NCeHu 1315/05
La emigración masiva de
África
Hendrik
Vaneeckhaute
Los miles de
inmigrantes, sobre todo subsaharianos, que se presentan en la frontera sur de
Europa, han puesto de nuevo sobre la mesa el problema de la emigración. Y como
siempre cuando se trata de la política internacional, la Unión Europea y sus
miembros reaccionan desde una posición de prepotencia y racista, negando su
responsabilidad directa en la situación actual mundial. De entrada, el llamado
problema de inmigración (legal o ilegal), en realidad es un problema de
emigración y éste es consecuencia del desplazamiento forzoso que sufren millones
de personas en el mundo. Ninguna de las personas que viajan miles de kilómetros,
arriesgan su vida e intentan de forma desesperada saltar el muro de la fortaleza
europea, lo hace por voluntad propia o por elección libre. Los seres humanos –y
menos los africanos– no son seres que tienen tendencia a suicidarse masivamente.
La emigración masiva desde los países
africanos, sumergidos desde hace siglos en un proceso de empobrecimiento, se
puede considerar como una violación de los derechos humanos básicos. Y esta
violación es consecuencia directa de las políticas internacionales impuestas por
los países de Europa Occidental y EEUU. Tras siglos de explotación y saqueo
brutal, siguieron años de represión sanguinaria para impedir la descolonización.
Cuando finalmente lograron cierto grado de independencia se impusieron las
dictaduras y gobiernos marionetas para seguir con la política económica el
servicio de ‘Occidente’. Desde los años ochenta o noventa, los gobiernos del
‘Sur’, ya formalmente democráticos, están bajo los auspicios de las
instituciones financieras internacionales. Las consecuencias son desastrosas. A
más influencia e intervención de Occidente, peor es la situación: África
subsahariana es la región del mundo dónde más programas de ‘Reajuste’ se han
impuesto y dónde más ha crecido la pobreza y la desigualdad.
El ‘Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales’, dice en su artículo 1: “Todos los
pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho
establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo
económico, social y cultural.” Y “para el logro de sus fines, todos los pueblos
pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales (…) En
ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia.”
¿A qué gobierno en este mundo le está permitido, impunemente, establecer su
propia política económica? ¿Qué consecuencias han sufridos aquellos estados que
nacionalizaron por ejemplo su petróleo al independizarse? Desde Indonesia,
pasando por Irán, hasta Brasil, todos han sufrido golpes de estado, apoyados y/u
organizados desde ‘Occidente’ tras el establecimiento de medidas económicas
encaminadas al desarrollo propio (por ejemplo a través de la nacionalización de
la explotación del petróleo).
El artículo 23 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos establece que “Toda persona que trabaja tiene
derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como
a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será
completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección
social.” ¿Cuántos productos que compramos a diario son fabricados cumpliendo
este derecho humano? ¿Por qué las empresas pueden violar libremente los derechos
humanos? ¿Por qué la Unión Europea, tan preocupada por el respeto de los
derechos humanos, dicen, no hace nada para que se respeten los derechos humanos
de la mayoría de la población mundial?
La respuesta a todas estas
preguntas, en realidad es sencilla: sin la pobreza, la explotación y la miseria,
no habrían ganancias millonarias para las empresas de siempre. Además, si la
mayoría de la población mundial tuviera un nivel de vida europeo, no habría vida
humana posible por razones de agotamiento instantáneo de los recursos naturales
y por las consecuencias de la contaminación multiplicada.
También son varios los informes de
Naciones Unidas en los cuales, en términos diplomáticos, se deja claro que la
política neoliberal es un desastre para los países empobrecidos y causa de su
no-desarrollo.
- El Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales que ejerce la función de supervisión de dicho
pacto señaló “el impacto negativo de los Programas de Ajuste Estructural en la
pobreza, el empleo y la distribución de los ingresos, así como en la
disponibilidad de servicios sociales”.
- La Comisión de Derechos Humanos
(resolución 2000/82) destacó que “las políticas de ajuste estructural tienen
graves repercusiones para la capacidad de los países en desarrollo de
atenerse a la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo y de formular políticas
nacionales de desarrollo encaminadas a mejorar los derechos económicos,
sociales y culturales de sus ciudadanos.”
- En el mismo informe de NNUU
también afirma que “la deuda externa constituye uno de los obstáculos
principales que impiden que los países en desarrollo disfruten
efectivamente de su derecho al desarrollo”.
- El experto independiente Sr.
Fantu Cheru, en su Informe ‘Efectos de las políticas de ajuste estructural en el
goce efectivo de los derechos humanos’ (1999) dice: “Los derechos
económicos, sociales y culturales de millones de personas pobres del Tercer
Mundo se han visto vulnerados sistemáticamente como resultado de las
políticas neoliberales de ajuste destinadas a asegurar el servicio de
esta deuda por los países desposeídos”.
¿Qué significan estas frases tan
diplomáticamente formuladas? ¿No significan que las políticas de las
instituciones internacionales son la causa de que los países ‘pobres’, sigan
pobres, de que los países ‘en desarrollo’, sigan en lo mismo y de que los países
‘endeudados’, sigan endeudados? Y eso, ¿no significa otra cosa que millones de
muertos cada año por la miseria y la falta de servicios básicos como el
agua potable, hubieran podido ser evitados? Los tratados que tipifican los
crímenes de Lesa Humanidad, hablan claramente de que todos estos crímenes pueden
ser cometidos en tiempos de guerra, o de paz.
- El desplazamiento
forzoso, reflejado en los millones de campesinos que se ven
forzados a dejar el campo para intentar escapar de la miseria, es un
crimen de Lesa Humanidad.
- La
esclavitud, reflejada en los millones de trabajadores, mujeres,
hombres, niñas y niños que ganan sueldos de miseria, es un crimen de Lesa
Humanidad.
- La tortura del hambre
que sufren millones de personas en el mundo cada día como
consecuencia de una política económica internacional, es un crimen de Lesa
Humanidad. [Por ejemplo la Política Agraria Común, PAC, es responsable
directa de que millones de campesinos en África no puedan vender sus productos
en los mercados locales porque están ‘inundados’ de productos europeos altamente
subvencionados, vendidos por debajo de su coste de producción.]
- El asesinato
generalizado, reflejado en la muerte de 30.000 niños
diariamente por causas perfectamente evitables, es un crimen de Lesa
Humanidad.
Las políticas económicas europeas son
un desastre para la supervivencia de la vida humana en el Planeta. La principal
herramienta de destrucción de vida humana siempre ha sido el ejército, al
servicio de los llamados ‘intereses’ nacionales que no son otra cosa que el
asegurar los beneficios financieros de una minoría pequeña. El artículo 13 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que “Toda persona tiene
derecho a salir de cualquier país, incluso el propio”. Una de las tareas
principales del ejército en Europa es justamente impedir que los africanos
puedan salir de sus países hacia el ‘Norte’. Al principio del siglo 20, el
ejército disparaba contra los huelguistas que exigían derechos laborales y
sociales básicos. Al principio del siglo 21 ‘disparan’ contra los inmigrantes
que en el fondo reclaman los mismos derechos básicos. Igual que entonces,
desestabilizar el orden establecido era considerado como un acto terrorista.
Pero igual que entonces, el único camino para lograr la justicia, es esa
desestabilización del actual orden mundial que justifica la guerra contra los
pobres para ‘defender’ los intereses de una pequeña minoría.
Fuente:
www.rebelion.org
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