NCEHu 1355/05
Las
organizaciones empresariales se reúnen para formar máquinas de fuego antiaéreo
empleando recursos financieros que aniquilan el poder de comunicación de
ecologistas, grupos pro-derechos humanos y de cualquiera que sea crítico con el
poder"
Pensamientos impensables: una entrevista con el Premio Nobel Harold
Pinter
David
Edwards
Znet
En julio del 2001, Rebelión publicó esta entrevista que
ahora rescatamos como muestra del compromiso político de Harold Pinter,
quien a lo largo de toda su vida y sin esperar al 11-S ha denunciado los
horrores del imperialismo y las manipulaciones de los medios de
comunicación que lo sostienen. En muy pocas ocasiones la academia Sueca ha
acertado al premiar al mismo tiempo la calidad literaria y la sensibilidad
y beligerancia políticas como las dos caras inseparables de la creación
literaria. Esta ha sido sin duda una de ellas. |
¿Quiénes
son exactamente esos "Nosotros" de los que nos habla?
"Hubo una época" --Harold
Pinter confesó a la Confederación de Sicólogos Analíticos en junio, -- "en que
yo pensaba que Tony Blair haría bien en consultar a uno, o incluso a dos, de
vosotros, damas y caballeros, que estáis aquí esta noche. Me impresionó ese
brillo de combate demencial en sus ojos. Pero ahora ya no estoy tan seguro de
que esté realmente chiflado. He llegado a la conclusión de que su fervor y
fanatismo moral son una mascarada."
No hay datos acerca de
cómo reaccionó esa audiencia de terapeutas junguianos ante la descripción del
paciente potencial como "chiflado" - ¡un diagnóstico terapéuticamente
'incorrecto' como el que más! - pero en todo caso había temas más urgentes que
discutir: el tema de la conferencia de Pinter era "La acción de la OTAN en
Serbia" o más exactamente: "¿A qué se debe la acción de la OTAN en
Serbia?" Lo que sigue es la conclusión a la que llega Pinter: "La respuesta
parece ser el considerable potencial petrolífero en la región del mar Caspio."
Los lectores se darán
cuenta inmediatamente de que esto está a un millón de kilómetros de los medios
convencionales y del consenso político de que la acción de la OTAN estuvo
verdaderamente motivada por el deseo de "impedir una catástrofe humanitaria." Un
periodista del Guardian ridiculizó la idea de que el petróleo pudiera
haber sido una consideración en los motivos de la OTAN: "Qué absurdo es
referirse al petróleo en la región del mar Caspio como algo que pudiera tener
algo que ver con la operación de la OTAN. El mar Caspio está a más de mil
kilómetros de Yugoslavia." (Jonathan Freedland)
"Claro que sí," responde
Pinter, "pero para llevar el petróleo del mar Caspio a las manos del Occidente,
no pueden usar baldes. Se necesitan oleoductos y esos oleoductos tienen que ser
instalados y protegidos. Las reservas de petróleo en el mar Caspio son vastas.
Los oleoductos significan que la seguridad en los Balcanes es de una concreta
importancia económica y estratégica."
Los escépticos podrían
recordar que los medios convencionales también se burlaron de la idea de que la
Guerra del Golfo era por el petróleo. Cuando las nubes de la guerra comenzaban a
aparecer en septiembre de 1990, el Independent sugirió que tal vez
estábamos siendo testigos de un "renacimiento del idealismo estadounidense" que
podría "hacerse una vez más relevante a las mejores esperanzas de la humanidad"
ahora que la Guerra Fría había terminado. El Financial Times rechazó toda
mención del petróleo como un motivo, insistiendo que la guerra se produjo "no a
causa del orgullo desmedido o del imperialismo de EE.UU. o por el petróleo" sino
porque "la anexión de Kuwait fue un acto intolerable para un mundo que no puede
vivir en paz si la integridad de las naciones es tratada de manera tan
superficial." Los serbios, sin duda, estarían de acuerdo con este sentimiento.
También hay paralelos
inquietantes con la guerra serbia en la forma en la que los comentaristas de los
medios celebraron la Guerra del Golfo como una "victoria para la psique,"
lograda por George Bush, que fue un cabrón inflexible" (Boston Globe.) El
Times declaró que fue "Una victoria militar memorable", mientras el
Financial Times la llamó "un éxito militar extraordinario."
A sólo ocho años, la
"memorable victoria" puede ser vista claramente como lo que fue, una masacre,
mientras que la idea de que la matanza fue por alguna otra cosa que por el
petróleo, es algo entre ridículo y asqueroso.
Puede suceder que sea
Pinter, por lo tanto, quien ría el último. Le pregunté cómo recibieron los
sicólogos su versión de los acontecimientos:
HP: Bueno, fue una noche tremenda, de
verdad. Fue una velada muy interesante, porque estaba repleta, sabe -eran todos
psicoterapeutas junguianos - y presenté mi discurso, y ¡después de verdad que se
armó la gorda!
DE:
¿Cómo?
HP: Bueno, lo qué sucedió realmente era allí era
que había siquiatras masculinos bastante tradicionales - ser siquiatra no
significa que seas un radical, realmente se puede ser cualquier cosa- pero allí
era también había un cuerpo entero de los sicoterapeutas femeninos de Serbia
,que practican aquí en Inglaterra Y entre estos dos grupos hubo tremendos
choques que llegaron a ser muy apasionados, y realmente violentos.
DE:
Violentos!
HP: No es que llegaran realmente a las manos, pero
fue muy intenso.
DE: ¿No
lograron controlar satisfactoriamente su enojo?
HP: Por cierto que no, estaban realmente
expresándolo, puedo asegurárselo. Así que fue una noche de esas.
DE:
¿Cómo reaccionaron las mujeres serbias a lo que Ud. dijo?
HP: Bueno, las mujeres serbias estuvieron
muy de acuerdo conmigo. Yo estaba siendo atacado personalmente por los que
simplemente repetían como papagayos los mismos viejos clichés: 'Genocidio, hay
que hacer algo al respecto' y todo lo demás.
DE: Es
sorprendente lo bien que han podido sofocar el debate, ¿no le parece?
HP: Sí, vergonzoso.
DE:
Sabe, 'Teníamos que hacer algo, está ocurriendo un genocidio,' cuando en
realidad son 2000 las personas que han muerto entre todos los participantes, en
los doce meses anteriores a que comenzaran los bombardeos...
HP: Tiene toda la razón. Cuando dijeron "Nosotros
teníamos que hacer algo," yo dije "¿Quiénes son exactamente esos 'nosotros' de
los que hablan? Ante todo, ¿Quiénes son 'nosotros'? ¿Bajo que título actuamos
'nosotros, ´ bajo qué ley? Y también la idea de que ese 'nosotros' tenga el
derecho de actuar,' dije, 'presupone una autoridad moral, ¡de la que ese
'nosotros' no posee ni un ápice! ¡No existe!
DE: Y
también en términos de 'nosotros,' la OTAN no responde a electores de ningún
tipo, Jamie Shea (el portavoz de la OTAN) no representa a nadie.
HP: Exactamente. Todo esto fue, como creo
que en realidad todo el mundo lo sabe, totalmente ilegítimo, totalmente ilegal,
totalmente inmoral, y, de verdad, criminal. En realidad, las mujeres serbias
estuvieron realmente impresionantes, saben verdaderamente de qué están hablando.
Se burlaron de una cantidad de ideas, invenciones y mentiras
preconcebidas que los siquiatras varones estaban simplemente repitiendo, sabe,
porque las habían leído en los periódicos. Y, por cierto, las mujeres serbias
también conocían su historia, y es mucho más de lo que sabemos por acá. Así que
eso es lo que pasó. Estoy muy contento de haberlo hecho.
Pensamiento
impensable No. 1 -- ¿Prensa libre o prensa corporativa?
DE: Lo
que pensé que sería interesante - podemos hablar más del tema serbio más
adelante-- pensé que el título de esto podría ser algo como "Pensamientos
Impensables."
Me parece que hay una
cantidad de grandes pensamientos impensables que casi nunca llegan a los medios
convencionales. En cierto sentido, pienso que los medios convencionales no
pueden manejar esas ideas, de manera que las han excluido.
La primera, es la idea de
que la prensa corporativa no es una prensa libre. Como usted sabe, Edward Herman
y Noam Chomsky han propuesto un modelo de propaganda del control de los medios.
El modelo discute la existencia de cinco 'filtros' mediante los cuales el dinero
y el poder logran filtrar las noticias 'aptas 'para la publicación,' marginan el
inconformismo, y permiten que el gobierno y los intereses privados dominantes
hagan llegar su mensaje al público.
Pausa de
reflexión No. 1 - El modelo propagandístico
En su obra clásica
"Fabricando el consenso - la economía política de los medios de masas"
(Panteón, 1988), Edward Herman y Noam Chomsky presentaron su "modelo
propagandístico del control de los medios." Herman y Chomsky señalan que los
medios están compuestos de grandes corporaciones, todas en el negocio de
aumentar al máximo los beneficios, todas ligadas a la bolsa de valores. Esas
corporaciones también son de propiedad de gente rica, que generalmente está en
los consejos de administración de otras corporaciones mayores, y que tienen
incontables contactos personales y empresariales. La neutralidad de la prensa,
por ello, está seriamente comprometida, sugieren, por el simple hecho de que los
medios de masas están compuestos por corporaciones, propiedad de capitalistas
ricos, a la busca de beneficios.
El poder de la publicidad
también limita la libre información. Antes de que los anunciadores se hicieran
predominantes, el precio de un periódico tenía que cubrir los costos de
producción.
Con el crecimiento de la
publicidad, los periódicos atractivos para los anunciadores pudieron reducir el
precio por ejemplar, por debajo del costo de producción. Esto colocó a los
periódicos que atraían menos publicidad en una condición de seria desventaja. El
sistema de medios corporativos, por ello, es el que es elegido por su simpatía
hacia las empresas, mientras que se tiende a negar ingresos por publicidad a los
medios más radicales, ayudando a asegurar que sean marginados o que desaparezcan
totalmente.
Los medios de masas son
también llevados inevitablemente hacia una relación simbiótica con las más
poderosas fuentes de información, por necesidad económica y por interés mutuo.
Los medios deben tener un suministro regular, fiable de noticias, de manera que
se concentran los recursos en los sitios en los que es probable que ocurran
noticias importantes. La Casa Blanca, el Pentágono, y Downing Street No. 10, son
centros de noticias de este tipo. Los reporteros y editores que ofenden a esos
centros de poder de la comunicación, pueden perder rápidamente el acceso al
flujo vital de la información mediática - las noticias frescas. Como ha escrito
el analista de medios estadounidense, Walter Karp: "Es una amarga ironía del
periodismo basado en las fuentes... el que los periodistas más estimados, son
precisamente los más serviles. Porque ganan acceso a las 'mejores' fuentes
haciéndose útiles a los poderosos"
Los intereses poderosos
también pueden presionar a los medios para que sigan la línea de lo que Herman y
Chomsky llaman "fuego antiaéreo." El término fuego antiaéreo se refiere a las
reacciones negativas a una declaración de la prensa o a un programa, y pueden
tomar la forma de cartas, telegramas, llamadas telefónicas, demandas, juicios
legales y discursos. Una forma de fuego antiaéreo es la amenaza de retirar
ingresos por publicidad; esta sola amenaza a menudo basta para persuadir a los
editores para que reconsideren su enfoque. Las organizaciones empresariales se
reúnen regularmente para formar "máquinas de fuego antiaéreo" empleando amplios
recursos financieros que aniquilan el poder de comunicación de los ecologistas,
de los grupos pro derechos humanos, y de cualquiera que pueda tratar de impulsar
una línea menos amistosa hacia el poder en los medios.
DE: Me
parece que la idea que tenemos de una prensa libre es, en realidad, una ilusión
-esto se aplica en general a los medios de masas-- lo que tenemos es una prensa
corporativa, un medio de masas corporativo, que no es lo mismo.
HP: Sabe, hay una gran historia en el libro de
Nick Cohen "Cruel Bretaña" sobre Monsanto y el tema de la manipulación genética
(MG.) Dos reporteros de una compañía de televisión en EE.UU. descubrieron lo que
ocurre realmente con los alimentos manipulados genéticamente, y dijeron "Tenemos
que continuar con esto y tenemos que hacer un programa al respecto," y los
empujaron suavemente a un lado - no fue un '¡no!' directo, fue solamente "No, no
lo creo, no hay pruebas," etc., y sólo se les empujó fuera de todo el asunto
hasta que se irritaron mucho, mucho, y dijeron "Tenemos que hacerlo, es
responsabilidad de la compañía que se haga." Y el jefe terminó por decir:
"Escuchen, ¡las noticias son las que nosotros decimos que son noticias! ¡Y
basta! ¡Y, para nosotros, éstas no son noticias, OK! ¡Y los despidieron! Así,
¡las noticias son las que nosotros decimos que son noticias!, es definitivo
-tratan de no decir algo así-- pero si los empujan demasiado, es la última
consecuencia.
DE: ¿Le
ha pasado algo parecido en su propia experiencia? Parte de su material es
verdaderamente ofensivo según los estándares convencionales, pero logra pasar –
no es muy común que este tipo de material logre pasar, ¿no es cierto?
HP: Así es, así es. En realidad nunca he sido
censurado al respecto, aparte de mi poema 'Fútbol Estadounidense,' que considero
como un acto de censura en su época -durante la Guerra del Golfo-- sin duda
alguna.
Fuera de eso, no me
ha ocurrido. La manera en la que me manejan es distinta. Le daré dos ejemplos.
Una fue cuando escribí esa "Carta Abierta al Primer Ministro," el Sr. Blair.
Como usted sabe el Guardian la publicó, pero cuando tomé el Guardian
al día siguiente y abrí el periódico, ¡lo que leí fue 'Escritor Indignado"
en vez de 'Carta Abierta al Primer Ministro'!
DE: ¿Qué
lo llevó a darle importancia a ese título?
HP: Bien, se lo diré con exactitud. Significaba
'Algún escritor idiota está indignado. Este tipo está siempre indignado. No es
como su lechero local o el conductor del autobús: es un escritor - esos
escritores-- usted no puede tenerles ni un poco de confianza, está siempre
indignado.' Así que llamé al tipo, se llama David Leigh, el redactor de esa
página, y le dije '¿Por qué lo tituló 'Escritor Indignado'? Y dijo, 'Bueno, ¿no
está indignado?' Le dije, sabe, 'Ése no es el asunto,' le dije... porque el tono
del artículo era de considerable ironía y burla, por mi parte -no había
indignación, deje afuera la indignación. Mi indignación y desprecio están
implícitos en el artículo, pero yo estaba, en realidad, tomando el asunto bien a
la ligera, todo el tono de voz era bien ligero e irónico. Así que llamarlo
'Escritor Indignado' significa que no es necesario leerlo.
Y le daré otro ejemplo
que creo que es realmente importante en este contexto. Hace un par de años, el
Observer - al que he renunciado, a propósito, después de treinta y cinco,
cuarenta años, ¡al diablo! Volveré a eso - hace un par de años, el Observer
colocó en su primera página una noticia sobre un desertor kurdo del PKK
sobre el que decían que había revelado que el PKK iba a envenenar a todo el
mundo, tenían todo el veneno necesario. ¡Esas sí son noticias para primera
plana! Así que escribí una carta diciendo '¿Quién es este tipo? ¿Cuál es su
evidencia? ¿De qué están hablando? ¿Conocen ustedes los hechos reales sobre la
situación turco--kurda? Explíquense.' Y mi carta fue publicada. ¿Pero sabe cómo
la llamaron? Le pusieron un pequeño título: 'Un dramaturgo despotrica.' Ya ve,
así que es sistemático.
DE: ¿Vio
usted algo de Jay Rayner hace un par de meses... ?
HP: Por eso fue. Por eso renuncié finalmente al
Observer. Renuncié después de eso.
DE: Yo
lo leí, me sorprendió. Fue muy por el estilo de, sabe 'se necesita gente como
Harold Pinter porque él siempre se escandaliza por algo y es algo bastante
divertido, pero... '
HP: Decía que todo lo que hago es gritar
de esa manera: 'Él grita por todo,' sabe. Es otra manera de denigrar a alguien
que insiste en mantener una posición política seria. Una de las cosas que estaba
incluidas en mi "griterío" fue mi programa de televisión sobre la OTAN. La
implicación era que cualquier ataque contra los bombardeos de la OTAN tiene que
ser irracional.
Pausa de
reflexión No. 2 - Ridiculizando el inconformismo.
Después de la entrevista,
saqué el artículo de Jay Rayner del Observer, del 16 de mayo de 1999. El
título era "Pinter del descontento" y los subtítulos debajo decían: "Odiaba a
Pinochet; detestaba a Thatcher; no le gusta EE.UU.; deplora a la OTAN; se
disgusta cuando sus obras de teatro no son mostradas en el West End. Este Harold
- siempre está quejándose de algo."
Rayner se refiere a las
obsesivas "quejas" de Pinter unas treinta veces, utilizando lenguaje como:
"furioso," "sonido y furia," "mascullar," "escandalizado," "atacando,"
"hostilidad," "riñendo," "siempre dispuesto a comenzar una pelea," "gritando,"
"abucheando," "furia," (otra vez), "enfurecido" (una vez más.)
Como se mencionara en la
entrevista, este énfasis en el enojo se utiliza sistemáticamente para
desprestigiar los argumentos políticos de Pinter. Está en buena compañía, sin
embargo, porque el mismo tipo de ataques se dirigen contra todas las voces
radicales disidentes que llegan a los medios convencionales. Noam Chomsky, por
ejemplo, ha recibido un tratamiento bastante parecido, cuando el Times de
Murdoch lo describe como "El intelectual más adusto y sin sentido del humor de
EE.UU." (Citado en el Guardian, 7.12.96)
Lo que es interesante, es
que Chomsky ha discutido la lógica detrás del tipo de crítica dirigida contra
Pinter: "De alguna manera ellos [los periodistas de la prensa convencional]
tienen que librarse del asunto [los argumentos de los disidentes.] Uno no puede
enfrentar los argumentos, claro, porque en primer lugar tendría que saber algo,
tampoco podría responder a los argumentos, porque son correctos. Por ello, lo
que tiene que hacer es lograr desecharlos de alguna manera. Así que esa es una
técnica, 'es sólo emocional, es irresponsable, es enfado.'" (Crónicas del
disenso, p. 79.)
El científico
climatólogo, Ben Santer del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, fue atacado
por el grupo de presión del carbón y el petróleo, cuando el Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC en inglés), del cual formaba
parte, confirmó en mayo de 1996, que el resultado de la evidencia sugería que
sin duda había una influencia humana discernible en el recalentamiento global.
Entre otras cosas, se acusó a Santer de "limpieza científica." Compárese el
relato de Santer de los ataques en su contra con la explicación arriba citada de
Chomsky: "Lo que era inquietante en las críticas era que se concentraban en la
integridad de científicos individuales - no se concentraban para nada en la
ciencia. Todo lo que decían era claramente falso, y uno denunciaría ese
hecho y así y todo continuarían diciéndolo. Es un descubrimiento difícil,
pienso, para un científico: que exista gente en el mundo que no es accesible a
la razón, que no está verdaderamente interesada en comprender mejor a la
ciencia." (Ben Santer, Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, "Siete días que
estremecieron al mundo, BBC2. 30.8.99.)
La crítica personal de
este tipo, por lo tanto, es el método preferido para atacar un argumento sin
discutirlo realmente: "Supongo que tienes que tener a John Pilger. Con su
bronceado, su corte de pelo a la Byron, su penosa, sacerdotal, expresión oral y
su evidente amor por sí mismo, la principal reacción es cambiar de inmediato a
BBC1... " (Charles Jennings, criticando "La conspiración de Timor" de Pilger,
Observer, 24.1.99)
En otro lugar, Roy
Hattersley ha criticado a Pilger por ser incapaz de "tener razón sin ser justo"
Al considerar la
respuesta de Hattersley, tenemos que recordar el tema de muchos de los escritos
de Pilger. Pilger, como Pinter, no se parece en nada a la mayor parte de los
comentaristas políticos; a menudo Pilger llama nuestra atención sobre el hecho
de que nuestros gobiernos, nuestras corporaciones, nuestros fabricantes de
armamentos, están beneficiándose de la muerte y del sufrimiento de cientos de
miles de hombres, mujeres y niños inocentes en el Tercer Mundo. Imaginen,
entonces, que alguien irrumpiera en su sala de estar gritando que la escuela
está en llamas, que los niños están siendo quemados vivos. ¿Qué pensaríamos de
alguien que criticara la expresión oral del mensaje, tal vez debiéramos
exclamar: "Es costumbre tocar a la puerta, ¿sabe?" Presumiblemente, nuestra
reacción sería preguntarnos qué clase de persona podría llegar a pensar algo así
cuando los niños realmente se están quemando vivos, cuando este individuo nos
está implorando que hagamos algo al respecto.
En otra parte, Hugo Young
ha criticado a Chomsky por estar "enraizado en el pasado." El énfasis en el
pasado es otro tema recurrente: 'Eso no es nada nuevo,' 'Ya hemos oído todo eso
antes,' 'no me venga de nuevo con ese viejo argumento,' cuando en realidad los
argumentos disidentes casi nunca tienen acceso a los medios convencionales. El
escritor Milan Rai ha informado que el modelo propagandístico de Herman y
Chomsky ha sido reseñado (y desechado) una sola vez en los medios convencionales
de EE.UU. desde su publicación en 1988.
DE:
Desde luego también usan 'Perdonen, pero ese tipo es un dramaturgo, ¿qué diablos
está haciendo comentando sobre política?'
HP: Sí.
DE: Lo
que es interesante al respecto, es que Chomsky, de nuevo, se encontró
exactamente lo mismo. Durante mucho tiempo dijeron 'Perdone, pero usted es un
profesor de lingüística, ¿qué autoridad tiene para hablar de política?' Y él
dijo 'Bien, soy un ser humano--' Y éste, podría decirse, es el crítico más
importante del mundo de la política interior, la política exterior, etc., de
EE.UU. Es como si hubiera una especie de profesión de 'crítico social,' y que
sólo después de pasar algo como un examen, uno llegara a calificarse de crítico
social. Es muy extraño. También ocurre, ¿no es cierto? que digan: '¿Qué hace ese
cómico indignado hablando de los bombardeos de Serbia?
HP: Tiene razón, pero la moneda tiene un reverso.
¿Conoce el programa de televisión "Counterblast" [Respuesta enérgica] que
hice [BBC2, 5.5.99]? Fue el único programa en toda la televisión británica,
durante todo el período, que se declaró contra la guerra, que analizó la
situación y el problema en forma crítica. La BBC lo hizo, no tenían alternativa
-la jerarquía tuvo que dejar que sucediera, no hubo interferencia-- pero pasaron
tres cosas que consideré muy importantes. La primera fue que no hicieron ningún
tipo de publicidad para el programa --¡Nada!-- uno no podía saber que lo
mostraban sino fuera por accidente...
DE: ¿Y
no podía ser más actual, no es cierto? Quiero decir que fue justo cuando estaban
bombardeando...
HP: No, no, fue justo cuando estaba ocurriendo.
Segundo - no es la BBC, pero volviendo a la prensa - lo ignoró por completo.
DE: Así
es, no fue reseñado en el Guardian, por cierto. ¿Recibió una mención en
alguna parte?
HP: No, el único que hizo una reseña fue Timothy
Garton-Ash en el Independent ('Vívido, sombrío, fuerte y magnífico -pero
equivocado,' 6.5.99), y escribió un artículo que al fin de cuentas fue un
ataque, pero por lo menos fue una reacción.
DE:
¿Dijo que usted estaba indignado?
HP: No, no, estuvo bien... Pero fuera de eso no
hubo nada. Lo que sí pasó, el reverso de la moneda que mencioné, fue que
recibí más cartas de la gente en este país por ese programa, que las que había
recibido en toda mi vida sobre cualquier tema.
DE:
¿Cuántas?
HP: Bueno, entre 350 y 400 cartas. Hubo, diría,
unas diez que me llamaron un verdadero, sabe, cabrón, y el resto, el
resto, fueron cartas verdaderamente muy conmovedoras, porque demostraban
la profundidad de la vergüenza de la gente en este país -no puedo
decirle-- y el enojo, y la impotencia, y la frustración.
Una proporción extraordinaria de ellos simplemente renunciaron del Partido
Laborista. Así que eso me impresionó mucho, y me dijo que por debajo de lo que
estamos diciendo de cómo los medios son controlados, etc., hay gente
viviendo en este país, sabe, que verdaderamente repudiaron lo que estaba
sucediendo.
DE: Y,
desde luego, los medios siempre dan la impresión de que la gente es totalmente
indiferente a todo lo que sucede y que no les importa en absoluto lo que se
haga...
HP: Eso en realidad son pendejadas.
DE: Son
pendejadas. Sentí una increíble sensación de... Siempre me quedé sentado ahí,
noche tras noche, no podía creer lo que estaba ocurriendo, simplemente arrasando
ese país, noche tras noche -centrales eléctricas, puentes, estaciones de
televisión, hospitales-- fue tan letal y uno se sentía tan impotente.
HP: Me alegro de que pueda hablar y de que lo
haga.
DE:
Pienso que es increíblemente importante que, por lo menos, se escuche a una o
dos personas, porque crea una especie de sentimiento de esperanza. El simple
hecho de que su programa existiera, o su carta, o la de Pilger, porque ayuda a
la gente a pensar 'Dios mío, no estoy solo pensándolo, no estoy solo.'
HP: Es exactamente el tema. Ese fue el espíritu de
las cartas que recibí. El sentido de estar totalmente solo, sabe.
Pensamiento
Impensable No.2 - Dictaduras lucrativas
DE: El
segundo pensamiento impensable que quisiera discutir con usted es el siguiente:
¿No es que el Occidente no sólo no promueve la democracia en el mundo,
sino que, en realidad, depende en extremo de dictadores para proteger "los
buenos climas para las inversiones" contra los nacionalistas locales, para
servir a las corporaciones occidentales? ¿Está de acuerdo con mi opinión?
HP: Sí. Pienso que, mmm, ése ha sido
siempre el caso. El término dictador, supongo, tiene que ser visto ahora de una
manera ligeramente diferente. Hay muy pocos dictadores obvios, como tales, en la
actualidad, sabe, en estos días. Pero ha sucedido algo distinto. Estoy muy, muy
interesado, por ejemplo, en el caso de Haití, que se me viene de inmediato a la
mente, como un caso típico.
Haití es un sitio que
interesa un pepino a la mayoría de la gente, sabe. Pero la realidad es que el
caso de Haití representa uno de los ejemplos más terribles de manipulación y
abuso del poder de EE.UU. que el mundo haya visto. No hay mucha gente que sepa
que EE.UU. --el capitalismo a la manera de EE.UU.-apoyó a los más atroces
dictadores de Haití, los Duvaliers, durante años, y años, y años. Y finalmente
cuando, para decirlo en pocas palabras, el pueblo haitiano estuvo tan exhausto y
harto de todo el maldito asunto, EE.UU. dijo 'Demasiada gente ha sido torturada
y asesinada, mejor retiramos nuestro apoyo, un poquito, y veamos lo que
sucede.' Y así tuvieron realmente elecciones democráticas y Aristide fue elegido
-un 67 por ciento votó por él-- y EE.UU. dijo, '¡Qué! ¡Ésta es una elección
verdaderamente democrática! ¡El hombre fue elegido democráticamente de verdad!
¡Esperen un momento!...
DE: ¡No
se supone que funcione de esa manera!
HP: Así que esperaron, si usted se acuerda, y en
1991, --llevaba ocho meses en el poder-- y estaba preocupado por hacer
algo verdaderamente por el país y por la gente que vive en el país, sabe, y
no someterse a la estrategia neoliberal y a toda la maldita manipulación total,
financiera y económica. Así que, por cierto, qué sucede: un golpe militar, y
¡Bang! Fuera. Aristide escapa a EE.UU.: pretendieron darle asilo, pero en
realidad el golpe lo causaron ellos mismos; ¡La CIA asociada con los militares
lo hicieron! Así que se lo llevan para allá y tratan de implantarle la idea de
su verdadera responsabilidad hacia ellos, o sea hacia el
capitalismo. Mientras tanto los militares asesinan por lo menos 3000
personas, los tres años más brutales, y EE.UU. dice 'Ahora vamos a hacernos los
buenos.' Así que invaden Haití bajo los auspicios de la ONU y establecen lo que
es en apariencia un estado democrático -¡esto es 'salvando el mundo para la
democracia'! Lo que están diciendo en verdad, es que la única manera de sacar
adelante ese país es una estrategia neoliberal en la que el mercado controla
todo... etc., etc.
Y ahora el nivel de
pobreza en Haití es peor que lo jamás ha sido, absolutamente atroz, el país está
prácticamente devastado.
Ahora vuelvo al término
dictador: no existe en la actualidad un dictador con una posición parecida como
el que había en Haití, pero existe una elite, y esa elite es
extremadamente rica, la mayoría de sus miembros son empresarios, y ahí está la
cosa: la nueva dictadura me parece que es una dictadura empresarial.
DE:
¿Forma parte de la idea de que no es bueno para el turismo, ni para las
inversiones, que parezca que hay una dictadura? Digamos en Argentina o
Chile: Pinochet se mantiene al margen, pero en realidad sigue en el poder, o por
lo menos el ejército sigue.
HP: El ejército está ahí, precisamente. Los
tanques están a la vuelta de la esquina.
DE: Me
parece que hay algunos trucos psicológicos muy básicos que nos están
presentando. Un truco es, 'Tenemos que hacer algo, hay un genocidio', de manera
que cualquier persona cuerda está ahí sentada, pensando 'Bueno, desde luego no
podemos marginarnos, es como el holocausto, tenemos que hacer algo.' Y
entonces Tony Blair dice, en respuesta a la acusación de hipocresía -lo dijo en
Question Time de la BBC-- 'Lo siento, pero simplemente porque no
podamos ayudar a todo el mundo, no significa que no debiéramos ayudar a la gente
a la que podemos ayudar.' Pero, desde luego, si uno mira a Irak, donde 800.000
niños han muerto como resultado de las sanciones occidentales, a Cuba donde los
niños con cáncer no consiguen medicinas contra náuseas y vomitan 28 veces al
día, cuando Blair dice que no podemos ayudar a esa gente, hay que considerar que
lo que quiere decir en verdad es 'No podemos levantar nuestras botas de sus
cuellos', porque eso sería lo que significaría en realidad el ayudarles, ¿no es
cierto?
HP: Pienso que está muy bien formulado. Estoy
totalmente de acuerdo.
DE: Pero
ha podido salirse con la suya con su truquito, ¿no es cierto? : 'Uno podría
llamarlo hipocresía, pero también se podría argumentar que 'estamos haciendo lo
que podemos', lo que es una deformación total de la realidad.
HP: Realmente es repugnante. De verdad que se hace
muy difícil encontrar palabras suficientemente fuertes...
DE: ¿No
piensa que la distancia entre la realidad y la representación de la realidad, se
hace tan inmensa que uno casi no puede franquearla sin parecer absurdo? Es un
verdadero problema, ¿no le parece?
HP: Sé lo que quiere decir, sí. Siempre he
dicho finalmente una cosa: 'Mis escritos políticos tienen que ver en su
totalidad con hechos. No invento absolutamente nada.'
DE:
Citando a menudo de documentos estatales.
HP: Por cierto. Hay muchísimo que ha sido
publicado en Internet recientemente. Una cosa que tiene EE.UU. es esa Ley de
Libertad de la Información -no es realmente muy buena, porque borran casi todo,
pero no pueden borrar todo - hay que conceder que: la tienen, está ahí,
así que hay que utilizarla, mientras que aquí, como sabe, todo el asunto es una
farsa, es una vergüenza. Pero por lo menos tenemos algo a disposición, y hace un
tiempo conseguí documentos estatales sobre la CIA, sobre la participación del
gobierno de EE.UU. en el golpe militar en Chile. ¡Está todo ahí!
Así que ¿qué están
haciendo los demás escritores?
DE: ¡No
hay nada más! Eso es lo que me sorprende. Poco antes de su ejecución a menos del
régimen nigeriano, Ken Saro-Wiva dijo: "En este país (Gran Bretaña) los
escritores escriben para entretener, presentan problemas sobre la existencia
individual -usted sabe, la angustia del individuo-- pero para un escritor
nigeriano en mi posición, uno no puede ponerse a hacer eso... Uno no puede hacer
arte por el arte. Este arte tiene que hacer algo por cambiar las vidas de una
comunidad, de una nación. Y por ese motivo, la literatura tiene un propósito
completamente diferente en ese tipo de sociedad, completamente diferente que
aquí." (Ken Saro-Wiva, The Independent, 14.11.95.) Lo que hace
preguntarnos: ¿qué están haciendo los demás escritores? Ahí está usted, hay un
Pilger, hay Mark Curtis, Paul Foot, digamos, tal vez hay también Greg Palast,
sabe, Nick Cohen. ¿Cómo explica usted el hecho de que haya tan poca gente
dispuesta a decir realmente estas cosas? Verdades obvias -no hay que inventar
nada-- uno simplemente toma los documentos estatales, toma los hechos, la lógica
es muy simple, muy obvia, y sin embargo, nadie lo dice. ¿Cómo es posible?
HP: Bueno, usted sabe...
DE: ¿O
conoce usted mucha gente que lo sabe pero que no quiere hablar al respecto?
Usted debe encontrarse todo el tiempo con otros dramaturgos, novelistas,
escritores...
HP: No lo hago.
DE: ¿No
lo hace?
HP: No, no me reúno con ellos. Bueno, uno o dos.
DE: Hay
un malentendido entonces.
HP: Sí. Bueno, hace un tiempo, la gente en una
escuela de verano, en Cambridge, gente de todo el mundo, de todas partes de
verdad, me ha preguntado varias preguntas muy interesantes. Una de las preguntas
era: ¿"Qué hacen los otros escritores en este país respecto a los bombardeos de
la OTAN? ¿Los otros dramaturgos, los otros novelistas, etc.?', sabe. En primer
lugar dije, 'No sé.'
DE:
Usted no sabe.
HP: Bueno, eso es lo que dije primero. Y después
lo pensé y dije dos cosas. Una es que los jóvenes escritores -hay muchos
dramaturgos jóvenes, con inquietudes, en estos días, sabe - pero parece que
guardan silencio sobre todo el tema de 'Lo que ocurre.' Se puede decir
que comparten un cinismo básico sobre el mundo...
DE: Que
no se puede hacer nada.
HP: Sí, así que les importa un pepino. 'Es el
mundo,' 'Así es el mundo: hagan lo que les dé la maldita gana con el mundo,
hemos perdido interés.' Puede ser el caso, estoy ofreciendo posibles...
DE:
¿Puedo volver a lo que, usted sabe, lo que estaba diciendo sobre el que los
medios convencionales verdaderamente hacen lo posible por dar la impresión de
que no hay ninguna esperanza, que no puede haber un cambio? Es un arma
sicológica muy poderosa para impedir que la gente se involucre, ¿no es así?
HP: Exactamente... Hay otra cosa que tengo que
mencionar: hay un montón de gente inteligente, que no puede dejar de ver lo que
está sucediendo en este maldito mundo, como, por ejemplo, ser parte del sistema.
DE: ¿Por
las recompensas?
HP: Y por el estatus, supongo. Y por el hecho de
que son amados, abrazados.
DE:
¿Amados?
HP: Bueno, abrazados.
DE:
¿Piensa usted que es... normalmente yo diría, un asunto cínico como dinero y
poder y prestigio? ¿Está diciendo que es porque necesitan algo como pertenecer a
alguna parte?
HP: Pienso que es posible. Como digo, ésta no es
una investigación científica, estas son sólo proposiciones.
DE: Así
que, ¿qué sucede cuando usted hace lo que hace? ¿Se convierte en un extraño
total?
HP: Bueno, estoy en una posición extraña porque en
un sentido soy indudablemente un extraño en la sociedad, simplemente porque
utilizo mi inteligencia crítica...
DE: Lo
que no hace mucha gente.
HP: Pero al mismo tiempo, tengo que enfrentarme al
hecho -no es algo malo- de que soy una parte importante del mundo en el que
vivo, porque he sido parte de él durante mucho tiempo y he realizado un tremendo
montón de trabajo, y mi trabajo se escenifica, y se interpreta, y yo soy parte
de todo eso. De manera que pienso que también soy aceptado generalmente como un
tipo idiosincrásico, sabe, que sin embargo es parte del teatro contemporáneo
-mis obras han sido representadas durante los últimos 45 años, o lo que sea.
DE: Así
que eso le da un sentido de pertenencia. ¿Pero se siente políticamente
solitario?
HP: Sí, he pasado por algunos pasajes muy, muy
solitarios. Hay varios sitios, otros países, donde me siento mucho más en mi
casa: Italia, Grecia, y España. Quiero decir, un 95% de los griegos estuvieron
contra los bombardeos, ¡95%! Lo mismo en Italia, odiaron toda la maldita
porquería. Pero incluso ahí el gobierno tuvo que adaptarse. Ese es el verdadero
horror del poder de EE.UU.
DE: Así
que lo que usted dice -y no es científico-- es que lo que impide que la gente
diga esto, no son simplemente cosas elementales como que quieren dinero y
estatus, es el dolor psicológico que hay que sufrir cuando uno se
convierte en un extraño al afrontar lo que no debe ser afrontado, si el sistema
ha de funcionar sin problemas. Si uno dice cosas como 'No tenemos una prensa
libre,' si uno dice 'Tenemos que apoyar dictadores para proteger nuestros
beneficios,' te conviertes en un extraño al funcionamiento sin complicaciones
del sistema y, psicológicamente, es muy doloroso ser un extraño.
HP: Sí, Pienso que es cuestión de asegurarse su
sitio inseguro y precario en el mundo: lo mejor es no hacer demasiadas
preguntas. Usted recordará que Mohammed Ali fue reclutado por el ejército y que
hizo su famosa declaración. (Simula un acento estadounidense): "¡Yo no tengo
nada en contra de esos del Vietcong!" ¡Eso es lo que dijo y le trajo tantos
problemas!...¡Jesús!------ ¡Todo lo que trataron de hacerle! Es un tipo
extraordinario. Así que pienso que en el caso de alguna gente hay un temor
terrible a ser impopulares, pero de alguna manera siempre he sido vagamente
impopular, así que ya estoy acostumbrado.
Pinter, Harold, galardonado
con el Premio Nobel de Literatura 2005, nació en Londres y en 1948 estudió
durante poco tiempo en la Royal Academic of Dramatic Art de Londres. En los diez
años siguientes fue actor en varias compañías de repertorio en gira por las
islas Británicas.. Destacan sus obras teatrales La fiesta de cumpleaños (1958),
El portero (1960), El amante (1963), El retorno al hogar (estrenada en 1965),
Viejos tiempos (1971), No Man's Land (Tierra de nadie, 1975) y Betrayal (1979).
También escribió muchas obras cortas para televisión, radio y teatro. Entre sus
guiones cinematográficos se encuentran El sirviente (1963), Accidente (1967), El
mensajero (1971), de Joseph Losey, El último magnate (1976), de Elia Kazan, y La
mujer del teniente francés (1981), de Karel Reisz. Pinter también dirigió en
Londres (1967) y Nueva York (1968) las obras de teatro El hombre de la cabina de
cristal y Butley (1971). Sus Poemas y prosa: 1949--1977 se publicaron en
1978.
Traductor: Germán Leyens
Revisado por: Deborah Gil
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