NCeHU
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'DESCONTROL ANTIGLOBALIZADOR'
ARGENTINA
Aumenta sin
control la creación de títulos en las universidades
Los diplomas buscan atraer estudiantes más que integrar nuevos
conocimientos
En la ciudad de Buenos
Aires y el conurbano se ofrecen 1751 títulos, con
551 denominaciones
diferentes Son cada vez más especializados Es un crecimiento sin
planificación
Las universidades de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano atraviesan un
proceso de expansión: no en sedes, en alumnos o en recursos, sino en la variedad
de títulos que ofrecen.
Para atraer estudiantes, "adueñarse" de un campo específico de conocimiento o
crear carreras con nombres que parezcan asegurar una salida laboral más rápida,
muchas universidades aumentan su oferta de diplomas de grado y posgrado, y la
especializan cada vez más.
Así, en la zona
metropolitana -donde estudia el 39% de los universitarios del país-, hay
disponible un inabarcable menú de 1751 títulos -51% de grado y 40% de posgrado-, que en total reúnen 551 nombres diferentes.
Ya no se trata, además, de las tradicionales y abarcativas psicología,
medicina, derecho o ingeniería. Los nuevos diplomas son cada vez más
especializados. Un recorrido por el listado de títulos oficiales -disponible
fácilmente en www.ses.me.gov.ar- permite encontrar licenciaturas en negocios inmobiliarios, desarrollo de las
economías regionales, gestión de servicios de transporte turístico,
criminalística, gestión del deporte, industria de la hospitalidad o diseño de
equipamiento arquitectónico y urbano. Sólo en el área de economía y
administración, por ejemplo, hay 51 carreras de grado
diferentes.
Según un estudio realizado el año último por pedido de la Secretaría de
Políticas Universitarias, las ciencias
sociales concentran el 39% de los títulos que se ofrecen en la
zona
metropolitana, seguidas por las ciencias humanas, con 22%, y las
aplicadas, con 19
por ciento. En la zona, hay 34 universidades -24
privadas y 10
públicas-, con la mayor oferta disponible en las universidades privadas (63%).
Superpoblación
Los investigadores recorrieron estadísticas oficiales e hicieron entrevistas
en las universidades para cuantificar la superpoblación de diplomas e investigar
qué fuerzas motorizan la creación de títulos y qué regulaciones la permiten.
Según los resultados, la sobreoferta de títulos -que, como primer efecto,
complica la elección vocacional y aumenta la confusa diversidad del sistema
universitario local- no es planificada ni siempre responde al desarrollo de
nuevas áreas disciplinarias.
"En la mayoría de los casos, no hay creación de
carreras con un pensamiento orgánico. La estructura de títulos no tiene que ver
con el desarrollo de las disciplinas, cuando tendría que ser un subproducto de
grupos de investigación que van produciendo un cuerpo de
conocimiento", dijo a LA NACION Pedro Krotsch, investigador en temas de educación
superior y encargado del estudio, junto con Daniela Atairo, realizado con la financiación del
IIPE, de la Unesco.
Areas que solían ser parte de campos más generales y se convierten en
carreras, especializaciones cada vez más acotadas y demandas de conocimientos
puntuales que se dictan como posgrados son los fenómenos más frecuentes.
Como en el caso de los convenios que firman las universidades con otras
instituciones, también en la creación de diplomas el control que ejerce el
Estado es escaso y choca con la autonomía de las instituciones.
Esa laxitud contrasta con los controles de los que sí son objeto las
profesiones consideradas de interés público (como medicina, psicología,
ingeniería, veterinaria, entre otras), que deben cumplir con una serie de
condiciones (en contenidos y carga horaria) y pasar por un proceso de
acreditación especial en el Ministerio de Educación.
Pero hay también una razón cultural que enmarca la sobreabundancia de
títulos. Las universidades argentinas nacieron y se
desarrollaron como proveedoras de certificaciones profesionales más que como
generadoras de conocimientos. Para la clase media, la movilidad ascendente que
durante años posibilitó ser profesional hace que el peso simbólico del título se
siga manteniendo, aunque las profesiones se diversifiquen, amplíen sus campos
laborales y la inserción laboral sea cada vez más impredecible.
"La profesionalización es un pecado original de
las universidades argentinas. Pero la proliferación de títulos no es proactiva,
sino ceñida a la demanda. No se expande por el crecimiento de los cuerpos
disciplinarios, sino porque se diversifica la búsqueda de
nichos", describió Krotsch. Sin embargo, llamó la atención sobre
"universidades con un modelo fuerte de investigación
que generan carreras porque estiman que son objetivamente necesarias para sus
comunidades".
De las 551
denominaciones de títulos existentes en el área metropolitana, sólo 71 se dan en universidades
públicas y privadas a la vez. Unos 144 se
dan sólo en universidades públicas y 319, sólo en privadas.
La mayor cantidad se encuentra en las ciencias
sociales (188 títulos) y humanidades (165
títulos). Economía y administración es el
área más activa, con 91 diplomas diferentes
(51 de grado y 41 de nivel terciario).
Ingeniería y educación son otros campos expansivos.
Tendencia contraria
A contramano de las tendencias mundiales, por
otra parte, los títulos creados en los últimos años tienden a volverse más y más
específicos, aunque la formación general es la meta que se va imponiendo en
otros países.
Entre las creaciones más recientes, se registra
una expansión fuerte de los "ciclos de licenciatura" para docentes con título
terciario, es decir, carreras de dos años de duración en distintas disciplinas
que les permiten obtener el título de licenciado. También se han multiplicado
nuevas especializaciones de las ciencias aplicadas -distintos tipos de diseños,
ingenierías, informática, por ejemplo- y de la administración y los
negocios.
En el posgrado, las maestrías encabezan la expansión y proveen una muestra de
la superespecialización que caracteriza este nivel de estudios. Hay, por
ejemplo, maestrías en agricultura intensiva para zonas áridas, liderazgo y
gestión tecnológica, sociología de la agricultura latinoamericana o sistemas
ambientales humanos.
Según comentan algunos especialistas, no faltan las maestrías armadas a
partir de convocar a profesores especializados en distintas ramas de un tema que
de pronto gana actualidad y aplicación laboral, pero sin una propuesta académica
sostenida en un campo propio de conocimientos.
Raquel San Martín