La Región del Litoral como espacio turístico
en el Plan Federal Bicentenario Estratégico
de Turismo Sustentable.
Bases para su
construcción, consistencia y pertinencia.

Cammarata, Emilce Beatriz

Niding,
Marina
Docentes e
Investigadoras FHCS
Universidad Nacional de
Misiones
cammarata@arnet.com.ar;
manidi@correo.unam.edu.ar
La presente ponencia explora cuestiones vinculadas con la
planificación turística, las tendencias generales de planificación y gestión
pública en proceso, remarcando el contexto territorial de las últimas décadas en
la evolución del turismo, no ajena a otros sectores de la economía en las que se
ponen en marcha posiciones sistémicas, capitalistas y se profundiza el creciente
desplazamiento del Estado y la incorporación de grandes agentes económicos de
origen nacional y transnacional.
La actual gestión de gobierno ha retomado el concepto de
“desarrollo con equidad en la distribución de la riqueza”, propulsa el
crecimiento de la economía nacional basada en el aumento de la producción, el
consumo interno y el estímulo a las exportaciones. En esta doble vía pragmática
e ideal ¿El turismo ocupa un rol protagónico por la jerarquía y diversidad de su
oferta, capaz de generar un ingreso de divisas y constituirse en creador de
empleo?
La Secretaría de Turismo de la Nación, tiene en curso de
elaboración un Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable, el PLAN
BICENTENARIO (Nombre de fantasía del PFETS y denominación que alude a la
conmemoración de los 200 años de la Revolución de Mayo, que se celebrarían en el
año 2010 del siglo en curso). El
objeto del proyecto es producir una herramienta de gestión que permita a la
Organización cumplir acabadamente su misión institucional consistente en la
concertación e implementación de políticas nacionales tendientes al desarrollo
turístico sustentable, la competitividad y la distribución equitativa de los
beneficios generados por el sector.
El marco teórico que sustenta el trabajo connota la
concepción de una zonificación de un espacio-tiempo relacionado con las
prácticas sociales, y las propuestas de la nueva ortodoxia o heterodoxia de la
economía regional, en relación con el a) mapa jurídico e institucional del
Estado y los procesos de regionalización e integración regional, en relación con
la planificación turística; b) las formas de planificar según contexto
socioeconómicos del país-mundo; c) los escenarios territoriales implicados en
los procesos de regionalización y formas de ordenar el espacio turístico en la
flamante Región Litoral; d) la consistencia y pertinencia de ideas en relación
con la realidad socioeconómica de la región: áreas, lugares, corredores de las
provincias del Litoral, e) las condiciones de viabilidad para la aplicación de
las políticas públicas de apoyo a la oferta de servicios turísticos, interacción
de los actores, comportamiento y calidad de la red empresarial turística para el
desarrollo del territorio en cuestión.
En el marco de la globalización y consolidación del
capitalismo que se impone a escala mundial en los últimos cuarenta años
-sustentado por la presencia de un sistema técnico, científico e informacional,
con la unicidad temporal-convergente de momentos, a escala planetaria, y con la
apropiación mundial de la plusvalía- la misión institucional del Plan
Bicentenario resulta cuanto menos ingenua o demasiado ideal. El “modelo” de los
’90 como subproducto de la crisis internacional se despliega en el escenario del
país a través de la modernización y la fragmentación social y económica del
territorio argentino. Al consolidarse la especialización flexible las nuevas
políticas del capital recaen sobre los trabajadores y el proceso de
flexibilización en el campo laboral, reducir “rigideces” en la legislación
social e intervenir en los salarios de manera directa o indirecta; nuevas
políticas y adecuadas tecnologías, conllevan al progreso y desarrollo de los
actores sociales y territoriales excluidos. Actualmente, ¿la Argentina turística
está al alcance de la población, de los centros o destinos turísticos? Se
reconoce que una parte de esta población participa como integrante y trabajador
de las actividades turísticas pero también interesa tener en cuenta a la
población como habitante del lugar, cuyas vidas cotidianas presentan contrastes
y se ven afectadas en distintas formas por las actividades del turismo.
El turismo es complejo por
los distintos sectores económicos que se ven involucrados en su implementación.
Ello significa entre otras cuestiones que, las decisiones adoptadas por una
localidad pueden tener efectos sobre otros municipios cercanos. En este sentido,
hay que tener en cuenta la posibilidad de que surjan áreas de conflicto entre
diferentes administraciones. En efecto, el hecho de pronunciarse a favor del
turismo o de una determinada forma de empleo de dicho sector, afecta a numerosos
campos de la actividad tanto municipal como provincial y regional, y requiere,
en consecuencia, de una labor intersectorial de los organismos gubernamentales y
no gubernamentales. Como se advierte, muchas de las actividades turísticas,
pueden suponer beneficios o costos a otros individuos o a otras actividades
económicas distintas y, por lo tanto, producen efectos externos que pueden ser
positivos o negativos y que se denominan
externalidades.
Desde una valoración
positiva de éstas, en el plano económico, generalmente se considera al turismo
como una exportación del país receptor o lugar de destino en el que se genera
renta, se favorece la creación de empleo, se aportan divisas que ayudan a
equilibrar la balanza de pagos, se aumentan los ingresos públicos y se fomenta
la actividad empresarial. Así, la actividad turística cobra una gran importancia
en la economía debido a su elevada aportación a la generación de Valor Agregado
Bruto en la región receptora. La
corriente o flujo de divisas hacia el área de destino que produce el turismo no
sólo repercute positivamente en las áreas de directa vinculación con la
actividad, sino que también beneficia al resto de los sectores de la economía a
través del denominado efecto multiplicador. Efectivamente, los gastos de los
turistas extraídos en buena parte de sus rentas disponibles, los destinan a la
obtención de gran variedad de servicios y bienes de consumo. Ello favorece un
aumento de la demanda en la región o país receptor, que de otro modo no
existiría. Esto se expresa no sólo en el aumento de la renta en el área en la
que se desarrolla, sino también la mejora de su distribución, tanto en términos
de población como en términos de contribución al equilibrio regional de un país.
Representa una posibilidad de mejora económica en el nivel de vida de la
población residente, así como un instrumento óptimo para acelerar los posibles
cambios positivos que puedan operar en el lugar concreto en el que se
desarrolle.
Ahora bien según Pearce
(1995), las externalidades, en su valoración negativa, son costos no imputados a
la producción privada que se conocen como “costos sociales”. Ellos se producen
cuando se dan las siguientes dos condiciones: a) la actividad de un agente
provoca una pérdida de bienestar a otro agente y b) dicha pérdida de bienestar
no es compensada. En consecuencia, la política turística debe concebirse como un
eslabón más de la cadena que conduce al logro del objetivo de un mayor bienestar
de los ciudadanos, de tal modo que se oriente a evitar los impactos negativos
con la finalidad de erradicar comportamientos que alejen su funcionamiento del
objetivo principal.
El siguiente cuadro
ayuda a sintetizar el problema al que se hace referencia:
Efectos
Fuente: JafarJafari, 1996.
|
Es por ello que,
reconocer el carácter dinamizador que una actividad pueda ejercer en la
economía, no significa que la misma pueda desenvolverse con prescindencia de los
marcos globales, ya que dichos marcos pueden constituirse, en reales
oportunidades para su “exitosa” implementación o bien, por el contrario,
amenazar seriamente aquél carácter dinamizador que es precisamente el que se
requiere y, en su defecto, ser desencadenante de impactos
negativos.
Estas reflexiones nos
llevan a preguntarnos: ¿Qué formas de
organización socioeconómica
intervienen a partir de estas cuestiones en la Región Litoral? ¿Qué aspectos
intervendrían en el “modelo del segundo centenario”, el aumento de la
producción, la mayor y mejor utilización de los recursos productivos y el
bienestar para todos?.. y/o ¿la necesidad de sintetizar los tres
fenómenos?
Las políticas regionalistas vinculadas a la construcción
del federalismo.
El territorio es la base colectiva e individual para toda
la sociedad, escenario de los acontecimientos y la historia de la ocupación,
colonización que se modela, equipa, modifica, altera acorde al tipo de
relaciones existentes entre los objetos y las acciones y entre las acciones
entre los hombres. En el territorio se integran los conceptos de objetividad,
historicidad, formación social y económica, relaciones económicas, sociales y
político-ideológicas, de carácter desigual y combinado. La región o subregión es
dinámica, compleja y construida históricamente por la sociedad, aspectos que se
observan en el ámbito territorial en el que se conjugan dos factores:
socioeconómico y sociocultural. Desde la perspectiva política macro, el control
de los excedentes a escala mundial parte del control de la tecnología e
innovación tecnológica. El cambio de política dirigido por los órganos
internacionales reduce la capacidad estatal en la regulación de los procesos
económicos. Similares aspectos aparecen como problemas sin resolverse a escala
municipal.
Territorio y región constituyen conceptos clave
para identificar dos modalidades del espacio producido por los procesos de
diferenciación y por las prácticas del poder. El análisis de los procesos
sociales formadores de espacios desde la metodología diferenciada de territorio
y región, permiten indagar determinadas dimensiones de la realidad geográfica,
además de identificar y analizar de manera específica una cierta dimensión de
las prácticas espaciales del poder y su incidencia en los procesos de desarrollo
y de construcción del espacio; permiten además, identificar y analizar los
procesos de polarización y concentración de poder político y económico. La
región es un concepto bisémico, tiene dos definiciones: una geográfica y otra de
manejo político administrativa. Las unidades político-administrativas son
antrópicas, se decretan, regulan y modifican según necesidades y conveniencias;
las crean y decretan los legisladores para la administración, cuidar el
territorio, servir, proteger a la población, espacios donde se decide y manda.
En este sentido, los municipios son las instituciones gubernamentales más
próximas a la comunidad, con mejor conocimiento de sus necesidades y
posibilidades para desempeñar el rol promotor de su
desarrollo.
Ahora bien, en la presente encrucijada socioeconómica de
Argentina, y ante la debacle de los ’90, se intenta diseñar otros rumbos: el
abandonar la ortodoxia (neoliberalismo) y el promover cambios que ampara la
heterodoxia. Retornar a la materialidad de los procesos económicos, la
producción, la intervención del Estado y las regiones, que tengan un lugar,
cobren nueva vida, la que les negaba el discurso neoliberal. Así, se reinician
las discusiones sobre la necesidad de cuestionar la estructura económica del
país, con discontinuidades y fragmentaciones como realidad integral. En este
marco de crisis cobra significado la reintroducción de la discusión regional
desde diferentes sectores: neoliberales que asumen la estrategia de
regionalización para diluir la presión política que se ejerce sobre los centros
decisionales provinciales. (1)
“También aparecen posiciones heterodoxas que expresan el deseo de revivir
algunos planteos regionales, propios de los ’60, como un regreso al mercado
capitalista de mercado interno, como superando al modelo del capitalismo
financiero actual; las dos posiciones, a pesar de sus diferencias expresan una
similar representación de clase”.
Toda realidad histórica es necesariamente geografía y así se deduce de la
modalidad capitalista periférica del país, ligado al mercado externo,
especialización primaria unilateral para integrar el mercado interno. (Gejo, O.
H., 2002:5, 6, -NCeHu 711/02. Nota 1)
Con
el apoyo de un abordaje histórico, se reconoce a lo largo del tiempo, las
sucesivas configuraciones territoriales para comprender aspectos de la
“modernidad actual” y caracterizar las fragmentaciones del territorio argentino,
específicamente el caso de la Región del Litoral.
El mapa jurídico e
institucional
Considerar este aspecto de la región, idea que se abona
en su condición de instrumento de acción política, en cuya base territorial,
operan marcos institucionales que admiten situaciones de pluralidad cultural. La
regionalidad emergente se vincula con la construcción del federalismo como
sistema de organización política de las diferencias regionales. (2) El sistema
federal de gobierno garantiza, a través de las unidades jurídico-políticas que
lo integran, un mayor acercamiento entre las particularidades y pretensiones de
cada comunidad y sus gobernantes, haciendo posible, al menos en teoría, una
gestión más participativa y, por ende, más democrática
(3)
La reforma constitucional de
1994 mantiene intacto el sistema federal de 1853: el art. 121 consigna la
distribución de competencias. El art. 123 reconoce la autonomía municipal y
recepta las nuevas tendencias del constitucionalismo moderno que revaloriza el
municipio como ente base de la democracia y le confiere un control protagónico.
El art. 124 reconoce en el territorio de las provincias el dominio originario de
los recursos naturales. También autoriza a las provincias a crear regiones y
establecer órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines. Con esta
reforma surge un contexto jurídico de contención de la regionalización, aunque
de alcance limitado. El concepto de región contemplado por el estado argentino
posee características limitativas; el
art. 126 (anterior art. 108) veda a las provincias la celebración de tratados
parciales de carácter político e impide la creación de nuevas estructuras de
gobierno, con órganos propios.
La regionalización para los estados federales obedece a
la necesidad de articular políticas y acciones en aquellos asuntos que por su
ínter actuación o escala requieren de la participación de los distintos sujetos
jurídico-políticos. No ha sido procedente importar al país, modelos de
regionalización provenientes de países con organización política unitaria. Una
lectura federalista asume como inconveniente tal situación, entre otros
aspectos, por la -pérdida del protagonismo de las provincias, propio de un
estado federal, -el peso burocrático de la administración estatal con mayores
costos presupuestarios, -distanciamiento mayor de los intereses de las
comunidades más pequeñas con respecto al centro de poder, -concentración de
órganos con poder, -falta de garantía (en la creación de órganos políticos
regionales) de que actores privados sustenten el proceso de integración regional
y encuentren posibilidades de intervención y participación. (Kollmann, M. et.al,
2001:7 Nota 3)
Las políticas turísticas
nacionales como herramienta para el desarrollo del sector
Se reconoce la intervención pública como sector
indispensable en especial en turismo, en la medida en que la multiplicidad de
actores que integran la demanda necesita de una coordinación externa para su
normal funcionamiento. El turismo requiere de algunos componentes de la oferta
comunes como infraestructura, equipamiento para que la promoción y el diseño de
“marca” exceda a las posibilidades e intereses de los agentes económicos
individuales. En este sentido, la planificación turística y las instituciones
sectoriales ponen de relieve las dimensiones económicas, frente a otras, como
las institucionales o las políticas, poco indagadas.
Las cuestiones vinculadas con la planificación turística,
en general, reflejan las tendencias generales que la planificación y la gestión
han tenido en los distintos países y períodos. (4) En América Latina, la
planificación turística se asocia a ideas-modelos desarrollistas, con gestión
centralizada; planes ambiciosos, grandes proyectos e inversiones muy comunes
entre las décadas de 1950 y 1970, pero de poca concreción y logros efectivos o
esperados.
Las décadas del sesenta y setenta se pueden considerar
como el período de esplendor del turismo masivo en el país y en el mundo. Los
destinos consolidados crecen y se diversifican, y se incorporan otros. La
práctica turística se consolida como algo natural y necesario para sectores cada
vez más amplios de la sociedad. La experiencia turística se convierte en una
pauta –entre otras– de inclusión y de distinción social, que va consolidando
representaciones sobre el turismo/turista y sobre nuestra necesidad y derecho a
llevarlo a cabo. (5) El desarrollismo constituye un intento de diversificar la
estructura del país, asumiendo la necesidad de atraer la inversión de las
multinacionales en un cuadro de situación mundial de la situación internacional
de posguerra.
A partir de los años
ochenta, y en particular en la década de 1990, las perspectivas de
descentralización y el énfasis en lo local, encuentran respaldo en las nuevas tendencias que
comienzan a vislumbrarse en el mercado turístico globalizado, las que
prometerían funcionar como paliativos, orientadas en la región
(provincia) dado el contexto de crisis económica y desempleo. Efectivamente, estas tendencias del turismo de fin siglo
exigen del sistema turístico un replanteo general de funcionamiento: donde la
hipótesis de trabajo era la estabilidad y hasta rigidez de los mercados, hay que
buscar ahora flexibilidad. Flexibilidad en las formas de producción, de
comunicación, de distribución y de consumo. De los productos predeterminados hay
que pasar al diseño de productos ajustados a las expectativas de cada
consumidor. Del principio de los costos bajos obtenidos sin reparar en la
calidad, se pasa a la cultura de la calidad total; de la total prescindencia de
los contextos, a la búsqueda del valor de uso de sus particularidades; de la
centralización a la descentralización, mediante la reingeniería de procesos y
redefinición de competencias tanto en las organizaciones empresarias privadas
como del sector público.
En relación a los
atractivos, estas nuevas tendencias expresan la búsqueda de lo singular, de lo
exótico, de lo ajeno a lo cotidiano: en términos genéricos se puede decir que lo
que se busca hoy frente al postmodernismo es satisfacer la vieja y natural
necesidad del hombre de “asombrarse” ante lo diferente. Es por esto que el tipo
de producto requerido exige que su diseño se efectúe en los mismos lugares de
destino. La singularidad es su componente principal y relevarla demanda
competencias locales. Del mismo modo, planificar la oferta, manteniendo ese
carácter distintivo, plantea la necesidad de descentralizar decisiones. La
calidad, es una exigencia de la demanda pero también del destino turístico en la
medida en que éste pretenda competir en los mercados globales; y a su vez es
resultado de la calidad de las empresas, instituciones y demás recursos que
conforman ese destino. Para el logro de la calidad total se requiere de un
proceso que involucra de igual modo a clientes y oferentes, dentro de estos
últimos están incluidos todos los habitantes de la localidad del destino
turístico elegido.
El desarrollo local se convierte en la nueva ortodoxia de
la economía regional. La localidad y la región se convierten en ámbitos
privilegiados para la nueva etapa de acumulación flexible. En este contexto se
trata de dar respuesta hacia las actividades turísticas como estrategia para
superar los efectos de la crisis. Por tanto, el potencial de desarrollo
existente en el territorio debe ser puesto en valor (6). Los destinos turísticos
más heterogéneos están acompañados de creciente diferenciación social: los
destinos que se degradan se asignan a los sectores sociales más desfavorecidos;
en otros ocurre lo contrario. Estas tendencias cobrarán nueva fuerza en los años
noventa, en los que la implementación de un modelo económico neoliberal lleva a
profundas transformaciones sociales.
Los años noventa establecen también nuevas lógicas para
el desarrollo de la actividad. Al tiempo que la política cambiaria propicia el
turismo emisivo, se va consolidando una estructura turística más orientada al
gran negocio y a la captación de turismo internacional. Equipamiento e
infraestructura públicos de turismo y recreación son transferidos del sector
público al privado, incorporándolos al negocio turístico; sectores concentrados
del capital comienzan a tener una mayor presencia en este tipo de actividades;
normas y planes sectoriales impulsan la inversión en turismo.
(7)
El documento elaborado por la Secretaría de Turismo de la
Nación “el Plan Federal Estratégico de Desarrollo Turístico Sustentable (PFETS)
2004 – o Plan Bicentenario- surge como una intención de orden político y por
ello deberá constituirse en una herramienta fundamental para el diseño de una
verdadera política de estado en el desarrollo del sector. Pero además, responde
a necesidades concretas de naturaleza técnica: responder a las nuevas exigencias
del mercado con estrategias de desarrollo que, capitalizando la experiencia
adquirida, oriente las acciones de los actores involucrados, especialmente a
nivel nacional.”
Considera Planes
elaborados en los años ’60 y la planificación regional del Consejo Nacional de
Desarrollo (CONADE), base para el diseño de las regiones turísticas. La
elaboración del Plan en 1977, “El Turismo en la República Argentina” con la
colaboración de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la oficina
especializada en turismo CICATUR. En 1983 “Las bases para un Plan Federal de
Turismo” elaborado conjuntamente con las oficinas de turismo de las provincias,
con la metodología de la teoría general de los sistemas; propone la constitución
de los “corredores turísticos”, base para formular planes de marketing y
promoción turística en los ’80 y ’90. También considera el Plan de Desarrollo
Turístico Sustentable 2000-2003. El PFETS se propone como objetivo: “Diseñar una
Política de Estado que, sobre la base de un proceso de planificación estratégica
que encauce y articule factores dispersos y disociados, permita avanzar en la
construcción de las condiciones de competitividad que el sector necesita para
lograr sus máximos beneficios.” A su vez se apoya sobre dos ejes centrales a los
cuales debe atender: Propiciar el desarrollo económico y la inclusión social y
Preservar el Patrimonio Histórico, Cultural y Ambiental.
Con esta herramienta se
pretende en los próximos diez años, convertir a Argentina “como el país mejor
posicionado de Sudamérica”. Entre las principales premisas del Plan se destaca:
la “consolidación institucional del turismo, *la sustentabilidad, *el desarrollo
equilibrado del espacio turístico nacional, *la creación de un sistema de
incentivos y estímulos para el desarrollo del sector a nivel
regional.
Si bien la Nación determina el encuadre metodológico y el cronograma de
todo el proceso, -aunque en esta etapa de reciente implementación, implican la
constitución de talleres (primero en cada provincia y luego con lo obtenido en
los talleres provinciales se constituyen talleres por cada región turística del
país)-, el Plan es concebido con gestión descentralizada, tomando a cada región
turística como “unidad activa” y en tal sentido como protagonista-responsable de
su propio diseño a lo largo de aquél proceso. Para instrumentar su operatividad
se intenta: en primera instancia, implementar un proceso creador,
innovador y participativo que contemple varias etapas: diagnóstico, análisis de
situación y de posicionamiento; definición de una misión y función
institucional; estudio de escenarios con metodología FODA; análisis de actores;
formulación de objetivos, estrategias, metas, indicadores, acciones;
identificación y formulación de proyectos consensuados en múltiples niveles:
macro, micro, sectorial y regional, atendiendo las urgencias en el corto plazo y
respetando las particularidades del mediano y largo plazo; asignación de
recursos y presupuesto; responsabilidades; y enunciación de los procesos de
acompañamiento, de evaluación y de aprendizajes. Todo lo cual se debe realizar
durante un proceso circular y recursivo; en una segunda instancia, como
resultado de la primera, se pretende generar espacios u oportunidades para el
establecimiento de redes sociales que, basadas en una amplia capacidad de
vinculación y voluntad de cooperación, permitan que estos procesos de
participación y consenso sean a futuro auto sustentables. La Secretaría de
Turismo de la Nación contrató a la Fundación CEPA (Centro de Estudios y
Proyección del Ambiente) para llevar adelante la etapa de formulación del Plan
Federal en todo el país. La tarea de esta consultora consistió en organizar los
talleres contemplados en el Plan en cada una de las regiones turísticas de la
Argentina.
Región del Litoral
El mapa la región turística litoral del Plan Federal integra las
provincias de Formosa, Chaco, Santa Fe, Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Estas
unidades político administrativas, a su vez conforman por un lado, la región
programática del Nordeste (Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones), también con
el icono popular de Mesopotamia (Misiones, Corrientes y Entre Ríos) que destaca
el mapa escolar, (denominación que acuña a mediados del siglo XIX Martín De
Moussy, como territorio bordeado por grandes ríos). Pero también la región se
delimita a partir de las diferencias ecológicas y territoriales base de
consecuencias económicas, como la Región Pampeana adscripta al modelo
agroexportador, espacio geográfico que conlleva a las desarmonías regionales del
país. Si bien por razones estadísticas no se refiere estrictamente a la región,
sino a las jurisdicciones políticas, la región pampeana incluye las provincias
de Santa Fe y Entre Ríos, entre otras. (8)
La caracterización del litoral se abona en las ideas aportadas en los
talleres como componentes de base de esta región
turística:
“El agua es un sello que caracteriza a la Región del Litoral, debido a la
presencia de las Cataratas del Iguazú, ríos muy caudalosos, un importante
sistema de lagunas, esteros e innumerables riachos. Elementos que se ponen en
valor en la potencialidad Nº 8 de la región, la existencia de buenas vías
fluviales para la conectividad turística regional. A su vez, para el futuro
desarrollo de la oferta se trabaja con la Idea – Fuerza LITORAL ARGENTINA, TODO
EL AÑO, TODOS LOS VERDES, CERCA DE TODOS.
A modo de justificación en la caracterización señalan que
“históricamente, fueron las vías obligatorias y naturales en el proceso de
ocupación de este espacio, y posteriormente, única salida del producto de los
bosques y producción agrícola hacia el mercado nacional e internacional.
Socialmente representó la vinculación con el contexto, permitió la llegada del
gringo que formó su identidad y la integración definitiva al país. Esta
situación cambia con la implementación de otras vías de comunicación como el
ferrocarril y sus caminos carreteros. Se convierte en potencialidad con su
utilización como vía navegable y turística, especialmente en la pesca en el
Paraná y el Paraguay y las playas sobre el río Uruguay. Se impone la
revalorización de los ríos de la mesopotamia argentina como su conectividad
natural hacia el MERCOSUR y hacia el centro de la megalópolis rioplatense;
vinculando temática y funcionalmente urbanidad litoral fluvial y la naturaleza
fluvial. (PFETS, 2005:29)
La caracterización de la región destaca el agua como recurso turístico
para el desarrollo de las actividades, y su potencialidad como medio de
comunicación y articulación regional. Las categorías de gringo, identidad e
integración aseguran el predominio del proyecto de la “década del ‘80”, el
reconocimiento de la burguesía argentina, y el país como producto de la temprana
configuración del mercado mundial, de capitalismo periférico. El texto omite la
población de las comunidades aborígenes que actualmente viven en el Nordeste
Argentino, aunque se retoma en el sector de artesanías y en el uso de los
circuitos turísticos. En este contexto, la diversidad cultural, diluye el
problema de la dominación, tema-problema que puede constituir una trampa según
los actores sociales que la utilizan.
La distribución espacial de los indicadores utilizados para determinar la
calidad de vida y características socioeconómicas de la población, permiten
definir la existencia de dos situaciones totalmente diferentes: por un lado, el
contraste del NEA y parte de la región Pampeana, por el otro, la presencia de
ciudades capitales importantes -señaladas en el Plan Federal como la urbanidad
del litoral- que enmascaran situaciones de contraste dada la condición de formar
parte de la frontera.
Consistencia y pertinencia de ideas en relación con la
realidad socioeconómica de la región
En relación con este cuadro de situación, importa señalar algunos
aspectos de la cuestión regional para identificar de manera objetiva y
estructural, elementos de la crisis argentina a partir de esta delimitación del
LITORAL.
Indicadores socioeconómicos
de la Región
Litoral
Provincias
Indicadores |
Chaco |
Formosa |
Corrientes |
Misiones |
Santa Fe
|
EntreRíos
|
Población
(2002) |
947.316
|
528.005
|
947.316
|
1.041.469 |
3.158.861 |
1.130.419
|
NBI (%)
-Media Nacional
17.7%-
|
33.0
|
33.6
|
28.5
|
27.1 |
14.8
|
17. |
Tasa Mort.
Infantil
(x 1000 nacidos
vivos) |
26.7
|
25.5 |
23.8
|
22.3 |
14.0
|
16.5
|
Analfabetismo
(10 y + años,2001) |
8.3
|
6.7
|
6.1
|
6.4
|
2.4
|
2.7
|
Agua corriente (%)
(Poblac. Total,
2001) |
61.6 |
64.7
|
81.0
|
57.2 |
79.9
|
86.2
|
Desag. Cloacales (%)
(Poblac Total,
2001)
|
18.6
|
21.7
|
42.4
|
11.3
|
38.8
|
53.1
|
Nº camas Estab.
Asistenciales. |
3.537
|
1.680
|
3.525
|
3.125
|
11.011
|
6.751
|
Población sin
cobertura social (%) |
65.5
|
65.8
|
62.1
|
57.8 |
42.0
|
48.7
|
Fuente: INDEC, Ministerio de Salud y Ambiente de la
Nación, Organización Panamericana de la Salud, Indicadores Básicos 2004.
Indicadores: socioeconómico (2001), recursos, acceso (2000) y cobertura (2002)
mortalidad infantil (2002)
Algunos de los indicadores socioeconómicos básicos que muestra el cuadro,
contrastan en este conjunto de provincias litoraleñas. El Nordeste Argentino
destaca cifras de “homogeneidad” de pobreza, aislamiento y periferia en relación
con el centro, es decir, con las provincias de Santa Fe y Entre Ríos que
conforman parte de la región pampeana. Por ejemplo, los habitantes del NEA ganan
la mitad de los que reciben quienes viven en la ciudad de Buenos Aires o la
región patagónica. El 59,5% vive bajo la línea de pobreza con raíces
estructurales arraigadas. La ciudad de Resistencia es la más pobre, el 64,4% de
los habitantes viven en condiciones muy precarias y la ciudad de Corrientes el
63,9% está bajo la línea de la pobreza. Comparativamente corresponde al 17% en
la ciudad de Buenos Aires. Las tasas más bajas de desocupación se registran en
las ciudades de Formosa y Resistencia. En el otro extremo, la provincia de Santa
Fe es la cuarta provincia más atractiva para las inversiones que sin duda se
relaciona con los factores de su posición geográfica y la accesibilidad a
puertos y mercados; el 85% de las partes y piezas en su mayoría de maquinaria
agrícola, de bienes de capital, están instaladas en esta provincia. La actividad
forestal se concentra con predominio en el corredor Posadas-Iguazú de Misiones y
el nordeste de Corrientes, pero su estructura productiva presenta alto grado de
concentración en tres establecimientos e inversiones extranjeras. (Las regiones
que más crecen en el país, El economista, Red Geoeconómica, 22/04/05)
(9)
El mapa propositivo de oportunidades del PFETS (Inc. B.3, pág 86) trata
de consignar de una manera genérica y preliminar, el modelo propuesto de
actuación en el espacio regional, distinguiendo espacios con oportunidades de
inversión pública y privada para el desarrollo de la oferta en corredores, áreas
de travesía, circuitos transfronterizos y puertas o núcleos urbanos que sirvan
como articuladores entre los diferentes elementos de conectividad.
(10)
El documento, en base a las ideas-fuerza, pone de relieve que “la
creación de puertas regionales e interregionales se fundamenta en el fuerte
carácter fronterizo del Litoral, con su fuerte vinculación y localización
estratégica del MERCOSUR que se sitúa en un radio de 1.500
Km., con más de 70 millones de
habitantes” (PFETS, pág. 72). Sin
embargo, entre las puertas de acceso no parece que la ciudad de Clorinda y
Puerto Iguazú constituyan accesos proveedores de servicios y sean funcionales a
todos los componentes del espacio turístico regional. Sobre todo, al repasar los
conflictos en el campo de actuación de la gestión de calidad, en la que los
participantes del taller identifican como “falta de coordinación, continuidad
política en todos los sectores y niveles de la administración pública y la
articulación con los sectores privados y académico”, “pobreza y marginalidad
social que afecta a esta implementación”, “ausencia de fiscalización y
desactualización de la normativa”. (PFETS, pág.
11).
En el modelo de articulación territorial para la planificación de los
destinos turísticos, el componente “puertas” conforma puentes o ductos que
funcionan como zonas de llegadas y salidas, permiten la interconectividad entre
los núcleos urbanos. Las puertas son muy importantes porque constituyen la
imagen de los lugares de la región de destino, ayudan a orientar a los turistas,
por tanto es necesario tener en cuenta este aspecto, en la estrategia integral
de la planificación regional. (11)
En tanto que expresión física los componentes del espacio conforman un
contexto de competencia territorial, calidad, grado de dispersión o de dinámica
y corta distancia entre atractivos, alojamiento y servicios. El modelo supone
como base que los mercados emisores de turismo y lugares de destino sean
entidades geográficas separadas; que la naturaleza compleja requiera una
estructura jerárquica pero flexible que se adapte a los lugares y
características de mercado. Se busca, a través de la inversión, habilitar la
mayor parte de atractores actuales o potenciales de la región para articular y
facilitar el acceso de la demanda de modo más distributivo, con el objeto de
alcanzar un alto nivel de operatividad turística en términos
sustentables.
Si bien los reclamos realizados en su mayoría se relacionan con la
ausencia de políticas para la actividad turísticas, falta de fiscalización por
parte del Estado, promoción y capacitación, interesa poner de relieve en
relación con el contexto de este trabajo, algunos de los reclamos que se
vinculan a la infraestructura del
área y la necesidad de:
Ø
mejoramiento de caminos y rutas y, en particular
pavimentación -dado que la existente ya resulta
insuficiente-
Ø
inversión en infraestructura en general, ampliación de
las redes de energía eléctrica y
agua potable.
Ø
mejorar la higiene urbana, limpieza de las alcantarillas
y desagües, poda adecuada de los árboles, arreglo de calles y veredas, y
ordenamiento efectivo del tránsito urbano,
Ø
señalización
en Misiones particular y la región en general, la falta de homologación.
Deficiencias, que contribuyen negativamente en la imagen del
destino.
Ø
mejorar la frecuencia de vuelos que llegan a los
principales centros regionales, los que a su vez son de cabotaje, problemática
que se suma a la de frontera donde los trámites migratorios para quienes desean
hacer turismo se tornan sumamente tediosos.
Desde el discurso oficial se señala con énfasis la potencialidad del
turismo como uno de los impulsores del desarrollo provincial, mientras que en la
realidad se desjerarquiza administrativamente al Organismo provincial de
turismo. La antigua Secretaría de Estado de Turismo se convierte en una
Subsecretaría bajo la órbita del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales
Renovables. Esto le significó entre otras cuestiones, hacer aún más crítica la
capacidad de gestión estratégica y operativa, a raíz de los sucesivos recortes
presupuestarios. Sin embargo en el Plan Federal del Bicentenario “cada región
turística funcionará como “unidad activa” y en tal sentido como
protagonista-responsable de su propio diseño a lo largo del proceso de
planificación y gestión estratégica sustentable. (12)
Turismo, economía y formación
profesional
Es necesario enfatizar los nexos
entre Economía y Educación. La economía se nutre en la controversia pero existe
un núcleo concurrente, la importancia crucial de la educación como base y fuerza
motriz del crecimiento de la economía.
Decíamos, párrafos atrás,
que pareciera que las políticas nacionales pretenden retomar ciertos principios
desarrollistas de décadas pasadas. Sin embargo nos parece necesario, en este
sentido, recordar el contexto y las políticas implementadas durante la década
del ´60 y principios del ´70. Filmus (1999) describe la tesis central del modelo
desarrollista:
“...El Estado
desarrollista, ante la declinación de la tendencia del crecimiento económico,
enfatizó su papel en esa dirección, afirmándose en las concepciones de la CEPAL
y munido del auxilio instrumental de numerosas técnicas planificadoras. Según
esta perspectiva la recuperación del crecimiento será el motor que permitiría
consolidar la democracia política, la justicia social y la modernización de la
sociedad”. (pág. 26)
La llamada
“sociología científica” promovida por la CEPAL sostenía ciertos fundamentos, a
partir de los cuales explicaba sus teorías sobre el subdesarrollo. De su mano,
se instalan en el plano educativo las teorías del Capital humano que enfatizan
la importancia de la educación, al considerarla como un factor imprescindible
para potenciar el crecimiento económico sostenido. Tal es así que durante esa
década, la posibilidad de los Estados Latinoamericanos de obtener ayuda
financiera de los Organismos Internacionales y de promover inversiones de
capitales extranjeros, estaba fuertemente condicionada a que dichos Estados
mostraran importantes inversiones en educación y planificación. En el intento de
encontrar respuestas (más allá de las ofrecidas por la economía clásica), que
permitan explicar las razones de las desigualdades manifiestas entre los
diferentes niveles de desarrollo alcanzados entre las naciones desarrolladas y
las subdesarrolladas, las teorías del capital humano explicaban que un factor
decisivo que orientó en ese sentido a las primeras, era la capacidad de generar
capital humano altamente calificado, factor que incrementaba las principales
ventajas comparativas de cada región o país. En consecuencia, sus seguidores,
entendían que los recursos monetarios destinados a educación, lejos de ser
considerados como gastos debían ser concebidos como una inversión fundamental
que contribuiría al logro de aquélla finalidad (Medina Echeverría, 1973). Filmus (ibidem) y Jimenez (1994), en las citas
siguientes, reproducen respectivamente aspectos centrales de su pensamiento
acerca del papel de la educación y de la planificación:
“... `es principalmente
un factor de desarrollo económico al poner en estrecha conexión el análisis de
las necesidades educativas con las urgencias de un previsible cuadro ocupacional
dentro de determinados horizontes de desarrollo.´...”(pág.
127)
“... `instrumento de progreso técnico; la educación es un
medio de selección y ascenso social; rompe y quiebra los estados tradicionales y
abre las puertas de un rápido dinamismo en la movilidad social´...“ (pág.
50)
La educación
y la planificación eran concebidas así, como la racionalización de recursos
materiales y humanos con los objetivos de eficacia y productividad
indispensables para el desarrollo regional. Hoy, sin embargo, a juzgar por los
recursos presupuestarios asignados a la educación no parece que se la considere
un factor fundamental en el camino al desarrollo.
Como se puede
inferir de la cita de Jimenez (ibidem), también de la mano de la CEPAL se
propagó la “teoría de la modernidad” que sostenía que el camino al desarrollo
debía acompañarse con un cambio cultural. Desde esta perspectiva la promoción
del cambio cultural era uno de los pilares en los que se apoyaría el desarrollo
económico. En este sentido se le adjudicó un papel fundamental a las
instituciones capaces de transmitir los valores modernos; como bien destacó
Carnoy (1994), el Estado y los Organismos transnacionales (tanto públicos como
privados) se encuentran entre éstas. El proceso de terciarización de la economía
que, en la década analizada ya estaba consolidándose en los países hegemónicos,
aparecía como una de las tantas metas a lograr en el imaginario del Estado
Desarrollista. En este sentido sobresalían, entre otras, dos actividades de gran
impacto social, no sólo por el supuesto rédito económico o por la capacidad de
ser facilitadoras de los procesos productivos, sino especialmente por su potente
incidencia en la aceleración del cambio de mentalidad que se requería para
ingresar al mundo desarrollado: la Informática (que dio origen a la Carrera
inicialmente llamada Investigación Operativa) y el
Turismo.
Durante el auge del
desarrollo del turismo masivo –propio de la década analizada-, en los países del
hemisferio norte donde esta actividad tuvo su mayor despliegue, se vio la
necesidad de formar los cuadros gerenciales y, simultáneamente, de iniciar
programas de capacitación para los empleados en contacto con los clientes. Si
bien esta preocupación surgió del sector hotelero, pronto se irradió al resto de
las empresas de servicios, a la vez que los gobiernos comenzaban a poner
atención sobre los beneficios económicos que esta actividad parecía traer
aparejados. Sin embargo Alicia Gemelli (1989) al describir el modo en que dicho
proceso se dio en Argentina, destaca la diferencia entre países desarrollados y
subdesarrollados:
“En países altamente
desarrollados este rol profesional ha surgido como respuesta a necesidades
sentidas por la población, mientras que en países en transición, como es el caso
de Argentina, las primeras carreras universitarias de turismo fueron creadas por
un proceso de difusión desde los países más desarrollados de acuerdo con un
efecto demostrativo sin relación con auténticas necesidades de la sociedad.”
(pág. 85)
Al no contar
con cuadros profesionales para ponerse al frente de tales actividades, se
requirió que el sistema educativo argentino proveyera dichos cuadros. El
objetivo era generar opciones de formación técnica terminal, de rápida salida laboral. Los graduados que se
fueran incorporando al mercado laboral, tanto en la administración pública como
técnicos planificadores como en el sector privado de las empresas de servicios
turísticos, deberían cumplir una función claramente innovadora. Esto permitiría
modernizar y mejorar los desempeños por efecto demostrativo entre los futuros
profesionales y quienes, hasta ese momento, ocupaban los puestos de trabajo
vinculados a la actividad.
Ahora bien, los procesos formativos de esta nueva
profesionalización han estado (desde el origen de la carrera) fuertemente
controlados por políticas emanadas de Organismos internacionales tales como la
Organización Mundial de Turismo (OMT), UIOOT (Unión Internacional de Organismos
Oficiales de Turismo dependiente de las Naciones Unidas), la UNESCO, la OEA, la
AMFORT (Asociación Mundial de Formación Turística), etc.
Las siguientes citas, la primera correspondiente a un
documento del que era Centro Interamericano de Capacitación Turística (CICATUR,
1979) órgano de la OEA y la segunda que alude a los objetivos de la AMFORT
(1990), entidad internacional que promueve la formación e investigación;
permiten dimensionar la magnitud de tales
influencias:
“La identificación y definición de una política
Hemisférica de desarrollo Turístico y una Estrategia para su ejecución, tiene
como fin determinar objetivos y acciones específicos que deberían tomar las
autoridades de los países o grupos de países, individual o colectivamente, para
lograr una adecuada orientación, un crecimiento racional y un desarrollo
dinámico de la actividad turística en las Américas”.
(s/p)
“La AMFORT quiere ser tanto para los formadores como para
los profesionales de los países del mundo, una estructura original, en la cual
se podrán encontrar los medios necesarios para alcanzar los objetivos de
formación del Turismo Internacional (...).es por eso un importante cuadro de
cooperación técnica y de soporte permanente de las entidades y organizaciones
nacionales e internacionales interesadas en una visión global de la formación
profesional turística. (Tiene como principal objetivo) Contribuir para la
racionalización de técnicas de formación profesional en la “industria” del
Turismo, normalizar los programas y asegurar el desarrollo de formación
profesional turística, en función de las diferentes orientaciones de la economía
del turismo mundial.” (Reverso de la tapa principal de la revista que edita
anualmente).
En este orden de señalamientos puede agregarse que, la
OMT, con el propósito explícito de analizar la situación de los “recursos
humanos” en el sector turístico y avanzar en el logro de soluciones consensuadas
a los problemas de la educación, formación y gestión, así como de promover una
creciente profesionalización, realizó en 1997 en la ciudad de Madrid, la
Conferencia Internacional de Profesiones Turísticas denominada “El Capital
Humano en la Industria turística del siglo XXI”. La cita que sigue, extraída de
las Conclusiones y Recomendaciones, ilustra el pensamiento promovido por esta
Organización:
(La nueva tendencia de la demanda turística) ...”Supone
un profundo cambio de contenidos y metodologías en el quehacer turístico.
Proceso impulsado por consumidores crecientemente exigentes que requieren
disponibilidad de tecnologías y habilidades profesionales que permitan dar
respuesta competitiva a dichas exigencias. (...) (Con relación a ello) ...se
observan brechas de calidad: frente a las demandas de formación, las respuestas
del sistema educativo son heterogéneas y poco estructuradas. (...) se debe
promover la movilidad geográfica y ocupacional de los profesionales. Hay que
buscar estándares de calidad que faciliten la adaptación del capital humano a
las necesidades de los empleadores...”(pág. 291)
Estos
Organismos, operando como agencias mediante sus empresas editoras, han elaborado
textos universitarios a través de los cuales privilegian, desde su discurso,
determinados tipos de prácticas profesionales en detrimento de otras.
Un dato que
abona la importancia que comienza a cobrar esta actividad para el gobierno
desarrollista es que en 1959, un año después de sancionar la Ley 14.574 que
otorga el marco con el cual se regiría la Dirección Nacional de Turismo
(instituida dos años antes), se crea el Consejo Federal de Inversiones,
Organismo estrechamente vinculado desde su fundación al campo turístico. A su
vez, las Naciones Unidas, a través de la Conferencia de Roma, a comienzos de la
década del `60 van a expresar:
“…el turismo puede
aportar y aporta efectivamente una contribución vital al crecimiento económico
de los países en vías de desarrollo...” (s/p)
Como ya
dijimos en el contexto de los ´60, además de privilegiarse la educación, el
Estado asumió un rol protagónico como orientador e impulsor de políticas
explícitas tendientes a promover el desarrollo; la planificación turística, sin
duda adquirió una importancia decisiva.
” En 1966 la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y
la Dirección Nacional de Turismo conforman un equipo interdisciplinario (...).
En 1967 este equipo recibe una misión de asistencia técnica de la OEA (...). El
objetivo de esta misión fue estudiar la incidencia del fenómeno turístico en las
economías regionales y elaborar un plan que integrara al turismo dentro de un
plan regional de desarrollo. En 1967 se publica el informe de la misión de
asistencia técnica de la OEA, denominado: Bases Metodológicas para la
Planificación del Turismo como Factor de Desarrollo Regional (...). Este
documento (...) constituye el primer antecedente metodológico documental del
turismo en la Argentina. En este informe están en germen muchos conceptos y
metodologías que en los siguientes 20 años serán desarrollados, pulidos y
ampliados por los planificadores de Turismo en Argentina y América. (...) (Esta)
corriente de opinión técnica se expandió en las Direcciones Provinciales de
Turismo produciendo (…) la incorporación de profesionales que se fueron
especializando a través de la función pública y adoptando los criterios y
metodologías promovidos desde la Dirección Nacional de Turismo. Este creciente
interés en el desarrollo planificado del turismo, lleva a las provincias a
solicitar asistencia técnica al Consejo Federal de Inversiones, para realizar
planes de desarrollo turístico (...). …entre 1967 y 1973…realiza 11 planes de
desarrollo turístico global para las provincias” (Alicia Gemelli
1986, pág. 10)
Hoy, resulta de interés auscultar en qué medida las
representaciones que las sociedades tienen sobre el turismo, están atravesadas
por los saberes establecidos en las noticias cotidianas de los medios masivos de
comunicación. A su vez, escaso conocimiento específico de las prácticas
turísticas que sustenten condiciones de desarrollo en relación al empleo
generado por el turismo que partan de bases conceptuales claras, con evidencias
empíricas sólidas y confiables.
Escasos trabajos disponibles se relacionan con las
estadísticas de algunas ramas de actividad (predominio hotelero), se han
aplicado factores de multiplicación cuya pertinencia no está demostrada. También
se desconocen temas en relación con
las condiciones de trabajo, los niveles de precariedad, el trabajo informal o
las calificaciones requeridas.
Se reconoce la necesidad de seguir investigando en
distintas perspectivas, en especial la dimensión económica del turismo, en pos
de su desarrollo y tener presente las dimensiones sociales, culturales y
ambientales en estos desarrollos. También, teniendo en cuenta que los turistas,
al par de ser consumidores desde el negocio turístico, también conforman
ciudadanos con necesidades, deseos y derechos.
Notas
1)
Como la de establecer la
regionalización del país para eliminar burocracias provinciales y municipales,
mejorar el sistema de representación, modernizar el sistema de recaudación y
distribución de los impuestos y recuperar la justicia (H. Massuh titular UIA
2002) En Crisis y Región, de la inevitabilidad de un regreso a la necesidad de
evitar una regresión, Prof. Omar H. Gejo, Jornadas sobre La Región, un ámbito
para la planificación y la acción, UNCOMA, Neuquén, Argentina, Noviembre 2002..
NCeHu 711/02.
2)
“En el ideario político
argentino, la escisión temática, conceptual y terminológica, entre regiones y
provincias mediatiza a la producción histórica y geográfica del conocimiento. El
valor operativo político de los instrumentos regionales descansa, en su
condición de espacio constituido a modo de tejido de interrelaciones diversas,
signadas por crisis, y su resolución que opera con distinta complejidad. La
instancia, asume instrumentos jurídicos flexibles, con organismos de gestión en
la coordinación y la actuación en espacios público y privado; contexto en el que
entienden los efectos de la regionalidad, al remitir al mapa
jurídico-institucional del Estado argentino.” En “Regionalidad y espacio
político en Argentina. Bases federalistas para su construcción” Kollmann, M.,
Iglesias, A., Martínez, A.; Ponencia presentada en el Tercer Encuentro
Internacional Humboldt. Salta, Argentina, Octubre
2001.
3)
El término federalismo, deriva
del latín foedus, significa “pacto”. El modelo ideológico de la Constitución
nacional atiende a la unidad política indivisible expresada por el modelo de la
Francia unitaria. El pensamiento de Alberdi, interpreta el modelo original
con el fin de garantizar la unión
nacional. Dicho pacto federal configuró ña estrategia política que deviene en la
Constitución nacional de 1853. En “Regionalidad y espacio político en Argentina.
Bases federalistas para su construcción” Kollmann, M., Iglesias, A., Martínez,
A.; Ponencia presentada en el Tercer Encuentro Internacional Humboldt. Salta,
Argentina, Octubre 2001.
4)
Un texto de gran difusión es:
Boullón, Roberto. Planificación del espacio turístico. México: Trillas, 1985.
Para nuestro país, aportes útiles a estas cuestiones pueden encontrarse en el
artículo de Juan Carlos Mantero “Actividad turística y desarrollo local” del
libro: Amadasi, Enrique (comp.). Política turística Argentina.
5)
Las tesis del desarrollo local
están influenciadas por nuevas teorías sobre el actual modelo de acumulación
capitalista, se convierte en la nueva ortodoxia de la economía regional. La
unidad de análisis es el territorio en cuestión, del mismo modo que para la
economía convencional lo es la empresa o el consumidor. Entre los principales
objetivos se destacan el conseguir el mayor aprovechamiento posible de los
recursos endógenos de cada espacio; lograr la articulación y concertación entre
las pequeñas empresas locales y con el resto de agentes socioeconómico del
territorio y capitalizar el territorio. de las políticas de desarrollo local. Un
localismo que utiliza los fondos públicos para facilitar la localización
mercantil con los efectos de privatización de las riquezas y socialización de
los costes. La re mercantilización del territorio provocada por la globalización
induce un importante efecto fragmentador que convierte al territorio en
plataforma para recibir el impacto de una actividad económica. Oscar García
Jurado “Bajo la globalización, la idealización de lo local”. Fuente: NceHu
1753/04 de www.rebelion.org
6)
La descripción de la Argentina
turística que se hace en las Bases para el Plan Federal de Turismo de mediados
de la década del ochenta refleja esta situación (véase: Argentina, Ministerio de
Economía, Secretaría de Comercio. Bases para un plan federal de turismo. Buenos
Aires: Ministerio de Economía, 1984). Bases para su reformulación. Buenos Aires:
LADEVI, 1999.
7)
El cuadro de situación actual
no difiere en mucho al poner de relieve los estándares internacionales en una
norma “necesaria” para hacer más competitivo el país. 1- En “El Mensajero”,
periódico turístico se informa que la “Cámara de Diputados aprobó la semana
pasada la ley referente a la exención del IVA para la realización de ferias,
congresos y exposiciones mediante
la cual se determina que tanto su explotación como la locación de espacios,
estará exenta del Impuesto al Valor Agregado cuando sean contratados por
extranjeros. Luego de ser aprobada por ambas cámaras del Poder Legislativo, la
Asociación de Organizadores y Proveedores de Exposiciones y Congresos (AOCA),
gerenciada por la Secretaría de Turismo de la Nación (SECTUR), respaldada por la
Cámara Argentina de Turismo (CAT), se reunieron y acordaron agilizar los
trámites para la inmediata aplicación de la Ley. Así se contará con un elemento
más competitivo, dentro del mercado mundial, y favorecerá la captación de un
tipo de turismo que tiene ciertas ventajas sobre el turismo tradicional que
aporta un gasto más elevado por parte de sus visitantes y que ayude al quiebre
de la estacionalidad en los destinos.” (Mensajero, 11/07/05, pág. 12). 2- La
cadena de hoteles HILTON se localiza en las 600
hectáreas delimitadas
al norte con el río Iguazú en Puerto Iguazú, Misiones. La provincia le cedió a
la cadena internacional,16 hectáreas con vistas a la construcción de un lujoso
hotel, con el fundamento que a cadena internacional realizaría una inversión de
20 millones de dólares. Casualmente las tierras cedidas lindan con una de las
comunidades aborígenes más pobres de la provincia que desde hace años vienen
reclamando el título de propiedad comunitaria para sus tierras. (Diario El
Territorio 20 de julio de 2005) Esta acción operativa se relaciona con el Mito
N° 6 respecto a las inversiones
extranjeras (IE) que señala que “los defensores de la IE defienden que su
entrada sirve de ancla para atraer más inversión y como polo de desarrollo”.
(James Petras, En RGE del 29 de mayo de 2005)
8)
“Esta región poco cambió con
el tiempo: hoy genera el 80% del producto bruto interno, el 75% de las
exportaciones de origen agropecuario (primarias más manufacturadas), y una muy
poco menor proporción del total exportado; en la demografía también muestras las
huellas del procesos histórico”. (Giberti, H, 2001:125. Oscuro panorama ¿y el
futuro? En Revista Realidad Económica Nº 177, enero febrero 2001) O sea, un
crecimiento no autónomo, ligado excesivamente la mercado externo con una
especialización primaria y falencias para integrar el mercado
interno.
9)
También importa considerar que
la región litoral forma parte de las fronteras transnacionales con Paraguay y
Brasil, por tanto, la necesidad de conocer la dinámica de la organización de
este borde, desde el punto de vista político y socioeconómico. El patrón
espacial que presentan los indicadores de Necesidades Básicas Insatisfechas
muestra la existencia de la degradación de la calidad de vida con mayores
niveles de criticidad en Paraguay en relación con el ámbito chaqueño. (Fronteras
y territorios aledaños. Condiciones socioeconómicas en Paraguay y el Nordeste,
Meichtry, N., Fantín, Ma. UNNE, 2000).
10)
Se destaca el Corredor turístico que por su escala, puede
constituir la unidad de planificación de desarrollo turístico regional (podría
incluir circuitos menores y otras áreas aledañas como “trama operativa espacial
del mapa de oportunidades”. Corredores: del Uruguay, de las Misiones
correntinas, de las Sierras misioneras, Corredor Iguazú-Posadas, Alto Paraná
(Posadas-Corrientes), del Paraguay, Paraná Medio, Paraná Inferior (hasta la
provincia de Buenos Aires e integra la ciudad San Nicolás de los Arroyos; pág.
87, PFETS). Por otro lado, las Puertas diseñadas en el mapa operativo
corresponden a las ciudades Clorinda-Asunción, (Río Paraguay), Puerto Iguazú-Foz
do Iguacú, (Ríos Paraná e Iguazú) Concordia, Colón y Gualeguaychú (Río Uruguay)
en relación con las áreas transfronterizas que presentan circuitos integrados.
No obstante no se dibuja la ciudad de Posadas, capital de Misiones, dado que a
su vez, remarca su importancia como localización estratégica entre los tres
corredores potenciales: Misiones correntinas, Iguazú-Posadas y Alto Paraná entre
Posadas-Corrientes. Destacan las puertas como “accesos simbólicos y funcionales a
todos los componentes del espacio turístico regional y federal; núcleos urbanos
proveedores de servicios turísticos convenientemente equipados como nodos de
comunicaciones”. Tampoco, a nivel de conexión interna, parecen adecuadas las
puertas Resistencia-Corrientes que mantiene los mayores índices de pobreza
urbana en el contexto regional.
11)
Cammarata, E. B. Cap.III, pág.
64 Mimeo, 2001: Tesis doctoral “El turismo en Misiones en el espacio
trasnfronterizo”. (elaboración y adaptación propia, en base al modelo de varios
autores, en Dredge, D. (1999) Planificación y diseño de destinos turísticos.
Annals
of Tourism Research en español, vol. 1-N° 2 pp.394-414 Ed. Universitat de Illes
Balears (UIB).
12)
En relación con la
instrumentación de las políticas turísticas y la financiación de las acciones
propuestas en la provincia de Misiones, las decisiones vinculadas al Plan
Estratégico caen bajo la órbita de la Secretaría de Coordinación Estratégica,
trabando su ejecución, respecto de la cual la Subsecretaría de Turismo no ejerce
mayor control operativo. Aunque hoy, aún más atenuada, también la confluencia de
las competencias de jurisdiccionales (nacionales, provinciales y municipales)
complejiza los procesos de ordenación y planificación, además de burocratizar la
gestión de los dos recursos más importantes en los mercados turísticos:
Cataratas -Parques Nacionales, Ministerio de Ecología y RNR, Municipalidad
Iguazú-. Ruinas de San Ignacio Miní –Monumentos Nacionales, Secretaría de
Cultura de Misiones, Municipalidad de San Ignacio-. A ellos se agrega la UNESCO,
con su propia normativa internacional, dado que ambos fueron declarados
Patrimonio de la Humanidad. (Niding, M. Fragmento del tema Políticas Turísticas
Provinciales del Informe de investigación, Mimeo, 2003)