Turismo
asociado con las áreas naturales protegidas de México:
el
caso de una comunidad indígena de la
Selva Lacandona
Álvaro López-López*
Resumen. La Selva Lacandona, localizada en el estado de
Chiapas, México, es poseedora de un medio ambiente de reconocida importancia en
el ámbito global; sin embargo, en los últimos cincuenta años se han perdido tres
cuartas partes de la superficie boscosa original. Con la intención de frenar
este problema, el gobierno federal y diversas ONG´s han fomentado entre la
población indígena del área -considerada como una de las más marginadas del
país-, la incorporación del turismo sostenible como una estrategia de desarrollo
económico. Pero con el ejercicio del turismo se ha visto que han sido muy
limitados los logros en la calidad de vida de la población y en la protección al
medioambiente físico de la
Selva Lacandona.
Abstract. The
“Selva Lacandona” rainforest, located in the Chiapas state, Mexico, has an
extraordinary importance in the global scope, because of the environment;
nevertheless, in the last fifty years a three quarter of the original wooded
surface has been lost. In order to stop this problem, the federal government and
several NGO´s have fomented, into the some local indigenous communities of Selva
Lacandona -considered like one of the most marginalized of Mexico-, the
sustainable tourism like a strategy of economic development. But the tourism
activity has not been enough to improve the local population standard of life and the environmental
protection.
Introducción
En el ámbito mundial se reconoce que la destrucción continua del
medio ambiente en los países subdesarrollados ha llegado a niveles tal
alarmantes que, para frenar este proceso, ha sido insuficiente decretar áreas
protegidas que sólo plantean prohibiciones sobre el uso de sus recursos pues,
por lo general, la población local o grupos ajenos las explota (Mowfort y Mount,
1998). En el discurso se plantea la idea de que se deben promover actividades
económicas estratégicas que, al tiempo que den sustento a las poblaciones
ubicadas en aquellas áreas de interés por conservar, fomenten, entre sus
pobladores, el interés por la protección al medio ambiente, con lo cual se
generaría un círculo virtuoso: la conservación permitirá dar continuidad
prolongada a sus actividades económicas, es decir, se generará un desarrollo
sustentable (Hallandlew, 1998; Meyer, 2002; Page y Dowling, 2002; Scheyvens,
2002).
En
México, el ecoturismo empieza a ser visto como una estrategia para, por un lado,
fomentar la protección del medio ambiente en las Áreas Naturales Protegidas
(ANP´s) y, por el otro, incentivar las actividades económicas sostenibles entre
las poblaciones ligadas con estas áreas (Valenzuela, 2001). Así, el presente
trabajo tiene la finalidad de mostrar cómo se ha organizado la actividad
turística dentro de la Selva Lacandona (SL), Chiapas, México, en la comunidad
indígena de Lacanjá-Chansayab, cercana a varias ANP´s; asimismo, se pretende
revelar si con la incorporación del ecoturismo se han logrado los objetivos de
detener la destrucción de medio ambiente físico regional y lograr un desarrollo
sustentable para
la población local.
Para lograr los objetivos planteados, el presente trabajo se ha
dividido en tres apartados principales: el primero aborda la situación de las
ANP´s en la SL, su evolución y circunstancias actuales de la población; en el
segundo se reconoce la extraordinaria importancia que el medio ambiente
geográfico de la SL tiene en el ámbito regional y global; en el tercero se
refiere la organización de la actividad turística de la SL, en lo general, y de
la comunidad indígena Lacanjá-Chanzayab, en lo particular, así como las
consecuencias que esto ha provocado en la
comunidad.
La Selva Lacandona: sus ANP´s y su
población
La SL se localiza en el noreste del estado de Chiapas, México y
está constituida por cuatro municipios: Palenque, Altamirano, Ocosingo y Las
Margaritas (Figura 1); tiene una geografía variada, derivada de la sucesión de
llanuras y plegamientos que sostienen selvas altas y medias del trópico lluvioso
y los bosques mesófilos de montaña. Lo accidentado del relieve, sus
características climáticas, la lejanía de este espacio con respecto a los
grandes centros de población de México, entre otros, fueron factores que,
durante muchos siglos, impidieron la destrucción masiva de los ecosistemas
originales Casco, 1990).
Hacia el decenio de los setenta, en el contexto de un fuerte
movimiento ambientalista mundial, México decretó dentro de la SL, en el año de
1978, la Reserva Integral de la Biosfera Montes Azules (REBIMA; Figura 1).
Además, en decenio de los noventa fueron declaradas siete zonas más de
protección[1][1]:
Área de Protección de Flora y Fauna Chankin, Monumento Natural Bonampak, Reserva
de la Biosfera Lacan-Tun, Área de Protección de Flora y Fauna Nahá, Área de
Protección de Flora y Fauna Metzabok, Monumento Natural Yaxchilán y la Reserva
Comunal de la Sierra Cojolita (INE, 2000). En la actualidad, de la extensión
total de la SL, el 40% corresponde con alguna de las áreas protegidas ya
señaladas.
Hasta antes de mediados del siglo pasado, los habitantes que
predominaron en la SL fueron tres grupos mayas: lacandones, tzeltales o choles
(De Vos, 1980). Vivieron dispersos en la selva y aunque practicaron la
agricultura de roza-tumba-quema, ello no representó un desequilibrio ecológico
significativo, además de que tuvieron prácticas económicas muy cercanas a la
sostenibilidad (Marión, 1990). Poco antes de ser decretada la REBIMA, se trató
de reubicar y concentrar a los habitantes originales, con el pretexto de
posibilitar la dotación de servicios e infraestructura; así, entre 1974 y 1976
quedaron distribuidos como sigue: A. Los lacandones fueron concentrados en
Lacanjá-Chansayab-Betel, muy cerca de Bonampak y en otras dos comunidades que
estaban fuera de lo que hoy es la REBIMA: Metzabok y Nahá. B. Los tzeltales en
Nueva Palestina y C. Los choles en Frontera-Corozal, muy cerca de Yaxchilán
(Figura 1).
De mediados del siglo XX a la fecha, la población que migró a la
SL lo hizo en un franco proceso de la ganaderización del trópico mexicano y de
la búsqueda de nuevas tierras para la agricultura, de modo que durante este
tiempo se constituyeron más de 1000 asentamientos dedicados a la explotación
forestal y agropecuaria de autoconsumo y comercial nacional e internacional,
como el cultivo de chile, café y la cría de ganado menor y mayor, posteriormente
enviado a Tabasco y Veracruz para su engorda (Casco, 1990). El ejercicio de
tales actividades en las nuevas formas productivas ha fomentado la pérdida de la
cobertura vegetal a un grado alarmante: en el año 2000 solo quedaba el 25% de la
vegetación primaria original. Además, se han registrado innumerables conflictos
entre la población y los diferentes gobiernos, derivados del uso del suelo o de
los límites de las tierras protegidas, comunales y ejidales, pues no han sido
claros (INE, 2000).
Si
bien es cierto que Chiapas es uno de los estados con los más elevados niveles de
marginación y de natalidad, también es un hecho que la población actual de la SL
–no obstante de ser menor al 10% del total estatal-, mantiene los mayores grados
de marginación y crecimiento del estado, lo que revela que en dos o tres
generaciones la población se duplicará (CONAPO, 1993). Esto es causa y efecto de
un circuito característico del subdesarrollo: marginación-pobreza-crecimiento
acelarado de población-explotación irracional de los recursos naturales. Lo
anterior sugiere que la presión que ejerce y ejercerá la población en la SL y en
las ANP´s, será un problema muy importante de enfrentar. El crecimiento de la
población ha llevado a una demanda de tierra cada vez mayor y, al mismo tiempo
esto ha ha provocado la atomización de las parcelas y el incremento de
asentamientos irregulares dentro de los bienes comunales, ejidales y de las
ANP´s (INE, 2000).
Pero además de esto, no se pueden dejar de lado los conflictos
religiosos y dos eventos que le confirieron al escenario político de la SL una
complejidad mayor; se trata de la llagada de los refugiados guatemaltecos en el
año de 1981 y el movimiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) que, oficialmente, inició en 1994. De este último, se puede señalar que
algunos sectores de la sociedad mexicana muestran una posición favorable ante
los reclamos indígenas, los cuales consisten en el deseo de que se respeten sus
formas de gobierno propias, que se reduzca la injerencia de los gobiernos
federal y estatal en los usos y costumbres locales, se reduzca la injerencia de
los intereses privados o gubernamentales en la explotación de los recursos
naturales contenidos en sus territorios, entre otros (Mattiace, Hernández y Rus,
2002).
Importancia medioambiental de la SL y las estrategias para velar
su conservación
A pesar de los problemas señalados con anterioridad, la SL es un
medio ambiente físico que en el ámbito mundial se le ha conferido un carácter
estratégico debido a los siguientes aspectos, según el Instituto Nacional de
Ecología, INE (2000):
Megadiversidad biológica. Por su posición geográfica,
heterogeneidad topográfica y variedad climática, es el ecosistema más diverso de
México, de América del Norte y, en el ámbito mundial, sólo es comparable con la
biodiversidad de la amazonía, en tanto que en ella predomina la selva alta
perennifolia, la cual tiene elementos representativos del neotrópico y del
neártico. La selva lacandona representa el 0.4% del territorio de México, pero
en ella se ha identificado el 25% de especies de mamíferos conocidas en el país,
33% de las aves, 40% de las mariposas diurnas y entre el 15 y 20% de las plantas
vasculares de este país.
Agua. Contiene al 53% de la cuenca del río Usumacinta (Figura 1);
éste se une al río Grijalva que, en conjunto, conforman la cuenca hidrológica
mas extensa de México y la séptima del mundo. Por este sistema hídrico fluyen el
30% de las aguas del país, de las cuales se obtiene el 56% de la energía
hidroeléctrica generada en México. Hacia el interior de la Selva Lacandona, se
puede apreciar un complejo sistema hidrológico de enorme riqueza y variedad, derivado del sustrato rocoso
calizo, el cual ha permitido una amplia distribución de corrientes subterráneas
y superficiales, además de una amplia formación de
lagunas.
Eslabonamiento de ecosistemas. El sistema hídrico
Grijalva-Usumacinta aporta gran cantidad de nutrientes al conjunto lacustre
dulciacuícola costero y al Golfo de México, del cual dependen las pesquerías
mexicanas y estadounidenses de la región. Los flujos hídricos perennes de la
cuenca Grijalva-Usumacinta mantienen, en la zona de deltas, alrededor de un
millón de hectáreas de pantanos que, después del delta del río Mississippi, es
la región de humedales más grande de Norteamérica; por la importancia de este
espacio, en sus inmediaciones se han creado la Reserva de la Biosfera Pantanos
de Centla y el Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos, en las
cuales se alimentan y reproducen innumerables especies aves, mamíferos,
reptiles, anfibios y peces.
Cultura maya antigua y contemporánea. La Selva Lacandona fue una
de las área ocupadas por la antigua cultura maya, por lo que contiene una gran
cantidad de sitios arqueológicos de primera jerarquía en el ámbito mundial; si
bien, los más famosos son los Palenque, Bonampak y Yaxilán, hay muchos otros
poco conocidos o que aún no han sido restaurados. En la actualidad, los
tzeltales, choles y lacandones son pobladores de origen maya que mantienen una
serie de tradiciones y organización socioeconómica que se revela como una
riqueza del patrimonio humano digna de conocer a profundidad y difundir; por
ejemplo, en el caso de los lacandones, lograron desarrollar técnicas agrícolas y
pecuarias en la Selva Lacandona que se han reconocido como de bajo impacto con
el medio ambiente y, sin duda, sustentables con el
mismo.
Con
base en lo anterior se puede afirmar que protección y conservación de la SL a
través de las ANP´s es fundamental; la Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas (CONANP) es la encargada de velar por esto a través de
los siguientes ámbitos de actuación: educación y difusión de la información
sobre el medioambiente, inspección y vigilancia, investigación científica,
regularización de la tenencia de la tierra y promoción de proyectos económicos
basados en el desarrollo sustentable. Este último aspecto tiene una importancia
fundamental, pues el gobierno federal ha manifestado abiertamente la intención
de promover el ecoturismo como una estrategia para la protección de las ANP´s.
Sin embargo, el turismo en la SL es complejo y variado pues al ser una actividad
económica empresarial cuyo objetivo es lograr la rentabilidad, entran en juego
diferentes intereses que son difíciles de conciliar con el desarrollo
sustentable.
Turismo en la SL: el caso de
Lacanjá-Chansayab
El control de la actividad turística de la SL se da a partir de la
Ruta Maya y de las comunidades indígenas que tienen sus propios campamentos
ecoturísticos. En México, la Ruta Maya es un circuito localizado, en el sureste
de México y une lugares destacados del turismo masivo nacional como Cancún,
Playa del Carmen, Mérida, Campeche y Palenque; eventualmente, a partir de
algunos nodos, este circuito se puede ramificar, como en el caso de Palenque
que, situada en el borde norte de la SL, mantiene flujos turísticos con
Yaxchilán y Bonampak (Valenzuela, 2001); este eje turístico está dotado de una
actividad tan intensa que se ha convertido en un colector y distribuidor de
turistas hacia el resto de la Selva Lacandona. Por otra parte, una de las
localidades con campamentos ecoturísticos es Lacanjá-Chansayab, en donde se ha
fomentado la actividad turística no convencional y de bajo impacto, pero su
cercanía con Bonampak ha sido un factor que interfiere positiva o negativamente
para lograr los objetivos planteados (Figura 1).
Lacanjá-Chansayab es una comunidad que en el 2004 tenía 613
habitantes, de ellos, el 65% están involucrados en la actividad turística
(Clinica Lacanjá, 2004). Ésta se sustenta en atractivos naturales como ríos,
cascadas, lagunas, vegetación y fauna regional, y culturales como las zonas
arqueológicas de Bonampak y Lacanjá y la propia cultura local, derivada de la sui generis vestimenta, gastronomía,
producción artesanal, etc. Asimismo, la infraestructura y los servicios
turísticos ofrecidos consisten en “campamentos” , transportación y guías. El
transporte se ha focalizado en la movilización paseantes de la entrada del
Monumento Natural Bonampak a la zona arqueológica del mismo nombre; la gran
afluencia de turistas ha provocado que este negocio sea muy rentable y, por lo
tanto, que haya gran interés de la población en participar; parte de los
ingresos generados debieran destinarse al apoyo de la comunidad, sin embargo,
ésta se queja de no recibir dinero. Las guías se ofrecen al interior de las
áreas boscosas de las ANP´s cercanas a Lacanjá-Chanzayab; el costo por un día
oscila ente 200 y 500 pesos y por dos días entre 2,000 y 5,000
pesos.
En Lacanjá-Chanzayab hay once campamentos, cada uno tiene cabañas,
la mayoría un restaurante, tienda de artesanías y, ocasionalmente, tienda de
abarrotes. Los campamentos están en los terrenos de las familias que, hace unos
años aceptaron sumar el turismo a sus actividades tradicionales, con ayuda del
gobierno y ONG´s. Con frecuencia, los campamenteros comparten su espacio de vida
diaria con el destinado para el turismo, pero esto, no necesariamente implica
que haya una interacción turista-anfitrión.
De
los 11 campamentos que hay en la actualidad, 10 se han conformado a partir de un
mismo patrón de planeación, construcción y organización y uno más tiene
características diferentes. Tal circunstancia ha provocado una dinámica
turística sui géneris, por lo que
conviene destacar las diferencias. En el caso de los primeros 10 campamentos
(Cotma´ax, Kin Bor Paniagua, Vicente Kin Paniagua, Vicente Paniagua, Enrique
Paniagua, Topche, Ya´ax can, Lacandones, Ya´ajche´ y Chambor Kin), los
propietarios no tienen co-inversionistas, de modo que para su construcción y
operación han recibido asesoría de diferentes instancias de gobierno como el
Instituto Nacional Indigenista y la Secretaría de Turismo o de ONG´s como
Conservación Internacional, Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable A.C.
También, estas instancias han actuado como intermediarios para conseguirles
préstamos y poder construir las cabañas, restaurantes, mejorar sus viviendas,
etc. El estilo de la construcción de estas cabañas es muy similar entre sí y la
capacidad de alojamiento por cada uno de ellos es de unas
12
a
15 personas.
Pero
el campamento Río Lacanjá es de una inversión compartida entre un empresario
externo que aportó el dinero para la construcción de las cabañas, restaurante y
tienda de artesanías y la familia lacandona dueña del predio y que brinda la
mano de obra. La arquitectura rústica de las cabañas, su distribución entre la
selva, la cercanía con el río, los senderos iluminados, etc., son factores que
colocan a este lugar como el más atractivo y el de mayor capacidad de ocupación.
A
diferencia de los otros campamentos, éste actúa bajo su propia mercadotecnia y
las oficinas principales se encuentran en la ciudad de San Cristóbal de Las
Casas, en donde son citados los turistas nacionales o extranjeros, para ser
llevados a Lacanjá-Chansayab. Adicionalmente, el empresario externo tiene equipo
deportivo para ofrecer descensos en balsas y todas las ganancias generadas por
este servicio le corresponde a él, aunque el dinero del hospedaje y del
restaurante se reparte en partes iguales.
A consecuencia del éxito económico del campamento Río Lacanjá, se
han provocado tres situaciones que conviene mencionar: 1. Cuando este campamento
se satura, lo cual ocurre con frecuencia en temporadas altas, los campamentos
más cercanos se benefician pues se van ocupando hasta que, en situaciones
extraordinarias, se puede saturar la oferta local. 2. Cuando la demanda no es
muy alta y Río Lacanjá está en condiciones de recibir a los turistas que llegan
al poblado, ejerce una atracción tan elevada que disminuye significativamente la
afluencia de turistas a otros sitios, lo cual se refleja en la disminución de
las ganancias; esto ha provocado diferencias muy importantes hacia el interior
de la comunidad. 3. Para mitigar este problema, los campamenteros se han
propuesto distribuir de manera uniforme a los turistas, pero como en muchos
casos éstos ya se comunicaron con el campamento Río Lacanjá de forma externa y
más eficientemente que en los otros casos, se limita tal
intención.
Además de lo anterior, los logros o fracasos del proyecto
turístico de Lacanjá-Chanzayab depende de las conductas que los turistas tienen
en el área; de acuerdo con las observaciones realizadas en la localidad se puede
aseverar que a ella llegan tres tipos de visitantes: 1. Los que asisten a la
zona como parte del recorrido de la Ruta Maya o con la intención de hacer
turismo de aventura, en su mayoría no saben el significado y alcances del
ecoturismo, la forma en que se deben conducir en las ANP´s ni de la cultura
local; esto provoca que eventualmente irrumpan negativamente en el área. 2. Los
turistas que asisten específicamente a este sitio y que no forman parte de un tour se asocian más con lo que se
esperaría de un paseante “ambientalmente responsable”; su perfil es muy variado,
pero suelen ser científicos naturales o sociales, integrantes de ONG´s, gente de
alto nivel educativo, etc. Es evidente el respeto que mantienen durante el
desempeño de sus actividades y el trato a la población local.
Enseguida
se enumerarán ciertas reflexiones sobre algunos impactos que la actual
organización de la actividad turística ha causado en el medio ambiente físico y
humano de la región (las apreciaciones aquí vertidas tienen como base: tres
encuestas aplicadas en marzo del 2004
a
la población de Lacanjá-Chansayab, a los turistas y a los campamenteros, así
como entrevistas con los guías de turistas, el médico, el representante de la
comunidad y el subdirector de la REBIMA):
1.
Con la incorporación de la actividad turística a
Lacanjá-Chansayab se ha generado una situación de insatisfacción entre comunidad
y el gobierno; para los lacandones es insuficiente el apoyo que reciben y el
gobierno considera que éstos han recibido los mayores apoyos –monetarios y con
trabajo- per cápita dentro de la SL y que, a pesar de ello, han generado una
actitud “paternalista”.
2.
Si bien es cierto que la actividad turística ha generado
una fuente de ingresos para algunos pobladores que, consecuentemente, han
reducido la tala de árboles en algunas ANP´s, también es verdad que la
extracción de plantas no arbóreas y de animales ha continuado. A juicio del
subdirector de la REBIMA, se observa una gran destrucción que hace pensar que el
ejercicio del turismo en la localidad ha sido insuficiente para lograr el
desarrollo sostenible pues, “una selva sin biodiversidad bajo la capa de árboles
altos, no es una selva”. Los lacandones continúan extrayendo grandes cantidades
de palmas y otros vegetales demandados en el mercado de Estados
Unidos.
3.
Derivado de los bajos o nulos niveles de educación y la
alta pobreza que se tienen en la comunidad, se ha dificultado la planeación y el
desarrollo del ecoturismo. Al mismo tiempo, el ecoturismo no ha influido en
mejorar el rezago educativo. Difícilmente los alumnos de que cursan la educación
primaria acceden a la secundaria y en ninguna de las comunidades mayas de la SL
hay una escuela de bachillerato. Así, los bajos niveles educativos influyen en
la falta de comprensión y ejercicio de la planeación turística que el gobierno
trata de implementar en el área.
4.
Eventualmente los turistas vierten ideas
con las mujeres lacandonas en relación con el trato que les dan sus maridos,
bajo argumentos de la “liberación femenina”, la “equidad de género”, los
“derechos humanos”, etc. Los turistas se van, pero el reclamo de los derechos
que ellas hacen, sin un contexto sociocultural favorable, provoca un fuerte
conflicto hacia el interior.
5.
La presencia de los turistas ha provocado el aumento del
alcoholismo y la drogadicción. Parte del fenómeno se ha dado a partir de los
guías quienes, en los recorridos al interior de la SL, son invitados por los
turistas al consumo de algún estupefaciente; el efecto a corto y mediano plazo
ha sido de que los guías destinen parte importante de sus ingresos a la compra
de droga o alcohol y, con ello, que afecten la redistribución de los ingresos
hacia el interior de la comunidad.
6.
El contacto social intenso entre los lacandones y los
turistas ha acelerado la transformación de diferentes patrones culturales
tradicionales; por ejemplo, el uso de la túnica blanca y del pelo largo,
indistintamente del género, tiende a perderse. Muchos turistas manifestaron un
poco de decepción al observar que la población local no era precisamente lo que
esperaban.
7.
Una situación alarmante es la modificación acelerada de
la dieta tradicional, consistente en hortalizas, frutos de la selva, raíces,
hierbas, aves y mamíferos, entre otros. Con la incorporación de la actividad
turística, muy rápidamente las tiendas de abarrotes esparcidas por toda la
comunidad, las cuales expenden productos como leche en polvo, chocolates,
dulces, pan refinado, pastas, embutidos, frituras, etc., se han convertido en
una fuente importante de consumo de alimentos para la población local. Asimismo,
la generación de basura industrial que antes no existía se ha incrementado
notablemente.
8.
La gente local argumenta que ellos prefieren consumir los
productos industrializados, antes que obtenerlos de la selva, derivado de la
“concienciación” que tienen acerca de la protección al medio ambiente. Sin
embargo, las autoridades gubernamentales arguyen que indistintamente del consumo
referido, se siguen saqueando los recursos. De cualquier manera, no hay duda de
que los lacandones son el grupo de habitantes de toda la SL que genera el menor
impacto a la misma.
9.
Uno de los impactos positivos es la higienización que se
ha logrado en las viviendas. La presencia del turismo ha obligado a que el
gobierno ponga atención en que la comunidad separe la basura, tenga letrinas,
desparasite el agua, etc.
A modo de conclusión
En apariencia, la población de Lacanjá-Chansayab se ha
beneficiado, desde el punto del vista del ingreso, de la actividad turística; al
mismo tiempo, al menos en el discurso, la población manifiesta una
concienciación en la protección al medio ambiente. Sin embargo, el ejercicio de
la actividad turística ha supuesto efectos negativos que hacen dudar de la
sustentabilidad que se está tratando de conseguir: la predecible competencia
entre los campamenteros, los conflictos sociales, la transformación acelerada en
la dieta y las costumbres locales, la real extracción de algunos recursos de la
selva son algunos factores que lo atestiguan.
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La extensión de dichas
áreas protegidas son, en hectáreas: 1. REBIMA 331,200, Área de Protección de
Flora y Fauna Chankin 12, 184, Monumento Natural Bonampak 4,357, Reserva de la
Biosfera Lacan-Tun 61,873, Área de Protección de Flora y Fauna Nahá 3,847, Área
de Protección de Flora y Fauna Metzabok 3,368, Monumento Natural Yaxchilán
2,621, Reserva Comunal de la Sierra Cojolita 3,5410.