NCeHu 1359/05
Plan quinquenal
chino: regresa la agenda social
Alfredo Jalife Rahme
DESPUES DE LOS acuerdos de Richard Nixon y
Henry Kissinger con Mao Tse Tung y Chou En Lai, en la etapa de 1971-1972, para
contrarrestar a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Archivos de
Seguridad Nacional; II-02), y así aminorar la derrota de Estados Unidos (EU)
en Vietnam (que fue requilibrada con el golpe de Pinochet en Chile y la guerra
de Israel contra los países árabes en 1973), una de las probables seducciones
para haber atraído a Pekín consistió en su incrustación, a partir de 1978, en
uno de los subtipos de la globalización: específicamente la "mercantil",
dejándola fuera del otro subtipo de la "globalización financiera", de mayor
envergadura y una exclusividad del G-7.
SU EXITO MERCANTILISTA no se fraguó en un
solo día y se construyó en los pasados 27 años, al
final de los cuales ya alcanzó su límite doméstico, en forma paradójica,
cuando en el exterior se despliega en forma ascendente e imparable. Tal sería
la lectura que se desprende del 11 Plan Quinquenal de la Economía Nacional
(sic) y el Desarrollo Social, en la más depurada coreografía comunista,
que acarreará "cambios revolucionarios" (Asia Times; 13-X-05). China se
vuelve a ocupar de su alarmante agenda social cuando sus triunfos
mercantilistas en el exterior no han llegado todavía a 80 por ciento de su
población al interior del país, donde abundan los campesinos (¡más de mil
millones!).
SE PUDIERA HABLAR de la existencia de "dos
Chinas", una costera en el circuito Shanghai-Guangdong (muy exitosa en el
modelo mercantilista), y otra profundamente provincial, olvidada de la mano de
Dios. La brecha social que ha fracturado a China en dos es sumamente peligrosa
para la estabilidad del régimen, cuando es bien conocida la constante
histórica de sus ciclos de revueltas campesinas y subsecuentes caos. El
editorial del Asia Times, editado en Hong Kong, afirma que la teoría
hiperpragmática de Deng Xiaoping, que permitió que "algunas personas se
hicieran ricas primero", ha dado lugar ahora a la tesis de "una prosperidad
común" con el fin de crear un "puente entre los ricos y los pobres, y evitar
la polarización de la sociedad". Se trata de un "ajuste histórico al patrón
quinquenal desde que China inició sus reformas económicas orientadas al
mercado en la década de los 70". Hu Angang, experto en macroeconomía de la
Universidad de Qinghua, deduce que el "Partido Comunista Chino (PCCH) dará
especial atención a la construcción de una economía de mercado más
equilibrada".
EL RAPIDO CRECIMIENTO económico ha generado
"nuevos problemas" que exhiben las estadísticas de cualquier país que adoptó
el modelo neoliberal: "el tope de 10 por ciento de las familias concentra 40
por ciento de los activos totales, mientras el segmento más bajo, 10 por
ciento de las familias, posee menos de 2 por ciento de todos los activos de la
sociedad"; sin duda, una bomba gigantesca y dantesca, a punto de detonar.
LOS LIDERES CHINOS se encuentran muy conscientes
de los "extremos de pobreza y riqueza, desempleo creciente y conflicto social
intensificado". El editorial de marras aduce que una "ciega consecución del
crecimiento económico ha originado inversiones ciegas, daño al ambiente y
falsas estadísticas", y comenta que ahora el crecimiento económico fue
definido "al servicio del pueblo para mejorar la calidad de vida".
EL CRECIMIENTO ECONOMICO no se equipara con el
desarrollo económico, y el sui géneris modelo híbrido de "maoísmo con
libre mercado" llegó a su límite permisible, al riesgo de la
disgobernabilidad (neologismo acuñado por Bajo la Lupa), más que de
ingobernabilidad. No es un retorno al socialismo, sino más bien un giro hacia
la social-democracia de libre mercado con crecimiento sustentable, más
parecido al estilo escandinavo (en caso de concretarse), donde, como de
costumbre, los dirigentes chinos intentarán sacar ventajas en ambos lados: sin
abandonar su apoteósico mercantilismo, pero invirtiendo un buen porcentaje de
las ganancias en el olvidado rubro social.
EN FORMA INTERESANTE, "China controlará el uso de
las inversiones extranjeras". No todo ha sido color de rosa en una "economía
que depende en 70 por ciento de su comercio exterior, lo cual ha infligido
costos inmensos". Es nuestra humilde opinión que las "inversiones extranjeras
directas", obsesión de los mercados emergentes/detergentes, en el modelo
depredador de la globalización, deberá ahora ser obligado a que beneficie a
ambas partes (tomando en cuenta el daño ambiental) y no solamente al voraz
inversionista al que urge domar, para no decir civilizar.
EL EDITORIAL ABUNDA sobre su sabida vulnerabilidad
energética cuando importó el año pasado más de 50 por ciento de sus
necesidades petroleras. Pero lo más grave se centra en la débil red de
salvaguarda social que el 11 plan quinquenal intentará paliar: "el problema de
la seguridad social es particularmente grave denro del país, donde el sistema
de salud y seguridad social es extremadamente frágil". Los datos son
aterradores: "De 1993 a 2003, el número de personas sin cobertura médica pasó
de 900 millones (67.8 por ciento) a mil millones (80.7 por ciento), mientras
en las zonas urbanas el número de personas sin seguro se elevó a 300 millones
en 2003". ¿Qué clase de "crecimiento" teratológico es éste?
LA DESMEDIDA CODICIA se apoderó de los directivos
de hospitales y escuelas, lo cual ha producido profundo malestar, por lo que
se entiende que el nuevo enfoque en política y en inversiones será en ciencia
y tecnología, educación y salud. Los hijos de los campesinos gozarán nueve
años de educación gratuita lo que reducirá la carga de sus padres en 12 mil
370 millones de dólares. Más que social, el 11 plan quinquenal chino será más
salubre y saludable para todos los componentes de la sociedad que dejó de lado
en forma anómala a 80 por ciento de la población.
ANTOANETA BEZLOVA (Asia Times; 14-X-05)
traduce el 11 plan quinquenal como "exhibición de poderío económico y potencia
científica", en medio del también exitoso lanzamiento de dos
taikonautas al espacio. El presupuesto para desarrollar la serie de
cápsulas espaciales Shenzhou es de 2 mil 300 millones de dólares, menos
de 10 por ciento del gasto anual de EU. Bezlova afirma que el "orgullo
nacionalista de completar la misión espacial (nota: en manos de los militares
y no del poder civil) mitigará el descontento popular sobre la injusticia
social y la corrupción". ¿Se podrán mandar volar al espacio sideral los graves
problemas chinos o solamente se posponen?
A JUICIO DEL "corresponsal especial" (sin
identificar) de Asia Times (13-X-05), el pueblo chino estuvo más
pendiente del lanzamiento de los dos taikonautas que de los cuatro días
de reunión plenaria del Comité Central del PCCH que lanzó su 11 plan
quinquenal, donde el presidente Hu Jintao fue "obligado a aterrizar
(sic)". La tesis del anónimo corresponsal (que muy bien se puede tratar
de la siembra de una nota desestabilizadora para azuzar intrigas internas) es
que Hu y su política mercantilista global fue dosificada, para no decir
domesticada, al haber recibido una "bofetada" con el rechazo a sus propuestas
políticas, que incluía la "aceleración de reformas políticas", por el Comité
Central de 354 miembros, quienes se volcaron a las reformas económicas con
sentido social, y a "materias más terrestres" como "pan y mantequilla,
beneficios médicos e higiene alimenticia". ¡Nada más!
SEGUN EL "ANONIMO corresponsal", Jiang Zemin
(antecesor de Hu) emergió como vencedor tras bambalinas, quien contaría con el
respaldo militar y parece haber diluido el vino mercantilista que ha
embriagado al presidente Hu y a su premier Wen Jiabao; este último sueña
establecer una zona política especial desde Shenzhen, en paralelo con la "zona
económica especial" colindante con las redes financieras de Hong Kong.
STRATFOR (11-X-05), CENTRO de pensamiento
texano-israelí vinculado a la plutocracia anglosajona, coincide con los
análisis de Asia Times, pero en tono pesimista concluye que las
"soluciones están muy distantes", y aduce que el gobierno opera ahora "en
forma colectiva" entre Jiang Zemin y la dupla Hu-Wen, por lo que adoptará
políticas más "nacionalistas" que incluyan a los taiwaneses, lo cual
disminuirá tensiones en el estrecho de Taiwán, pero las "inflamará con Japón,
su rival tradicional".
THE ECOMOMIST (13-X-05), portavoz de la
globalización financiera feudal, comenta que los "líderes chinos se alistan a
un cambio de su modelo mercantilista a cualquier precio (sic)"; el
"cambio estratégico" será para paliar la desigualdad y la polarización social.
El año pasado se escenificaron más de 70 mil manifestaciones que congregaron a
3 millones de contestatarios, lo cual no es usual en un país bajo control
unipartidista. El punto muerto parece ser insoluble cuando "necesita a su
sector exportador" para continuar su crecimiento espectacular (9.4 por ciento
en lo que va del año), que "absorbe la mano de obra excedente en el interior
del país y de las empresas estatales moribundas". La revista neoliberal
pregunta en forma puntillosa: "¿De dónde provendrá el dinero para las
pensiones?" Una salida radica en "desarrollar la demanda doméstica" que supla
la próxima disminución del "apetito de EU por los bienes baratos", y concluye
que "mientras la expansión de China dependa de sus exportaciones, los
políticos occidentales (sic) deberán aprender a vivir con un nuevo e
impredecible poder económico".
EL ESPECTACULAR CRECIMIENTO chino en la
globalización mercantilista ha sido monstruosamente grotesco, literalmente
teratológico, y corría el peligro de perder su alma rumbo a los avernos. No
hay que soslayar que la epidemia de influenza aviar se gestó justamente en las
pocilgas chinas donde los campesinos conviven con aves y puercos. A riesgo de
que los dirigentes sean arrasados por los oleajes del tsunami social,
de nueva cuenta, la sabia naturaleza requilibra a su manera los desequilibrios
forzados de la "mano invisible" cleptomaniaca del plutocrático neoliberalismo
global. La agenda social también ya se globalizó: desde China hasta México.