionalización de la segunda reserva de gas más grande de
Sudamérica. Se dio así cumplimiento al Referéndum de julio del 2004 en el cual
el pueblo boliviano decidió en las urnas "salvar el gas". Desde el Referéndum,
Bolivia mandó señales a la región y al mundo avisando que el poder de
negociación que antes no tenía, sería esta vez empleado para desarrollar al
país. Luego del Referéndum las negociaciones con los inversores, para adecuar
los contratos se entramparon, aunque en las postrimerías del gobierno de Carlos
Mesa, se aprobó la Ley 3058, primer resultado del sacrificio de 57 ciudadanos en
octubre del 2003.
Hoy, al devolver el control del más estratégico de
los sectores industriales al Estado, lo único que está haciendo es ser
coherente. Y probablemente se entre en conflicto con intereses contrapuestos. El
hecho es que sin gas, petróleo y electricidad nuestra civilización deja
simplemente de funcionar y hoy en día, hay más inversores en hidrocarburos que
nunca en todo el mundo. De hecho, muchos de ellos están en contratos de
asociación parecidos a los que el decreto 28701 y la Ley 3058
proponen.
Bolivia tiene la llave para asegurar el equilibrio
energético del Cono Sur, en medio de una escalada sin precedentes de precios de
gas y petróleo, al punto que por ese motivo, la Comisión de Energía de la Unión
Europea (por las empresas que invierten en toda la región) empezó a seguir de
cerca el proceso boliviano desde ayer. Las circunvalaciones de los países
vecinos para escapar al espectro de los apagones pasan casi todos por el gas y
la electricidad de Bolivia, o como alternativa, por soluciones más costosas
y complejas (GNL, Gasoducto Sudamericano).
Al
nacionalizar el gas y petróleo, el pueblo de Bolivia tiene el derecho de exigir
que la nueva YPFB no sea más una empresa secuestrada por militantes de los
partidos políticos, como lo fue en los años previos a la Capitalización.
Afortunadamente, YPFB fue más que una simple caja registradora de excedentes del
Estado y botín de piratas políticos. Fue uno de los instrumentos con los que se
integró el Oriente al Occidente del país (mediante transferencia de recursos de
la minera estatal Comibol), convirtió al país en una de las primeras naciones de
exportación de gas natural del planeta (casi a la par de la estatal argelina
Sonatrach a fines de los 60) y realizó un extenso y valioso trabajo de
prospección geológica, servido en "bandeja de plata" al momento de la
Capitalización.
Partiendo de sus logros, la empresa estatal debe cumplir el rol de acumuladora
de capital para la economía boliviana y generar proyectos (GTL, úrea) y empleos.
El sector de hidrocarburos es intensivo en capital, aunque Shell apunte que por
cada dólar invertido en industrialización de gas y petróleo, se generan ocho
dólares adicionales y por lo tanto más empleos. El gas debe industrializar a
Bolivia con una matriz energética accesible a todos los ciudadanos y empresas
del país, asegurando su seguridad energética (electricidad, GLP, diesel). Como
corolario, permitirá que se realicen proyectos estratégicos como la
industrialización del hierro del Mutún en Santa Cruz donde el gas y la
electricidad permiten llegar al acero. Luego habrá que sembrar los excedentes en
toda la economía.
Es por ello que existe esperanza entre los
bolivianos. Eso sí, con los pies sobre la tierra ya que además de hacer la tarea
en casa, volverán los "negros presagios" y otras presiones como las que se
vieron estos años. Es el precio que se asumiría por esta nacionalización, la
tercera en Bolivia (1937, 1969), y la primera en el mundo en el siglo XXI.
Finalmente, es el punto de partida para que los dramas de la opulencia y caída
de Potosí, el asalto al salitre y al cobre del Litoral Boliviano, o los pulmones
de los mineros del estaño socavados por la copagira, sólo se encuentren en
libros de historia como recordatorio permanente.
Christian Inchauste Sandoval es diplomado en
administración de empresas y economía de la Ecole Supérieure de Commerce de
Paris (ESCP-EAP). Colaborador regular para la prensa boliviana como analista del
tema energético. Ha publicado análisis y ensayos sobre economía latinoamericana
para el Financial Times y la Documentation Francaise.
¿De cuántas formas
es posible presionar a Bolivia
para que
venda su gas a precios de ganga?
Carlos Rodrigo
Zapata*
La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia, anunciada este 1º de
Mayo por el Presidente Evo Morales mediante el DS 28701, ha dispuesto entre
otras medidas el control total por parte del Estado de la comercialización de
hidrocarburos, tarea que deberá desempeñar YPFB a nombre del Estado. Sin dar
este paso, no existía una base legal suficiente para emprender negociaciones de
Estado a Estado, y sobre todo para disponer de los recursos gasíferos requeridos
para cumplir los contratos.
Bolivia ya había anunciado su intención de renegociar los precios a los que
viene expendiendo gas a Brasil y Argentina, y al presente ya había acordado con
Argentina la conformación de una comisión encargada de formular las bases y
condiciones de la negociación hasta mediado del mes de mayo de 2006. Con Brasil,
por lo visto aún no se ha arribado hasta ese punto, pese al intenso tráfico de
expertos, funcionarios y asesores entre ambos países. Todo indica que la
reticencia brasilera es grande a renegociar precios.
En este contexto, observamos que se van sucediendo diversos hechos en la
región que nos mueven a pensar que las formas de presionar a Bolivia para que
venda el gas a precios muy bajos pueden tomar formas muy diversas, algunas
sutiles y diplomáticas, otras más ligeras.
Algunos anuncios del último tiempo en la región, en especial de parte de
nuestros vecinos y competidores, ilustran lo señalado.
- El anillo energético, en base al gas venezolano, pero también peruano;
- Gasoducto del Sur, desde Venezuela hasta Argentina. El Ministro argentino
De Vido, el actual negociador de precios del gas con Bolivia, fue el encargado
de invitar a Bolivia a sumarse a dicho gasoducto;
- Los descubrimientos casi simultáneos de petróleo o gas en Brasil y Chile,
al punto que Brasil ya declaró su plena autosuficiencia energética de
petróleo, y Chile sostiene que podría autoabastecer el Sur chileno gracias a
los nuevos descubrimientos;
- El gasoducto Camisea - Iquique, para venta de gas peruano a Chile;
- Los anuncios de diversos e importantes proyectos energéticos, como el
hidroeléctrico de Garabí en Brasil o la importación de LNG desde Indonesia
para Chile (y la construcción de plantas de regasificación en Chile).
Todos estos proyectos o anuncios de proyectos pretenden restar importancia a
la posición cuasi monopólica que ostenta Bolivia en el Cono Sur sudamericano en
materia de gas. Se entiende que dichos anuncios en serie apuntan a debilitar
fuertemente las expectativas por parte de Bolivia de alzas significativas en la
renegociación de precios del gas.
Lo curioso es que la simultaneidad y efectos especiales con los que son
puestos en escena estos anuncios, crecen en la medida que el precio del petróleo
a nivel internacional aumenta, y se avizora ya que en los próximos 24 meses
podría llegar el barril de crudo a los 100 dólares, precio que fijaría el precio
del gas aproximadamente en 20 dólares/MPC, mientras Bolivia lo vende actualmente
a Brasil y Argentina a menos de 3 $US.
La pregunta es si otros eventos que están sucediendo en torno nuestro,
constituyen otras formas de presionar a nuestro país en pleno proceso de
recuperar el control de los hidrocarburos y de renegociar precios, volúmenes y
otras condiciones de compra-venta. Entre dichos eventos figuran:
- La situación de los emigrantes bolivianos ilegales en la Argentina;
- La nueva "apertura" chilena en relación a nuestra demanda marítima;
- La demanda de creación del décimo departamento en el Chaco (en El Deber se
dice que ello responde a una estrategia para declararlo independiente, como
Kuwait, y "llevarse los hidrocarburos").
Estos eventos apuntarían de igual modo a mostrar que Bolivia no puede
pretender tener todas las llaves de una negociación en el bolsillo, y que
existen múltiples formas de dependencia que acompañan nuestra atribulada vida
nacional.
Suma sumarum, todas las escaramuzas que acontecen a nuestro rededor
no pueden explicarse sólo como un cúmulo de puras coincidencias casuales. Lo
mejor es tener claro cuanto antes de qué tamaño es la embestida, para determinar
oportunamente cómo actuar adecuadamente. Tamaña tarea la de las autoridades del
ramo. Desde estas líneas les deseamos fortaleza y presencia de ánimo.
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