NCeHu 218/06
Carta abierta de
Rodolfo Walsh a la Junta Militar
Buenos Aires, 24 de marzo
de 1977
"1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales,
el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la
pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me
obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado
libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha
motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos
oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen
como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un
gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como
ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por
elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que
ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la
posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que
ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes
ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que
coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y
que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único
significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a
menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la
corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo
de las fuerzas productivtas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una
política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los
partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el
terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos,
cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese
terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes
en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde
no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto
militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación,
convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura
sin límite y el fusilamiento sin juicio (1).
Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido
contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de
desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de
antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo
después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno
secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de
su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de
presentarlo al juez en diez días según manda un ley que fue respetada aún en las
cumbres represivas de anteriores dictaduras.
La falta de límite en el tiempo ha sido
complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en
que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las
víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no
dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en
vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios
junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones
contemporáneas (2).
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que
el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han
llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que
el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que
la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta
quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos
han perdido.
3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los
prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en
lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados
combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el campo, pintan
acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los
estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la
reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se
subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha
inmediata a las acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad
Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata,
30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo
que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que
destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300
supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no
tuvieron muertos.
Depositarios de una culpa colectiva abolida en las
normas civilizadas de justicia,incapaces de influir en la política que dicta los
hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados
sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados,
simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas
según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los
países ocupados y los invasores en Vietnam.
El remate de guerrilleros heridos o capturados en
combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares
que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos,
proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es
confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela
que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones
reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63
muertos (3).
Más de cien procesados han sido igualmente abatidos
en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien
lo crea sino a prevenir a la guerrilla y Ios partidos de que aún los presos
reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los
Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica
o el humor del momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín
Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el
asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de
Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la
ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor (4).
El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de
1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción
del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que
estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la
política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus
reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y
aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.
4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido
masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos
de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a
otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus
propias fuerzas (5).
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo
y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento
de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados
en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años,
Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y
fracturas visibles" según su autopsia.
Un verdadero cementerio lacustre descubrió en
agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a
la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no
la publicaron (6).
Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el
3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján
el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30
muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
En esos enunciados se agota la ficción de bandas de
derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la
mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río
de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera
Brigada Aérea (7), sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o
el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes
presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni
el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha
perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte (8).
La misma continuidad histórica liga el asesinato
del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y
muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y
decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos
democráticos en Chile, Boliva y Uruguay (9).
La segura participación en esos crímenes del
Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por
oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei
y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener
Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras
revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de
agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes
del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia
Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue
asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el
arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien
desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o
del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después
que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con
monopolios internacionales.
A la luz de estos episodios cobra su significado
final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que
libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien
y del mal" (10).
5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo
civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo
argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes
incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la
explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de
seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el salario real de
los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al
30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para
pagar la canasta familiar (11), resucitando así formas de trabajo forzado que no
persisten ni en los últimos reductos coloniales. Congelando salarios a culatazos
mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma
de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisioncs internas, alargando
horarios, elevando la desocupación al récord del 9% (12) prometiendo aumentarla
con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los
comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar
los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados
que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron (13).
Los resultados de esa política han sido
fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha
disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido
prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde
la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey
o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la
rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si
esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la
salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta
los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y
técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la
"racionalización".
Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires
para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa
miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros
sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subtérráneas,
millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan
los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo , el río más grande del mundo
contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz
arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que
ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas abstractas de la economía, a
las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortutunados. Un descenso
del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600
dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante
que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la
inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría
deliberación y la cruda inepcia.
Mientras todas las funciones creadoras y
protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola
crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a
la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa
en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en
la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial
y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los
propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay
congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único
campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización
por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.
6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una
receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia,
la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja
oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de
monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la
U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez
de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
Un aumento del 722% en los precios de la producción
animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por
Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su
presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero
activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos" (14).
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en
una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el
doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron
su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en
dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés
por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el
"festín de los corruptos".
Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el
crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la
Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de
expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los
aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en
la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los
apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio
de intereses foráneos, cuál es la ideologia que amenaza al ser nacional.
Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de
hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general
Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún
cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran
sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que,
aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas
formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del
pueblo argentino no estarán dcsaparecidas sino agravadas por el recuerdo del
estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas. Estas son las
reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido
hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la
certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo
de dar testimonio en momentos difíciles".
Rodolfo Walsh,
Buenos Aires, 24 de marzo de
1977»
NOTAS:
1) Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar
nóminas incompletas de nuevos detenidos y de "liberados" que en su mayoría no
son tales sino procesados que dejan de estar a su disposición pero siguen
presos. Los nombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y las
condiciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.
2)
El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado
radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barreto desnucado de un
golpe. Testimonio de una sobreviviente: "Picana en Ios brazos, las manos, los
muslos, cerca de Ia boca cada vez que lloraba o rezaba... Cada veinte minutos
abrían la puerta y me decían que me iban hacer fiambre con la máquina de sierra
que se escuchaba".
3) "Cadena Informativa", mensaje Nro. 4, febrero de
1977.
4) Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la Cárcel
de Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: "El 17 de mayo son
retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que luego son
fusilados. Se trata de Miguel Angel Mosse, José Svagusa, Diana Fidelman, Luis
Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerte en un intento de fuga
informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo son retirados José Pucheta y
Carlos Sgadurra. Este úItimo había sido castigado al punto de que no se podía
mantener en pie sufriendo varias fracturas de miembros. Luego aparecen también
fusilados en un intento de fuga".
5) En los primeros 15 días de gobierno
militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la
cifra de 1500. La presunción de que puede ascender al doble se funda en que
desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento
global de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las
muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600.
Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total: 4.000.
6)
Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina de
Noticias.
7) "Programa" dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el
brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usaron
transportes Fokker F-27.
8) El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje
publicado por "La Opinión" el 3-10-76 admitió que "el terrorismo de derecha no
es tal" sino "un anticuerpo".
9) El general Prats, último ministro de
Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los
ex parlamentarios uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron acribillados
el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el
2-6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel
Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de "simular" su secuestro.
10)
Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según "La Razón" del 12-6-76. Jefe
del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es el presunto responsable de
33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de 1977.
11) Unión de
Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Después la situación se
agravó aún más.
12) Diario "Clarín".
13) Entre los dirigentes nacionales
secuestrados se cuentan Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia,
Oscar Smith de Luz y Fuerza. Los secuestros y asesinatos de delegados han sido
particularmente graves en metalúrgicos y navales.
14) Prensa Libre,
16-12-76.