Estudiantes de las tres universidades públicas madrileñas
( UCM, UAM, y U. Carlos III)
queremos hacer público este manifiesto en un momento crucial para el futuro de
la Universidad entendida como espacio y servicio público, pues ahora se empieza
a implementar de forma piloto en muchas facultades el EEES ( Espacio Europeo de
Educación Superior). Ante la falta de información y discusión pública sobre lo
que esta reforma supone, queremos abrir un espacio que permita el debate y la
coordinación de iniciativas para ser partícipes y protagonistas de los cambios
que se operen sobre la Universidad.
Mucho se habla del llamado “Proceso de Bologna”. Mucho se
habla pero muy poco se dice. En realidad estamos ante una vuelta de tuerca más
de la ofensiva que desde hace años ha desencadenado el neoliberalismo contra los
servicios públicos. La educación es uno de los más importantes campos de
batalla: de un lado quienes la entendemos como un derecho conquistado por las
luchas de quienes nos precedieron, del otro quienes pretenden subordinarla a la
lógica del mercado, del beneficio privado en lugar del beneficio
social.
La educación se enfrenta a múltiples amenazas que
pretenden reducirla a la condición de mercancía; ya sea a escala mundial a
través del Acuerdo General del Comercio de Servicios (AGCS) promovido por la OMC
como a nivel europeo con el establecimiento del Tratado europeo por el que se
establece una constitución para Europa, la directiva Bolkenstein o el
desarrollo del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Éstas
posteriormente se traducen en las reformas educativas con las que cada uno de
los Estados están impulsando un proceso de privatización directa o indirecta de
los servicios públicos, que intenta poner fin al derecho a una educación pública
y universal para tod@s, convirtiendo en mercancía, en objeto de compra y venta,
válido sólo en tanto reporta beneficios a sus inversores, esto es, a los grandes
capitales. Lo que es propiedad privada es de quien tiene el suficiente dinero
como para arrebatárselo al común y apropiárselo para su beneficio privado.
Ante el denominado ‘proceso de Bolonia’ iniciado en 1998
que establece los principios rectores del EEES con el ‘objetivo de incrementar
la competitividad del sistema Europeo de educación superior’, planteamos las
siguientes cuestiones críticas:
- El proceso de elaboración e implementación en cada
Estado no ha contado con la participación efectiva de la ‘comunidad
universitaria’ ni del resto de la sociedad, pero sí
con las directrices de la OMC y la Comisión Europea que mediante el sistema de
negociación colectiva han negociado con los diferentes estados sus contenidos y
su implementación, siempre con la inestimable ayuda de los lobys
empresariales.
- La intención que subyace en estas iniciativas es
subordinar los contenidos, estructuras, métodos y fines de la universidad a la
necesidades del mercado, primando la lógica del máximo beneficio sobre la
función social del conocimiento.
- Establece un modelo basado en la implantación de los
ECTS (del inglés European Credit Transfer System) que equipara la jornada del
estudiante a la jornada laboral de 40 horas. Este modelo consagra el alumno a
tiempo completo, obviando que con el actual sistema de becas son muchos
los y las alumnas que necesitan trabajar. Lo que
excluye de la universidad a los estudiantes-trabajadores, produciendo una
elitización evidente que priva a miles de personas de un derecho
fundamental.
- Implanta una estructura de los
estudios dividida en grado y posgrado, que fomenta una inserción inmediata a un
mercado laboral precarizado en el caso de los grados y una elitización del
acceso al posgrado. A la vez que la resatructuración de los grados encubre la
eliminación de parcelas de conocimientos y de las carreras menos rentables ( en
el Estado Español se tiene que pasar de 140 titulaciones a 75)
- Introduce criterios de rentabilidad a la hora de
elaborar el catálogo y la distribución de las
titulaciones. Este proceso supone una homogeneización de contenidos y la
eliminación de aquellos no considerados rentables en términos de mercado, así
como una amenaza para las identidades y lenguas minorizadas, que pasan a ser
concebidas como un coste económico para las universidades según la lógica de
mercado.
- Los estudiantes pasan de ser usuarios de un servicio
publico a clientes de una empresa, la universidad, que desde este mismo momento
se debera regir segun las leyes de la competencia, la oferta y la
demanda.
- Si bien como estudiantes europeos no podemos ver mal las
declaraciones en pos de programas que favorezcan la movilidad, nos parece que
éstos son totalmente ajenos a la mayoría del estudiantado en la medida en la que
se aprueban sin incrementos de presupuesto: más allá de las afirmaciones
europeístas, la movilidad sigue siendo una práctica restringida a quienes puedan
pagárselo, no un elemento consustancial a la enseñanza universitaria.
- El discurso sobre la “homogeneización de títulos”
encubre la introducción de criterios de competitividad entre las universidades.
La Agencia de Calidad Europea será el organismo encargado de establecer un
ranking de universidades europeas, dividiéndolas entre centros de primer y
segundo grado, fundamentalmente en función de sus medios. No es nada nuevo: será
el poder adquisitivo el que determine la calidad del centro que estudiemos, y el
que influya en la calidad de la salida laboral que encontremos después.
Llamamos a las universidades y
grupos de estudiantes europeos a movilizarse contra estos ataques neoliberales y
proponemos las siguientes fechas:
28, 29 y 30 de Octubre el Foro Social Ibérico por la
Educación (Córdoba)
Y especialmente el próximo 17 de Noviembre del
2005, Día Internacional del Estudiante, a
manifestarse contra la privatización de la educación, en una jornada de Huelga Europea contra la
mercantilización de la Universidad.
Convocamos en torno a éstas cuestiones una
asamblea abierta a tod@s l@s estudiantes y organizaciones
estudiantiles el próximo LUNES 10 DE OCTUBRE a las
17.30h en el HALL de FILOSOFÍA (edificio A, frente a DERECHO) de la
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID (Metro Ciudad
Universitaria).
Defender la educación pública es el derecho a la
educación. Defender lo de tod@s. No somos clientes, somos productor@s de
conocimiento. Contra los ataques neoliberales, por la enseñanza
pública.